02. Resguardo (2a parte)
ㅡ¿Y bien? ¿Qué tenemos? ㅡpregunta al tomar asiento, centrando sus ojos oscuros en las carpetas que trae el menor entre sus manos.
ㅡSegún el informe forense, la víctima fue abusada sexualmente en diversas ocasiones y por más de una persona. También fue apuñalada tres veces en el abdomen, dos entre la sexta y séptima costilla y una más debajo de la clavícula izquierda.
ㅡLa torturaron mientras moría ㅡconcluye.
En su interior, el hombre no sabe qué abominable acción es peor, que un grupo de lunáticos hayan asesinado a una mujer mientras la violaban o que se ensañasen con su cuerpo ensangrentado y sin vida.
ㅡNo hay una causa de muerte establecida, pudo ser por la hemorragia o una fuerte contusión craneal, incluso puede que se haya ahogado con su propia sangre. ㅡSuspira, sacudiendo los papeles en el aire con frustraciónㅡ. ¡Estos jodidos documentos no son nada claros!
ㅡEntiendo. ㅡSu voz suena apagada por la obstrucción de una de sus manos y se talla el rostro con frustraciónㅡ. ¿Entonces había sobrevivido al accidente?
ㅡNo puedo asegurarlo, al parecer las cosas sucedieron demasiado rápido.
ㅡ¿No hay evidencia grabada de los hechos? ¿Algún testigo?
ㅡNo, la policía encontró el autobús entrada la tarde gracias a un transeúnte que notó el humo y los quejidos de algunas personas que seguían con vida en ese momento. ㅡCamina hasta quedar frente a su jefe y extiende sobre el escritorio el mapa de la ciudad y las imágenes obtenidas de las cámaras de tránsitoㅡ. Al parecer cambió la ruta por una persecución iniciada quinientos metros delante de nosotros. Una camioneta lo siguió hasta terminar a las afueras de la ciudad, colindante al inicio del bosque.
ㅡ¿Qué dice el informe policíaco?
ㅡNada relevante, solo un enfrentamiento más en el que somos parte a pesar de no haber hecho nada.
ㅡ¿Qué me dices de los sobrevivientes?
ㅡEn el hospital, algunos gravemente heridos y otros en estado vegetativo.
ㅡ¿De ella qué saben? ¿Nadie ha ido a reconocer el cuerpo?
ㅡNo existe ningún Park Ha-neul entre los archivos de la policía, ni siquiera pudieron identificar el cadáver.
ㅡ¡Maldita sea! ㅡexclama al golpear la mesa, provocando un brinco ajenoㅡ. ¡¿Es que acaso nadie sabe nada?! ¡Todos esos médicos y policías son unos inútiles!
Sus gritos podrían ser escuchados hasta los pasillos y es en momentos como ese cuando Jackson Wang agradece que la habitación sea insonorizada.
ㅡNo podemos hacer mucho, esos hombres sabían lo que hacían y por eso nos resulta tan difícil encontrar pistas. No hay ADN, no hay huellas y ni un solo rastro de alguien ajeno en el cuerpo de la mujer.
ㅡNo saben nada del niño, ¿no es así? ㅡSus ojos ruegan en silencio por algún indicio, un mínimo de información que Wang duda en otorgar.
ㅡSeñor, no quiero darle esperanza cuando nada es seguro aún, pero nuestros hombres creen que el niño no está con ellos y que tampoco se encuentra muerto. ㅡSuspira al terminar, mordiéndose los labios con sutilezaㅡ. En realidad... yo también lo creo.
El hombre no tarda en ponerse recto en su lugar, frunciendo el ceño mientras cruza los brazos.
ㅡ¿Qué quieres decir?
ㅡPiénselo de este modo, el autobús chocó y la madre iba con el niño sentado a su lado o en su regazo. Tuvo el tiempo suficiente para darse cuenta de que alguien los seguía y, suponiendo que ella siguiera con vida después del accidente, ¿qué es lo que hubiera hecho?
Puede verlo con claridad, su mente trae la imagen vívida de la madre cubriendo a su pequeño de la lluvia a pesar de que ella se encuentre completamente mojada, de sus ojos iluminados apenas se encontraron con los luceros del pequeño.
ㅡSi el niño estuviese muerto ya habrían encontrado el cuerpo, y si lo ocurrido realmente es un mensaje para nosotros y ellos tienen al niño, ya nos hubiesen contactado o enviado alguna extremidad. ㅡWang continúa con su monólogo, con esa frase tan coherente y certera como alucinante.
ㅡLlévame al lugar del accidente.
ㅡ¿Justo ahora?
ㅡAhora, es una orden. ㅡJackson asiente y hace una venia, siendo apenas detenido por su voz antes de salirㅡ. Quiero que sigas la ruta que tomó el autobús esa mañana.
ㅡPor supuesto, señor.
El clima es frío en la ciudad, pero aún no cae la primera nevada. Es como si el mundo estuviera dejando lo más hermoso para el final, solo para aquellos que están dispuestos a esperar y ser pacientes.
En el transcurso de su viaje en auto el señor Jeon piensa en los hechos ocurridos siete días atrás, en la injusticia de la vida y de aquel Dios en el que algunos creen.
"Dios da y quita la incertidumbre, permite el daño carnal en busca de su alabanza".
Todo lo ocurrido fue causado por un paraguas, por un objeto necesario para aquella madre que ahora se encuentra muerta, para aquel niño que sigue desaparecido. Y entonces se pregunta... ¿Fue realmente su culpa? ¿Fue su moral y humanidad la responsable de ese abominable acto?
Hay una regla en su familia, la única ㅡquizásㅡ que nadie está justificado a faltar. "Ni mujeres ni niños".
ㅡLlegamos, a partir de aquí debemos caminar.
La voz lo trae de vuelta a la realidad y asiente de manera monótona.
En cuanto sale del auto el viento frío le golpea el rostro y el olor a tierra húmeda baila en sus fosas nasales. La debilidad lo hace sentir humano, vivo. Se siente renovado en cierto modo.
ㅡHemos venido varias veces en la semana a este lugar. ¿Por qué seguimos haciéndolo? ㅡpregunta el menor sin girar a verlo, notando los objetos sin dueño que se hunden cada vez más sobre el barro.
La lluvia ha hecho lo suyo y conforme pasan los días las pocas huellas o evidencia han ido borrándose en el lodo y la basura, pero ellos buscan algo más, con suerte encontrarán esperanza que los motivará a seguir.
ㅡCada vez que vengo me siento culpable y preocupado, pero también me vuelvo más consciente de lo que está ocurriendo.
Jackson escucha en silencio, analizando las palabras y concientizando la culpa injustificada que siente su mayor. No hay mucho que pueda decir, sabe que sus palabras serán insuficientes para hacer cambiar el sentir del hombre. En su lugar, piensa que lo mejor que puede hacer es seguir trabajando.
ㅡEl autobús se volcó aquí ㅡdice señalando una zona en particular, viendo los árboles a pocos metros de distancia y la falta de civilizaciónㅡ. ¿Cree que el niño haya corrido al bosque?
ㅡNo hay más casas por aquí y ese día llovía mucho, así que es lo más probable.
ㅡ¿Cuántos años tiene el niño?
ㅡQuizás cuatro o cinco años, no estoy seguro. Ni siquiera sé su nombre.
ㅡBueno, a esa edad yo no pensaba en esconderme en el bosque, se ve aterrador a simple vista ㅡdice con un escalofrío dramático recorriendo su cuerpo.
ㅡ¿Incluso más que un grupo de asesinos? ㅡcuestiona con la ceja en alto y el más joven se rasca la mandíbula con las uñas de su diestraㅡ. Recuerda que estamos ante un caso inusual, ya nada es imposible para este punto.
ㅡEntiendo, entiendo. Suponiendo que lo hizo, ya han pasado varios días, es posible que se haya movido a otro lado en cuanto estuvo seguro de que los hombres se fueron.
ㅡEstamos buscando a un niño con miedo, frío y hambre. ¿A dónde pudo haber ido? ㅡpregunta al viento, esperando que aquellos árboles le den la respuesta.
El móvil de Wang suena, tan bajo e imperceptible que ni el mismo señor Jeon lo nota.
ㅡBueno, buscamos a un niño con miedo, frío, hambre y completamente huérfano.
ㅡ¿Qué? ㅡPero el joven está centrado en su móvil, leyendo los informes que le acaban de enviar por correoㅡ. ¿De qué hablas?
ㅡSeñor, el niño es hijo de un policía ㅡdice mostrando la imagen que aparece en su pantalla y todo parece tener sentido en la mente atormentada del hombre.
ㅡEntiendo. Hablemos de camino a casa de la madrina.
Vuelven a subirse al coche, ahora con una nueva esperanza disfrazada de dirección, nombre y apellido. Han encontrado la pieza que les faltaba.
o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o
La madrina es una mujer cercana a los sesenta y cinco años, de cabello corto y blanco, piel pálida y labios delgados. Madre de todos y de ninguno al mismo tiempo. Se encarga del cuidado y protección de muchos niños huérfanos sin poder concebir uno propio. Entregó su vida a dios ㅡuno completamente distinto al que muchos aseguran servirㅡ y vive bajo el manto divino de esa deidad sin nombre.
ㅡEn cuanto lleguemos nos preguntará qué hacemos ahí ㅡmurmura Jackson sin apartar los ojos del camino. Están a algunos metros de llegar y le hormiguea el cuerpo ante la desagradable anticipación.
ㅡLo sé, así como ella sabe la razón de nuestra visita.
Y no están equivocados. Al estacionarse frente a una casa de tres pisos y muros limitantes, las puertas se abren y se topan con la mirada fiera de aquella severa mujer.
ㅡMadre ㅡmurmura el señor Jeon con una venia casi completa antes de tomar una de sus arrugadas manos y besarla con suavidad, con sus labios apenas rozando en un gesto de gratitud eterna y respeto indescriptible.
ㅡ¿Qué haces aquí, hijo? ㅡSus ojos plomo se centran en el más joven y lo escudriñan como a cualquier desconocido, sin vergüenza ni disimulo, y con una mueca de fastidio evidenteㅡ. ¿Quién es este niño tan maleducado, Ji-hu?
ㅡSoy Jackson Wang, madre. ㅡSe presenta imitando al mayor, acercándose a la mujer y dando un ósculo en su mano sin atreverse a elevar la mirada.
El señor Jeon mira expectante, rogando en sus adentros que la mujer les permita el paso y unos minutos de su tiempo.
Ella lo analiza nuevamente. Luego suspira, acaricia con ternura el cabello castaño y le concede una bendición inédita y enigmática.
ㅡEstá bien, hijo mío, aquí todos son bienvenidos ㅡasegura con una sonrisa de labios apretados, girando para abrir las puertas detrás de ellaㅡ. Entren, yo sé a qué han venido.
En esa residencia hay niños de todas las edades, la gran mayoría menores de dieciocho años. Algunos platican sentados en bancos y mesas de concreto mientras el resto juegan en los columpios y resbaladillas. Se ven tranquilos y felices, trayendo paz al hombre de mediana edad que busca con la mirada una cabellera rubia.
ㅡ¿Comerán con nosotros? ㅡpregunta dándoles la espalda, caminando recta entre el tumulto de niños que la saludan con una venia rápida al pasar corriendo.
Ella abraza su delgada cintura con ambos brazos y quizás nadie lo sepa, pero ahí se ocultan un arma cargada y algunas dagas listas para detener cualquier amenaza.
ㅡLo haremos, madre, si usted nos lo permite.
ㅡSabes que siempre eres bienvenido, Ji-hu. ㅡY su sonrisa es honesta, cálida como muy pocas vecesㅡ. Hace tanto que no veo a Mi-suk. ¿Cómo me dijiste que se llama tu hijo?
ㅡJungkook, madre.
ㅡ"Jungkook" ㅡrepiteㅡ. Es un nombre hermoso ㅡhalaga saboreando cada sílaba.
El comedor es un amplio salón con tres hileras verticales de mesas largas y muchas sillas a su alrededor. Frente a ellas se encuentran cuatro mesas acomodadas horizontalmente que es donde se ubican la madrina y el resto de las mujeres que le ayudan al cuidado de los niños. Es en este espacio donde también toman asiento Jackson Wang y Jeon Ji-hu.
ㅡAquí tiene ㅡmurmura una de las jóvenes al colocar un plato frente al castaño y él agradece en silencio con una venia.
ㅡMadre, sé que usted está al tanto de las razones de mi presencia en este lugar, me gustaría... ㅡElla lo interrumpe con una mano en alto, indicando que guarde silencio inmediatamente.
ㅡLo sé, Ji-hu, pero es momento de comer. Los niños no deben hablar en la mesa.
De ser otro el momento y el lugar, Jackson estaría riéndose de la manera en que la mujer calla y doblega a su mayor, mas prefiere mantenerse quieto en su sitio, comiendo despacio como todos los demás.
ㅡ¿Qué tal la comida? No es tan mala, ¿no es así? ㅡcuestiona la mujer con el intento de una sonrisa plasmada en sus envejecidos labios.
ㅡLa comida nunca fue mala, madre. Es tan deliciosa como siempre.
ㅡLo sé. Y eso que hace mucho dejé mi puesto en la cocina.
El menor ríe discretamente mientras Jeon vuelve a su postura severa.
ㅡPerdone mi insistencia y falta de respeto, pero de verdad necesito saber si trajo aquí a...
ㅡYo no lo traje aquí ㅡinterrumpe, tan seria y tajante como siempre.
ㅡ¿Perdón?
ㅡYo no lo traje ㅡratificaㅡ. Por primera vez en mis más de cuatro décadas de servicio, un niño llegó por cuenta propia a mis puertas buscando refugio. Nadie lo trajo y yo no lo busqué.
ㅡ¿Lo dice en serio? ㅡWang no tarda en hablar, tan sorprendido como el restoㅡ. ¿Cómo es que un niño tan pequeño llegó hasta aquí por sí solo?
ㅡ¿Tengo cara de estar mintiendo, niño? ㅡSu voz y mirada son suficientes para intimidar al castaño en un segundo.
ㅡNo, por supuesto que no, madre.
La mujer suspira y ve a su hijo mayor antes de tomar uno de sus hombros.
ㅡMe preocupa, hijo. No sé qué sucedió con ese niño, no ha dicho ni una palabra desde que llegó y no quiere que nadie se le acerque.
ㅡ¿Puedo hablar con él?
Ella asiente y los guía a un cuarto amplio que ambos asumen es su oficina. En él hay estantes con libros de diverso grosor y un olor característico de las hojas antiguas, hay una mesa de centro para tomar el té y sillones beige con cojines oscuros, así como un escritorio de madera labrada.
Todo es tan sencillo y opaco que resulta imposible que el niño sentado frente al escritorio pase desapercibido.
ㅡHijo, alguien ha venido a verte ㅡmenciona la mujer al entrar, sin recibir respuesta algunaㅡ. Pequeño, Jeon Ji-hu está aquí para hablar contigo.
Ellos se acercan despacio, encontrando un par de ojos vidriosos y sin vida, labios agrietados y una niñez marcada. Es un infante vacío, perdido.
ㅡPajarillo, ¿te acuerdas de mí? ㅡcuestiona y parece que el menor se toma su tiempo para recordarlo. Lo ve expectante con sus luceros claros para luego asentir pusilánimeㅡ. Eso es genial, pajarillo.
ㅡUsted... ¿vino por mí?
La pregunta sorprende, no solo por ser sus primeras palabras en días, sino por el significado implícito de las mismas.
ㅡPodríamos decir que sí, pero necesito hacerte unas preguntas antes.
ㅡEstá bien, mamá dijo que harían preguntas.
ㅡBueno, ella tiene razón.
ㅡ¿Cómo está mi mami?
A la pregunta le procede el silencio, ese que trata de ocultar la verdad cruda.
ㅡElla está bien, pero no podrás verla por ahora.
El niño asiente con una sonrisa, agachando el rostro para que los mayores no vean las lágrimas que inevitablemente abandonan sus ojos.
ㅡElla ya está en el cielo con mi papi, ¿verdad? ㅡLas gotas saladas bañan su rostro y trata de eliminarlas con brusquedad, tallando su piel sin delicadeza con la manga de su camisa amarillaㅡ. Ella dijo que... que si no volvía con ustedes... era por... era porque ya estaba en el cielo.
Su cuerpo se sacude con salvajismo por los espasmos del llanto e intenta cubrirse con sus cortos brazos buscando consolarse a sí mismo.
ㅡTu mami te dijo muchas cosas, ¿no es así? ㅡWang ahora está a su lado, abrazándolo como quiso desde el primer momento en el que lo vio y sintiéndose identificado con el dolor de la pérdida y la soledad.
ㅡParece que lo prepararon desde hace tiempo, eso no es algo que se dice cinco segundos antes de morir ㅡsusurra la mujer en una esquina, analizando la situación y recibiendo a cambio un asentimiento escuálido.
ㅡEso parece, madre. ㅡSus palmas abiertas suben a cubrir su rostro, tallando los ojos y frente por la frustración del momento.
ㅡ¿Lo llevarás contigo?
ㅡ¿Sería correcto hacerlo? Sé que si se queda con ustedes también será cuidado con esmero, Mi-suk es la prueba viviente de ello.
ㅡPero eso no te dejaría tranquilo, ¿no es así? ㅡNuevamente hay silencio, ese que aparece cuando se es incapaz de responder con palabrasㅡ. La vida es irónica, Ji-hu. Los hilos del destino conectan y enlazan de una manera única, que somos incapaces de ver o comprender. Pero están ahí, y por lo menos yo estoy segura de que las cosas pasan por algo, hijo mío.
Esas palabras resuenan en su mente y lo convencen de hacer lo correcto. Ahora sabe que la decisión, cualquiera que tomase, sería la mejor para aquel niño que llora desconsolado por sus padres, por perder todo lo que ama y conoce en el mundo.
Y quizás es por ese niño que ahora se encuentran frente a su hogar, sujetando su pequeña mano y con Jackson cargando bolsas de ropa recién comprada.
ㅡ¿Aquí vive usted? ㅡpregunta con curiosidad. Sus ojos brillan vivaces, mas no dejan de estar rojos e hinchados por el llanto.
ㅡSi, aquí vivo.
ㅡ¿Aquí no hay más niños?
ㅡ¿Te agradaban los niños de la otra casa? ㅡcuestiona de vuelta.
El pequeño rubio lo piensa, sus pies diminutos se sacuden de un lado a otro mientras camina y sonríe al evitar pisar las líneas hechas por las piedras que cubren el camino frontal de la casa.
ㅡSi, me agradaban.
El hombre suspira y le sonríe, sacudiendo su cabello rubio en un gesto cariñoso.
ㅡHay un niño adentro, es mi hijo.
Eso le llama la atención. El pequeño se gira a verlo con asombro, con los ojos brillando de diferente manera.
ㅡ¿Es un niño grande?
ㅡBueno... ㅡEntonces recuerda que no sabe a ciencia cierta el nombre ni la edad del menorㅡ. ¿Tú qué edad tienes?
ㅡ¡Cuatro! ㅡdice contando con sus dedos.
ㅡEn ese caso, Jungkook es mayor que tú.
ㅡ¿Jungkook?
ㅡSi, ese es su nombre. ¿Tú cómo te llamas?
ㅡ¡Soy Jimin!
ㅡEs un lindo nombre, Jimin.
ㅡSi, mi mami me lo puso ㅡasegura con orgullo que rápidamente cambia a inseguridadㅡ. ¿Voy a poder jugar con Jungkook?
ㅡBueno, eso debes preguntárselo a él.
ㅡEstá bien.
Jeon Ji-hu siente una felicidad nostálgica. El niño a su lado sonríe tímidamente, pero lo hace; habla con fluidez y sus facciones se ven serenas en comparación con su encuentro de hace horas.
Caminan a través de los jardines y llegan al interior de su hogar, buscando directamente una habitación en el segundo piso que pudiera ser arreglada para su descanso. Cuando están por subir los escalones se escucha un carraspeo de garganta proveniente de la entrada del comedor.
ㅡMi-suk ㅡsusurra y la mujer lo observa con una frialdad poco característica en ella.
ㅡAl fin has llegado. ㅡHay reclamo en sus palabras y el hombre se imagina lo que está por venir.
Lo sabe, no ha puesto un pie en su casa desde lo sucedido con Park Ha-neul.
ㅡWang, sube al niño y pide a una de las empleadas que preparen su habitación, por favor.
ㅡPor supuesto, señor Jeon. ㅡAhora es él quien toma al infante de la mano y le sonríe antes de guiarlo escalones arribaㅡ. Vamos, pequeño. Debes ayudarme a acomodar todo lo que hay en estas bolsas.
Jimin no lo ve, sus ojos se centran en el niño oculto detrás de la puerta, pero asiente.
Sus voces se pierden con el pasar de los segundos y Jeon Ji-hu baja para encontrarse con su mujer, quien no duda en abofetearlo con fuerza en cuanto lo tiene en frente.
ㅡ¿Quién diablos es ese niño y qué hace en mi casa? ㅡLadra sin consideración, furiosa como nunca lo ha estadoㅡ. Dime, ¿por qué tanta insistencia en encontrarlo? ¿Es hijo de una amante acaso?
El hombre se molesta y frunce su ceño, mas no es el golpe lo que le duele, sino la desconfianza.
ㅡ¿De qué amante hablas? ¿Siquiera te estás escuchando? ㅡcuestiona de vuelta. Su voz es severa y su ceño fruncido.
ㅡDesapareciste por días y al regresar traes a un niño que, por lo que veo, vivirá bajo mi techo. ¡¿Qué esperas que piense?! Nunca me consultaste y preferiste tomar decisiones por ambos. ¡¡Esto jamás había sucedido entre nosotros!!
Los reclamos van acompañados de manoteos al aire y ojos llorosos. Hay furia y dolor, miedo y dudas. Pero todo es verdad, antes de tomar cualquier decisión lo consultaban entre ellos, lo hablaban hasta estar de acuerdo. Había confianza y comunicación.
ㅡNo quería que pensaras nada, quería que confiaras en mí. ¡Ese niño que tanto maldices está sin padres por nuestra culpa! ㅡgrita, exteriorizando por primera vez lo que en realidad está sucediendoㅡ. ¿Tienes una mínima idea de lo que le hicieron a su madre? A esa mujer la violaron, apuñalaron y mataron a golpes.
Jeon Mi-suk está sin habla, notando la culpa en las palabras ajenas.
ㅡEl padre del niño está desaparecido desde hace meses, pero sé que ni siquiera hay esperanza de que esté vivo. ㅡSus ojos decaen, la culpa lo asfixia. Absolutamente todo se refleja en sus facciones deprimidas, en las bolsas oscuras bajo sus orbes y el rostro delgadoㅡ. No, ella no fue mi amante y él mucho menos mi hijo, pero cada vez que lo veo me recuerda a Jungkook, recuerdo a mi hijo y me cuestiono qué querría que sucediera con él si estuviera en una situación similar.
De repente abunda el silencio, no hay más reclamos ni palabras hirientes, pero hay un abrazo apretado y un beso casto en la mejilla, hay susurros abundantes de disculpas.
La furia es momentánea y obliga a los seres humanos a decir cosas sin pensar, a hablar sin considerar las consecuencias, sin considerar los sentimientos propios o ajenos.
ㅡLo siento. Jungkook es mi hijo y mi prioridad. Creí que hacías algo que nos pondría en riesgo y enloquecí. Sabemos cómo son las cosas en este negocio.
ㅡ¿Realmente has dudado de mí? ¿Alguna vez has llegado a pensar que podría tener una aventura con alguien más?
ㅡNo, por supuesto que no. Lo dije sin pensar, lo siento. ㅡSe escucha arrepentida con sinceridad y él sonríe con cariño, besando sus labios con delicadeza y envolviéndola en un nuevo abrazo.
ㅡBien, necesito que lo tengas siempre presente. Te amo, eres el amor de mi vida y me has dado el regalo más grande y hermoso del mundo. No hay ser sobre la tierra al que ame más que a nuestro hijo. Ni a ti ni a él los cambiaría por nada.
Y ella lo sabe, conoce el corazón puro y valeroso de su marido. Y el hombre también la comprende, porque sabe de lo que una madre es capaz con tal de proteger a su hijo.
ㅡ¿Qué pasa con ese niño? ㅡpregunta al separarse, ahora con un tono dulce y mirada intranquilaㅡ. ¿Vivirá con nosotros? ¿Debemos protegerlo de algo?
ㅡEl problema de su familia es más grande y complejo de lo que creí, por eso no podía informarte nada aún ㅡexplica con un suspiroㅡ. Lo único certero es que no podemos dejarlo solo ni en casa de la madrina, eso traería problemas.
ㅡ¿Conoció a la madrina?
ㅡEse niño es más valioso de lo que tú crees, pero no para nosotros. Las personas que eliminaron a sus padres lo buscan por algo, aunque aún no sabemos por qué. ㅡSus ojos hacen contacto visual y la toma de las manos con la súplica tallada en sus faccionesㅡ. Necesito tu apoyo Mi-suk. Necesito que estemos más juntos que nunca.
Ella asiente. Nunca se han separado y esta vez no será la excepción. Son una familia, un legado.
ㅡCuentas conmigo, Ji-hu. Ahora y siempre.
Nota de escritora:
En primer lugar, y como pueden notar, la historia está siendo editada como un segundo intento para que vea la luz del sol y sea concluida.
Sigue siendo un borrador, por lo que puede tener muchos errores que, como siempre digo, están en todo el derecho de corregirme siempre y cuando sea respetuosamente.
No soy perfecta, así que no se sorprendan por ver errores en la narración, gramática o demás. Además de que soy super despistada.
La historia por fin tiene portada y banner, de lo cual hay que agradecer a la bella de ibeautyangel por regalarme un poquito de su arte.
Muy probablemente nadie va a leer esto, pero terminar una historia de más de cinco capítulos es uno de mis propósitos de este año que espero cumplir, no importa cuánto me demore.
Y ya, solo decir que Meli y Deni son el amor de mi vida y de las personas que me motivan a plantearme metas e intentarlas, las quiero mucho.
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