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5

Félix abrió sus ojos con algo de dificultad y se extrañó al no reconocer el techo que estaba viendo. Sin embargo el típico olor lo hizo tensarse. Inmediatamente giró hacia arriba de él, dónde habían algunas máquinas extrañas.

Debía estar en un hospital y eso no era nada bueno. Se revolvió con brusquedad mirando a todos lados pero solo confirmó su pesadilla. Efectivamente estaba en un hospital.

Divisó las máquinas, el extraño suero y comenzó a sentir pánico, sin embargo el dolor en su pecho y la falta de respiración fueron tan fuertes como para impedirle levantarse y salir corriendo, entonces lo reconoció.

Patrick recargaba sus brazos en la camilla, estaba medio sentado en una silla justo a un lado pero su cabeza descansaba sobre sus brazos. Félix trató de tranquilizarse y le palpó la cabeza.

—Patt...

Patrick alzó la cabeza como si tuviera algún resorte y aún con un ojo medio cerrado se aproximó a él.

—Aquí estoy. Felix, ¿estás bien?

El príncipe se tensó, su primo se veía realmente mal y cansado, se sobaba la cabeza y cerraba los ojos con fuerza. Félix se acostó en la camilla sin dejar de mirarlo.

—Despertaste, tu... ¿Estás bien?

—Aun me duele y no puedo respirar bien... ¿Cuánto tiempo estaremos aquí?

—No lo sé, pero te aseguro que no me movido de aquí y no lo haré hasta que tus padres lleguen –Felix reparó en el reloj.

—¿Son las dos de la madrugada?

—Si, tenían una cena con los embajadores y debían despedir a todos antes de venir. No deben tardar mucho ¿Estás bien?

Sus ojos se llenaron de lágrimas y Patrick lo abrazó.

—No quiero estar aquí...

—Lo sé, pero tienes que hacerlo. Solo hasta saber qué tienes, Félix ¿Porque lloras? Estoy aquí.

—Lo sé, pero luces tan mal y cansado que no quiero preocuparte aún más con mi estúpida fobia.

—No te preocupes por mi, Félix. Yo estoy bien, pero tú no. Eres mi primo y mi mejor amigo, lo sabes.

—Lo sé y en verdad lo lamento.

Justo en ese momento, la puerta se abrió y sus padres entraron corriendo. Patrick se irguió y se alejó de la cama mientras su tía Yena se aproximaba a su primo. Por su parte, el rey Noah lo tomó de los hombros.

—¿Estás bien?

—Si, tío.

—En verdad te agradezco estar con él, Patt. Tranquilo, ya estamos aquí. Tu padre también vino con nosotros.

El doctor carraspeó en la puerta y Patrick se retiró aún con el nudo en la garganta. Fue a sentarse en uno de los sillones de la sala de espera más cercana y no se movió para nada.

—¿Patt? –se levantó al ver a su padre prácticamente correr hacia él –¿Estás bien?

Pero el joven duque no pudo resistir más y rompió a llorar cubriéndose la cara con una mano. Jake lo abrazó con fuerza y le acarició el cabello.

—Está bien, está bien. Ya estoy aquí, hijo.

Patrick sollozaba sin ser capaz de poder evitarlo. No tenía idea de cuánto había estado aguantando. Tenía que ser fuerte por su primo, tenía que cuidarlo, tenía que estar con él. Y aún así, Félix seguía enfermo de quién sabe qué...

En algún momento Jake lo hizo sentarse nuevamente en el sillón mientras lo consolaba hasta que se calmó poco a poco.

—¿Y mamá?

—Se quedó a cargo del Castillo para que nosotros pudiéramos venir ¿Cómo estás tú, hijo?

—No lo sé... Estoy muy preocupado por Félix... Siento que es mi culpa él que haya empeorado... Si me di cuenta de sus síntomas pero... No quería presionarlo por su fobia.

—Me parece increíble que hayas podido traerlo hasta acá.

—Bueno, tenía que intentarlo... Aún así, quisiera estar ahí con él, justo ahora.

—Yo sé que lo has cuidado bien todo este tiempo, pero Patrick... No es ni tu culpa ni tu responsabilidad –Patrick volvió a lagrimear y sostuvo uno de los cojines con fuerza –. Y tampoco lo fue hace tantos años. Trataremos de apoyar en lo que podamos ¿De acuerdo?

El chico asintió y respiró profundo para calmarse. Su padre le limpió las lágrimas y le sonrió.

—Estoy orgulloso de ti, no importa quien seas o que hagas. Nunca lo olvides, Patt-Patt.

—Gracias Papa-Pardo –los dos rieron y Jake volvió a abrazarlo por un rato hasta que él mismo Noah entró en la sala de espera –Tío Noah.

El rey caminó dignamente y con elegancia hasta estar frente a ellos. Suspiró y se sentó lo más cerca que pudo de él.

—¿Félix está bien?

El Rey suspiró.

—Por ahora sí, los doctores dicen que fuiste tú quien lo ha mantenido estable los últimos días y yo en verdad te agradezco eso. Debió ser difícil traerlo hasta acá –Patrick parpadeo un par de veces y Noah volvió a suspirar –. Creo que voy a ir al punto... Félix tiene un tumor en el corazón.

Patrick dejó de respirar momentáneamente, Jake se inclinó hacia el frente totalmente perplejo.

—¿Qué...?

—Tiene un tumor en el corazón. Pero... No es un tumor malo, ni cancerígeno y de hecho el pronóstico es bastante favorable, Félix estará bien en unos meses de tratamiento, estudios y puede que hasta una cirujía, después de eso todo volverá a la normalidad. Seran meses algo difíciles para nosotros, pero pronto él estará bien.

Patrick paseo su vista por el suelo.

—¿Qué puedo hacer yo?

—Patrick, debido a que Félix estará incapacitado al rededor de un año... Ahora tu eres el heredero temporal –los ojos del chico se abrieron con sorpresa.

—¿Yo?

—Eres el siguiente en la línea, eres mi sobrino. Pero te doy la libertad de decidir aceptar o no, puedes tomarte un tiempo para pensarlo.

Patrick miró a su padre quien le acarició la espalda.

—Es tu decisión, Patt.

Entonces el príncipe suspiró.

—Felix estará muy preocupado por sus actividades de príncipe y eso podría generarle más estrés. Lo haré, tío. Cuenta conmigo –Noah lo abrazó.

—En verdad te lo agradezco, Patrick –se apartó y volvió a sentarse.

—Espera, Noah. ¿Eso significa que tendrá que pausar la Universidad?

—Me temo que si. Ante una situación como está es necesario preparar al heredero como rey. Será un poco difícil, pero yo te apoyaré en lo que sea.

—Si con eso Félix se pondrá mejor, está bien.

Jake asintió y le palmeo la espalda, Noah se levantó.

—Por ahora nadie más puede verlo, pero yo te avisaré cuando puedas visitarlo ¿De acuerdo?

—Si, tío.

Noah volvió dónde su hijo y su madre. Aunque él diagnóstico tenía buen pronóstico, la fobia de Félix sería un verdadero reto tanto para él como para sus padres. Pero al menos Patrick se sentía un poco más relajado de que estuvieran ahí con él.

Jake llevó a su hijo de vuelta a su residencia para organizar sus cosas y las de su primo. Estaba claro que Félix ya no regresaría, por lo que era mejor enviar todas sus cosas de vuelta al reino cuánto antes.

Faltaban solo los exámenes finales para terminar el primer año de su carrera por lo que después de hablar seriamente con su tío sobre las condiciones de ser el nuevo príncipe heredero, se le permitió terminar ese año.

El lunes, por la mañana Oliver caminaba por los pasillos algo cabizbajo. Patrick no le había respondido los mensaje desde el sábado por lo que empezaba a extrañarse, pero no quería presionar al joven duque.

Dos chicos pasaron por su lado conversando entre ellos.

—¿Escuchaste lo que pasó en la Residencia de los príncipes?

—No ¿Que pasó?

—El príncipe Félix fue llevado al hospital de urgencia –Oliver se detuvo en seco –. Y el príncipe Patrick se fue con él. Por lo que sé, fue algo grave.

—Oh, no. Solo espero que estén bien...

Oliver dió la vuelta y tomó al chico de la camisa.

—¿Eso es verdad?  –el chico lo miró asustado.

—Si... Fue el sábado en la noche.

—Gracias.

Oliver lo soltó y se encaminó con rapidez a los vestidores del equipo de Rugby. La puerta del despacho del entrenador estaba cerrada por lo que decidió esperar pacientemente. De pronto, el mismo Patrick Johnson salió del despacho y se detuvo en seco al verlo. Oliver se aproximó a él.

—Patrick, escuché lo que pasó. ¿Félix se encuentra bien? ¿Tú estás bien?

—Bueno, es algo complicado.

—Luces cansado ¿Hay algo que pueda hacer?

—Descuida, estoy bien. No he dormido mucho en realidad pero... Justo le comentaba al entrenador: Félix y yo no seguiremos en el equipo.

—¿Qué? ¿Pasa algo malo? –Patrick suspiró y habló con voz un poco más baja.

—Mi primo tiene un tumor en el corazón –Oliver se echó hacía atrás incrédulo, pero Patrick bajó su mirada –. Debe estar en tratamiento un largo periodo de tiempo así que los dos pausaremos nuestros estudios universitarios.

—¿Pausar? ¿Tu también lo harás?

—Mencioné que mi título era el de "duque", si algo le pasa a mi primo yo soy el siguiente en la línea. De modo que tendré que iniciar con mi preparación intensa lo más pronto posible.

—Pero... ¿Y Félix? ¿No hay oportunidad de que se recupere?

—La hay y muy buena, de hecho, pero... Ante una situación de vida o muerte cómo está, el príncipe heredero tiene que iniciar su preparación como rey cuánto antes, a pesar del pronóstico.

—Entonces ahora eres ... Un verdadero príncipe.

—Temporal, pero si. Solamente asistiré a presentar los exámenes, después volveré a mi reino –Oliver bajó la mirada –. Temo que no podré volver a salir contigo y en verdad lo lamento.

—No, no te preocupes por eso. Yo lo entiendo en realidad... Creo que harás un excelente trabajo, Patrick. Pero... ¿Podré enviarte mensajes o eso está prohibido? –Patrick se sorprendió.

—No tienes que hacerlo, Oliver.

—No, pero me gustaría seguir hablando contigo, si es posible y si tú quieres, claro –Patrick sonrió.

—De acuerdo. Debo irme, adiós Oliver.

—Hasta luego, Patrick.

El príncipe paso por su lado, al final del pasillo un hombre con un traje negro y un sombrero amarillo y morado, lo siguió. Esos eran los guardias personales del Reino de Cadah, la cosa iba muy enserio.

Tal y como dijo, Patrick fue únicamente a presentar los exámenes final, por lo que desapareció por completo de la universidad y sus compañeros de residencia tampoco habían tenido contacto con él. Pero Oliver no se daría por vencido.

Toda la semana estuvo recorriendo los pasillos, las clases a todos los horarios hasta que logró encontrarlo. Patrick presentaba todos los días a la misma hora en uno de los salones más aislados de la escuela. El viernes, se presentó en la puerta sin embargo un guardia real lo retuvo.

—Lo siento, jovencito. No puede acercarse al príncipe.

—Se lo ruego, soy su amigo...

En ese momento, Patrick salió escoltado por otros guardias, al mirarlo a los ojos se sorprendió, pero colocó una mano en el brazo del guardia.

—Está bien, me gustaría hablar con él unos minutos en privado.

—Si, alteza.

Patrick lo llevó dentro del aula y cuando estuvieron frente a frente, Oliver alzó la bolsa de papel que había estado escondiendo detrás de sí.

—¿Te gustaría un latte? –Patrick se sorprendió pero lo tomó –Te estuve buscando los últimos días como un loco, fue difícil entrar a esta zona sin ser visto.

—Estás loco, Oliver. Los guardias pudieron haberte noqueado –él se encogió de hombros.

—Tenía que verte antes de que te fueras a Cadah... Patrick, me gustas –el chicos se sonrojó –. Mucho, me gustaría estar a tu lado, pero entiendo mi posición, no podría acercarme mucho al príncipe aunque tú lo permitieras y estoy bien con eso, solamente quiero que sepas que ... No estás solo, yo estaré ahí para escucharte y animarte. Digo cosas muy tontas la mayoria del tiempo –Patrick rio y le dió un sorbo al café.

—No podría responderte a tiempo o seguido...

—Eso no importa, sé que la situación es difícil y tensa, además de triste pero puedo enviarte algún chiste tonto todas las noches, al menos para hacerte reír.

Patrick volvió a reír y lo miró ladenado un poco la cabeza. En el fondo no le creía, no creía que alguien pudiera apoyarlo o animarlo en un situación como esa. XiaYuan no lo habría hecho. Recordaba una vez en que su madre se había resfriado y Patrick tuvo que cancelar una cita para estar con ella, XiaYuan se había ofendido y no le hablo durante dos días.

¿Como alguien sería capaz de apoyarte y animarte en algo que solamente tu tienes que enfrentar? Aún así le sonrió y asintió.

—De acuerdo –Oliver sonrió con emoción –. Tengo que irme. Por favor no le comentes a nadie sobre Félix, el anuncio oficial lo haremos en unos días más.

—Te lo juro por mi vida, no lo haré.

—Gracias, Oliver. Adiós.

Patrick salió del aula y se alejó por el pasillo escoltado por al menos 7 Guardias Reales. Lucía imponente, como todo un rey y Oliver suspiró con media sonrisa.

Después de hacer el anuncio oficial sin demasiado detalle sobre la condición del príncipe Félix, Patrick inicio su preparación como heredero y rey. Su tío Noah estaba a su lado diciéndole qué hacer y cómo hacerlo pero aún así, el chico no tardó mucho en hacerlo bien.

Debía asistir a los eventos junto al rey, a las juntas del consejo, a las cenas, bailes, a los pueblos vecinos, a las diferentes instalaciones del reino que el mismo rey había iaugurado. Debía tolerar preguntas bastante incómodas en entrevistas con la prensa sobre su preferencia sexual y aunque su tío lo defendía no podía evitar notar las miradas de recelo y decepción.

Mientras tanto, Félix aún estaba en el hospital. Cada cierto tiempo debían hacerle algún estudio para determinar el tamaño del tumor y si es que podían reducirlo con medicamentos o si necesitaría la cirujía, pero sentía que los doctores le estaban dando vueltas al asunto y él no tenía ánimos de pasar otra semana más en aquel hospital.

—¿Por qué tardan tanto? –Yesenia lo miró curiosa –¿No pueden simplemente hacerme un estudio y con eso saber qué sucederá?

—Así no es como funciona, mi amor. Son muchas pruebas de laboratorio y opiniones diferentes, todo requiere tiempo.

—Odio los hospitales –se sobó el pecho y su madre lo tomó de la mano –. Los odio en verdad.

—Lo sé, mi niño. Pero debes estar tranquilo, aquí estás a salvo, aquí te van a ayudar.

Félix torció los labios en una mueca de disgusto. Cuando estás en un lugar que tiene un olor específico, al cabo de unos minutos te acostumbras a él. Habían pasado casi dos semanas ahí y Félix aún no sé acostumbraba al olor del hospital. Hasta sentía náuseas.

—En cuánto obtengamos los resultados de este estudio, nos iremos a casa un tiempo –miró a su madre depositar unas pastillas sobre la mesita de noche –. Puedo darte una si te sientes muy ansioso.

—Trato de controlarme... Pero son las enfermeras y los doctores quienes me ponen nervioso –Yena le acarició el cabello con dulzura.

Unos momentos después, el rey Noah entró en la habitación.

—¿Llegué a tiempo?

—Si, aún no vine el doctor –Noah suspiró con alivio.

—¿Y Patrick? ¿No lo he visto desde... hace semanas?

—Él está en Cadah...

—¿Cómo? ¿No está en la escuela? –Noah negó con la cabeza.

—Cuando volvamos a casa hablaremos de ello ¿Si?

El príncipe se tensó pero respiró profundo como su madre le había enseñado para calmarse. Sin embargo, dos doctores entraron y su relajación se fue al carajo.

Lo único que alcanzó a escuchar antes de sumirse en sus pensamientos fue que estaría en tratamiento un tiempo. No podía verlos, no podía estar atento a lo que le decían y se sentía un estúpido por ello. Se suponía que ya era mayor y aún tenía que depender de sus padres cuando se trataba de médicos y hospitales.

Estúpida fobia.

En cuanto el doctor salió, Félix suspiró aliviado y su madre le acarició la mano.

—Mañana temprano volveremos a casa –por primera vez en semanas, Félix sonrió.

No quiso ir en ambulancia, ni loco volvería a subirse a una por lo que iban en el auto que su padre usaba, escoltado por varios autos y motocicletas de Guardias Reales. Aunque aún se sentía cansado y el dolor en el corazón era más constante, también se sentía feliz de por fin haber salido del infierno blanco.

Con lentitud y precaución llegó hasta su habitación, respiró profundo y sonrió con felicidad. Al fin estaba en casa y aunque en ese momento pensaba que todo había terminado, la verdad era que la pesadilla apenas comenzaba.

No habían doctores que controlaran los ataques de dolor o de falta respiración que le daban, tenía que hacerlo por sí mismo con ayuda de su madre, su abuelo y alguna que otra mucama en casos extremos.

Estaba harto. ¿Cómo demonios iba a hacer su trabajo de príncipe en el Castillo con el punzante dolor en el pecho y la falta de respiración? Se revolvió el cabello con frustración y decidió mirar fijamente el techo.

Por la mañan su padre se presentó en su habitación.

—¿Cómo estás Félix?

—Mejor que en el hospital pero peor que en la escuela –Noah sonrió y se sentó en la cama junto a él –Papá... Debo continuar con mi trabajo ahora que he vuelto al castillo, pero... Físicamente no puedo hacerlo.

—Lo sé, hijo. Pero no tienes que hacerlo hasta que te recuperes.

—¿Y quien hará las actividades de príncipe? –Noah carraspeó y la puerta se abrió.

Félix se sorprendió y emocionó al ver a su primo atravesar por las puertas, pero se extrañó al ver su ropa: Patrick vestía un traje negro entre formal y casual, como solía usarlos él cuando hacia sus actividades diarias de príncipe. Su cabello, aunque generalmente era largo, lo llevaba muy bien peinado hacía atrás. Su expresión era sería pero como siempre pacífica, sin embargo, ya no tenía ese brillo en su mirada.

—¿Patrick?

—Hola Félix, que bueno que ya estás en casa. Debo admitir, que fue impresionante que hayas soportando tanto tiempo en el hospital.

—Gracias... ¿Estás bien?

—Lo estoy.

—Félix, Patrick acepto ser el príncipe heredero temporal solo hasta que tú te recuperes y puedas volver a tus actividades normales –el príncipe estaba perplejo.

—Pero, Patrick...

—Sé que amas tu trabajo como príncipe y que deseas hacerlos a toda costa, pero tú enfermedad te impide hacer actividades que requieran de un esfuerzo físico, es por ello que yo me encargaré de todo eso mientras te recuperas.

—¿Estás seguro?

—Lo estoy, Félix –Patrick se acercó y cuando estuvo junto a la cama sonrió –. Vas a estar bien, solo tienes que descansar y tomar tus medicamentos.

—No pienso volver al hospital.

—Tendrás que hacerlo si quieres recuperarte totalmente, pero no estarás solo. Es una promesa.

Félix bajó la mirada y su padre le colocó la mano en la nuca.

—Todo va a estar bien, hijo –le dió un beso en la cabeza y se retiró dejándolos solos.

—No tienes que hacer esto, Patrick.

—No, pero eres mi primo y sé que estarás preocupado todo el tiempo por no hacer tu trabajo.

—Pero ¿Y Cambridge? ¿Tu carrera? ¿Tu sueño? ¿Oliver? –Patrick se sonrojó un poco, pero se sentó a su lado.

—Para mi, es más importante mi familia. Mientras más descanses, más rápido te pondrás bien.

—¿Crees que llegue a tener una cirujía?

—Es probable, pero por ahora no pienses en ello. Descanse, Rey de la Selva.

Félix sonrió.

—De acuerdo, Jaguar Negro.

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¿Que pasara con nuestros jóvenes príncipes?🥺

Gracias por leer.
Sigo aceptando mentadas de madre jeje.

PERDÓNENME POR NO HABER ACTUALIZADO
Tengo principios de artitirs así que es difícil escribir, pero trataré de hacer lo posible por continuar, tenganme paciencia por favor 😩

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