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Prólogo

20 de abril
02:30 am

Gem 💜

Aun estoy esperando.....

Si tuviera que decirle alguien cuanto tiempo llevo parada frente a la puerta creo que pensaria que fui regañada o sometida a una clase de castigo, pero la verdad es que ya he cumplido con mis labores diarios, entre mirar la puerta o el reloj en forma de canino que estaba colgado aun costado de la cuna, preferí la primera opción.

Es menos estresante esperar a que alguien abra la puerta y no ver cuanto tiempo he estado sin hacer absolutamente nada, ya he limpiado, acomodado y decorado lo ultimo de la habitación, ahora mismo tarareba una vieja melodia que mamá me canta algunas veces, ademas digamos que no hay mucho que hacer en una vieja cabaña.

Un suspiro sale de mi boca, sin embargo en mi rostro hay una sonrisa ¿Porqué? Seria difícil de explicar.

– Un dia completo—Dije finalmente volteando a ver el reloj—Exactamente las 04 de hoy, fue menos que la última vez.

Estaba cubierta por una manta, un regalo de una de mis hermanas por mi nacimiento.

Unos fuertes toques en la puerta me sacaron de mis pensamientos, me dirigi a abrir y de inmediato alguien me tomo de la mano jalandome al exterior de la habitación, afuera había una lluvia muy fuerte afortunadamente la manta era lo suficientemente como para cubrirme un poco.

– ¿Qué esta pasando?—Pregunte insegura y algo asustada pues no pude ver quien era la persona que me estaba agarrando del brazo—

– Tengo qur sacarlas de aquí ahora...

– Hermana—Dije un poco mas calmada, se trataba de una de mis hermanas mayores, ella estaba cubierta por un enorme manto color negro pero ademas traía algo en su brazo, un pequeño bulto—

– Tengo que sacarlas lo antes posible de este lugar, no es seguro mantener a la pequeña aquí...

– ¿Pequeña?

Debido al sonido de las gotas de lluvia me era difícil distinguir los sollozos de un recién nacido, era lo que mi hermana sostenia en su brazo.

– ¿Ella es...—Antes de terminar mi pregunta fui interrumpida—

– Si, es ella

Caminamos tratando de hacer el menor ruido posible, trate de distinguir el camino pero debido a lo oscuro del lugar y la lluvia no me ayudaban mucho, pero unos ruidos hicieron que casi se me escape un grito de no ser porque mi hermana me tapo la boca.

– Ellos estan aquí....

Me quede congelada, no hacia falta que los nombrara para saberlo...ellos acabarian con nosotros si nos encuentran, sobre todo si la encuentran.

– Vamos—Mi hermana espero a que el camino estuviera libre para poder pasar, habia mucha gente al rededor tanto gente de nuestra familia como intrusos—

Nuestra prioridad es llegar al sótano de la casa principal pues nuestro hogar inicia ahí, sin embargo me empezaba a preocupar mas el hecho de que teniamos a una recién nacida con nosotros y eso podría hacer que nos descubran.

– Toma a la bebé—Mi hermana me da a la bebé envuelta en una manta, me tiemblan las manos pero aun asi hago un esfuerzo para no soltarla—Yo los distraere, en cuanto veas que ya no haya nadie corre hacia el sótano, Vanda ya esta esperandote ahí

– Esas personas son demasiado fuertes hermana, las dos podemos llegar a salvo

Me preocupaba por ella, pero ella no parecio gustarle mi comentario y su expresión lo decia.

– Nunca dudes de mí, ni de ninguno de nosotros—Su voz era firme, y con cierto toque de frialdad—¿Entiendes nuestro propósito?

– Si Dalia....

– Perfecto—Mi hermana salio de nuestro escondite, nuestra gente se alejo de ahi mientras que los intrusos estaban listos para atacarla, pobres ilusos—

La tercera descendiente de la familia Gem, una aterradora presensia para cualquier ser humano que sea atacada con su quirk. No paso mucho para escuchar los gritos de las personas que nos estaban atacando, de inmediato cubrí a la bebé y corrí lo mas rápido que pude a la puerta que daba al sótano.

Entre apoyandome en las escaleras para bajar y antes de cerrar la puerta pude ver lo que esas personas veran por última vez en su vida, una terrible sensación de peligro y agonía....una pesadilla.

Japón, 04:04 am

La lluvia caia sobre mi hermana Vania y yo, para este punto la manta que tenia estaba pesada por la humedad.

– Debe ser por aquí—ambas corríamos por las calles, afortunadamente no había gente afuera debido a la lluvia—

Mi hermana caminaba bastante rápido, yo trataba de seguirle el paso mientras cargaba un canasto el cual traia consigo a la bebé, quien para este punto estaba dormida.

– Ahi hay una—Dijo mi hermana señalando una casa—

Tenia las luces ensendidas a diferencia de la mayoría de casas de esta zona residencial, nos acercamos ahi.

Sin embargo unos sonidos probinientes del canasto llamaron mi atención, con cuidado retire un poco la manta que la cubria y vi que la bebe había despertado, la mire con curiosidad.

– Shh, muy pronto estaras a salvo—Dije en voz baja—

La bebé me miraba mientras sonreia y levantaba sus brazos hacia mi, yo meti mi mano para darle caricias y que haci se durmiera de nuevo pero ella me tomo de la mano empezando a reír.

Yo no dije nada, era extraño y reconfortante....¿Es esta sensación que tanto anhelaba?

– Definitivamente es aquí, dame el canasto—Dijo mi hermana sacándome de mis pensamientos y quitandome el canasto de las manos—

– ¿Que haces?

Ella no me respondio ya que dejo el canasto en la puerta de la casa y toco el timbre varias veces seguidas oara llamar la atención, al terminar esto se alejo lo mas rápido que puedo hasta donde yo estaba ocultandonos de quien pudiera salir.

Desde aquí se podía escuchar el llanto de la bebé.

Narración

Un hombre abrio la puerta de la casa, su primera acción fue mirar hacia abajo al escuchar el llanto de un bebé, asombrado y desconcertado se agacho para verla mejor.

– ¿Quién te dejo aquí?

Al revisar el canasto descubrió una nota, no espero mucho para tomar el canasto y entrar de regreso a su casa.

Esta acción fue suficiente para que ambas mujeres salieran de su escondite.

– Eso nos quita un problema de encima, ahora debmos resolver el ultimo—Dice mientras voltea a ver a su pequeña hermana—

– ¿El ultimo?—Pregunta la mas joven

– Sígueme...

La mayor tomo de la mano a la pequeña, se alejaron a unas cuantas casas parando en una que tenía un aspecto si bien decente se veia abandonada.

Ambas entraron a la casa y en efecto estaba abandonada pues las paredes y algunos muebles del interior estaban en pésimo estado e incluso a punto de romperse si los llegaran a tocar.

– Esto es lo mejor que pudimos conseguir para ti...

– ¿Para mí?—Pregunto con confusión la pequeña—

– Escuchame bien hermanita, a partir de este momento tienes una misión muy importante....al principio sera difícil pero no dejes que esto te impida salir adelante—La mayor sostenia las manos de la mas joven y con una sonrisa maternal la miraba a los ojos—Puedes recordar nuestro lema....

La pequeña asiente insegura pero mostrando una mirada decidida a la mayor.

Servir, proteger y hacer feliz a tu amo


– Buena suerte, pequeña Lavanda...

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