Fantasías mentales
Han pasado los meses, para entonces el detective Hougan continuaba con la investigación del presunto secuestro de Yugi Muto, pero con el paso de los días el detective iban de mal en peor, debido a que la mafia se encargo de desaparecer todo rastro de ellos.
Mientras tanto en la mansión Takahashi, Gibrain trataba de adaptarse a su nuevo estilo de vida, aunque le era un tanto complicado a causa de los innumerables recuerdos que tenia con su verdadera familia. Lloraba todas las noches antes de dormir a causa de la experiencia que vivió en la mansión Muto, sin en cambio siempre mantenía viva una chispa de esperanza ya que en verdad confiaba en las palabras del detective Hougan.
Era 03 de noviembre, para entonces Gibrain esperaba noticias sobre Yugi, por parte del detective Hougan. Estaba emocionado ya que la última vez que diálogo con el detective le había dado la buena noticia de haber encontrado una de las guaridas de Kuro Mikuru.
-¿Por qué demora tanto el detective? –le pregunto el pequeño Gibrain a su madre adoptiva mientras caminaba desesperadamente por toda la sala.
-Tranquilo Gibrain, estoy segura que muy pronto llegara -dijó amablemente sin dejar de mostrar una dulce sonrisa al pequeño de cinco años.
-De acuerdo... mamá, en verdad solo espero que no demore demasiado –respondio con un poco de dificultad ya que aun no se acostumbraba a llamar a Kaisa madre.
Después de aquella conversación, el pequeño de cabello tricolor espero pacientemente en la sala de estar varias horas, hasta que al punto de las 8:30 de la noche un nuevo detective se presentó en su casa.
-Buenas noches, soy el detective Takumi Kawasaki –dijo educadamente mientras le mostraba su placa a la familia Takahashi.
-Buenas noches detective, adelante esta usted en su casa -respondió Edward mientras le daba paso a su hogar.
-Muchas gracias –dijo mientras se adentraba a la sala en donde lo esperaba Kaisa y Gibrain.
-¿En que puedo ayudarlo Detective? -preguntó el señor Takahashi al encontrar extraño que el detective Hougan no llegará.
-Debo hablar con usted y su esposa de un tema basta delicado, pero es necesario que nuestra conversación sea privada –respondio seriamente mientras se levantaba de uno de los sillones de la sala.
-De acuerdo detective, iremos al despacho -respondió Kaisa educadamente al notar que algo no andaba bien. -Gibrain, ve a tu cuarto por favor.
-Esta bien mamá -respondió para después de ello abandonar el lugar.
Una vez que Gibrain se alejo, los Takahashi junto con el detective Kawasaki se dirigieron al despacho para iniciar con una delicada conversación, sin imaginar que Gibrain estaría escuchando detrás de la puerta.
-Antes de que comience, ¿podría decirnos porque no ha venido el detective Hougan? –pregunto Edward un tanto confundido y preocupado.
-El detective Hougan murió el dia de ayer –respondio mientras agachaba la mirada.
-¡¿Cómo que el detective falleció?! ¡¿Qué fue lo que sucedió?! –pregunto sorpresivamente la señora Takahashi.
-El detective Hougan el dia de ayer logro encontrar otro de los escondites de la mafia, pero las cosas no resultaron como él esperaba. Durante el acto, el detective Hougan intento encontrar al pequeño hermano de Gibrain Takahashi, pero como verán, no lo logro -respondió seriamente mientras al otro lado de la puerta Gibrain se encontrabaescuchando.
-¡No pudo haber muerto! ¡No, no, no! –susurro el pequeño Gibrain mientras que de sus ojos escapaban incontables lagrimas.
-En verdad lamento mucho el fallecimiento del detective Hougan -respondió Edward con algo de nostalgia, para después continuar con su conversación -Pero ¿Quién se encargara de recuperar a Yugi Muto a partir de ahora?
-Lamento decirles que lo más probable es que Yugi Muto esté muerto. Como sabrán, la mafia se encarga de la venta y compra de órganos vitales y bueno... Lo más probable es que Yugi haya sido raptado con ese fin.
-¡No! ¡Es mentira, mi hermano no puede estar muerto! –susurro el pequeño Gibrain, quien se mantenía lo más invisible posible detrás de la puerta del despacho.
-Bueno, pero aún no es un hecho que Yugi este muerto, ¿verdad? -pregunto Kaisa un tanto preocupada.
-Si, aun no es un hecho... Lamentablemente el detective Hougan era responsable del caso Muto, y ahora que ha fallecido se da por cerrado el casó.
-¡Entonces quiere decir que dejara a un inocente morir en las manos de unos desgraciados como esos! –respondio Edward con molestia mientras golpeaba su escritorio con el puño.
-Como dije anteriormente, lo más probable es que Yugi Muto ya se encuentre muerto o en otro país, y como policías tenemos otros casos que atender.
-¿En verdad ya no harán nada para recuperar a Yugi Muto? –pregunto Kaisa nostálgicamente.
-De acuerdo, en vista de la infinidad de dudas que tienen respecto a Yugi Muto les diré la verdad, pero debo advertirles que no sera nada agradable. -dijo mientras de un portafolio sacaba unas fotografías tomadas por policías forenses. -Cuando el detective Hougan descubrió la guarida de la mafia, lo primero que hizo fue buscar al pequeño Muto. Al inicio de la redada imagino que en el lugar encontraría drogas, piratería, trata de blancas, etc. Pero lo que encontró lo destrozo debido a que en dicho lugar se llevaba acabo el tráfico de órganos.
-¡¡Qué horror!! -exclamo la señora Takahashi mientras llevaba sus manos a la bocas.
-Cuando entraron al lugar descubrieron cuerpos sin vida, hieleras con organos de adultos e infantes y... un grupo de mafiosos listos para estropear el plantel detective Hougan.
-Esta tratando de decirnos que la mafia se entero del movimiento de la policía -pregunto Edward bastante sorprendido.
-Si. Cuando mi colega llego a la escena del crimen y observo los cuerpos sin vida de pequeños de cinco a dieciocho años de edad se horrorizo, sin en cambio continuo con la búsqueda del hermano de Gibrain, el cual lo llevó a encontrar algunos cabellos de Yugi Muto en una de las planchas que se encontraban en dicho lugar, para después de ello recibir un balazo en el pecho.
-¡¿Entonces quiere decir que Yugi...? –preguntaron preocupados ambos Takahashi.
-Si, Yugi Muto esta muerto. A pesar de que no se encontró el cuerpo del pequeño, el rastro de ADN encontrado nos indica que Mikuru se encargo de desaparecer el cuerpo de la víctima –respondio seriamente mientras le enseñaba las fotografías tomadas de la escena del crimen.
-¡¡No puede ser, tiene que haber un error!! ¿Y si el cabello es de otro niño? –dijo Kaisa alterada mientras miraba las fotografías.
-Lamentablemente no, mandamos dicho cabello al laboratorio para que se realizaran todas las pruebas de ADN que fueran necesarias, y desafortunadamente el cabello si le pertenecía al pequeño Muto.
Gibrain al escuchar las cruel noticia huyó a su habitación impactado y sollozante, debido a que no podía creer lo que escucho detrás de la puerta.
-¡No puede ser! ¡Mi hermano no puede estar muerto! -exclamó una vez que cerró la puerta de su habitación mientras dejaba escapar incontables lagrimas.
Después de aquellas palabras, Gibrain tomo el antiguo álbum de la familia Muto para mirar el único recuerdo que tenía de su preciada familia.
-¡Porque me abandonaron! ¡Porque quisieron que yo me quedara aquí! –dijo sollozantemente mientras tocaba con gentileza la última foto que tenia con su verdadera familia.
Después de algunas horas, el detective Kawasaki abandono el lugar para volver al trabajo.
Eran las 2:00am, para entonces Gibrain se encontraba profundamente dormido. Sin embargo éste joven se movía en su cama desesperado, ya que al parecer estaba teniendo una horrible pesadilla. En el sueño, Yami vivía macabras escenas creadas por su perturbada mente, ya que por un momento lo hicieron creer que era real.
-¡Hermano, no dejes que me maten! –gritaba el pequeño Yugi desde una plancha metálica.
-¡Ya basta, déjenlo ir! –gritaba el pequeño hermano mayor de Yugi mientras observaba como le colocaban una mascarilla a su hermano.
Yami intento correr hacia Yugi, pero fue detenido por un hombre que lo obligó a mirar con detalle la carnicería que se llevaría a cabo en aquel lugar.
-¡Yugi, despierta! –gritaba aquel niño mientras intentaba soltarse.
Yami lloraba mientras continuaba gritándole a Yugi, quien había perdido el conocimiento gracias a la anestesia. Estaba desesperado, sin olvidar mencionar que sentía impotente al no poder hacer nada para salvar a la única persona que le quedaba en la vida. Pasaron los minutos y Yami continuo viendo la terrible operación de su hermanito menor.
-¡Por favor, dejen a mi hermano! –gritaba desesperadamente mientras dejaba caer incontables lagrimas.
Después de aquel grito por parte de Yami, el hombre que se encargaba de abrir a Yugi como si fuera una maleta, extirpo un órgano de un peculiar color café, que a simple vista se asemejaba al hígado.
-¡¡Ya basta!! –gritaba y lloraba eufóricamente mientras intentaba zafarse de la persona que lo tenía sujetado.
El tiempo transcurrio rápidamente, para entonces aquel asesino término de vaciar el cuerpo de Yugi, debido a que extirpo el corazón, el páncreas, los riñones y por último los pulmones, para después de ello dejarlo sin vida alguna.
-¡Yugi, Yugi! –gritaba una y otra vez mientras dejaba caer su cuerpo al piso.
-Pobre mocoso, pero no te preocupes porque ahora es tu turno –dijo el hombre que tenia sujetado a Yami, para después de ello llevar al pequeño niño a una plancha.
Una vez que Yami ya se encontraba inmóvil en la fría plancha metalica, el mismo hombre que asesino a Yugi tomo un sedante y se lo inyectó a Yami, para después de ello comenzar a extirpar los órganos de éste.
-Déjenme, déjenme, dejen...me –dijo insistentemente por medio de la mascarilla de oxigeno que se encontraba cubriendo nariz y boca.
Después de quedar inconsciente en dicha plancha su pesadilla concluyo, lo que provoco que Gibrain gritara al momento de despertar de su sueño.
-¡¡Basta..!! –grito con fuerza al momento de abrir de golpe los ojos.
Los padres odoptivos del menor al escuchar el fuerte grito abandonaron su alcoba para entrar ver lo que le sucedía a Gibrain.
-Gibrain, ¡¿Qué sucede? ¡Te duele algo! –pregunto la madre del joven bastante preocupada.
-¡Mi hermano no puede estar muerto! ¡No lo acepto! –respondio sollozante mientras abrazaba fuertemente a Kaisa.
-Tranquilo pequeño, solo se trató de un mal sueño –dijo mientras acariciaba el cabello de tricolor.
-¿Puedo dormir con ustedes? Tengo miedo -preguntó sin dejar de abrazar y de llorar en Kaisa.
-Por supuesto, te amo mi niño –respondió tiernamente mientras cargaba a Gibrain en sus brazos.
Una vez que abandonaron la habitación de Gibrain, esté volvió a quedar profundamente dormido.
A la mañana siguiente, Gibrain se encontraba terminando de alistarse para ir al colegio, ya que en pocos minutos el autobús escolar pasaría a recogerlo frente de su casa.
-Bien, ahora a espera el autobús -dijo para sí mientras se miraba al espejo.
Gibrain se miro al espejo, pero al momento de observar el reflejo de su habitación vio a su hermano destasado sobre su cama. Yami no podía creer lo que estaba observando a través del reflejo, por lo que volteo con miedo a ver su cama, la cuál estaba vacía.
-¡Ya déjenme en paz! –grito eufóricamente al momento de romper con su diminuto puño el espejo de la habitación.
-¡Gibrain, que sucedio! –pregunto Edward preocupado al momento de entrar a la alcoba del tricolor.
-El espejo reflejaba mi cama con el cuerpo de Yugi sin vida –dijo asustado mientras se tapaba los ojos con sus manos ensangrentadas.
-Tanquilo pequeño –dijo Kaisa tiernamente al momento de abrazar a Gibrain.
-Mi hermano esta muerto verdad mamá –dijo sollozante mientras ocultaba el rostro en el cuerpo de Kaisa.
Ambos Takahashi al escuchar las palabras del pequeño se miraron el uno al otro preocupados. No sabían que decirle en realidad ya que no estaba seguros de la muerte de Yugi, así que sin más le dijeron lo que ellos creían.
-¿A qué viene tu afirmación? -pregunto Kaisa al momento de sentar a Gibrain en la cama para curar la herida de su mano.
-Escuche cuando el detective Kawasaki se los dijo –respondio con la voz casi quebrada.
-Tienes razón,el detective lo dijo, pero la vedad es que no está seguro de ese hecho ya que no encontraron a tu hermano, así que hay posibilidades de que siga vivo en algún lugar.
-¿Pero y si es verdad y mi hermano fue descuartizado por los malos?
-No lo creo hijo mío. Para ser sincero creo que tu hermano continua con vida, solo que lo han de ver escondido al saber que el detective Hougan lo buscaba -respondió Edward mientras colocaba su mano en el hombre del pequeño.
¿En verdad piensan que mi hermano aun continúa con vida? –pregunto nostálgico al ver el rostro de su padre.
-Si, ¿pero que es lo que tú crees pequeño? -pregunto el señor Takahashi mientras miraba fijamente los ojos color violeta de Gibrain.
-Creo que mi hermano aun vive y que está en manos de Kuro Mikuru.
-Perfecto, y si en verdad crees en ello jamás debes dudarlo y darte por vencido, de acuerdo.
-De acuerdo Papá -respondio el menor con mucho más ánimo. -Sabes, cuando sea grande seré detective para encontrar a Yugi.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Ending: The fantasy – Thirty seconds to mars.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Holiiii a todos, he aquí un nuevo capítulo, que espero les haya gustado. Espero no tardar en actualizar, ya que estoy actualizando todos mis fic pendientes. Saludos a todos los lectores de esta historia y nos vemos en el próximo capítulo, sayonara XD
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro