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Capítulo 19

Había terminado su trabajo más rápido de lo que imaginó, recién iban a dar las 8 de la noche, por lo que era buena hora para irse a casa. YoonGi había salido desde la tarde, después de que comieron juntos en su oficina, ignorando por completo el tema del supuesto matrimonio arreglado, el mayor tuvo que salir para arreglar algunos asuntos del trabajo.

No lo había visto desde que se fue, pero recibió un mensaje suyo diciéndole que lo esperaría en una cafetería que se encontraba a dos cuadras de la empresa, para no tener que retornar dos veces y llevarlo directamente a su casa.

Para ser sinceros, JiMin no había dejado de pensar en la pequeña intervención que hubo hace unas horas en la oficina, realmente fue un poco impactante que el padre de YoonGi llegará de la nada para hablar acerca de un matrimonio arreglado.

Lo peor de todo es que no le habría tomado tanta importancia si no fuera porque el hombre sabe lo que sucede entre YoonGi y él. En cambio, sólo recibió unas cuantas miradas cargadas de pena por parte del señor, como si se sintiera incómodo y avergonzado por estar diciendo aquello enfrente del chico con quien su hijo sale.

Pero había algo aún más importante.

YoonGi nunca le mencionó nada acerca de un matrimonio, el mayor sólo se había arriesgado a pedirle una oportunidad, ¿Acaso era capaz de mentirle y ocultarle algo como un matrimonio? No quería pensar en esa posibilidad, porque una parte muy grande en él, ya había comenzado  aceptar a YoonGi directamente. Sus halagos, sus bromas, la manera en que se atrevía a tener contacto físico con él sin siquiera importarle quienes lo vieran, si estaban en el trabajo o fuera de este, YoonGi siempre mostraba interés en él, también sus besos, aunque se habían besado muy pocas veces, cada día se acercaban más a tal grado de que era casi normal recibir un besito en su mejilla o en la frente.

Hay mucha comodidad de por medio y cada día crece más.

Si resulta que YoonGi tiene que casarse con alguien, ¿qué puede hacer él para evitarlo? Nada.

Sabía que algo así sucedería, después de todo, YoonGi es un hombre realmente asombroso que merece tener a alguien de su posición a su lado. ¿Por qué él sería el tipo ideal para su familia? Después de todo, ellos necesitan a alguien que les proporcione calidad y cantidad, y JiMin no tiene ninguna de esas cosas.

Aunque trató durante el resto de la tarde en no ponerse triste sobre eso, siente que una vez que llegué a su casa podrá derrumbarse a sobrepensar, y tal vez, derramar algunas cuantas lágrimas por sentirse reemplazable una vez más.

Cuando llegó por fin a su destino  sólo le queda cruzar la calle para llegar a la cafetería, ya puede ver el auto de YoonGi estacionado frente a esta así que no se preocupa en apresurarse.

Pero cuando cruza y está cerca del auto, se da cuenta de que el mayor no está dentro de este ni tampoco a su alrededor. Un poco confundido comienza a buscarlo entre la gente, pero cuando no lo ve ni por error cree que es mejor opción llamarlo.

Tomó su celular, buscando en sus contactos el nombre del mayor y cuando estuvo por presionar el botón de llamada, su mirada se encontró la poco agradable imagen de YoonGi sentado en una de las sillas dentro de aquélla cafetería, en compañía de nada más ni nada menos que el chico llamado Daesung, quien había estado en la oficina hace unas horas cuando todo ese alboroto se organizó.

Se quedó casi estético en su lugar, sus ojos no podían despegarse de ahí. No estaban haciendo nada más que hablar, cada uno ocupaba una silla frente al otro, YoonGi se veía serio, como siempre se ve cuando está en una reunión que no le agrada o cuando ya está harto de trabajar, mientras que el otro chico está muy apurado hablando y riendo.

Cuál sea la razón por la que YoonGi está ahí con él, no debió haber sido su decisión, pues se veía eternamente infeliz.

Decidió que lo mejor sería quedarse ahí y esperar a que el mayor terminara de hablar con aquel chico, después de todo, tenía una perfecta vista de ellos, tal vez YoonGi lo había hecho apropósito para que se diera cuenta de que estaba ahí y que no se había ido. Como sea, apoyó la espalda en el carro del mayor, suspirando con fuerza mientras trataba de ignorar nuevamente aquel raro sentimiento que ya conoce.

Mientras tanto, YoonGi todo lo que quería era levantarse de aquélla silla y salir de aquel lugar, su objetivo principal era esperar a JiMin ahí, hacerle de señas cuando lo viera y tomar un café juntos antes de ir a casa, después de todo, la noche y el clima eran perfectos para tomar un poco de café caliente en paz.

Pero sus planes se vieron arruinados cuando ese tipo llamado Daesung se sentó en la silla que originalmente le pertenecía a JiMin. Ni siquiera sabe cómo llegó, tampoco si fue una casualidad o ya lo había estado siguiendo, pero en todos esos minutos que se mantuvo hablando sin parar, no le había prestado atención a nada de lo que salía de su boca.

Y sinceramente, no quería hacerlo. Analizándolo silenciosamente, se dio cuenta de que Daesung era el típico chico caprichoso y el consentido de papi, al que le gustaba tener todo a su alcance. No era su tipo, incluso si era sumamente atractivo los twinks no eran su gusto general, aunque... bueno, podían serlo si se parecían a JiMin, delicado e increíblemente sexy y varonil al mismo tiempo.

Dios, tenía que dejar de fantasear un rato o tendría un problema que no podría solucionar.

—¿Estás escuchándome? 

YoonGi volvió en sí mismo cuando el chico golpeó con su dedo su frente, de mala manera lo miró hastiado. Lo único que quería era irse.

—No, ¿por qué debería escucharte? — preguntó, alzando una ceja en su dirección.

Daesung suspiró como si estuviera agotado, se removió en su lugar y miró por la ventana, abriendo los ojos un poco sorprendido al ver a ese chico que hace unas horas había sido el centro de atención principal en la oficina de YoonGi.

—No puedo competir contra él, ¿verdad?

—De ninguna manera. — contestó increíblemente rápido.

Daesung quería reír.

—¿Te gusta hacer obras de caridad? — preguntó una vez más —. Ese chico ni siquiera está a tu altura, no pertenece a ninguna familia con dinero y sólo trabaja para ti, el YoonGi del que todo mundo habla jamás se habría fijado en alguien como él, ¿cómo fue que sucedió?

YoonGi sonrió complacido, ¿en serio la gente tenía una imagen tan mala de él? Que bueno que había comenzado a cambiar. Daesung tiene razón, antes no se hubiera fijado nunca en alguien como JiMin, pero ahora no puede evitar admitir que está a sus pies, desde la primera vez que lo vio hubo algo en él que le hizo sentirse hipnotizado, atraído y terriblemente enganchado. Como si fuera magia.

—¿No vas a decir nada? — Daesung lo miró aburrido —. Bueno, ya que no hay forma alguna de que te haga cambiar de opinión, creo que mejor me retiro.

—Ya era hora.

Daesung quería golpearlo, pero una idea muchísimo mejor se le cruzó por la cabeza.

—No soy tan mala persona después de todo — admitió con una sonrisa deslumbrante —. Pero al menos tengo que hacer de las mías antes de rendirme.

—¿Hacer de las-

Antes de que YoonGi terminara de hablar, Daesung tiró con fuerza del cuello de su ropa, posando sus labios en los suyos a una velocidad increíble. YoonGi ni siquiera tuvo tiempo de separarlo para cuando este mismo ya se había alejado, como si supiera que si dejaba agarrar le iba a destrozar los brazos.

—En fin, hasta nunca. — el chico le sonrió burlesco mientras se levantaba de su asiento y dejaba el restaurante.

Genial, ahora tendría que desinfectarse la boca.

—Ah, mierda — murmuró, levantándose de su lugar para poder irse de ahí y verificar si JiMin ya estaba cerca, pero cuando se levantó y miró por la ventana, se dio cuenta de que efectivamente, JiMin ya estaba ahí —. Doble mierda.

Murmuró, la mirada del menor se desvío lejos de la suya y él tuvo que correr a pagar a la cuenta de lo que aquel idiota consumió para después salir apresuradamente, antes de que a JiMin se le ocurriera la grandiosa idea de huir.

Para su buena suerte, cuando al fin estuvo fuera de aquel lugar, el menor seguía ahí esperándolo.

—JiMin, que bueno que no te fuiste yo-

—¿Nos vamos ya? La verdad es que estoy muy cansado — dijo, evitando su mirada.

—¿Ah? Sí pero... déjame explicarte.

—No tienes que explicarme nada — JiMin respondió —. No te preocupes, lo vi todo con mis propios ojos, sé que tú no lo besaste.

—Sí, pero aún así... no tenía que pasar eso — respondió firme —. No quiero que pienses que yo-

—No pienso en nada que te involucre a ti, YoonGi — por fin subió su mirada, y aunque parecía estar tranquilo, YoonGi podía percibir cierta angustia en sus ojos —. Está bien, por favor, llévame a casa.

Cuando se dio cuenta de que todo lo que JiMin quería era acabar con aquella conversación, obedeció a su petición y cerró la boca para luego subirse al carro junto con él.

El camino a casa fue una tortura para ambos, más para YoonGi que para JiMin, él en serio quería explicarle muchas cosas, para que no pensara que había quedado de verse con Daesung a escondidas o algo así, porque la verdad es que Dae había llegado a de la nada. Y el beso, ese maldito beso que ni siquiera duró 2 segundos, está casi seguro que fue tan rápido que no podía considerarse un beso.

Pero JiMin no pensaba en nada más que en llegar a su casa y acostarse a dormir, o tal vez, acostarse para sobrepensar hasta que su cabeza explotara.

De todos modos, su mente ya se estaba encargando de crear muchas ideas en su cabeza, tantas que incluso se cuestionó demasiadas cosas.

Estaba que reventaba de celos, no podía negarlo y no lo iba a hacer, estaba celoso y eso le quedó muy claro cuando todo lo que sintió después de haber visto cómo ese chico besaba a YoonGi fue el mal sabor de boca y una bola de enojo que comenzó a hacerse más grande en el transcurso del camino. Pero no estaba enojado con YoonGi, estaba enojado con aquel chico, con todo en general, porque... Cómo es posible que después de tanto tiempo, la vida le ponga esta clase de obstáculos con la persona que mejor lo ha tratado.

Dios, quería golpear a alguien de la rabia.

Pero sobre todo, estaba frustrado por no saber qué hacer al respecto.


[ ♦️♣️♦️ ]


Cuando el carro se estacionó frente a la casa del menor, YoonGi decidió que bajar con él sería una buena opción para poder explicarle mejor las cosas. Afortunadamente, JiMin no puso queja alguna cuando lo vio bajarse con él para seguirlo hasta la puerta de su casa.

Pero ninguno de los dos dijo nada, JiMin simplemente se mantuvo en silencio mientras abría la puerta y se daba media vuelta para mirar al hombre que estaba ahí. Estando frente a frente y a punto de despedirse, ninguno tuvo el valor para iniciar.

Pero YoonGi necesitaba hacer o decir algo o se iba a volver loco si JiMin se daba vuelta y se metía en la casa.

—Yo... no te dije nada del compromiso porque no pensaba aceptarlo, mi papá llegó de sorpresa hoy y arruinó todo por completo, ni siquiera conozco a ese niño, y tampoco quería hablar con él, simplemente llegó de imprevisto en el café en donde te estaba esperando, y yo... yo-

YoonGi se quedó quieto y sus palabras se perdieron en algún punto cuando JiMin lo tomó del cuello y lo besó sin más.

Estaba sorprendido, sobre todo porque no esperaba este tipo de reacción por parte del menor, pero tampoco iba a quejarse o negar un beso, sobre todo si este venía de su precioso chico.

Las manos de JiMin buscaron con apuro el cuello de YoonGi para poder colgarse de ahí y acercarse cada vez más a su cuerpo, hasta que no hubo nada de espacio entre los dos. Por su lado, YoonGi se encargó de apresar con sus brazos la cintura y espalda del menor, para evitar que se alejara de él hasta que no se lo permitiera.

El beso había comenzado siendo intenso, tanto que sus dientes chocaron con fuerza por algunos segundos, mordiscos por aquí y por allá, sus lenguas jugando atrevidamente entre ellas mientras los suspiros y jadeos se escapaban de sus bocas.

Y dejándose llevar por su instinto, JiMin tiró del cuerpo de YoonGi al mismo tiempo que daba pasos hacia atrás, invitándolo indirectamente a entrar a la casa.

Con algo de suerte el mayor entendió la indirecta y cerró la puerta con el pie al estar los dos adentro, no necesitaba chismosos interrumpiendo y viendo su show.

JiMin se separó lentamente, lo suficiente para poder hablar mirando directamente a los ojos de YoonGi, aquellos bonitos y profundos ojos que parecían brillar.

—¿Por eso bromeabas con la idea de casarnos? — preguntó el rubio, recibiendo un sí de parte de YoonGi  —. Si quieren que te cases, ¿podrías esperarme un poco más?

YoonGi sintió que iba a volverse loco.

—Yo te esperaría todo el tiempo que quieras.

JiMin se sintió un poco avergonzado, pero le sonrió gentilmente al ver lo dispuesto que YoonGi estaba de hacerlo. La idea de ver a YoonGi casarse con alguien más no le agrada, así como no le agradó verlo con otro chico, no puede imaginar alejándose del hombre que ha hecho tanto por él. Y sinceramente no lo hace como un método de agradecimiento, eso ya lo ha dejado atrás.

Ahora lo hace específicamente por sus propios sentimientos.

Realmente, YoonGi le gusta muchísimo, tanto que decidió darle una oportunidad desde aquella vez y no piensa soltarlo tan fácil.

—Bueno, esperaré hasta que me pidas ser tu novio — JiMin se burló un poquito —. Porque no podemos casarnos sin antes haber sido pareja.

—Sé mi novio.

JiMin rió.

—¿Así tan pronto? ¿ni siquiera una propuesta romántica?

—Puedo planear una cita en el restaurante más caro de todo Seúl y montar todo un show de drama romántico si así lo deseas.

JiMin se apresuró a negar.

—Estaba bromeando — se quejó —. Realmente te gusta desperdiciar tu dinero.

YoonGi chasqueó la lengua, apropiándose del trasero de JiMin para poder impulsar al menor hasta que este pudo rodear con sus piernas su cintura.

—No es un desperdicio si es para ti.

JiMin se agarró a su cuello, juntando con facilidad sus narices de lo cerca que estaban. YoonGi lo sostenía todavía con sus manos debajo de sus muslos.

—¿Puedo pedirte algo? — preguntó JiMin, mirándolo con un poco de angustia.

—Claro.

—Si en algún momento lo que sientes por mí se acaba, házmelo saber antes que a todos los demás — declaró —. Porque siempre son otras personas quienes se enteran antes que yo que me están engañando o traicionando, y eso siempre me ha dolido mucho. Así que por favor, si llegas a cambiar de opinión acerca de tus sentimientos hacia mí, dímelo, prometo que no te juzgaré.

YoonGi quería reír, pero decidió guardar silencio.

—Mis sentimientos por ti son tan reales, que cuando menos te des cuenta ya vas a estar en el altar casándote conmigo.

No pudo evitar reír cuando escuchó la respuesta de YoonGi, siempre encontraba la forma de dejarlo sin palabras, diciendo cosas que provocan todo un mar de emociones dentro de él. Sinceramente, nunca se había sentido así con nadie.

YoonGi era el primer hombre que le hacía experimentar un millón de emociones.

¿A esto se refería el mayor cuando dijo que le enseñaría como un hombre enamorado debía tratarlo? Porque está seguro que lo ha entendido todo.

—¿Debería bajarte antes de que tu madre nos encuentre en una situación tan indebida?

JiMin rió, dejando un fugaz beso sobre sus labios.

—No te preocupes — susurró sobre los mismos —. Ella no está en casa.

—Ah, ¿así que lo tenías todo planeado, eh?

El rubio se alzó de hombros fingiendo inocencia.

—Honestamente fue de imprevisto — volvió a acercar sus labios a los de YoonGi, rozando estos de un forma peligrosa y provocativa —¿Pero no te agrada la idea de estar solos un momento?

—Ah... — YoonGi agradeció internamente a la madre de JiMin por no estar ahí —. Me encanta la idea.

Cortaron la poca distancia que los separaba, volviendo al mismo juego de morder y succionar entre el beso, jadeando de gusto conforme el mayor los guiaba hasta el lugar más cómodo y cercano en aquella casa.






[ ♦️♣️♦️ ]


Bueno, bueno, no me juzguen, ya era justo y necesario que avanzaramos, después de todo, planeo acabar la historia antes de tiempo. ✨️

En fin, espero que les haya gustado el capítulo, nos estaremos leyendo el domingo/lunes. Los quiero mucho, cuídense. 💖

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