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Baby Doll (Parte 2)

—¡Gracias a Dios que es jueves!

—¡Por fin veremos a Hiroshi otra vez!

—Aunque esta vez tendremos que soportar a Ark con él...

—¡Silencio, ya está empezando!

Después de la exageradamente larga publicidad, la música empalagosa que todos habían aprendido a amar comenzó a sonar a medida que la cámara hacía zoom hacia el rostro de Gen, que lanzó un beso hacia la pantalla, soplando pétalos de rosas con esa acción.

—¡LO AMOOOO! —La hija adolescente del matrimonio con cinco hijos se lanzó a la pantalla para besuquear el rostro de Gen, siendo rápidamente reprendida por toda su familia.

—¡Bienvenidos a un nuevo episodio de Juego de citas!~ —exclamó Gen con su entusiasmo de siempre—. Como ya saben, hoy es un día especial~, porque hoy se cobrarán dos castigos de nuestro cuarto y quinto galán, que perdieron ciertos desafíos la semana anterior en nuestro Quiz Time.

—Los quiz fueron geniales —opinó la señora Saionji, riendo—. Extraño un poco a la experta en el amor, Gen se ve algo solo en el escenario sin ella...

—Me preguntó cómo harán con los dos últimos galanes jugando a este desafío —murmuró Luna para sí misma.

—¡Deben estarse preguntando cómo haremos para que los dos últimos galanes jueguen a este mismo desafío! —dijo Gen, mirando a la cámara.

—¡¿Me lee la mente?! —Luna se cayó con todo y silla, haciendo a los hermanos Nanami reír mientras Carlos y Max corrían a ayudarla.

—¡Hemos introducido una nueva mecánica para este desafío, por lo que durara entre hoy y mañana! Tal como los días anteriores, ya está pre-grabado, ¡así que estén muy atentos a la pantalla y disfruten!~

En la televisión apareció el logo del programa y luego cambiaron no al supermercado como el público había estado esperando, sino a un lugar similar a una iglesia, donde Gen estaba parado junto a Kohaku y una enfermera, con los galanes Hiroshi y Ark frente a ellos.

—Como recordarán, ustedes deben castigos de la semana pasada, y se los cobraremos haciéndolos compartir su tiempo con la preciosa Kohaku-chan~ —canturreó Gen, pareciendo disfrutar esto más de lo que debería—. Hoy y mañana los dos compartirán sus días con ella, sin olvidar su objetivo de que deben enamorarla antes de que se acaben los dos meses~, y solo queda un mes para eso~ —advirtió.

—Es cierto, es un periodo de tiempo muy corto para enamorarse —murmuró la señora Saionji, contrariada.

—¿Entonces tendré que cuidar a dos bebés? —preguntó Kohaku, ladeando la cabeza.

—De hecho, no. —Gen guiñó un ojo a la cámara—. ¡Esta es la historia! Kohaku-chan ha tenido un hermoso bebé, pero hay dos posibles candidatos a ser el padre, su actual esposo y su ex. Ahora mismo, ¡Hiroshi-chan y Ark-chan se enfrentarán para decidir quién es el esposo y quién es el ex! Y, aun así, los tres tendrán que cuidar al bebé ya que digamos que todavía no existen las pruebas de paternidad, digamos, porque creo que ya existen. —Sonrió, ignorando el rostro de completa indignación de Kohaku.

—¡¿Acabas de llamarme una mujer sin honor?! —Marchó hacia él, tomando el cuello de su traje y sacudiéndolo con furia hasta que la enfermera y Hiroshi se pusieron en medio para detenerla porque de verdad parecía tener ganas de matarlo.

—¡T-tranquila, Kohaku-chan, es solo un juego! —Gen se escondió detrás de la enfermera, mientras que Kohaku seguía rechinando los dientes—. ¡N-no quiere decir nada sobre ti ni nadie, es solo para ayudar al espectador a entender el motivo de los desafíos que verán hoy!

—¡Ja, pues no me gusta nada! ¡¿Por qué no puedes preguntarme antes de hacer tus locuras?! —le reclamó, intentando acercarse otra vez, pero la enfermera se lo impidió.

—Prácticamente le dijo zorra —masculló con diversión la cuñada del matrimonio con cinco hijos—, yo también me ofendería.

—¡Mi Gen nunca diría eso! —chilló su sobrina adolescente.

—No digas palabrotas —la madre de los cinco hijos regañó a su hermana—. Y solo es un juego, no tiene por qué enfadarse.

Después de que la ira de Kohaku bajara, Gen volvió a hacer sus explicaciones.

—En este juego ficticio que no significa nada —empezó a decir— Ark-chan y Hiroshi-chan deberán competir para ganarse el puesto de esposo de Kohaku-chan, lo que les traerá beneficios como poder pasar un poco más de tiempo con ella que el otro. El que pierda será el ex, que tendrá el tiempo con Kohaku-chan más limitado, entre otras desventajas.

—¿Qué debemos hacer? Ve al grano —exigió Ark, luciendo aburrido.

—Fuera de esta capilla hay una gran piscina con un pequeño muelle creado especialmente para que pasen una linda tarde de pesca~.

—¿Pescar? —Los dos arrugaron la cara con desagrado.

—¿Recuerdas las pirañas robots que te robaste, Ark-chan? —preguntó Gen, sin verse como si eso le hiciera gracia.

—Je, sí, ese fue un gran día. —Rio entre dientes.

—¡Pues ahora les toca pescarlas! Tienen esperando por ustedes en el muelle a dos cajas de pesca con varias carnadas y una caña de pescar. ¡Vamos allá!~

Mientras caminaban hacia el gran patio trasero de la capilla (que tenía una piscina enorme y un muelle que en vez de estar adentrándose en la piscina se extendía por el borde, de forma horizontal), Gen siguió explicando las reglas de la competencia.

—Como recordaran, estas pirañas cuentan con una inteligencia artificial que imita el comportamiento de las pirañas reales, y en esta ocasión no están programadas para intentar morderlos, más bien están programadas para responder a una carnada especifica de las que ustedes tienen en sus cajas. Hay once carnadas para cada uno y cuarenta y un pirañas en la piscina. Diez de las carnadas de cada uno harán que piquen dos pirañas específicas, y solo una de las carnadas es la correcta para que pique la piraña más especial, la que tiene un anillo de bodas en su interior~. Solo uno de ustedes obtendrá el anillo, así que deberán usar la carnada correcta para pescar ese anillo de bodas y ganarse ser el esposo de Kohaku-chan~, pero eso no es todo~. —Guiñó un ojo a la cámara.

—¡JA, JA! ¡Esto se pone emocionante! —Ryusui chasqueó los dedos con entusiasmo.

—La IA de las pirañas está programada para funcionar de cierta forma en la que, una vez metan la carnada en el agua, las pirañas que estén programadas para picar esa carnada especifica solo tengan un 50% de probabilidades de morder el anzuelo o no, excepto cuando pasen veinte minutos, porque entonces la probabilidad será 100% y una piraña morderá el anzuelo sí o sí. Se darán cuenta si es la piraña con el anillo o no porque hará un tintineo.

—Un juego de probabilidades, ¿eh? —Ark sonrió lentamente—. Siempre fui malo en este tipo de basuras.

—Entonces podemos probar todas las carnadas una a una, y en veinte minutos los peces caerán sí o sí —murmuró Hiroshi más para sí mismo—, pero haciendo eso... podríamos llegar a tardar más de tres horas —meditó—. Sin embargo, si sacáramos la carnada antes de tiempo sin pescar nada, podríamos acabar perdiendo más tiempo.

—¿Y la probabilidad de 50% es hasta antes o después de que se cumplan los veinte minutos? —preguntó Ark.

—Antes~. —Gen asintió felizmente—. Pueden usar la estrategia que más les guste, esperar los veinte minutos, esperar menos o bien solo poner una carnada cada diez segundos, siempre tendrán probabilidad de 50% desde que introducen la carnada en el agua hasta antes que se cumplan los veinte minutos. Las pirañas no picaran nada que no sea la carnada que tienen programada, así que solo deben adivinar la carnada, de la forma que quieran. El primero en conseguir a la piraña con el anillo, ¡será el ganador y el esposo oficial de Kohaku-chan al menos por este desafío!~

Hiroshi y Ark intercambiaron miradas, ambos tensando las mandíbulas. A pesar de sus disfraces cubriendo parcialmente sus caras, se notaba a leguas que ninguno quería perder.

—¡Ánimo, Hiroshi! ¡Eres mi favorito! —Luna aplaudió por el cuarto galán.

—No es mi favorito, pero ojalá gane Hiroshi —exclamó la cuñada del matrimonio con cinco hijos, y absolutamente toda su familia asintió.

—La competencia durara todo lo que ustedes se tarden, por mientras Kohaku-chan podrá disfrutar de nuestro buffet de todo lo que puedas comer, ya que le pedimos que no almuerce hoy~.

—¡Ja, por fin algo bueno en este programa! —La protagonista aplaudió felizmente y se retiró junto a la enfermera, que se ofreció guiarla a la mesa de bocadillos.

—Cada vez que nuestros galanes metan un anzuelo en la piscina, aparecerá un temporizador en pantalla para que el público vea cuánto tiempo ha pasado, incluso aunque pasemos todo a cámara rápida —explicó Gen a la cámara, para luego voltearse a los dos hombres—. Sin embargo, ustedes no tendrán ningún tipo de reloj ni nada que los ayude a calcular el tiempo, excepto por el hecho de que una piraña picara el anzuelo sí o sí en veinte minutos~. Tendrán cámaras grabándolos en todo momento, pero si quieren hacer alguna declaración al público (que quizás sí o quizás no acabarán en el episodio), aquí tienen estas cámaras personales. —Le dio una pequeña cámara a cada uno—. Describan su estrategia o cuenten algo que quieran decir, lo que quieran. Estaré observando a lo lejos, ¡mucha suerte!~

Hiroshi y Ark intercambiaron miradas, antes de irse cada uno a una punta del muelle horizontal, donde estaban sus equipos de pesca.

—Je, es bastante obvio que nos quisieron separar, por eso el puente es horizontal y las cajas están en cada esquina —dijo Ark en su cámara personal—. ¿Acaso eso significa que nos podemos sabotear el uno al otro? No dijo que no pudiéramos hacerlo. —Sonrió de forma macabra.

—Qué rata rastrera. —La señora Saionji negó con la cabeza.

—Me preocupa la sonrisa de Ark-chan —dijo Gen a un camarógrafo que lo siguió hacia el muelle—. Mejor les aclaró que no pueden sabotearse~.

Ark pareció decepcionado por la aclaración, mientras que Hiroshi solo encogió los hombros, concentrado en revisar su carnada.

—He decidido jugar a lo seguro —afirmó Hiroshi en su cámara personal—. Voy a usar todos los anzuelos hasta que una piraña pique, ya sea que tenga que esperar los veinte minutos o no. Quizás sea el camino más largo, pero es el que me asegura que tarde o temprano llegaré a mi meta. No tiene pierde. —Sonrió con confianza.

—¡Tú puedes, Hiroshi! —Luna aplaudió con entusiasmo a su galán favorito.

—Me gusta su estrategia —aseguró Ukyo, mientras su esposa asentía.

—Cada una de estos anzuelos tiene dos posibles pirañas que pueden morderlo, sin contar al anzuelo que solo atrae al pez con el anillo —dijo Ark en su cámara—. Si la probabilidad de que alguna muerda es del 50%, entonces por cada una es realmente un 25% de probabilidad, lo cual hace esto todavía más difícil. Lo mejor sería esperar los veinte minutos, pero entonces sería cosa de la suerte, y un buen científico nunca se basa solo en la suerte. —Sonrió socarronamente—. Piensen esto, la piraña debe morder el anzuelo antes de que se cumplan los veinte minutos, o sea que no son veinte como tal, sino diecinueve y algunos segundos extra, probablemente. Lo que haré será probar diez anzuelos por exactamente nueve minutos, ya que la probabilidad es de 50% de todos modos, así que aproximadamente la mitad de los anzuelos deberían pescar algo en ese periodo de tiempo. Me quedarán cinco y el onceavo anzuelo que no probé por diez minutos, por lo que ahora solo me quedaría probar seis.

—Tiene sentido. —Sai asintió con aprobación hacia la estrategia del quinto galán.

—Una vez me deshaga de aproximadamente la mitad de anzuelos, los restantes los dejaré los veinte minutos completos, aumentando mis posibilidades de ganar, aunque no niego que esto también depende mucho de la suerte, pero piénsenlo de este modo: los once anzuelos por veinte minutos tomarían un total de doscientos veinte minutos (bueno, segundos menos, pero no los contaré), eso sería tres horas con cuarenta minutos en el peor de los casos. Si uso mi método de los nueve minutos y los diez anzuelos, es muy probable que al menos la mitad pique, dejándome con seis anzuelos restantes. En el peor de los casos, tardaría una hora y media en hacer que los diez anzuelos pasen por los nueve minutos, pero si logro descartar los cinco, me quedarían seis anzuelos para hacer pasar por los veinte minutos, cosa que, de nuevo, en el peor de los casos me tomaría dos horas justas, pero en total lo máximo que tardaría son tres horas y media, lo que en mi opinión es una buena mejora comparada a las tres horas con cuarenta minutos que tendría como peor escenario si hiciera que todos los anzuelos pasaran por los 20 minutos.

—Lo que dice tiene mucho sentido. —Sai asintió con entusiasmo—. Es lo más práctico basándose en probabilidades, aunque sean solo diez minutos algo es algo, es una ventaja. Simple matemática.

—Yo no entiendo. —Luna negó con la cabeza—. Él habla demasiado y muy rápido, me perdí.

—Permíteme explicarte —dijo Sai amablemente—. Son once anzuelos que deben dejar veinte minutos en el agua para asegurar que la piraña muerda la carnada. ¿Once multiplicado por veinte?

—¡Oh, oh! Eh... ¡Doscientos veinte! —exclamó Luna con entusiasmo, aplaudiendo feliz cuando Sai asintió con la cabeza.

—Así es, 220 minutos, tres horas con cuarenta minutos. Lo que Ark hará es usar la probabilidad del 50% a su favor, porque si deja a los anzuelos la mitad del tiempo requerido, o bueno, casi la mitad, los nueve minutos, es muy probable que aproximadamente la mitad de las pirañas pique. Va a dejar diez de los once anzuelos por nueve minutos. ¿Diez multiplicado por nueve?

—¡Noventa! —contestó ella rápidamente, riendo.

—¡Bien! O sea, que él perdería una hora y media. La probabilidad dice que en ese tiempo debería picar la mitad, así que descarta cinco y le quedan cinco, pero todavía le queda el onceavo que no había usado, por lo que tiene seis. Entonces ¿seis multiplicado por veinte?

—Ciento veinte, dos horas —calculó Luna, asintiendo.

—Muy bien, entonces tiene una pequeña ventaja de tiempo, jugando con las probabilidades y solo en caso de que la piraña ganadora no salga rápido, ese es el máximo de tiempo que podría tomarle: tres horas y media, lo que es una mejora comparada a las tres horas con cuarenta minutos. En un juego de probabilidades, el tiempo es muy importante.

—Pero incluso con todo eso, cualquiera de ellos podría ganar, ¿o no?

—Sí. —Sai asintió repetidamente—. Una probabilidad del 50% es muy ambigua, todo puede pasar. Podrían conseguirlo en el primer intento o hasta el último, habrá que esperar y ver.

Hiroshi y Ark bajaron sus anzuelos al mismo tiempo y el contador apareció en pantalla.

El cuarto galán se sentó con las piernas y brazos cruzados junto a su caña de pescar, observando el agua de la piscina y las pirañas nadando en los alrededores de su puesto. El quinto, por otro lado, se apoyó en un poste, se llevó un dedo a la barbilla y empezó a murmurar algo ininteligible incluso aunque tenía el micrófono al lado de la boca.

La cámara avanzó el tiempo con rapidez, y cuando el temporizador marcó exactamente los 9:00 minutos Ark sacó la caña de pescar del agua y rápidamente puso otro anzuelo y lo lanzó al agua, por lo que un nuevo contador apareció en pantalla. Ahora había uno contando los minutos de Ark y otro los de Hiroshi, que estaba tamborileando los dedos, mirando de tanto en tanto a la piscina.

Exactamente a los 9:00 minutos, Ark sacó el segundo anzuelo y colocó otro rápidamente.

—Para no tener un reloj ni nada allí es muy bueno —murmuró la señora Saionji, impresionada.

Cuando Hiroshi llegó a los diecinueve minutos con cuarenta y ocho segundos, la primera piraña mordió el anzuelo.

—Sin anillo —anunció Hiroshi, dejando la piraña en una sección de su caja dedicada a guardarlas, para luego preparar otra carnada.

—Ow, espero que él gané —dijo Luna, retorciendo las manos.

Con solo dos minutos con el nuevo anzuelo en el agua, Hiroshi sacó una segunda piraña.

—Sin anillo. —Empezó a preparar la tercera.

Con siete minutos en el agua, Ark sacó su primera piraña y sin decir nada la arrojó despectivamente a la caja y preparó otro anzuelo.

La cámara siguió avanzando a gran velocidad, mostrando solo los momentos en los que sacaban pirañas o cambiaban de carnada.

Pasó la primera hora y ambos tenían tres pirañas. Media hora después, Ark tenía cinco pirañas y cambió a su método de dejar las seis carnadas restantes por los veinte minutos completos. Para ese punto Hiroshi apenas tenía cuatro, pero al siguiente anzuelo logró sacar otra piraña, aunque sin anillo.

—¿Por qué siento este momento tan tenso? —se preguntó Luna, frotando sus manos.

En cierto punto, Ark tenía en su poder a nueve pirañas, mientras que Hiroshi solo tenía seis. Los dos volteaban a verse de vez en cuando, visiblemente ansiosos.

La cámara abandonó su movimiento rápido en un momento y todo el público se retorció con expectativa, suponiendo que la velocidad normal significaba que algo importante iba a pasar ahora.

—Mil ciento noventa y siete, mil ciento noventa y ocho... —Por primera vez, Ark empezó a contar en voz alta, y por primera vez se tomó la molestia de mirar hacia la piscina—. Mil ciento noventa y nueve... Mil doscientos. —Ladeó la cabeza y sacó la caña de pescar, abriendo levemente la boca al verla vacía—. Ya pasaron veinte minutos. ¿Dónde está el estúpido pez? ¿Acaso esas cosas se averiaron?

Justo en ese momento, la cámara enfocó a Hiroshi sacando una nueva piraña del agua, y luego enfocó el rostro de Ark palideciendo visiblemente aún con todo y casco.

—El tintineo... —Hiroshi se quedó boquiabierto, antes de sonreír inmensamente—. ¡Tengo el anillo! —Apretó la piraña en un puño, triunfante.

—¡SÍ! ¡Hiroshi ganó! —El público empezó a aplaudir con entusiasmo.

—¡Mejor aún, ARK PERDIÓ! —El público aplaudió con todavía más ganas.

Ark gruñó desde lo profundo de su garganta y se encaminó hasta el centro del muelle con las manos en la cintura, luciendo increíblemente molesto mientras Hiroshi se acercaba sin borrar su sonrisa de suficiencia.

Cuando se pusieron lado a lado, los dos parecieron mirarse con desagrado, y el programa hasta hizo un efecto visual de rayitos saliendo de los ojos de ambos y chocando entre sí como símbolo de rivalidad.

—Viéndolos bien tan cerca el uno del otro... Hiroshi parece un poquitito más alto que Ark —se dio cuenta la hija adolescente del matrimonio con cinco hijos—. Aunque ninguno es tan alto, la verdad.

—¡Felicidades, felicidades!~ —Gen se acercó junto con Kohaku y la enfermera que los ayudaba hoy—. ¡La victoria es del cuarto galán, Hiroshi-chan!

—¡HURRA! —Luna aplaudió con corazones prácticamente flotando a su alrededor.

—Esto significa que Hiroshi-chan es oficialmente el esposo ficticio únicamente de este desafío ficticio para Kohaku-chan, y Ark-chan su ex ficticio... todo ficticio. —Gen carraspeó con cautela, sin querer volver a provocar la ira de su amiga—. ¡En fin, pasemos a la ceremonia de bodas!~ —canturreó—. Ficticia.

Volvieron a la capilla y Hiroshi no borró su sonrisa de satisfacción mientras colocaba el anillo en el dedo anular de Kohaku, que tenía una expresión de molestia y cansancio porque Gen estaba a medio metro de ellos cantando a todo pulmón una versión de "tararan" de la marcha nupcial.

Ark estaba sentado en un rincón oscuro, dándoles la espalda abrazado a uno de los asientos con una mueca de disgusto y un aura depresiva a su alrededor.

—Casi me da lástima —dijo la cuñada del matrimonio con cinco hijos—. Casi.

Luego de la corta "boda", el logo del programa cambió el escenario al supermercado una vez más.

—¡Y volvemos con el desafío del muñeco bebé hiperrealista!~ —anunció Gen con entusiasmo.

—¡WUUU! —El público en las gradas aplaudió con emoción.

—En este juego para nada real y muy, muy falso que no refleja nada, Kohaku-chan tiene un esposo y un ex, los cuales los dos son candidatos a ser el padre de su bebé —explicó Gen nerviosamente, sintiendo la mirada asesina de Kohaku a la espera de que dijera algo que no le gustara para asesinarlo—. Y digamos que no se han reinventado las pruebas de paternidad, por lo que ambos acordaron que se harían responsables de su posible hijo, en este desafío, ambos ayudaran con las compras para tener todo listo para la llegada del bebé, por lo cual deben trabajar como equipo y conseguir todo lo que necesitan en tan solo veinte minutos. ¡Tendrán una hermosa niñita! ¡Empiecen!~

Kohaku tomó un carrito y corrió a llenarlo con cosas iguales a las de desafíos anteriores. Ark la siguió, ayudándola a seleccionar las cosas sin decir mucho, mientras que Hiroshi se entretuvo comprando una especie de portabebés raro y se unió a ellos varios minutos después mientras Kohaku estaba entretenida eligiendo con emoción ropita para le nueva muñeca bebé.

—Nada demasiado felpudo. —Hiroshi le quitó un gorrito adorable de las manos a la mujer—. Estas cosas pueden provocar alergias. —Comenzó a devolver las prendas felpudas que ya había metido en el carrito—. Tampoco son necesarias los zapatos, pero podemos llevar un par por las dudas. —Devolvió varios pares de zapatitos y dejó solo dos en el carrito—. Solo compra ropa de algodón, también, es la mejor. Y... ¿qué es esto? ¿Perfume? Absolutamente no, es un recién nacido, por todos los cielos. —Negó con la cabeza, arrojando el perfume despectivamente a un lado.

—¿No podemos ponerle perfume? —Kohaku se quedó boquiabierta—. Qué raro, dice para todas las edades y creí que... Oh, eso debe ser el error que cometí todas las veces anteriores. —Empezó a lloriquear.

—Los perfumes están altamente desaconsejados desde hace mucho tiempo, al menos para recién nacidos —aseguró Hiroshi, para luego mirar con horror el talco para bebés—. Igual que esto. —Lo arrojó también—. Termina de comprar ropa, asegurándote de que sea de algodón, y vamos otra vez al área de higiene, necesitamos productos más hipoalergénicos y también crema anti pañalitis y si tienen con óxido de zinc mejor.

Ark y Kohaku intercambiaron una mirada, ambos sorprendidos.

—Este sí que sabe demasiado —murmuró la señora Saionji, sorprendida—. Creo que sabe más que yo... y eso que tengo un bebé. —Abrazó a su hijita contra su pecho.

—¿Y tú ya has tenido mocosos antes o por qué sabes tanto? —preguntó Ark, siguiéndolos con desgano mientras iban al área de higiene.

—Se llama estudiar. No solo me quedó en mi área, también me gusta aprender sobre otras cosas. —Volteó a verlo con una mueca.

—Je, a mí se me hace que estuviste viendo los episodios anteriores y viniste bien preparado.

—¿Me estás acusando de hacer trampa? —Una vena se hinchó visiblemente en el cuello de Hiroshi.

—Si el saco te queda, póntelo. —Rio maliciosamente.

Hiroshi rodó los ojos y decidió ignorarlo.

—No soporto a este Ark. —La madre de los cinco hijos negó con la cabeza.

Luego de comprar todas las cosas raras que dijo Hiroshi, compraron pañales y luego biberones junto con el líquido especial para los muñecos hiperrealistas.

—Espero que el programa haga un anuncio de que estos métodos son exclusivos para un muñeco y no se aconsejan para bebés reales —murmuró Hiroshi mientras veía a Kohaku meter biberones en el carrito—. Bueno, por más acertados que estén mis métodos cada bebé necesita un seguimiento de su pediatra, y en realidad yo no recomendaría comprar tantos biberones, lo mejor es la lactancia materna exclusiva. Espero que nadie tome esto como ejemplo. —Mientras decía eso, un texto en miniatura empezó a correr en la parte inferior de la pantalla, avisando que el programa aconsejaba no imitar los métodos vistos ni basarse en los datos como verídicos pues cada bebé necesitaba un seguimiento y los padres solo debían seguir los consejos de los pediatras. El texto también decía que el programa renunciaba a toda responsabilidad por si alguien quería imitar cualquier cosa que apareciera en este.

Al final Ark no hizo casi nada, mientras que Hiroshi comprobó la calidad de cada producto y tomó el mando completamente en las cosas que podrían necesitar, por lo que la verdad Kohaku tampoco hizo mucho, solo elegir algunas ropas bonitas.

Cuando se les acabó el tiempo, Gen apareció a explicarles lo que tendrían que hacer a continuación.

—Para el reto de conseguir a su recién nacido, Hiroshi-chan y Ark-chan deberán competir por ser quien esté al lado de Kohaku-chan al momento en el que nuestra enfermera le entregue el bebé~. ¡Para ello, deberán ponerse estos patines! —Un ayudante les entregó dos pares de patines a los galanes—. ¡Y cargar con estos pesados bolsos! —Otro ayudante les dio un bolso a cada uno, bolso tan pesado que los dos se fueron un poco para abajo cuando se los colgaron de un brazo—. ¡El primero en llegar a la salida gana! ¡Vayan ya!~

A pesar de que Gen dio la señal, los dos tardaron unos buenos treinta segundos en ganar equilibrio y empezar a patinar. Ark se enderezó primero y empezó a avanzar, pero a medio camino se tropezó con un envase de talco para bebés y cayó de cara al suelo, por lo que Hiroshi tomó la delantera y logró ganarle.

—¡SÍ! ¡HIROSHI!

—¡HURRA!

—¡No deja de patearle el trasero a ese Ark!

—¡HIROSHI! ¡HIROSHI!

El público aplaudió por la victoria del cuarto galán.

Ark se quedó deprimido en una esquina mientras la enfermera entraba al supermercado a entregarle a la muñeca bebé a Kohaku y Hiroshi.

Kohaku apretó fuertemente los labios al ver que esta era otra muñeca con cabello verde, y además tenía los ojos rojos. Iba a hablar muy seriamente con Gen después de este programa.

—Con que esta es la bebé. —Hiroshi la observó con curiosidad—. Hmm, demasiado grande para una recién nacida, pero bueno, es una muñeca.

—¿Cómo van a nombrarla?~ —preguntó Gen.

Kohaku miró a Hiroshi.

—Eh... Mmm... ¿Sumi? —sugirió.

—Me gusta. —Asintió.

—Ya puedes ver al bebé, Ark-chan~ —canturreó Gen, a lo que el aludido salió de su rincón y se acercó—. No olvides que también es posible que sea tuya... de forma ficticia.

—Je, claramente se parece a mí. —Sonrió ladinamente—. Tiene mi encanto.

—Si esa es tu forma de decir que es linda, lo es. —Kohaku rio, aunque negando con la cabeza.

—Qué presumido. —La cuñada del matrimonio con cinco hijos bufó.

—¡Bueno, eso es todo por hoy! —gritó Gen de pronto.

—¡¿QUÉ?! —Todo el público se quedó boquiabierto. No se habían dado cuenta de que ya pasó la hora que duraba cada episodio.

—Mañana continuaremos donde lo dejamos de nuevo con Hiroshi-chan y Ark-chan. ¡No se lo pierdan!~

.

Ese viernes, todos estaban ansiosos por ver cómo seguiría el programa, más por el corte tan abrupto que había tenido el día anterior.

—¡No puedo esperar para ver a Hiroshi opacar por completo otra vez a Ark!

—¡No tiene oportunidad!

—¡Si no gana Daisuke, entonces que gane Hiroshi!

Cuando llegó la hora, todos sintonizaron el canal y gritaron de emoción al escuchar la musiquita empalagosa de siempre luego de los comerciales.

Esta vez la escena empezó directamente en una nueva casa con Gen, la enfermera, Kohaku y los dos galanes ya ahí, con la muñeca llamada Sumi en brazos de la protagonista.

—¡Bienvenidos a un nuevo episodio de Juego de citas! ¡Como recordaran, debido a castigos pendientes Hiroshi-chan y Ark-chan están compartiendo sus días con su amada Kohaku-chan!~ Hoy están jugando en este desafío ficticio sin ningún significado a que son el esposo actual y el ex de nuestra protagonista que interpreta su papel ficticio con un bebé ficticio que podría ser de uno o del otro, de forma ficticia. —Kohaku siguió mirando feo a Gen, pero no lo mató. Bien. Suspiró aliviado y siguió—. ¡Hoy deberán cuidar entre los tres a su muñeca bebé hiperrealista a la que nombraron Sumi-chan! ¡Tendrán cuatro horas cuidando de ella y además conviviendo entre ustedes! Las instrucciones están aquí~. —La enfermera la tendió un sobre a Hiroshi y un sobre a Ark—. Como Hiroshi es el esposo oficial, ficticio, él podrá pasar más momentos junto a Kohaku-chan, pero tampoco dejaremos a Ark-chan sin nada. Ah, y asegúrense de portarse bien y no pelear~. —Guiñó un ojo—. ¡Su tiempo empieza ahora!~

—Parece una bebé más tranquila —señaló Kohaku, mirando amorosamente a la pequeña muñeca en sus brazos.

—Lo primero en la lista es alimentarla, luego desinfectar el área del cordón umbilical y luego contarle un cuento, cantarle o algo así.

—¿Y para qué? —Ark bostezó—. Primero, es una muñeca. Segundo, se supone que es una recién nacida, esas cosas no sirven de mucho en esta etapa.

—Necesitan estimulación y cercanía a sus padres. —Hiroshi lo miró mal—. Tú no tienes que hacer nada, yo me encargo. ¿Por qué no preparas sus biberones mientras? Sé útil.

—Uuh... —El hijo pre-adolescente del matrimonio con cinco hijos se inclinó interesado hacia la pantalla, esperando ver un poco de discusiones y peleas.

—Primero me quitas a la leona y luego me tratas de sirvienta, ¿algo más que quieras hacer para terminar de fastidiarme?

—No soy una leona. —Kohaku realmente se estaba hartando de su apodo robado.

—Si tanto te molesta, veté, oficialmente esta es mi casa. —Sonrió con superioridad.

—Me iré, pero a hacerme un sándwich. ¿Quieres uno, leona? —Metió las manos en los bolsillos de su chaqueta informal y se marchó a la cocina.

—¡Sí! —Sonrió inmensamente, para luego fruncir el ceño—. ¡Y no me digas así!

Poco después de eso, la bebé muñeca empezó a llorar de forma aguda y estridente, a lo que Hiroshi le sugirió que cantara para calmarla mientras le preparaba un biberón. Sorprendentemente funcionó bien, y luego de comer volvió a dormirse.

Cuando Ark regresó con los sándwiches, Kohaku le dio el bebé a Hiroshi, que se dedicó a la tarea de desinfectar la supuesta área del cordón umbilical.

—¿No usas algodón con eso? —preguntó Ark con curiosidad mientras le daba un gran mordisco a su comida.

—El algodón puede provocar infecciones en el área del cordón, es mejor la gaza —le explicó sin verlos, más concentrado en su tarea.

—Oh, no sabía eso —dijo Kohaku con la boca llena—. Eres genial, Hiroshi.

Hiroshi sonrió complacido, mientras que Ark bufó.

—Sí que está siendo muy desplazado —murmuró la señora Saionji, sintiéndose un poco mal por el menos querido de los galanes.

Adelantaron la cámara hasta que fue momento de que Kohaku le cantara algo a la muñeca para dormirla, tenía una voz bastante bonita.

—Ella es descendiente de Lillian Weinberg, ¿no? —preguntó Luna, a lo que Ryusui asintió—. Claro, también canta bien, aunque no tanto como Lillian.

Lo más interesante fue ver a Hiroshi sonriendo como idiota mientras escuchaba a Kohaku. Ark, por otro lado, estaba otra vez en el rincón, aunque no deprimiéndose, más bien miraba atentamente a Kohaku, como si estuviera pensando en algo.

Luego, la cámara siguió adelantando todo en lo que alimentaban a la muñeca, cambiaban pañales, limpiaban y corrían de un lado para otro en la casa, aunque mayormente se veía que Hiroshi hacía la mayor parte del trabajo, mientras que Ark merodeaba por ahí y Kohaku solo aprovechaba cada momento para cargar a la linda bebita artificial.

—Es hora de dar un paseo —anunció Hiroshi luego de que pasara un buen rato—. Por suerte conseguí un portabebés ergonómico, es lo mejor para este tipo de cosas. ¿Quieres llevarlo tú, Kohaku?

—Ah, claro. —Kohaku dejó que le pusiera una especie de tela rara que pasaba por su hombro y sostenía muy bien al bebé, envolviéndolo de modo que el bebé estuviera recostado más que sentado.

—Este portabebés los sostiene mucho mejor y no deja que cargue con su propio peso, tiene una posición natural y lo ayuda a descansar mejor sobre su cuidador. Lo recomiendo para todos los padres, otro tipo de portabebés está desaconsejado por la mala posición y problemas que podría traerle a un bebé. —Miró a la cámara como para reafirmar que hablaba en serio—. Pueden consultarlo con su pediatra.

—Anótalo —le pidió la señora Saionji a Ukyo, que rápidamente fue a buscar una libreta y una pluma.

—Deja que yo pasee con ella —pidió Ark de pronto cuando Hiroshi ya estaba dirigiéndose a la puerta con Kohaku y la muñeca.

—¿Ah? —A Hiroshi no pareció gustarle la idea.

—Las has estado acaparando, también tengo derecho, sabes. —Le enseñó la lista que le dieron, señalando las letras que decían que debía pasar algo de tiempo con ellas también.

—Pues vamos todos —sugirió Hiroshi, cruzando los brazos.

—No. Tú quédate —rebatió Ark.

—¿Y si me niego?

Ambos tensaron las mandíbulas y de nuevo el programa hizo efectos visuales de rayitos saliendo de sus ojos.

—Esto es ridículo. —Kohaku se interpuso entre ellos, frotando sus sienes—. He visto sus listas, tenemos que hacer dos paseos. Primero iré con Ark y luego contigo, Hiroshi. ¿Cuál es el problema? —Los miró con cansancio.

—¿Por qué con él primero? —Hiroshi volteó a verla de inmediato.

—¡Ya la escuchaste! —Ark salió triunfante al patio.

A Hiroshi no le quedó más remedio que resignarse, sentándose en una silla con los brazos cruzados.

—Me gustaría consolarlo... —murmuró Luna soñadoramente.

—Al fin nos deshicimos de él —dijo Ark casi en el oído de Kohaku una vez se alejaron varios metros de la casa, caminando por el gran patio trasero.

—¡A todos nos gustaría deshacernos de ti! —gritó alguien en las gradas.

Kohaku rio divertida, negando con la cabeza.

—Oh, vamos, hasta tú debes admitir que nos ha ayudado mucho. Él hizo casi todo. —Miró cariñosamente a la muñeca descansando contra su pecho. Era tan real... sus ojitos estaban entrecerrados, como si de verdad estuviera relajada—. Aunque admito... que me alegra poder tener a la bebé conmigo más tiempo. La acapara mucho.

—Tú te molestas de que él acapare a la muñeca y yo de que él te acapare a ti, tenemos un enemigo en común, debemos eliminarlo, ¿no crees? —Rio entre dientes.

—¡Ja, ya quisieras! Él probablemente te esté salvando de recibir otro castigo por estar cuidando tanto de la bebé, deberías ser más agradecido.

—Tal vez en unos diez... o veinte, o cincuenta trillones de años le dé las gracias. —Se llevó las manos a la cadera, riendo mientras negaba con la cabeza.

Kohaku se rio, mientras que el público ya estaba maldiciéndolo por desagradecido y celoso.

Luego de terminar el paseo, volvieron a dentro y Hiroshi tomó a la bebé para empezar con la tarea de darle un baño. Kohaku lo ayudó, pero el chico con máscara de león se encargó de la gran mayoría.

Después de más cambios de pañales, más biberones y otras tareas, tocó otro paseo y esta vez Kohaku salió con Hiroshi.

—¿Quieres que la llevé yo? —preguntó Hiroshi, al ver que Kohaku de nuevo estaba con la muñeca en el portabebés.

—No. —Abrazó a la bebita realista contra su pecho protectoramente.

—No estarás teniendo celos de mí, ¿verdad? —preguntó Hiroshi, riéndose con diversión.

—¡Ja! C-claro que no, no sé de dónde sacas eso. —Rio nerviosamente.

—Bueno, me alegra no ser el único celoso aquí... —susurró más para sí mismo, pero Kohaku lo oyó y volteó a verlo, por lo que Hiroshi sonrió—. Ups, ¿escuchaste eso? Lo siento —Rio suavemente—, pero no es como que no lo sepas. Me gustas. —La miró directamente a los ojos—. En serio me gustas. Y claro que estoy celoso de Ark y de los otros también, aunque sabía en lo que me metía cuando accedí a participar en este programa... —Frotó su nuca con un suspiro.

—Oh. —Kohaku no supo que más decir.

Ninguno de los cinco le había dicho de forma tan directa que le gustaba. Esta era una confesión de verdad.

Claro que Sebastian había dicho que le gustaba "todo de ella", y los demás también dijeron cosas parecidas, incluso Ark dijo que ella era "la única que le había llamado la atención", pero Hiroshi... le había dicho directamente, mirándola a los ojos, un "me gustas".

Evitó mirarlo, pero incluso para la cámara fue evidente que su rostro había enrojecido considerablemente.

Luego de mostrar eso, la cámara de pronto enfocó a Ark mirando a la pareja desde una de las ventanas de la casa, pero de pronto Ark dejó de mirarlos y se fue hacia otra habitación.

—Punto para Hiroshi —exclamó la señora Saionji.

—¿Por qué esas cosas no me pasan a mí? —Luna empezó a lloriquear y Sai sacó su caja de pañuelos de emergencia espacialmente preparada para la chica estadounidense.

Luego del paseo, Hiroshi y Kohaku siguieron cuidando de la muñeca Sumi mientras Ark preparaba bocadillos para que Kohaku pasara un tiempo a solas con ellos, como pedía la lista de instrucciones.

—Ustedes primero, yo cuidare de la mocosa mientras. —Dejó los bocadillos en la mesa y se fue al cuarto donde la bebé dormía tranquila.

Kohaku se le quedó viendo mientras se iba. ¿Por qué lo sentía tan distante de pronto?

—Uf, cuidar un bebé es realmente agotador. —Hiroshi se dejó caer en su silla con un gran suspiro.

—Parecías apañártelas más que bien —opinó Kohaku, lanzándose directamente a comer—. Sí que has estudiado mucho de bebés, ¿eh?

—Sí, he estado investigando, ya que quiero ser padre muy pronto. —Volvió a mirarla directamente y Kohaku de nuevo se sonrojó.

—¡Ja! Bueno, me has enseñado muchas cosas útiles. Cuando sea madre definitivamente recordaré esto. —Evitó mirarlo.

—Pues no será tan necesario porque parece que se va a quedar con este~ —canturreó la hija adolescente del matrimonio con cinco hijos.

—¡Claro que no! ¡Daisuke es el amor de su vida! —rebatió su tía.

—¡Para nada! ¡Sebastian es el mejor de todos! —su hermano pre-adolescente también se metió.

—¡Ya cállense, no dejan oír!

—Lo más importante es tener un buen pediatra —le aseguró Hiroshi—. Esto es solo la punta del iceberg, ya sabes. Son años de trabajo duro criando a un bebé de verdad.

—Sí, pero vale la pena. —Sonrió soñadoramente.

Hiroshi sonrió casi embobado, pero entonces se escuchó el llanto de la muñeca y Kohaku desapareció antes de que pudiera siquiera parpadear.

Cuando Kohaku llegó a la habitación donde estaba la bebé, Ark ya la tenía en sus brazos y estaba meciéndola con un poco de torpeza, sin haberse dado cuenta de la presencia de Kohaku, que se quedó parada en el marco de la puerta.

—Vamos, mocosa, tranquila, apenas has llorado en todo el día y justo ahora lo haces. Tú lo que quieres es hacerme quedar mal, ¿eh? —Rio con suavidad, acomodándola más en sus brazos—. Bueno, aunque es una buena excusa para sostenerte por una vez... Me pones un poco incómodo, no lo niego, pero no puedo negar que eres absurdamente adorable. —Poco a poco, el llanto de la bebé empezó a disminuir—. Agradezco poder cargarte, ¿sabes? Quizás sea la última vez que sostenga a un bebé... —Ahora la muñeca solo emitía leves sollozos y Ark de pronto la abrazó contra su pecho, sosteniendo cuidadosamente su cabecita y mirando al techo mientras la bebita finalmente dejaba de llorar—. Je... esto es más agradable de lo que pensaba... —Sonrió de la forma más dulce y suave que se le había visto nunca.

Kohaku se le quedó mirando boquiabierta, con el rostro profundamente enrojecido.

Todo el público estaba en silencio mortal, sin poder creer lo que acababan de ver del Sr. Insensible.

—N-no puede ser... Creo que ahora me gusta —murmuró una chica en el público.

—Ay, Dios... ¡¿Por qué de repente se me hace lindo?! —chilló otra chica.

—Esa faceta de "papi" le queda muy bien —masculló otra, casi babeando.

—N-no, no le creo nada, seguro está intentando ganarse nuestra confianza —dijo otra chica.

—Sí, sigue siendo un patán —afirmó otra.

—Jamás me va a agradar. —La mayoría de hombres estaba de acuerdo en eso.

—Que tenga algo de bueno no quita lo malo.

—¿Qué pasa aquí? —La atención volvió al programa cuando Hiroshi se apareció en el cuarto, delatando su presencia y la de Kohaku para Ark, que se estremeció como si hubiera sido atrapado haciendo algo malo.

—Eh... ¡Justo a tiempo! ¡Ya casi se acaban las cuatro horas! —Ark se paró y le entregó la bebé a Hiroshi, para luego tomar la muñeca de Kohaku y arrastrarla al comedor—. ¡Encárgate mientras convenzo a "tu esposa" de dejarte por algo mejor, o sea yo!

—Y ahí está el clásico Ark. —La mayoría del público volvió a abuchearlo, pero había unas cuantas chicas que no dejaban de mirarlo con corazones en los ojos.

Se sentaron en el comedor y Ark se llevó un bocadillo a la boca de inmediato.

—Entonces, ¿has pensado en mi oferta de llevarle mi lista de preguntas a esos científicos importantes que conoces?

Kohaku lo miró con una ceja arqueada, antes de reír por lo bajo.

—Ja, pues podría intentarlo. O mejor, podría pedir que te den un trabajo en el laboratorio, cuando el programa termine, claro.

—Claro, suena bien. —Asintió repetidamente, pero no parecía que le importara mucho, sorprendentemente, parecía inquieto por algo.

—Ark...

—¿Q-qué?

—Tú...

—¡Y se acabaron las cuatro horas! —Gen entró de una patada a la casa de pronto, haciendo a Kohaku y Ark caerse de la silla, arruinando totalmente el momento—. ¡Eso fue todo por esta semana!

—¿Ya se acabó el tiempo? —Hiroshi llegó a la sala cargando a bebé Sumi.

—Así es~. Sin embargo... ¡no se acabó esta temática! ¡La siguiente semana seguiremos con los desafíos de Baby Doll!~

—¡¿EEEEEEH?! —El público quedó muy sorprendido.

—Pero no se preocupen, será todo muy diferente, porque ahora tendrán que cuidar de bebés más grandecitos, además de enfrentarse a problemas matrimoniales o de pareja, pero eso lo averiguaran en la próxima semana~. —Guiñó un ojo a la cámara—. ¡Gracias por sintonizarnos! ¡Nos vemos en el próximo episodio de Juego de citas!

Y, así como así, dejando al público lleno de expectativas, el programa llegó a su fin.

.

Ese sábado Kohaku se despertó harta de las llamadas de gente queriendo entrevistarla no solo por el programa, sino también por su relación con Senku. A pesar de que había pasado toda una semana, seguían enfrascados y obsesionados con el tema del "sexto galán" que ellos mismos se inventaron.

Al menos Minami ya no le insistía, pero sí otros molestos reporteros que no entendían un "no".

Ir a trabajar en la construcción era muy molesto, todos sus compañeros de trabajo le preguntaron por el programa y también por Senku, y a cada rato tenía que escuchar rumores estúpidos y comentarios indiscretos sobre su vida amorosa.

Gen le había advertido las consecuencias de ser la protagonista de este programa, pero Kohaku aceptó todo impulsivamente sin siquiera pensarlo por su desesperación de encontrar un esposo que pudiera amar aunque sea un poquito para sacarse a Senku de la cabeza y formar la familia que tanto quería. Ahora lo lamentaba un poco, tanta atención era muy molesta.

Cuando recibió otra llamada, estaba a punto de rechazarla enfurecida, hasta que se dio cuenta de que era Yuzuriha la que la estaba llamando.

—¿Hola?

—Hola, Kohaku-chan. Sé que debes estar cansada porque trabajaste incluso hoy para compensar que no trabajaste tanto esta semana, pero necesito tu ayuda...

—¿Pasó algo malo?

—Más o menos...

—¿Qué pasó?

—Bueno... Taiju se convirtió en una estatua y re rompió en cientos de pedacitos...

—¡¿QUÉ?!

Kohaku fue en su motocicleta a la casa de los Oki, que vivían junto al bosque. Encontró a Yuzuriha junto a Senku y su hijito Kinji de tres años en el bosque, juntando trocitos de la estatua de Taiju. Ellos estaban arrodillados junto a un desnivel en el que había varias rocas grandes y puntiagudas.

Al verla, Yuzuriha le explicó que Kinji había estado jugando con Whyman y lo activó por accidente, pero Taiju se lo quitó a tiempo y al tratar de alejarse para no convertir en piedra a su hijo se cayó por el desnivel al mismo tiempo que se convertía en piedra, rompiéndose en cientos de pedazos por las rocas.

—¿Por qué Kinji estaba jugando con Whyman? —les preguntó, ceñuda.

—Siempre dejó que juegue con él. —Senku rascó su oído con despreocupación, sin verse siquiera un poco preocupado—. Es un mocoso cuidadoso, pero esta vez le ganó la curiosidad y le preguntó cómo funciona, Whyman se lo explicó y Kinji solo repitió lo que le dijo como ejemplo, activándolo por accidente.

—¿P-podremos rearmar a Taiju? ¿No?

—Sí, aunque perdí un poco la práctica de reconstruir estatuas, pero no es imposible, los pedazos no son tan exageradamente pequeños. —Yuzuriha rio con nerviosismo—. Tenemos que encontrarlos todos, pero es difícil con tanta tierra y piedritas naturales que hay por aquí. Senku pensó que con tu visión reconocerías más fácilmente los fragmentos. ¿Podrías ayudarnos?

—¡Ja, claro que lo haré! Sabes que hago lo que sea por mis amigos. —Se arrodilló junto a ella.

Luego de unos minutos, Kohaku encontró todos los fragmentos y ayudó a cargarlos en una bolsa para llevarlos adentro de la casa.

—Iré por el pegamento especial que hizo Senku-kun y luego me pondré a rearmar la estatua, ¿podrían cuidar a Kinji mientras tanto?

—¡Por supuesto! —Kohaku accedió sonriente.

Llevaron a Kinji al patio delantero y Kohaku le ofreció jugar a la pelota mientras Senku hacía de árbitro, pero el pequeño idéntico a su madre se veía desanimado.

—¿Qué tienes? ¿Estás bien?

—Sí... —Sonrió, pero su sonrisa era temblorosa y se notaba que sus ojitos castaños estaban aguados.

—Si te culpas por lo de tu padre, no lo hagas. —Senku se arrodilló sobre una rodilla para estar a la altura del pequeño—. Solo a ese cabeza hueca se le ocurre saltar en un pie en un bosque. —Bufó con resignación—. No es tu culpa.

—Pero... —Su labio inferior empezó a temblar.

—Kinji, tu papá estará bien. —Kohaku acarició su cabello cariñosamente, despeinando un poco su flequillo abierto—. No te preocupes por él ni te culpes, fue solo un pequeño error, todos cometemos errores, lo importante es aprender de ellos.

—Pero mi tío Senku le dijo a Kinji que tuviera cuidado con Medusa... —Sollozó un poco—. ¡Debí ser más cuidadoso! ¡WAAAAA! —Empezó a llorar a todo pulmón.

Kohaku lo abrazó riendo, mientras que Senku le frotó la espalda con una sonrisa divertida.

—Ya, mini-cabeza hueca, tú solo querías saciar tu curiosidad sobre cómo funcionaba Whyman, y eso es algo que me enorgullece mucho. Siempre que tengas una pregunta, siempre que sientas esa curiosidad en ti, el hambre por aprender, debes preguntar, debes aprender.

—¿E-en serio? —Volteó a verlo con ojos brillantes—. ¿Tío está orgulloso de Kinji?

—Al diez billones por ciento. —Le frotó el cabello, y finalmente Kinji sonrió con genuina alegría.

Estuvieron jugando en el patio hasta que Yuzuriha finalmente anunció que había terminado de reconstruir la estatua de Taiju y Senku le dio un frasco de líquido despetrificador, por lo que volvió a la vida de inmediato.

—¡AAAH! ¡Kinji, cuidado! —gritó al despertar—. ¡Oh, qué bien que estás bien! —Cargó a su hijito en brazos y comenzó a dar vueltas por la habitación, haciéndolo reír a carcajadas.

Luego de pasar más tiempo con sus amigos, Kohaku decidió irse y se despidió, y sorpresivamente Senku decidió irse con ella.

—Oh, pero... vine en mi motocicleta y...

—Genial, necesito hacer una parada en la playa. ¿Me llevas?

Kohaku no pudo decirle que no y se subieron a su motocicleta. Intentó no desmayarse o chillar cuando él envolvió sus brazos alrededor de su cintura. Mierda, ¡estaba más nerviosa que nunca con él!

Decidió darle su casco a Senku, ya que solo tenía uno, y aun así él le reclamó por conducir demasiado rápido.

—¿Quieres matarnos, leona? —le preguntó jadeando y temblando levemente una vez llegaron a la playa.

—Ja, exageras. —Se volteó para pedirle el casco, pero de pronto se congeló, mirándolo fijamente.

—¿Qué? —Se quitó el casco anaranjado y se lo tendió—. ¿Tengo algo en la cara, leona?

—No... —Sacudió la cabeza—. ¡Y no soy una leona! —Colgó el casco en la moto—. ¿Y qué necesitas en la playa?

—Estamos probando un nuevo dispositivo que detecta recursos sumergidos en el océano, aunque por ahora solo los pusimos en las costas como prueba preliminar. Quiero asegurarme de que siga funcionando, ya que la última vez presentó fallas. —Sacó una Tablet extraña y empezó a teclear rápidamente.

—¿Y cómo va la base lunar? —preguntó, intentando pensar en cosas científicas y no en sus sentimientos.

—Estará lista en un par de meses, aunque es solo el principio, el primer paso antes de acercarnos a la primera ciudad en la luna. —Sonrió como un psicópata, antes de seguir tecleando.

—¡Ja, eso ya lo sé! Todos los proyectos son pequeños pasos para algo cada vez más grande. —Sonrió, mirando al sol ya comenzando a ocultarse en el horizonte, fundiéndose con el mar—. La ciencia nunca se detiene. Y tú tampoco... —susurró, apretando los puños.

—Tienes razón, nunca me detengo. —Se estremeció al oírlo hablar. No pensó que le estuviera prestando atención—. Siempre me pongo nuevos objetivos, y siempre hago todo lo que está en mi poder y lo que no también para lograrlo. —Sonrió descaradamente—. Sin embargo... no todos mis objetivos se limitan al laboratorio, también tengo otros intereses.

—Ja, sí, claro. —Sonrió secamente.

—¿No me crees, leona?

—Deja de llamarme así. —Volteó a mirarlo mal, pero se estremeció cuando de pronto tuvo su rostro muy cerca del suyo. ¡¿Cuándo se había acercado tanto?!

—Estuve viendo el estúpido programa de Gen otra vez, ya sabes.

—¿A-ah, sí?... —Tragó saliva, retrocediendo un paso, pero Senku inmediatamente avanzó uno—. ¿D-de nuevo cenabas con Taiju y Yuzuriha?

—¿Eh? Ah, sí. —Rio entre dientes—. Sí, de nuevo. Aman ese programa.

—Es muy popular... A mucha gente les gusta.

—Sí, tanto que hasta te siguen por las calles, queriendo sacarte fotos y queriendo meterme a mí en medio. —Volvió a reír—. Como ahora, que hay un idiota siguiéndonos.

—¿Qué?

—No voltees —le advirtió, justo cuando estaba a punto de voltear—. Es muy molesto, ¿verdad? También me han estado acosando y llamándome "sexto galán". Ridículo.

—Sí. Es ridículo. —Apartó la mirada—. Ellos no te conocen en lo absoluto, de lo contrario sabrían que tú jamás podrías ser como los cinco del programa...

—¿Con qué sí? —De pronto la miró muy seriamente.

—Ja, es obvio que no te prestarías a semejante espectáculo. —Sonrió con sequedad.

—Puedo dar un espectáculo cuando quiero.

—¿Cómo cuál? —No lo tomó en serio en lo absoluto.

—Como este. —De pronto tomó su barbilla y la besó de lleno en los labios.

La besó, allí, en esa playa, con esa preciosa puesta de sol de fondo... y en la mira de un reportero con su cámara lista.

No había duda que esa foto estaría por todas partes al día siguiente... Al menos era una foto hermosa.

Continuará...

Holaaaa :D

Uff, esto me quedo más largo de lo q esperaba D: Ojala les haya gustado :3

Muchas, muchas, muchisimas gracias por todo su apoyo al fic! Me alegra q les esté gustando :'D

Adoro escribir este fic, tambien, es muy divertido XD Por eso les traigo actualización rapidita!

Pero díganme, díganme, cuáles son sus teorías del giro que tendrá el fic? OwO No sean timidos, cuéntenme OWO

Como ya leyeron, seguiremos con la tematica de Baby Doll por un par de caps más, pero con cambios importantes xD Ya lo verán UwU

De nuevo muchas gracias por todo su apoyo y no olviden q se les ama!

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

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