Capítulo 29 [ Final ]
—Dios, me quiero morir.
JiMin se quejó, recostandose sobre el respaldo de su silla de forma brusca, estaba completamente abrumado, cansado y hostigado de tanto trabajo. Este último mes habían tenido más trabajo de lo normal, y no era difícil de manejar siendo que antes ya había tenido la presión encima, es sólo que ahora con un nuevo jefe como lo es Namjoon, el ritmo del trabajo cambiaba por completo.
A veces realmente quería darse un descanso, pedir algunas vacaciones o algunos días libres para poder descansar como era debido y desconectarse por completo de la vida laboral.
Pero la verdad es que ni siquiera tiene tiempo de pedir un descanso porque él sabe la gran cantidad de trabajo que hay por terminar, así que no puede darse ese lujo, al menos por ahora.
—JiMin, ¿terminaste lo que te pedí hace dos días? — Namjoon apareció de sorpresa por el pasillo, asustandolo un poco.
—Sí, ya lo tengo — dijo, buscando rápidamente el documento que había impreso recientemente —. Sólo tienes que volver a revisarlo y darle el visto bueno para que yo pueda enviarlo de nuevo.
—Gracias — Namjoon tomó el documento en sus manos —. Por cierto, hoy tendremos una reunión en dos horas, para que puedas ir a comer algo en caso de que necesites aguantar hasta la noche.
JiMin hizo un puchero.
—¿Tengo que estar ahí? — preguntó en queja —. Por lo regular sólo es necesario que ustedes estén ahí, ¿por qué yo?
Namjoon soltó una risita.
—Es completamente necesario que estés ahí.
JiMin gruñó fastidiado, su plan para la noche era dormir tanto como podía, el día siguiente era martes y según lo que le habían comentado en el hospital la última vez que fue, es que ese día habría una convivencia familiar en el hospital, por lo que tenía pensado llegar temprano.
Pero ahora que tenía que asistir a la reunión, muy probablemente llegaría demasiado tarde a casa y no lograría dormir mucho.
—Odio esto.
Murmuró por lo bajo, volviendo sus ojos de nuevo al montón de trabajo que se le acumulaba enfrente. Dios, todo lo que quería era ver a YoonGi de nuevo, está vez había pasado dos fines de semana sin verlo ya que el trabajo estuvo demasiado pesado, además, había pedido permiso para no asistir entre semana para poder ir al evento en el hospital, por lo que no había tenido días de descanso para ver al mayor.
Estaba tan emocionado de verlo.
La última vez lo había visto mucho mejor, más alegre y animado, hablaba mucho más y se comunicaba con normalidad, todavía seguía siendo un impulsivo y eso era algo que salía a flote cuando JiMin estaba en el hospital y la mayoría de los otros pacientes se acercaban a saludarlo.
Era gracioso hasta cierto punto, pero no sabía si a la larga eso resultaría ser un problema.
Además, había hablado con uno de los doctores que se encargaba de atender a YoonGi, le había contado de forma secreta que el mayor había agarrado como método expresivo el piano, muchas de las veces decidía encerrarse en una habitación a tocar el piano qué el hospital había comprado hace algunos años para implementar la terapia musical con sus pacientes. Ahora, aquel método se había convertido en el mejor para sobrellevar las recaídas del mayor.
JiMin estaba tan orgulloso de escuchar y saber que YoonGi estaba avanzando poco a poco. Y lo mejor de todo es que, lo que se veía lejano por fin había ocurrido.
Hace un mes exactamente que YoonGi había dejado de recibir medicamentos terapéuticos. Era un gran avance y un posible aviso de su salida.
No podía creer que hayan pasado casi 11 meses desde que YoonGi había sido internado en aquel hospital. Honestamente, sentía que se cumpliría un año y YoonGi seguiría ahí, si lo pensaba de esa forma, era realmente preocupante y triste, pero no le importa si al final resulta ser así. Él sabe que para alguien como YoonGi, que tuvo que ver y vivir tantas cosas traumáticas, sería difícil de superar.
—Creo que voy a volverme loco — susurró después de volver a concentrarse en su trabajo.
De por si detesta asistir a esas reuniones, por lo mismo de que son extremadamente largas y agotadoras, a veces incluso llegaban a extenderse hasta la noche. Además, por lo regular él no tenía que asistir a menos que fuera completamente necesario o fueran a hablar de un tema realmente importante.
Por lo que seguramente en la reunión de hoy habría demasiada información que anotar, y detestaba eso. Amaba su trabajo hasta cierto punto, tal vez porque YoonGi formaba parte de este, sin embargo, eso no significa que la mayoría del tiempo no tuviera ganas de aventarse desde el último piso.
Ya tenía tantas ganas de verlo.
Después de trabajar un poco más, Hoseok y Moonbyul pasaron por él para invitarlo a comer algo antes de encerrarse en aquella sala de reuniones. Durante los últimos meses se hicieron todavía más cercanos, ambos chicos comenzaron a buscarlo a cada rato después de enterarse de que ahora estaría completamente solo y totalmente libre de YoonGi, quien por lo regular andaba detrás de él como su perro guardián.
Gracias a ellos se había sentido menos solo, aunque ha logrado hacer algunos amigos aparte de ellos dentro del trabajo, todavía existen pequeños problemas con algunos cuantos porque lo aborrecen por ser el favorito del jefe.
—¿Cuándo irás a ver a YoonGi de nuevo? — preguntó Moonbyul mientras daba el primer bocado a su comida.
—Mañana hay una convivencia en el hospital — dijo —. Así que voy a ir, pero no creo llegar temprano en todo caso de que la reunión termine tan tarde, tampoco sé si me vayan a dejar más trabajo del necesario después de los temas de la reunión. Así que... sí.
—¿Y cómo está todo? ¿Él va bien? — Hoseok preguntó.
—Sí, creó que hasta ahora todo va bien — dijo sonriendo —. Me emociona saber que tal vez ha mejorado más en estos últimos meses, hace 4 cuatro meses todavía tenía muchas dificultades, pero confío en que ahora está mucho mejor.
—Es... grandioso escuchar eso — Hoseok sonrió.
Tanto Hoseok como Moonbyul sabían que YoonGi estaba internado, pero no sabían la razón, así como casi todos o la gran mayoría del personal. Pues fue difícil ocultar la noticia de que YoonGi dejaría el trabajo por un largo tiempo.
—No tienes que preocuparte — Moonbyul le sonrió en grande —. Seguramente saldrá pronto.
JiMin asintió, recibiendo sus palabras de apoyo. En momentos difíciles ellos eran los únicos dos con quien más hablaba, también con sus amigos, pero casi no daba mucha información porque temía soltar algo que pusiera en riesgo las relaciones de sus amigos con los amigos de YoonGi, quienes no habían dicho nada sobre eso.
Después de comer decidieron regresar a la empresa, la tarde había caído y el camino se le hizo extremadamente largo, sobre todo porque Moonbyul tuvo la gran idea de pasar a comprar unos pendientes que había visto sobre la vitrina de una tienda, se tardó casi 20 minutos en comprarlos.
JiMin siempre trataba de ser puntual con sus horarios, así que al final casi tuvo que arrastrar a Moonbyul qué no dejaba de decir que tenía ciertas cosas que hacer o comprar. Siempre hacía lo mismo.
—¿Ya es tiempo de la reunión? ¿Tanto nos tardamos? — preguntó ella tratando de hacerse la loca.
—Por supuesto que sí — JiMin bufó —. La reunión empieza en 15 minutos, nos tomamos más de 1 hora de comida — se quejó —. Tengo que apurarme, todos ellos por lo regular llegan 20 minutos antes de comenzar.
Salió corriendo a su lugar de trabajo, siendo seguido por los otros dos.
—Déjame ir contigo y explicarles el por qué te tardaste — dijo ella —. Así no te dicen nada. Les diré que fue mi culpa.
—No, está bien. No creo que se enojen.
—No importa, vamos, toma tus cosas y apúrate. — Moonbyul se adelantó, dejándolo junto con Hoseok, quien sólo se alzó de hombros.
—Será mejor que te apresures, recuerda que la sala de reuniones queda casi en el penúltimo piso.
—Mierda — murmuró abrumado, tomando rápidamente su laptop, su libreta con sus anotaciones y una carpeta llena de documentos —. Odio llegar tarde.
Corrió apresuradamente hasta el ascensor y esperó, esperó tanto que el tiempo se le hizo eterno y sentía que iba a volverse loco. Antes de que Hoseok pudiera decirle algo, se apresuró a tomar la desviación hasta las escaleras, pero su amigo tiró de él en el último momento y lo metió dentro del ascensor, el cual por fin había llegado.
—¿En serio ibas a subir hasta allá por las escaleras? — Hoseok dijo sorprendido —. Quedan casi 10 pisos de diferencia.
—Era mi último método.
Se alzó de hombros, desesperado por llegar a la sala de reuniones. Dios, si no fuera por la loca y atareado de Moonbyul no hubieran llegado tarde, pero su amiga acostumbra a hacer ese tipo de cosas casi siempre.
Se sintió toda una vida ir en aquel ascensor, sobre todo porque seguían subiendo más y más personal, haciendo paradas cada dos pisos. Cuando por fin llegó al penúltimo piso, casi corrió fuera del ascensor para llegar rápidamente hasta la puerta de aquella sala de reuniones. .
Pero antes de entrar, Moonbyul lo interceptó de sorpresa.
—¡Espera, espera! — ella lo tomó de los hombros, alineó su cabello y sacudió su ropa de forma rápida —. Siempre hay que dar una buena impresión, ¿no?
JiMin iba a protestar, pero cualquier queja o palabra quedó en el olvido cuando Moonbyul lo empujó dentro de la sala de reuniones de imprevisto.
—¡Pe-perdón por llegar tar..! — calló inmediatamente al darse cuenta de que las personas que estaban ahí adentro no formaban parte de la junta directiva, no era algún importante ejecutivo ni alguien formal para una reunión.
Eran sus amigos, tanto Taehyung, Felix y Wooyoung estaban ahí, también los amigos de YoonGi, Namjoon, Hanna y la madre de YoonGi. Y no sólo eso, también se sorprendió de ver a su madre.
—¿Qué... ? ¿Q-qué está...?
Cuando su mirada se dirigió al gran balcón que era parte del penúltimo piso, su respiración se cortó por completo, ni siquiera se dio cuenta de que dejó de respirar hasta que intentó volver en sí mismo. Para cuando su cuerpo y mente lograron reaccionar, todas las cosas que llevaba en las manos cayeron al suelo de un momento a otro.
Ni siquiera le importó qué su laptop se haya estrellado contra el piso, ya tendría tiempo de mandarla a arreglar.
Ahora lo único que le importaba era salir corriendo en dirección al balcón y tirarse a los brazos del hombre que hace algunas semanas estaban internado, y que ahora estaba ahí, mirándolo a la distancia con una sonrisa tan característica de él mismo.
Se sintió eterno el comenzar a caminar y no se percató de en que momento sus pies comenzaron a correr, ni siquiera los sintió. Salió al balcón rápidamente y se quedó en shock todavía, esperando a ver si eso era una broma o algún estúpido sueño, tal vez se había quedado dormido durante la comida o lo había atropellado algún auto y estaba inconsciente soñando esto.
No pudo articular palabra alguno cuando vio a YoonGi arrodillarse en su lugar, mostrando el anillo qué sostenía entre sus manos.
Estaba sucediendo.
—Hola, cielo — YoonGi habló, su voz se escuchaba un poco temblorosa — lamento haberte hecho correr, sé lo mucho que te preocupa llegar tarde a una reunión — se burló un poco —. Pero no podía dejar que la sorpresa se arruinará.
JiMin jadeó, tratando de regular su respiración para poder calmarse. Sentía que iba a desmayarse en cualquier momento.
—Te lo dije ¿no? — el hombre mostró su sonrisa más encantadora — te prometí que cuando saliera de ahí te pediría matrimonio — YoonGi todavía sostenía aquel anillo frente a sus ojos —. Así que por favor, Park JiMin, cásate conmigo.
¿Cómo se supone que debía reaccionar? ¿Qué debía decir? ¿Cómo tenía que actuar ante esta situación?
Sinceramente el anillo es lo de menos para él, de todos modos va a aceptar casarse con YoonGi. Lo único que realmente le importa es él, tenerlo ahí de frente y fuera de aquel hospital.
Si estaba fuera sólo significaba una cosa.
—Oh dios — JiMin respiró con profundidad, asintiendo rápidamente una y otra vez —. Sí, por supuesto que sí.
Si sus amigos festejaron o algo así, no les prestó atención alguna. La verdad es que YoonGi se llevó toda su atención, así que se lanzó a sus brazos tan pronto como acortó la distancia entre los dos, colgandose de él y aferrándose a su cuerpo con una fuerza casi inhumana.
Dios, lo había extrañado demasiado.
Había extrañado el cómo se sentía tener a YoonGi así, a su lado y sin tener que ir a verlo cada dos o tres fines de semana.
No pudo evitar derramar lágrimas mientras escuchaba a YoonGi dándole palabras consoladoras, diciéndole que él también lo había extrañado y que ya estaba ahí.
—¿E-en qué momento...? ¿Cómo fue qué estás aquí? — preguntó JiMin, alejándose sólo un poco pero sin romper el abrazo.
—Me dieron mi orden de salida hace una semana, pero quise esperar hasta hoy para poder organizar una pedida de mano para ti — YoonGi rió apenado —. La verdad es que tenía un poco de nervios, creí que tal vez ibas a enojarte.
—Por supuesto que sí — JiMin golpeó su hombro —. Sentía que me iban a despedir por llegar tarde a la reunión, casi saco alas de donde no hay para poder volar hasta aquí.
El pelinegro rió, escuchando las quejas del rubio mientras le daba suaves besos en su frente.
Sólo hasta que sus amigos se asomaron por el balcón fue que se tomó el tiempo de saludarlos y reprenderles por saber todo acerca de aquella sorpresa. Estaba tan conmovido que el único momento en que se sintió frágil y chiquito fue cuando abrazó a su madre, quien entre muchos besos y apapachos le dijo que estaba tan feliz de que por fin encontrará a alguien que realmente lo merece.
Moonbyul y Hoseok no se escaparon de sus reclamos, pues fueron los actores intelectuales en aquella sorpresa. Casi muere del susto por culpa de ambos.
Los amigos de YoonGi los felicitaron a ambos. Y agradecía que las personas que estaban ahí fueran las únicas que sabían lo importante que era esto para ellos. La mayoría sabía todo lo que sucedió para que pudieran llegar hasta ahí, y estaba tan feliz de saberlo.
—Que agotador es convivir con ellos — YoonGi lo abrazó por detrás —. Yo tenía planeado algo más privado pero... sinceramente quería que todos ellos formarán parte de esto.
—Que lindo — JiMin sonrió — ¿Eso aprendiste ahí adentro?
YoonGi bufó.
—Claro, ahora soy una persona 100% nueva — dijo, echándose flores a él mismo —. Bueno, sabes a lo que me refiero.
Su boca se pegó a su cuello, dejando un suave beso sobre esa zona.
—Sé que ahora mejoraste — JiMin dijo, acariciando suavemente los brazos qué rodeaban su cintura —. Pero honestamente, yo siempre te amaré de cualquier forma. Tanto a la persona que fuiste antes como la que eres ahora.
YoonGi sonrió contra su cuello, apretando todavía más sus brazos sobre la delgada cintura de su futuro esposo.
—Que bueno que digas eso — tomó la mano de Jimin, donde estaba aquel anillo colocado y le dio una ligera caricia —. Porque acabas de aceptar casarte conmigo.
JiMin rió bajito.
—Sé que no te quitaron tus ideales — dijo el rubio —. Sé que la terapia ayudó con muchos problemas mentales que tenías — susurró —. Independientemente de que hayas cambiado o no, yo seguiré amándote.
—Sólo tienes que saber que nunca voy a dejar que nadie te haga nada — afirmó, besando su mejilla con suavidad —. Te amo y haría cualquier cosa por ti.
JiMin asintió, aferrándose al abrazó que YoonGi le estaba dando.
No importa que cosas haya hecho YoonGi en el pasado, no importa qué tantos problemas haya arrastrado desde hace años, tampoco si ahora había mejorado por completo.
Si YoonGi era su perdición, estaba dispuesto a perderlo todo por él, tanto como YoonGi estaba dispuesto a hacerlo todo para verlo feliz, bajarle el cielo y las estrellas o la luna entera, no importaba, lo que JiMin quisiera, él se lo daría.
◇ F I N ◇
JUDAS ha llegado a su final. 🫂✨️
Muchas gracias por leer la historia, por siempre esperar hasta que yo actualizará incluso si me tardaba muchísimo tiempo. En serio agradezco todo el apoyo, no sólo en esta historia, sino en general. Los amo mucho. ❤️
Espero poder seguir viendo sus lindos comentarios en la nueva historia del yoonmin que acabo de publicar. Esa historia comenzará la próxima semana, por si quieren ir guardandola para leerla.
Todavía falta el epílogo, así que esperenlo estos días. Besitos, nos leemos luego. 🫂
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