Baby Doll (Parte 1)
Kohaku pudo librarse de sus amigas diciéndoles que esa foto no tenía nada de romántico y que un tipo solo los había fotografiado cuando Senku intentaba decirle algo importante sobre trabajo (lo cual quizás era cierto, aunque no había entendido nada por estar conteniendo sus ganas de besarlo). Ellas no parecieron del todo convencidas, pero dejaron morir el tema de interrogarla para pasar a consolarla cuando la mitad del internet se puso en su contra por supuestamente estar "traicionando" a los galanes del programa. La otra mitad la defendía o parecía intrigada por su relación con Senku.
Al día siguiente, el tema bajó de intensidad y la gente parecía querer que saliera a dar una explicación, sin contar los estúpidos "memes" que hacían al respecto, por lo que Kohaku estaba esperando una llamada de Gen para que le dijera qué diablos debía hacer.
Cuando Gen la llamó, sin embargo, no fue por nada relacionado al escándalo que sucedió por esa foto con Senku, sino para que saliera temprano de su trabajo y se reuniera con él en las instalaciones del programa después de almorzar.
Intrigada, siguió sus instrucciones, preguntándose qué era lo que estaba planeando ahora ese murciélago rastrero.
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Doce minutos de publicidad, música empalagosa y pétalos de flores, eso vieron todos los televidentes de Juego de citas ese lunes al encender sus televisores con ansias del nuevo episodio.
—¡Bienvenidos a todos a una nueva semana y un nuevo y emocionante episodio de su programa de citas favorito! —Gen hizo llover más pétalos y brillantina—. ¡Primer día de la semana, lunes, día del primer galán: Sebastian-chan! —Aplaudió con entusiasmo que el público imitó—. ¡Sin embargo, hoy la parejita no se presentará en el escenario!
—¡¿QUÉ?! —El hijo pre-adolescente del matrimonio con cinco hijos brincó en su sitio con indignación—. ¡Yo quiero ver a Sebastian, es el mejor!
—Como ya saben, nueva semana significa nueva temática~. ¡La temática de esta semana es más larga y compleja que las otras temáticas! Por lo tanto, tuvimos que grabar antes de horario y ustedes verán un resumen de las tres horas que la pareja tuvo junta. —Guiñó un ojo a la cámara—. ¡Sin más que decir... empecemos!
El logo del programa apareció en pantalla, para luego cambiar a un sitio bien iluminado que parecía ser un gran supermercado, y en medio de un amplio pasillo se encontraban Kohaku y Sebastian con su característico disfraz de doctor de la peste negra.
—¡Buenas tardes, parejita!~ —Gen se acercó al par con una gran sonrisa—. Deben estar confundidos respecto a porqué los llamamos temprano hoy. Resulta que esta vez el reto será de varias horas, así que Kohaku-chan probablemente deberá hablar con su trabajo para concederle tomarse medio día libre~... lo cual no es problema, ¡porque yo soy uno de los fundadores de la empresa para la cual trabaja!~ —Guiñó un ojo a la cámara.
—¡Gen es el mejor! —La hija adolescente del matrimonio con cinco hijos no dejaba de babear por él.
—Pero deben estarse preguntando... ¿cuál es la nueva temática de esta semana? ¡Pues bien, déjenme felicitarlos! ¡Porque serán padres!
—¡¿QUÉ?! —gritó toda la audiencia y la misma Kohaku.
—¡La temática de esta semana es la de cuidar a un bebé!~ Ya que lo que Kohaku-chan busca es un compañero de vida con el que criar a sus hijos, le hemos pedido al Dr. Xeno que cree muñecos de bebés hiperrealistas que actuaran como sujetos de practica para futuros padres~. Los creo antes de irse a Estados Unidos, pero desde entonces les han dado los toques finales y por fin están listos para ser usados en el programa~. Fue antes de lo que esperaba, debo decir, eso gracias al increíble equipo científico que tenemos, desarrollando la civilización a pasos agigantados con ayuda de Whyman-sensei~.
—Desde que obtuvimos los semiconductores hace tres años la civilización ha avanzado a toda marcha —comentó Xeno tranquilamente desde su lugar en Estados Unidos—. Gracias a los conocimientos de Whyman hemos podido aprovechar nuestros recursos al máximo y por eso ya estamos cerca de terminar nuestra primera base lunar, que es solo el primer paso antes de pasar a construir la primera ciudad lunar. La terraformación. Unos simples muñecos robots que ya existían en la época pre-petrificación no son nada, de hecho, con los profesionales que contrató Gen incluso se mejoraron los modelos para aumentar su realismo y hacerlo acorde a lo que necesita.
—Espero que al menos te haya pagado bien —murmuró Stanley con un cigarrillo en la boca, aburrido de tanta charla científica, aunque lo de las ciudades en la luna no sonaban nada mal.
—¿Cuidar a un bebé? —Los ojos de Kohaku se iluminaron—. ¡Ja, finalmente has traído un juego realmente divertido de hacer, Gen!
—Supuse que te gustaría, Kohaku-chan~ —Sonrió sinceramente—, pero te advierto que no será nada fácil. Sé que tienes un sobrinito, pero es muy distinto el criar un bebé con tu pareja que ayudar a una pareja con un bebé~. Además que es un recién nacido~. Espero que estén listos para el desafío.
—¡Claro que lo estoy! ¿Qué hay de ti? —Miró al callado Sebastian, que tenía las manos en la cintura y casi parecía aburrido, aunque era difícil de decir porque literalmente no había ni un centímetro de su cuerpo visible.
—Haré lo que sea necesario —murmuró él, desinteresado.
—¡WUU! ¡Sebastian! —El hijo preadolescente del matrimonio con cinco hijos aplaudió con entusiasmo, pero fue tan ruidoso que su padre le dio un zape en la nuca.
—¡El primer reto es muy sencillo! ¡Descubrieron que tendrán un bebé varoncito y deben comprar todo lo necesario para criarlo en cuanto nazca! Como pareja, ahora deben comprar todo lo que necesitaran en este supermercado. Les advierto que en cuanto tengan a su bebé no les daremos nada para cuidarlo~ y necesitará muchos cuidados, ¡tantos como un bebé real!~ Si les falta algo o compran algo equivocado, el bebé llorará de más o necesitará atención médica. Si su bebé llora más de lo programado como aceptable, demostrando una negligencia parental, recibirán un castigo la próxima semana. Si su bebé necesita atención médica por culpa de que compraron algo que no debían, recibirán un castigo peor. Si el bebé llora tanto que exceda los parámetros por mucho, perderán el desafío por completo y la próxima semana perderán su día juntos y en cambio Kohaku-chan pasará el día con los otros galanes o respondiendo preguntas del público~.
—Esto debería ser interesante —murmuró la señora Saionji, interesada.
—¡Tienen media hora para comprar todo, aunque en el programa se verán solo unos diez minutos! ¡Empiecen!~
Con una lluvia de pétalos, Sebastian y Kohaku marcharon a adentrarse en los pasillos de la tienda.
Kohaku se aventuró al pasillo donde vendían ropa para bebés, empezando a ojear prendas de vestir con emoción.
No sabía cómo era el bebé que les darían, así que empezó a comprar cosas como si fueran para su sobrinito Ruchiru, conteniéndose de chillar por lo lindo que era todo. Pequeñas camisetitas, pantaloncitos y zapatitos, ¡era tan adorable!
—El muñeco que nos darán será de un recién nacido. —Sebastian llegó a su lado de pronto, arrastrando un carrito con varios paquetes de pañales en él—. Tienes que comprar ropa más pequeña.
—Oh, claro. —Había estado viendo tallas como para bebés de tres a seis meses.
Casi se desmaya de lo linda que era la ropa más pequeñita que había en la tienda, y quería tomarse el tiempo de ponerse a elegir las cositas más adorables que hubieran, pero Sebastian le advirtió que debían darse prisa.
—Solo tenemos media hora y hay que comprar muchas cosas.
—Es cierto. —Aunque lloriqueando, eligió con rapidez varias prendas de vestir, unas toallas y mantas, y luego siguieron su camino.
Lo siguiente que compraron fue un cesto y una cuna pequeña que se podía doblar y cargar fácilmente, para no perder mucho tiempo en llevarla. Compraron un cambiador y una bañera y luego empezaron a comprar biberones y, por recomendación de Gen, un líquido especial que de verdad podrían darle de beber al muñeco del bebé. Luego Sebastian insistió en comprar un termómetro, por las dudas. La parte de comprar las cosas para bañar al bebé fue lo más difícil.
—Hay muchas opciones de champús y jabones —notó Kohaku, con varias gotitas en su frente.
—Tienes un sobrino, ¿no? ¿No recuerdas qué usaba apenas nacer?
—No, para nada. —Lloriqueó levemente—. Aunque bueno, estos tienen etiquetas de que funcionan para bebés de todas las edades...
—Toma esos, tenemos poco tiempo.
—Oh, aquí también hay un perfume para bebés de todas las edades. —Tomó el perfume con emoción.
—Error —dijeron Ukyo y su esposa al mismo tiempo.
—La pediatra nos dijo que no deberíamos ponerles perfumes tan pequeños —recordó Ukyo, abrazando a su hija recién nacida contra su pecho.
—Y deberían haberse asegurado de que el champú sea hipoalergénico y el jabón de glicerina —señaló su mujer.
—Aunque bueno, puede que el muñeco no esté programado para detectar productos peligrosos que podrían causar alergias —murmuró Ukyo.
—Eso sí, pero los padres responsables de verdad no deberían arriesgarse, menos con perfumes siendo tan pequeños...
—Quizás Gen lo aclare al final de la temática —dijo Ukyo para tranquilizarla.
Cuando Sebastian además tomó talco para bebés, la pareja volvió a exaltarse.
—¡Eso sí que no está nada aconsejado! —chilló la señora Saionji.
—Esperemos que ese muñeco realmente no sea tan realista o Sebastian y Kohaku-chan podrían estar en grandes aprietos...
Después de comprar otras cositas, el tiempo se acabó para la pareja y se plantaron frente a un muy complacido Gen.
—¡Excelente! ¡Terminaron sus compras a tiempo! ¡Ahora sigue el reto para conseguir a su bebé recién nacido! Normalmente la mujer pasa por un parto o cesárea, aparte de los nueve meses cargando al bebé, pero ustedes deberán pasar por una carrera contra el reloj. Uno debe cargar al otro y llegar a la puerta de entrada al supermercado en menos de cuarenta y cinco segundos~, llevando además el carrito con todas sus compras.
—Yo te cargaré —dijo Kohaku de inmediato, mirando a Sebastian.
—Protestaría, pero estoy consciente de que es lo más eficiente. —No se escuchó para nada contento.
Apilaron la cuna y la bañera lo mejor que pudieron sobre el carrito y Kohaku cargó a Sebastian sobre su hombro, a lo que él solo se preocupó por sujetar su sombrero.
—A alguien le gusta mucho su sombrero —murmuró Luna, divertida.
—Eso o tal vez no quiere mostrarnos su cabello —teorizó Ryusui, chasqueando los dedos.
—Estoy seguro de que el disfraz le cubre el cabello de todos modos —argumentó Sai, con una sonrisa resignada por la manía de Ryusui de querer adivinar todo.
—¿Listos?... ¡Fuera! —gritó Gen, iniciando el cronometro.
Kohaku salió disparada hacia la salida, sujetando el mango del carrito con una mano y la bañera con la otra, haciendo presión sobre la cuna para que nada se cayera del carrito. El supermercado era grande, pero no tanto, así que llegó pronto a la puerta y se detuvo justo antes de chocar contra el cristal.
—¡¿Cuántos segundos pasaron?! —preguntó, ansiosa.
—Treinta y seis, lo lograste —aseguró Sebastian, con la voz llena de tanta indiferencia como siempre.
—¡Ja, lo logramos, genial! —Kohaku lo bajó de su hombro y miró a Gen, esperando que llegara hasta donde estaban.
—¡Treinta y seis segundos, bien hecho! ¡Lograron pasar este desafío y ahora podrán tener a su bebé!~
Las puertas del supermercado se abrieron y por allí entró una mujer que se le hizo conocida a Kohaku. ¡Era la misma doctora que le dio la noticia a Minami sobre su embarazo! En sus brazos, la doctora traía un bulto envuelto en mantas.
—Felicidades, papá y mamá, han tenido un niño sano —les dijo, riéndose, entregando el bulto a Kohaku.
Ella hizo a un lado la manta, jadeando con sorpresa al ver al muñeco.
—¡Wow! —La hija menor del matrimonio con cinco hijos jadeó maravillada—. ¡Parece un bebé de verdad! ¡¿Puedo tener una muñeca así?!
—Claro que sí, hija. —Su padre asintió felizmente.
—¡El muñeco hiperrealista le costó a la producción del programa más de veinte mil dragos!~
—Claro que no, hija. —Su padre negó felizmente.
—¡OWW!
—Cuenta con piel sintética que emula la sensación de un verdadero bebé real. Su cabeza y extremidades tienen peso extra, por lo que deben de sujetarlo correctamente —explicó la doctora—. Y claro, cuenta con una inteligencia artificial que imita comportamientos de un recién nacido real, pero por conveniencias del programa han sido acelerados. Exigirá alimentos cada tanto, llorará cada tanto, y necesita ser tratado con extrema delicadeza.
—Y no solo porque deben tratarlo como si fuera su hijo verdadero~, sino porque es muy costoso. —Gen rio nerviosamente—. Si lo rompen, nos lo pagan. —Eso lo dijo con voz más seria de lo normal, antes de volver a ser todo sonrisas—. ¡Pero bueno, preséntense ante él!~ ¡Y pónganle un nombre también! ¡Será su primer reto como pareja!~
—Gen. —La ceja de Kohaku empezó a temblar—. ¿Por qué este bebé tiene el cabello verde y puntiagudo?...
—¿Oh? ¿Lo tiene? —Con la carita más inocente del mundo, Gen se acercó a ver al muñeco—. Oh, parece que sí lo tiene. ¡Pero que sorpresa! Quizás deban llamarlo Cebollita. —Rio alegremente.
—Se parece un poquito al cabello de Senku —señaló Luna, con ojos entrecerrados.
—¡JA, JA! ¡Gen siempre tiene las mejores ideas! —Ryusui sonrió, chasqueando los dedos otra vez—. ¡Y claro que yo pague extra para cumplir ese deseo!
Kohaku sonrió ferozmente mirando a Gen, con varias venitas hinchadas en su frente, pero entonces el muñeco en sus brazos soltó un fuerte chillido muy similar al sonido que haría un verdadero bebé llorando.
La mujer entró en pánico por un momento, empezando a mecer al bebé con nerviosismo, hasta que Sebastian colocó una mano en su hombro con gentileza.
—Debes ser más delicada, no queremos arriesgarnos a sacudirlo de más, podría costarnos el desafío.
—Claro, claro. —Kohaku tragó saliva, intentando mentalizarse con que esto no era solo un muñeco, cosa fácil, porque era increíblemente real.
Miró fijamente al bebé y, asegurándose de acomodarlo con mucho cuidado en su brazo, llevó una mano a su rostro, sorprendiéndose al darse cuenta de que la piel sintética esa se sentía muy real y hasta cálida. Los ojos del bebé eran de cristal, pero tenían cierto brillo que los hacía parecer vivos, y el chupete que traía en la boca lo hacía ver adorable. Parecía un bebé tranquilo, por lo que no podía tomarse muy en serio su llanto que parecía venir desde el cuello por algún parlante que debía tener instalado allí.
—Asegúrate de calmar al muñeco. —La voz de Sebastian la hizo salir de su ensoñación—. Podría restarnos puntos que llore tanto.
—Claro, cierto. —Empezó a mecerlo con cuidado, pero con constancia. Al poco tiempo el llanto fue mermando hasta que se acabó por completo.
Suspiró aliviada.
—¡Excelente, lograron calmar el primer llanto!~ —Gen hizo llover brillantina sobre ellos—. ¡Ahora es momento de pasar a la siguiente fase! ¡Deben ir a su casita, su nido de amor, donde cuidaran de su pequeño pimpollo!~ ¡Cambió de escena!~
La pantalla volvió a mostrar el logo del programa, para luego mostrar la sala de estar de una casa real que probablemente pidieron prestada para la filmación.
Kohaku seguía con el bebé muñeco en brazos, que ahora tenía los ojos cerrados, como simulando dormir.
—Es una verdadera maravilla de la ingeniería —dijo la médica que había sido invitada al programa—. Puede usarse para que los padres practiquen, aunque ahora tiene una programación acelerada para que tengan que estar tantas horas en la prueba. Aquí tienen una lista de las cosas más importantes que tienen que tener en cuenta, pero más allá de eso no recibirán ninguna guía o más ayuda —advirtió la doctora, dejando un sobre en las enguantadas manos de Sebastian.
—Muchas gracias, Atsumi-sensei~ —canturreó Gen felizmente—. Ahora los dejaré solos en esta casa con muchas cámaras grabándolos, y por tres horas deberán cuidar del bebé muñeco, cumpliendo todas sus necesidades y procurando que lloré lo menos posible~. Y recuerden, las consecuencias de fallar pueden ser un castigo o perder por completo un día para ustedes. Mucha suerte~.
Sebastian empezó a leer la carta de la doctora, mientras que Kohaku miraba al muñeco bebé en sus brazos, con ojos brillantes.
—¿Y qué es lo primero que debemos hacer? —preguntó Kohaku, de buen humor.
Antes de que él pudiera responderle, el bebé empezó a chillar de forma increíblemente ruidosa otra vez.
—Alimentarlo —gruñó Sebastian, comenzando a sacar las cosas del carrito del supermercado—. Nos dijeron que podíamos darle este líquido en un biberón. Voy a higienizar todo, en caso de que nos resté puntos, por mientras intenta calmar al muñeco.
Kohaku meció al muñeco mientras seguía a Sebastian a la cocina, viéndolo quitarse sus guantes de tela y subir las mangas de su traje para empezar a lavar los biberones y otras cosas. Tenía las manos muy grandes y callosas, con dedos ásperos y minúsculas cicatrices que solo vio por su gran vista.
—¿No te incomoda estar en ese traje tanto tiempo? —le preguntó, sin poder acallar su curiosidad.
—Cuando eres químico industrial te acostumbras a llevar constantemente equipo de protección —contestó con desinterés—. Esto no es nada.
—Si es químico debería haber tenido más cuidado con las sustancias que compró para el bebé —señaló rencorosamente la señora Saionji.
—Quizás esa no es su rama. —Ukyo rio nerviosamente.
Luego de unos minutos Sebastian le dio el biberón a Kohaku, que quitó el chupete y le dio el biberón al muñeco, sonriendo enternecida al ver que los parpados del muñeco se entrecerraron un poco, casi como si quisiera simular que estaba relajado.
—Parece que este desafío te gusta mucho —comentó Sebastian, de repente sonando hasta un poco divertido... cosa muy rara en él.
—Claro que sí, siempre me han gustado los niños. —Sonrió felizmente—. ¿Qué hay de ti? ¿No te gusta este desafío? ¿O los niños? En las preguntas que te hicieron no preguntaron tu opinión en eso...
—Oh, lo quiere conocer. —Luna se inclinó hacia adelante con interés—. ¿Será que este le gusta más?
—Deseo dejar descendencia, si eso es lo que quieres saber. —Su voz de pronto se oyó más distante—. En cuanto a este desafío, me parece innecesariamente complicado, y los posibles castigos me preocupan. Eso es todo.
—Ya veo. —Kohaku sonrió resignada, abrazando al bebé más cerca de su pecho—. ¿Y pensaste en algún nombre para el bebé?
—Es un simple muñeco...
—Lo sé, pero debemos nombrarlo, nos lo dijeron.
—Puedes nombrarlo tú si quieres.
—¿No tienes ni una sugerencia? —Hizo una mueca.
—Agh. —Suspiró con fastidio—. No lo sé. ¿Junior?
—¡No tiene nada de imaginación! —exclamó Luna, al igual que muchos otros miembros del público.
—Que nombre tan raro. —Kohaku ladeó la cabeza—. No me gusta. ¿Otro?
—Mmm... —Pareció pensarlo—. Se... Sergio...
—No me gusta.
—Se... Seth...
—Oh, ese no suena tan mal. —Kohaku sonrió—. Entonces lo llamaremos Seth. De todos modos, ni en diez billones de años le pondría así a mi hijo de verdad, pero para esta ocasión está bien. —Rio.
—Supongo que elegirías algo más japonés. —Siguió leyendo la nota de instrucciones—. Luego de alimentarlo, hay que hacerlo eructar.
—¡Ja, será fácil! ¡Mi hermana lo hacía todo el tiempo con mi sobrino y también lo he llegado a hacer!
—Asegúrate de tener mucho cuidado —advirtió Sebastian.
—De hecho, ¿por qué no lo intentas? —Kohaku le tendió el muñeco—. Tienes que tomar un rol como padre también, ¿verdad?
—Sí... —afirmó, aunque hablando como si le doliera—. Lo dicen las instrucciones. Sin embargo, poco después de alimentarlo pasaremos a la parte de cambiar pañales, puedes dejarme eso.
—¿Alguna vez has cambiado un pañal? —Por alguna razón lo dudaba.
—El mocoso de... un amigo... me ha ayudado con la experiencia. Despreocúpate.
Kohaku se encargó de acabar de alimentarlo y luego colocó al muñeco en una posición más vertical, palmeando su espalda con suma delicadeza hasta que a los pocos minutos soltó un sonido de eructo, probando que esa parte les salió bien.
—¿Ahora el pañal?
—Supongo que tenemos que esperar a que lloré para eso. Por mientras, prepararé todo para estar cómodos. Mantén al muñeco tranquilo.
—Su nombre es Seth. —Lo miró mal.
—Bien, mantén a Seth tranquilo. —Se marchó sin más.
—Parece que le tiene miedo a la paternidad —opinó la madre de los cinco hijos—. Me recuerda a ti con nuestra primera hija, querido. —Miró cariñosamente a su esposo, que rio, avergonzado de sí mismo.
La cámara empezó a ir a cámara rápida, mostrando a Sebastian preparando varias cosas y a Kohaku cuidando del muñeco bebé, y volvió a velocidad normal cuando el muñeco empezó a llorar.
—¡Creo que ya necesita el cambio de pañal!
—Dámelo. —Sebastian tomó al bebé y lo colocó en el cambiador, empezando con el ritual necesario para cambiar pañales.
Apenas retiró el pañal, un chorro de agua salió disparado directo a su rostro... o a la máscara de pájaro, más bien, pero de todas formas Sebastian gruñó, irritado.
—Cuando él gruñe con esa voz tan gruesa da miedo —opinó la cuñada del matrimonio con cinco hijos, abrazándose a sí misma.
—¡JA, JA! ¡Esa fue mi idea! —Ryusui chasqueó los dedos, soltando una gran risotada.
Kohaku le llevó una toalla a Sebastian.
—Por suerte es solo esa agua rara que le dimos de comer a Seth. —Rio nerviosamente.
Después de secarse sin decir ni una palabra, Sebastian siguió cambiando el pañal, dudando un poco a la hora de aplicar el talco.
—Ahora que recuerdo... no creo que mis amigos usaran talco a la hora de cambiar pañales —murmuró más para sí mismo.
—Creo que mi hermana tampoco —dijo Kohaku, pensativa—. ¿No usaba una crema?
—Bueno, seguramente sea otra forma de aplicar lo mismo. —Sebastian echó el talco y terminó con su tarea, para luego hacerle un gesto a Kohaku para cargar al muñeco otra vez.
—Deberías cargarlo un poco también —le dijo Kohaku, tomando al bebé, pero ofreciéndole cargarlo.
—Sigue darle un baño, mantenlo tranquilo mientras me encargo. —Le dio la espalda rápidamente.
Kohaku hizo una mueca, siguiéndolo.
—Es tu bebé también.
—De plástico...
—Dijeron que tiene piel sintética y es un robot en su interior así que no sé si sea de plástico...
—Bien, tal vez de materiales más complejos, pero artificial.
—¿No crees que es lindo? —preguntó, ceñuda.
—Es demasiado... realista... —Llevó una mano a su sombrero.
—¿Te pone nervioso, acaso? —sonrió divertida—. No es un bebé real, ya sabes.
—Ya lo sé —gruñó, sonando algo a la defensiva—. Y no estoy nervioso.
Kohaku rio por lo bajo y decidió dejar el tema.
Bañaron al bebé entre los dos, cosa fácil ya que los materiales de los que estaba hecho no se arruinaban con el agua, pero igual tuvieron que tener extra cuidado ya que era tan delicado como un bebé real. El muñeco agitaba los brazos y las piernas levemente, y ellos acabaron un poco mojados, cosa de la cual Kohaku se reía, mientras que Sebastian parecía fastidiado.
Luego de eso el bebé volvió a tener hambre, volvió a llorar, volvió a eructar, lloró otra vez y luego se durmió, por lo que la pareja del día pudo suspirar, aliviados.
—¿Qué sigue en la lista? —preguntó Kohaku, mirando al bebé en su cuna.
—Tenemos que cuidar de nosotros mismos, nos exigen limpiar, prepararnos un aperitivo y, en palabras del mentalista: "pasar un momento romántico" —le explicó, sonando asqueado.
—¡Ja, ese murciélago no tiene remedio! Y supongo que todo eso sin descuidar al bebé.
—Claramente.
La cámara rápida volvió mientras ellos limpiaban y cocinaban algo, deteniéndose varias veces para calmar al bebé llorando y pidiendo más alimentos y hasta otro cambio de pañal. Pareció pasar toda una hora hasta que por fin se sentaron frente a frente con tazas de té para cada uno.
—A este punto preferiría un café —murmuró Sebastian, sonando bastante estresado y agotado.
—¿No dijiste que tu pasatiempo era tomar té? —preguntó Kohaku, con una ceja en alto—. Pensé que te gustaba más que nada.
Sebastian se quedó en un largo silencio.
—Qué buena memoria. —Carraspeó—. Sí, suelo tomar té, pero era un comentario más por el cansancio.
—Yo no estoy tan cansada, pero sí algo nerviosa. —Rio—. Atender a un bebé es muy difícil, y supongo que esto no es ni de cerca tan difícil como con un bebé real, pero hacemos buen equipo. —Le sonrió.
—¡¿Oíste eso?! ¡Ella prácticamente admitió que Sebastian es el mejor! —gritó con entusiasmo el hijo pre-adolescente casi en la cara de su tía.
—¡Eso no significa nada, ya verás que mañana hará mejor equipo con Daisuke!
Sebastian no dijo nada, pero a Kohaku le dio la impresión de que sonreía.
Continuaron atendiendo al bebé en cámara rápida, hasta que por fin las tres horas se acabaron, justo cuando el bebé lloraba a todo pulmón sin que pudieran hacer nada para calmarlo.
—¡Y eso fue todo por hoy! —Gen se acercó a la pareja, en compañía de Atsumi-sensei—. ¡Felicidades por completar las tres horas sin fallos mayores, pero cometieron un par de negligencias con su bebé!
—¡¿Qué?! —Kohaku casi se va de espaldas con todo y bebé, por lo que Sebastian aprovechó para cargarlo sin que lo obligaran por primera vez.
—¿Qué quieres decir? —preguntó el primer galán.
—Por desgracia Gen-chan me prohibió decir los fallos que cometieron, en caso de que los otros galanes quieran hacer trampa a pesar de que se les pidió no ver estos episodios —dijo la médica—, pero se los diré fuera de cámara o bien al final de la semana. Fueron fallos pasables debido a su inexperiencia, pero es la razón por la cual su Seth no deja de llorar. —Tomó al muñeco de los brazos de Sebastian.
—¡Seth-chan debe tener una visita al hospital, por lo tanto sus papis tendrán un castigo!~ —exclamó Gen—. ¡La próxima semana sabrán cuál es su castigo! ¡Ahora es momento de despedirnos! ¡Hasta mañana, mi hermoso público!~ —Lanzó una lluvia de pétalos de flores a la cámara, dando por finalizado el episodio.
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El "#MartesdeDaisuke" fue tendencia en todas las redes sociales resurgidas otra vez esa semana, aunque ahora había cierto revuelo por el supuesto sexto galán, y más porque ese nuevo pretendiente era el mismísimo salvador del mundo. La gente estaba inquieta, más porque ni Kohaku ni nadie del programa decía algo al respecto. El mismo Ishigami Senku siempre evitaba a la prensa, así que su silencio no decía mucho por sí solo.
Todos estaban expectantes de cómo resultarían las cosas para el galán favorito el día de hoy.
—¡Bienvenidos, bienvenidos una vez más, mi hermoso público!~ —Gen se apareció con una lluvia de pétalos, brillantina y papelitos de colores—. ¡Ya conocen las reglas de esta temática, aunque las cosas serán ligeramente diferentes para nuestro galán de hoy, el tímido Daisuke-chan!
El público se levantó a aplaudir de pie.
—¡DAISUKEEEE! ¡TE AMO!
—¡Aquí está el ganador!
—¡El mejor de todos!
—¡DAISUKE, DAISUKE!
—¡Sí, al fin!
El logo del programa apareció y luego se vio a Kohaku y Daisuke (él con su misma máscara de lobo) en el mismo supermercado con el que estuvo con Sebastian ayer.
—Daisuke-chan, tal como te lo pedimos, no viste el programa de ayer, ¿verdad?~ —preguntó Gen, con ojos entrecerrados.
—¡N-no, para nada! —Negó varias veces con la cabeza—. Mi madre me quiso decir algo al respecto, pero le dije que no lo hiciera —aseguró, apretando los puños.
—¡Tan noble como siempre! —La cuñada del matrimonio con cinco hijos miró a la pantalla prácticamente con corazones flotando a su alrededor.
—Lo aman tanto que empiezo a odiarlo mucho —murmuró su sobrino pre-adolescente.
—Bien, igual el público ya sabe las reglas, así que las adelantaremos para ellos! —El público solo vio a Gen agitando y hablando las manos en cámara súper rápida por unos segundos—. ¡Y ahora volvemos! Explicaremos lo nuevo para todos~. Daisuke-chan y Kohaku-chan solo tienen quince minutos para comprar todo lo que necesitan~.
—¿Solo quince? Pero ayer tuve treinta —murmuró Kohaku, molesta.
—Y ahora tú tienes una mejor idea de lo que necesitas comprar, Kohaku-chan~. Por lo tanto, les daremos menos tiempo para equilibrar las cosas~. Por ahora, lo más importante que deben saber es que ya no es un varoncito el que tendrán a su cuidado, sino una linda niñita~.
—¡Oh, genial! —Los ojos azules de la chica se iluminaron con emoción por experimentar algo nuevo.
—Luego seguiré explicando los cambios, ahora... ¡empiecen!
Kohaku y Daisuke se adentraron en los pasillos casi corriendo, llevando un carrito con ellos.
Compraron básicamente las mismas cosas que ayer, pero Daisuke insistió en usar un champú hipoalergénico.
—¡Gracias! —La señora Saionji aplaudió, complacida.
—Los bebés son muy delicados, creo que esto sería más adecuado —explicó el amante de la biología—. Mmm, y un jabón de glicerina sería mejor, probablemente.
—Me está cayendo mejor —dijo la esposa de Ukyo, que solo rio nerviosamente.
Por desgracia, Daisuke no hizo ningún comentario sobre el perfume, cosa que la pareja desaprobó.
Compraron la mayor parte de las cosas rápidamente, Kohaku se tardó más en elegir la ropita para la muñeca bebé que tendrían hoy, cosa que puso a Daisuke muy nervioso, pero por suerte no necesitaban llevar el carrito a la caja, así que Kohaku pudo meter ropa hasta el último segundo hasta que Gen llegó a decirles que pasarían a la siguiente etapa del desafío.
—¡El reto para obtener a su bebé hoy será distinto! A veces las parejas están algo perdidas al obtener a su bebé, así que les vendaremos los ojos y ustedes deberán lograr llegar a la puerta de entrada del supermercado incluso sin ver nada en solo cinco minutos~.
—Maldito murciélago. —Kohaku se acercó a él con intenciones asesinas, a lo que Gen se escondió detrás de la enfermera que lo estaba acompañando ese día, quizás porque la doctora Atsumi estaba ocupada.
La enfermera vendó los ojos de Kohaku y de Daisuke, a lo que Kohaku de inmediato tomó la muñeca del chico, haciéndolo chillar, con la cara roja.
—¡Ves que si son la pareja perfecta! ¡Ella no se resiste a tocarlo! —La cuñada del matrimonio con cinco hijos se burló de su sobrino pre-adolescente.
—Lo siento, es mejor no separarnos —dijo Kohaku—. De aquí a la salida deben ser unos setenta metros en dirección sudoeste. Creo que puedo guiarnos sin muchos problemas, aunque es difícil no depender de mi visión...
—¡JA! ¡Ella solo tomó su mano por estrategia! ¡No significa nada! —rebatió el sobrino pre-adolescente.
—¿Y tú desde cuando estás tan metido en romance? —se burló su hermana mayor.
—¡Cállate, nee-san!
Kohaku y Daisuke avanzaron a ciegas por los pasillos, jalando el carrito con ellos. Kohaku tanteó los escaparates y reconoció el sector donde vendían pañales.
—¡Ja! ¡Ya estamos muy cerca! ¡No me sueltes, Daisuke!
—Nu-nunca lo haría. —Rio felizmente.
—¡AWW! —El público aplaudió, enternecido.
Efectivamente, pronto llegaron a la entrada y Gen les dijo que podían quitarse las vendas.
—¡Lo logramos! —Kohaku y Daisuke chocaron palmas.
—¡Y aquí tienen a su linda bebita! —La enfermera entró cargando una muñeca bebé envuelta en mantas rosas.
Kohaku tomó a la muñeca, viendo que era rubia, pero sus ojos color rojo la hicieron estremecerse un poco. ¿Acaso Gen quería torturarla apropósito? ¿No se suponía que el maldito punto de ese tonto programa era ayudarla a olvidar a cierto científico?
—Oh, qué bonita. —Daisuke se inclinó para ver a la muñeca—. Nunca vi una de estas cosas tan de cerca... ¡E-es muy real! Y muy adorable. —Sonrió sinceramente.
—¿Lo quieres cargar? —preguntó Kohaku.
—¡C-claro!
Daisuke sostuvo al bebé con una sonrisa tierna, provocando que todo el público estallara en aplausos y vítores.
—¡Parecen una familia de verdad!
—¡AWW!
—¡DAISUKE, DAISUKE!
—¡Ya denle la victoria de una buena vez!
La muñeca empezó a llorar de pronto y Daisuke entró en pánico, por lo que Kohaku tomó a la bebé y empezó a mecerla cariñosamente.
La enfermera le dio la carta con instrucciones a Daisuke y luego apareció el logo del programa en pantalla, cambiando a una casa distinta a la de ayer, pero similar.
—¡Ya saben las reglas! ¡Tendrán tres horas cuidando a su niñita especial!~ Si cometen alguna negligencia médica, de cuidados o extrema, que se noté tanto en el registro de la muñeca como por la cantidad de llanto o que sea notada por la enfermera invitada, ¡entonces recibirán un castigo o bien podrían perder su día juntos por completo!
—¡No! ¡No!
—¡Daisuke no puede perder!
—¡No me preocupa, Daisuke no perderá!
—¡Sí, será el mejor padre!
La bebé empezó a llorar mientras Daisuke leía nerviosamente las instrucciones.
—Di-dice que hay que limpiar el área del cordón umbilical... Oh, no. N-no traje alcohol... ¡Oh, no!
—¡Ja, no te preocupes! ¡Yo sí! —Kohaku sonrió complacida—. Sebastian lo compró ayer, aunque no nos dieron la tarea, pero pensé en comprarlo hoy.
—Oh... —Daisuke pareció desanimado por un momento, antes de sonreír otra vez—. Ge-genial, entonces yo me encargó.
—¿Y cómo la nombraremos? —preguntó Kohaku luego de la limpieza.
—N-no lo sé... ¿Quieres que yo le ponga nombre?
—Yo no sé mucho de nombres...
—Oh, pues... ¿Okami?
—Eso literal significa lobo. —La señora Saionji lo miró con reprobación.
—Suena bien, pero... mejor Kami. ¿Te gusta?
—¡C-claro! ¡Me encanta! —Asintió rápidamente.
—Empiezo a pensar que jamás le llevara la contraria... —murmuró el padre de los cinco hijos.
—¡No te atrevas a decir nada malo de mi Daisuke! —La cuñada le dio un zape.
Luego de eso, Daisuke empezó a preparar apresuradamente los biberones mientras la muñeca lloraba desconsolada, solo contribuyendo a ponerlo más nervioso y hacerlo tropezarse con sus propios pies y acabar derramando el líquido.
—Tú cárgala, yo preparo su comida. —Kohaku le dio a la bebita y ella empezó a preparar todo de forma rápida y eficiente mientras Daisuke se disculpaba una y otra vez, intentando calmar a la bebé muñeca.
—No están muy coordinados —notó Sai, con ojo crítico.
Después de que la muñeca se calmara, tuvieron que bañarla, cosa que puso muy nervioso a Daisuke por lo delicada que era la bebita realista, al final Kohaku hizo la mayoría mientras él la ayudaba consiguiéndole las cosas que necesitaba y de nuevo disculpándose demasiado.
Intentó cambiar el pañal de la niña solo, pero era muy lento y Kohaku acabó ayudándolo.
—Como lo siento... —Se deprimió visiblemente—. Soy un completo inútil sin ti, Kohaku-chan...
—No digas eso. —Ella le sonrió amablemente—. Yo no sé hacer muchas cosas, en especial cosas que requieran de ciencia o algo así, pero me gusta aprender y mejorar en mis capacidades. Solo necesitas practicar. Es prueba y error, ¿no? —Miró al techo, recordando con una sonrisa a Senku, que solía decir eso muy seguido.
—Sí... Tienes razón. —Daisuke la miró fijamente, sonrojado.
El público enloqueció de emoción.
—¡Son almas gemelas!
—¡DAISUKE, DAISUKE!
—¡Ella lo anima, se nota que le gusta!
—¡Se complementan!
Como siguiente tarea, les tocó inventarse un cuento para hacer dormir a la muñeca, a lo que Daisuke contó una versión rara de los tres cerditos, cambiando a los cerditos por una cabra, una oveja y un castor.
—Son animales que realmente los lobos suelen comer —explicó Daisuke, pareciendo estar teniendo mucha diversión de pronto.
—¡Ooh! —Kohaku le aplaudió, entretenida.
Luego tuvieron que hacer la limpieza y cuidar mucho de la bebita, aparte de prepararse unos bocadillos para luego sentarse a tener un momento a solas.
—Fue una experiencia muy agradable —aseguró Daisuke, viéndose muy cansado—. Un bebé humano sin duda da mucho más trabajo que los bebés animales...
—¿Alguna vez has criado crías de animales? —preguntó Kohaku, curiosa.
—Oh, sí, claro, muchos. Perros, principalmente, pero de pequeño tenía la granja de mis abuelos. Mi sueño sería criar a un lobo, pero son animales salvajes, pertenecen en su habitad. —Rio nerviosamente.
—¡Ja, eres realmente increíble, Daisuke! —Le dio una palmada en la espalda, sacándole todo el aire.
Luego de otro rato cuidando a la muñeca bebé, se les acabó el tiempo y Gen llegó junto a la enfermera, asegurándoles que habían cometido un pequeño error al cuidar de Kami-chan.
—¿Y ahora qué? —Kohaku cruzó los brazos, molesta.
—¡Se los revelará luego! ¡Por el momento, nos hemos quedado sin tiempo!~ ¡Es hora de despedirnos de nuestro maravilloso público! ¡No olviden sintonizarnos mañana para más juegos de citas! —Lanzó una lluvia de pétalos y brillantina hacia una cámara.
.
Al día siguiente fue el turno del tercer galán, el fortachón Tatsuo, que era de los menos populares, pero tenía una base de fans bastante sólida y fiel.
—¡Tercer día de la semana, tercer galán! —Gen empezó el programa directamente desde el supermercado, junto a Kohaku y Tatsuo—. ¡Tatsuo-chan, espero que no hayas hecho trampa y no te hayas enterado de nada de los últimos programas!~
—Claro que no... —Apartó la mirada, e incluso con sus lentes y cubre-bocas se le notaba nervioso.
Gen entrecerró los ojos, pero lo dejó pasar, para luego explicar las reglas una vez más.
—¡Empecemos con los quince minutos que tienen para comprar todo lo que necesitaran! ¡Hoy tendrán un bebé varón, así que prepárense bien! Y... ¡empiecen! —Kohaku y Tatsuo de inmediato salieron corriendo a gran velocidad por los pasillos, tomando cada uno un carrito para cargar más cosas.
Al final los dos trajeron mucho de lo mismo, por lo que tuvieron que volver a correr para deshacerse de los excesos y luego hicieron compras de último minuto, aunque por suerte Kohaku esta vez no se entretuvo mucho con la ropita adorable de bebé.
Los dos ni siquiera estaban cansados cuando se les acabó el tiempo.
—¡Bien hecho, parejita! Ahora, para conseguir a su bebé, deberán llegar a la entrada en tan solo un minuto, ¡pero ambos metidos en un mismo saco, brincando como canguros!~
—¿Quieres que te mate? —Kohaku una vez más se enfadó con Gen, que se escondió detrás de la doctora Atsumi, que esta vez sí había asistido al programa.
—¡Ahí tienen su saco! ¡Empiecen ahora, que el tiempo está corriendo!
Con una última mirada asesina a Gen, Kohaku y Tatsuo se metieron en el saco y lo ataron bien alrededor de ellos, empezando a brincar torpemente, pero a una velocidad increíblemente rápida, hacia la entrada.
Sorpresivamente, en eso estaban bastante parejos, pero Tatsuo se cayó a mitad de camino. Kohaku lo enderezó y se volvió a caer, por lo que Kohaku acabó simplemente manteniéndolo erguido con un brazo mientras seguía firme hacia la entrada, arrastrándolo como un lastre hasta que llegaron.
—¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿Lo conseguimos? —le preguntó a Tatsuo.
—No lo sé, yo no soy el que tiene el cronometro...
—¡Cincuenta y ocho segundos, justo a tiempo! —Kohaku suspiró aliviada cuando Gen le confirmó que ganaron—. ¡Aquí tienen a su precioso bebé!
El muñeco de esta vez también era rubio con ojos rojos, más el cabello puntiagudo, provocando que Kohaku esta vez mirara con gran molestia a Gen, que apartó la mirada inocentemente.
—Oh, genial, ¡esta será una buena práctica para nuestros cinco hijos! —aseguró Tatsuo, emocionado.
—Como me gustaría que alguien lo pusiera a parir —murmuró rencorosamente la señora Saionji, a lo que Ukyo palmeó su hombro.
Kohaku hizo una mueca y no dijo nada.
El logo apareció y cambiaron hacia una nueva casa, a lo que la Dra. Atsumi le dio la carta de instrucciones a Tatsuo y luego los dejaron solos.
—Eh... —Tatsuo empezó a dar vueltas la carta, con muecas de confusión—. Esta letra es muy difícil de leer... Creo que dice que debemos darle comida.
—No está llorando todavía, así que ¿por qué no le elegimos nombre?
—¡Oh, claro! ¡Ya tengo nombres planeados para mis hijos! —Apretó los puños con emoción.
—Ahí va de nuevo de intenso... —masculló la cuñada del matrimonio con cinco hijos, espantada.
—¡Se llamará Tarvos! Estuve investigando y mi nombre es sobre una luna de un planeta con anillos, creo, aparte de ser sobre un elemento químico, entonces busqué otro nombre genial para mis hijos, y ese me gusta mucho. ¡¿A qué no es genial?!
—¿Hay una luna llamada Tatsuo? —preguntó Kohaku, ladeando la cabeza.
—¡Eso es! —Ukyo señaló a la pantalla—. ¡Él es Titan! ¡Como la luna de Saturno! ¡Es el mejor pescador de la aldea! —finalmente lo reconoció.
—Eh... —Tatsuo, o Titan, empezó a sudar un poco y decidió cambiar de tema—. ¿Entonces te gusta o no?
—Oh, sí, está bien. —Asintió—. Bien, ¿podrías preparar la comida para el bebé? Podría ponerse a llorar pronto.
—¡Claro! ¿Cómo lo hago?
—Hay instrucciones en el paquete...
—¿Cuáles son?
—Léelas...
—Oh, ok. —Empezó a ojear el paquete.
El muñeco bebé empezó a lloriquear mientras Tatsuo preparaba su comida, y se estaba tardando bastante, leyendo las instrucciones varias veces antes de hacer cada paso, por lo que Kohaku estaba comenzando a perder la paciencia, más cuando los lloriqueos empezaron a ser gritos.
—Este hombre quiere tener cinco hijos y es un completo inútil. —Hasta la madre de los cinco hijos estaba indignada con él.
—Deja que yo me encargue. Tú carga al bebé.
—No, no, ya casi termino... Solo revuelvo esto y... listo. —Le tendió el biberón.
Kohaku finalmente pudo alimentar al muñeco, que era tan adorable como los anteriores.
Luego de comer, lo hizo eructar y le preguntó a Tatsuo qué era lo siguiente.
—Eh... Dice que hay que dar un paseo con él, pero en el jardín trasero porque no hay cámaras más allá de la casa.
—¡Ja, muy bien! ¡Suena divertido! Qué bueno que trajiste una carriola. —Le sonrió alegremente, sabiendo que los días anteriores nadie pensó en la carriola.
—Primera cosa que hace bien —señaló Luna con sequedad.
Tatsuo empujo la carriola mientras Kohaku caminaba de espaldas, mirando con ojos brillantes al lindo bebé realista acurrucado en mantas.
Quería matar a Gen por darle características tan sospechosas a los muñecos de bebés realistas, pero no podía negar que eran como ver sus sueños hechos realidad...
El paseo duró unos diez minutos, por lo que tuvieron que alimentar al bebé a mitad de este, luego lo entraron y Kohaku ni siquiera le pidió a Tatsuo que cambiara pañales, ya que ni siquiera sabía sacarlos del paquete.
—No puedo creer que este quiera tener cinco hijos. —La señora Saionji no deseaba su victoria ni un poquito.
Luego de eso, Kohaku también se encargó prácticamente sola del baño, pero se vio muy feliz de ponerle la ropita que compró y Tatsuo parecía tener buen gusto en eso también.
Una vez el muñeco bebé estuvo tranquilo y vestidito, Kohaku le ofreció a Tatsuo cargarlo, cosa que aceptó gustoso.
—¡Genial! ¡Ya quería cargarlo! —Lo tomó de debajo de las axilas y lo alzó como si nada.
—¡E-ESPERA! —Kohaku intentó quitarle al bebé, pero fue tarde, la cabeza se fue para atrás por completo y, acto seguido, se cayó.
Kohaku, Tatsuo y toda la audiencia jadeó con horror.
—¡OH, POR LOS DIOSES! —Tatsuo cayó de rodillas—. ¡MATÉ A TARVOS!
—¡EL BEBÉ! —Kohaku tomó el cuerpito que quedaba y luego la cabeza, con ojos llorosos.
—¡Asesino de bebés!
—¡INFANTICIDIO!
—¡A este jamás deben permitirle tener hijos!
—¡MONSTRUO DESCUIDADO!
El público estaba completamente horrorizado ante la vista del bebé decapitado.
—Ya entiendo porque este episodio casi no tuvo cortes y aceleración del tiempo —murmuró Sai, también pálido—. Se quedaron sin bebé antes de tiempo.
El logo del programa se mostró en pantalla y Gen se apareció en el escenario en vivo con varias gotitas corriendo por su frente.
—No se preocupen, mi hermoso público~. Por suerte, la atrocidad que cometió Tatsuo-chan de hecho se arregla bastante fácil, por lo que no tendrá que pagarle tanto al programa... Aun así, Tatsuo-chan perdió de forma aplastante el desafío, y Kohaku-chan está muy molesta con él...
—¡Y con mucha razón! —gritó la madre de los cinco hijos.
—¡Es por esa razón que la próxima semana Tatsuo-chan perdió su día con ella y en su lugar el público podrá hacerle preguntas a Kohaku-chan, y tal vez los otros galanes puedan pasar un tiempito con ella! Tal vez. —Guiñó un ojo a la cámara—. Hablando de participantes castigados... los siguientes que quedan tienen ambos un castigo, así que las cosas para ellos serán muy... diferentes. —Sonrió misteriosamente—. De hecho... ¡Hiroshi-chan y Ark-chan compartirán sus días! ¡El jueves y el viernes Kohaku-chan tendrá que tener a ambos a su lado!~ ¡Ese es su castigo!~
—¡¿QUÉÉÉ?! —La mandíbula de casi todos en el público se desencajó.
—¡NOOO!
—¡Ese maldito Ark le robara el tiempo a Hiroshi!
—¡JAJAJA! ¡Ese Ark será totalmente ignorado por la gran química entre Kohaku y Hiroshi!
—¡¿Y cómo le harán con los bebés?!
—¡Oh, no! ¡Tendremos que ver a Ark más de lo normal!
El público tenía muchísimas preguntas e intrigas, y Gen era muy consciente de eso, por lo que su sonrisa solo creció.
—¡Muchas gracias por sintonizarnos hoy! ¡No se pierdan el emocionante episodio que sigue mañana! ¡¿Cómo resultará todo para nuestros galanes y nuestra protagonista?!~ ¡Descúbranlo en Juego de citas!
Pétalos, brillantina y papelitos de colores fueron lanzados a la cámara, y fue así que terminó aquel episodio del programa favorito de todo Japón y aparentemente también de todo el mundo post-petrificación.
Todos se quedaron con mucha intriga, tanto por el supuesto sexto galán como por lo que le esperaba a la protagonista teniendo que lidiar con los galanes cuarto y quinto al mismo tiempo.
¿Cuándo obtendrían respuestas?
Solo podían esperar para ver.
Continuará...
Holaaaa :D
Muchas, muchas, muchas gracias por todo su apoyo a este fic!
Actualización rapida para demostrarles mi amors~ uwu
Iba a subirlo ayer, pero ando bien enferma D:
No se olviden de dejarme sus teorias OwO Ya saben cuál será el giro?
Están convencidos de q tienen la respuesta correcta? Diez billones por ciento seguros? xD
Ojala q este cap les haya gustado!
No olviden que se les ama!~
Me despido!
CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
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