CAPÍTULO 6 - LA NIÑA Y EL GATO
—¡Bien, aquí estamos, arriba de la primera muralla! —dijo Vance alegrándose de poder haber escapado de aquel sitio.
—Tengo dos preguntas...
—Claro dime.
—¿Por qué nos fue tan fácil escalar aquí, ¿no se supone que hay mucha protección y eso?, y otra cosa ¿¡Cómo vamos a bajar si ya no tenemos ramas!¡? —dijo Pierce dando unos pasos hacia el frente.
—Bueno, cuando el pueblo ya está sometido no es muy difícil retenerlo desde dentro. Todas esas casas que ves allá, tienen personas que duermen tranquilamente creyendo que todo está bien, y claro no los culpo, al no saber lo que hay de este otro lado, no tienen de qué preocuparse, no es su culpa, solo tuvieron suerte de nacer aquí, sin necesidades de salir, ya lo tienen todo y con algo de esfuerzo pueden conseguir lo que aún no.
—Nunca lo había pensado de esa manera, Vance...
—Sobre lo otro, no confundas las cosas. Solo nos aliamos para escapar de aquí, yo iré a mi pueblo, debo resolver el conflicto del agua, ya ha pasado un tiempo y debo hacer lo posible por ayudar. ¿A dónde piensas ir tu, o quieres que te vuelvan a encerrar?
—No podré ir a ningún sitio sin un explorador como tu, He estado pensando en formar un clan para llegar al purgatorio... estaba pensando que tú podrías...
—No necesito meterme en más problemas de los que ya estoy, algunos tenemos cosas por las que luchar.
—Bien, olvida lo que dije. Se supone que yo debería ir al Monasterio de Eldham a hablar con un hombre.
—No será posible, para cuando amanezca, tu cara va a ser un tesoro para caza recompensas, tanto clanes novatos como oficiales nos estarán buscando. El purgatorio es una leyenda antigua, se dice que ahí inició todo, es como una metáfora, dicen que ahí se encuentran las almas de todos los que han muerto por la justicia.
—¿Tu crees que sea un lugar lejano? —dijo Pierce viendo hacia el horizonte.
—Mi abuela decía que estaba yendo al este, en el otro continente, del que por desgracia no sabemos absolutamente nada.
—Necesitaré reunir un clan fuerte y necesito una carroza.
—Ven conmigo, vamos a Brickelwhyte, si tenemos suerte la noticia aún no se esparce por allá. Debemos tener cuidado, ya que cuando eres fugitivo de cualquier organización hay mucha gente peligrosa capaz de hacer todo por ganar unas cuantas emerys (Monedas).
—Vayamos a Iladiff, aprovecharé para ayudar a tu pueblo y cuando lo hagamos ¿Serías mi compañero? —preguntó Pierce muy decidido.
Ambos se miraron el uno al otro, después de eso voltearon hacia abajo del muro, era muy alto para bajar saltando. Vance volteó a ver a Pierce y le dio la mano.
—Jaja no te sientas tan confiado... bien, ahora aprovecharé el viento fresco para crear una nube, en ella podremos bajar —dijo Vance.
—¿Enserio, y por qué no lo usamos para subir también?
—No funciona así recuerda, no puedo hacer las cosas de la nada como tú, aquí estamos lo suficientemente alto para poder formar una nube con todo el aire que corre por acá.
—Bueno también tengo mis limitaciones, pero te las iré diciendo con calma mientras nos alejamos de aquí.
—Tienes razón, estamos en una zona algo peligrosa por así decirlo, con suerte aún quedan unas horas antes de que salga el sol.
Después de eso Vance se hizo a un lado y empezó a hacer movimientos con sus manos mientras frente a él se formaba una nube en la cual podrían subirse para descender. Vance subió y le hizo señas a Pierce para que igual lo hiciera. Un poco temeroso Pierce caminó titubeando y subió a la nube.
—Vaya esta nube es muy sólida, no tenía pinta de poder resistir tanto —dijo Pierce un poco asombrado.
—Nunca me subestimes, he estado perfeccionando esto. Pienso que tal vez un día seré capaz de crear lluvia, aunque mi maldición se va más por el hielo.
—Aprovechemos este viento para alejarnos de aquí.
—Si, cerca de aquí hay un valle y unas montañas. Podremos seguir por ahí para entrar a Brickelwhyte. Lastima que mi carroza se haya quedado en el calabozo, este será un camino un poco más largo.
Ambos emprendieron el vuelo hacia el este, la nube aún parecía que podría resistir un poco de tiempo más. Mientras iban avanzando entre la oscuridad, se podía apreciar cómo a lo lejos se veían unos arbustos y poco a poco más árboles frondosos y pinos largos, y el pico de una montaña que parecía extenderse entre aquellos árboles que se movían levemente de un lado a otro a causa de un leve viento que se hizo presente repentinamente.
—¿Puedes ver esa montaña? con suerte la nube resiste un poco, estamos volando y bajando diagonalmente debido a que sería muy peligroso que se deshiciera mientras vamos en la altura. Tal vez podremos acercarnos ahí, para evitar adentrarnos en el bosque. —dijo Vance mientras veía a sus alrededores.
—Si. Supuse que la nube no soportaría todo el viaje, pero al menos estamos avanzando a buen ritmo gracias al viento.
—Mira ahí, ¿Qué es eso, puedes verlo? —Interrumpió Vance.
—Es... Es un punto amarillo, ¡parece ser una persona! —dijo Pierce alarmado.
—¿Una persona en este valle, de madrugada?
—Mira, desciende un poco más, creo que está quieta, como inmóvil.
—No, recuerda que no debemos confiar en las personas que nos encontremos, menos si las vemos en un lugar tan inusual como este.
—Vamos, creo que es una niña, seguramente está perdida.
—Estamos un poco debilitados, si es algún tipo de trampa, nos harán pedazos.
—Confía en mí, siento que algo no anda bien con ella.
—Si por algún motivo me ocurre algo y no puedo ayudar a mi pueblo, tú serás el único responsable y lo vas a lamentar. —dijo Vance un poco molesto mientras se disponía a cambiar el rumbo.
—Mira, creo que tiene algo, está temblando, está sola. Además hay un sendero hacia la montaña por donde podremos seguir en caso de perdernos.
—No deberíamos confiar tanto, lo más probable es que sea una especie de trampa o algún espíritu. Sería lo más normal, ellos hacen este tipo de cosas.
Ambos descienden levemente en la nube, mientras esta se va disolviendo justo en el punto en que casi están por llegar al piso. Pierce se siente distinto en el momento en que toca aquel suelo, se empieza a sentir desprotegido.
—Así es como se siente salir de Arkala, ahora puedes comprender levemente la diferencia de estar protegido por completo, a estarlo a medias. Estamos en lo que se conoce como la Frontera Media, la conexión entre Arkala y Eldham, pero si seguimos por estos rumbos encontraremos la entrada a Brickelwhyte. —dijo Vance mientras le daba la espalda a Pierce.
—Vaya jamás había tenido ese sentimiento de pesar en mi cuerpo, me siento observado y como si algo malo fuera a ocurrir...
—¡Mira! ¡Ahí está, se echó a correr! —dijo Vance mientras corría detrás de aquella persona
Pierce fue detrás de Vance. Mientras ambos corrían Pierce logró notar como la persona parecía ser un niño o más bien una niña con un abrigo y una capucha amarillos que la hacían más fácil de percibir entre aquellos arboles y la oscuridad a la luz de la luna. Vance se apresuró a intentar lanzar un ataque.
—¡Espera, creo que es una niña! —dijo Pierce mientras se adelantaba a correr.
Ambos se detuvieron de atacar, pero siguieron corriendo. En el punto en que estaban más cerca de atraparla Vance sopló un viento gélido a los pies de la niña y ésta resbaló.
—¡Te tengo! ¿Acaso eres una especie de Espíritu? —decía Vance mientras se abalanzaba sobre ella.
—Espera, no logro percibir ningún espíritu maligno, al parecer es una niña saludable.
—¡Por favor no me lastimen, no me hagan daño, solo quiero encontrar a mi papá! —decía la niña mientras intentaba no llorar.
Al ver esto Vance se puso de pie y la levantó, le descubrieron la capucha y efectivamente, se trataba de una niña con las mejillas enrojecidas y los ojos un poco hinchados, daba la sensación de haber estado llorando por un tiempo.
—¡Tranquila, tranquila! ¿Estas perdida? ¿Qué fue lo que pasó? —dijo Pierce mientras se daba cuenta que la niña realmente estaba asustada.
—¿Por qué estás sola aquí en medio de la nada y en plena madrugada? —recalcó Vance mientras miraba extrañado hacia todos lados.
—Todo ocurrió por allá —la niña señaló un camino a lo que parecía ser un pequeño arroyo.
—Vamos, vayamos a ver. —dijo Vance
—Muy bien, no te separes, no dejaremos que te pase nada, sigue contando —dijo Pierce mientras le daba una sonrisa amable y con seguridad.
—Todo ocurrió esta mañana cuando mi padre y yo decidimos venir al valle a pescar y de campamento. Mi padre es comerciante y tiene que salir a recolectar frutos y peces, recién hace unas semanas descubrió este valle luego de tiempo explorando y buscando expandir su mercancía. Él había estado aquí solo hace unos días, como vio que era un lugar tranquilo, decidió traerme con él, mi gato kishu también nos acompañó. —decía la niña conteniendo sus lágrimas aun.
—¿Un gato? ¿Dónde está? no lo veo por aquí. —dijo Vance aún sospechando un poco de la niña.
—Pasado el mediodía mi padre y yo estamos almorzando cuando de pronto escuchamos un ruido, llamé a kishu pensando que estaba jugando entre los arbustos. Cuando de pronto vimos como un chico con una máscara roja salió de los arbustos y capturó a kishu.
—Los Tayazi... —susurró Vance.
—¿Los conoces? —dijo Pierce, intentando procesar toda esa información para él.
—Es una banda que se dedica al comercio de animales y materiales preciosos. Hay zonas donde los gatos no son muy comunes, no me sorprende que anduvieran por acá buscando mercancía —dijo Vance dejando entre ver su molestia.
—El chico de la máscara, tomó a kishu y esperó a que mi padre lo viera. Solo me dijo que me quedara dentro de la tienda, que volvería rápido. Lo vi alejarse rumbo a la montaña persiguiendo a aquel chico y de pronto ya no lo vi más. He estado aquí esperando por horas, tengo mucho miedo, quiero a mi papá. —La niña se tiró al suelo de rodillas y empezó a llorar.
—Vance, ¿Crees que esos tipos son muy fuertes? —dijo Pierce viéndolo fijamente a los ojos.
—No deberíamos desviarnos del camino, pero igual pienso que debemos hacer algo al respecto. —dijo Vance viendo en dirección a la montaña.
—No tengas miedo, vamos a ir a buscar a tú padre. —dijo Pierce mientras se ponía en marcha.
—Ven con nosotros niña será más peligroso quedarse aquí y que te encuentren sola. —dijo Vance un tanto motivado por ayudar.
—¿De verdad harían eso por mi? —dijo la niña con unos ojos que parecía estaban apunto de estallar en llanto.
—Tranquila, vamos a atrapar a los responsables. dijo Pierce con un tono serio mientras caminaban los tres a la par en dirección a aquella montaña.
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