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La vida en la preparatoria era extraordinaria, al menos para Patrick Johnson. Tenía inteligencia innata, tenía las mejores calificaciones de toda la escuela, tenía un novio extremadamente guapo.
Ah, y además era el duque del reino
Así es, él era Patrick Christopher Johnson Schaffer, el duque del Noble Reino de Cadah. Su madre, alguna vez fue la heredera legítima al trono pero cedió el lugar a su hermano menor, de modo que ella pudo hacer su vida fuera del castillo.
Era una distinguida maestra, científica e investigadora de la Universidad Local del Reino de Cadah.
Su padre había sido un Guardia Real, pero ahora se dedicaba a entrenar a los novatos de la Guardia Real.
De modo que su vida era bastante tranquila y se podría decir que hasta normal, fuera de las veces en que su primo, el príncipe Félix, lo arrastraba a algún evento real demasiado aburrido.
Patrick había pasado los últimos años de preparatoria siendo la persona más feliz del mundo. Casi todos los días, él y su novio tenían citas después de la escuela que terminaban en cenas con las familias de ambos.
Su maravilloso novio, era un chico nacido en China llamado Ryong Xia Yuan, al que todos le decían Gabriel. Era unos meses mayor que él y bastante alto aunque podía llegar a ser mucho más tímido que él.
Si bien, la homosexualidad aún no estaba bien vista del todo, él no tendría que preocuparse de ello pues nunca sería rey. Y tampoco le importaba demasiado, pues toda su familia lo aceptaban y lo quería como él era.
Sin embargo, la preparatoria no sería para siempre y cuando menos de dio cuenta ya estaba en su baile de graduación.
—¿En qué piensas tanto que te distrae de mi?
Patrick parpadeo y rio al ver a su novio frente a él. Estaban en la pista de baile meciéndose lentamente al ritmo de una balada tranquila y hasta romántica. El más bajo negó con la cabeza.
—Nada, solo... En algún punto pensé que la preparatoria duraría más tiempo –suspiró.
—Bueno, para mí fue eterna con toda la mierda que nos decían –hizo un puchero y Patrick rio.
—Oh, vamos. No fue tan malo –dijo señalando a algunas otras parejas homosexuales que también bailaban lentamente.
—Demasiado tarde.
Patrick volvió a reír y se recargó en su pecho. Le encantaba que fuera tan alto, de cierta forma de sentía protegido. Aunque él supiera más de defensa y artes marciales que XiaYuan, claro.
—Patt ¿Ya sabes a qué universidad irás? –se apartó y lo miró.
—Cambridge. Ha sido mi sueño desde niño ¿Y tú?
XiaYuan lo miró a los ojos durante unos segundos hasta sonreír con emoción.
—¡Yo igual! Deberíamos enviar la solicitud el mismo día, para así poder estar juntos en la Universidad. Será como un nuevo capítulo en nuestras vidas ¿No lo crees?
Patrick sonrió.
—Desde luego.
El chino comenzó a hablar sobre cómo sería la universidad si iban juntos, Patrick lo escuchaba con atención y una sonrisa. No podía estar más feliz, su novio quería que fueran juntos a la universidad.
Al regresar a su casa, sus padres estaban acurrucados viendo una película en la sala. Su madre se alzó un poco.
—Hola, mi amor ¿Cómo te fue?
—Me fue bien, nos divertimos mucho –ella sonrió y su padre le palpó la espalda.
—¿Quieres unirte?
—Creo que me iré a dormir, estoy algo cansado. Hasta mañana.
—Descansa, hijo.
Patrick subio los escalones hacia su habitación, después de colocarse la pijama y cepillar sus dientes se fue a acostar y descansar mientras recordaba con una sonrisa todos los momentos memorables que había pasado en la preparatoria con sus amigos y su novio. Un rato después de quedó profundamente dormido.
Ser un duque no era tan complicado, en realidad eran pocos y específicos los eventos a los que tenía que acudir como tal. Era sencillo en comparación con el trabajo de su primo Félix, el príncipe heredero.
Las actividades de Félix incluían ir de un lado a otro, revisar documentos, iniciar proyectos y proponer ideas para el mejoramiento del reino, todo tenía que ser avalado por su padre y el consejo del Castillo.
Sin embargo, para él era algo que disfrutaba al máximo. Amaba ser un príncipe, con todo su corazón. Antes de dormir le envío un mensaje a su primo, pero no obtuvo respuesta.
—Oh, claro. Su baile de graduación, lo olvidaba –decidio enviarle un mensaje a su novia, quien no tardó en responder por lo que Félix decidió llamarla.
—¿Félix?
—Hola, bonita ¿Ya te ibas a dormir?
—Aun no, justo estoy terminando una receta nueva para mí... Para que mi abuelo la apruebe.
—¿Podré probarla mañana?
—Si mi abuelo no se lo termina, si –el príncipe rio –¿Que tal tu trabajo hoy?
—Un poco ajetreado y cansado, pero todo bien –se llevó una mano al pecho y lo acarició un poco –. Pensé en ti todo el día, tanto que me dolía el corazón –Ciara rio.
—Me alegra saber eso, aunque parece que tú corazón ya es mío.
—Lo es. Desde la primera vez que te vi.
—No me recuerdes esa época, era demasiado tímida.
—Aun lo eres, pero así me encantas.
—Y tu a mi, principito.
Félix rio y suspiró sonoramente.
—¿Estás bien?
—Si, solo estoy cansado ¿Vendrás mañana al castillo?
—Si, de hecho quería hablar contigo sobre algo ¿Estarás muy ocupado?
—Para ti, nunca.
—De acuerdo, entonces te veo mañana, guapo.
—Descansa, preciosa. Te quiero.
—Y yo a ti.
Feliz se fue a dormir con una sonrisa en la cara. Adoraba a su novia y aunque no se veían diariamente, siempre trataba de buscar algún momento del día para llamarla y decirle que la extrañaba.
A la mañana siguiente, se despertó un poco alterado. Se levantó rápidamente y corrió al baño para ducharse. Tenía un desayuno importante con los representantes de los pueblos vecinos y cercanos al reino de Cadah, siendo el heredero no podía llegar tarde.
El príncipe, mejor conocido como Caelan Félix Schaffer Johnson, era el heredero al trono. Su padre era el actual rey del Noble Reino de Cadah y él planeaba ser su sucesor.
Bueno, en realidad no tenía mucha opción, ya que era el único hijo del rey.
Su madre era una de las psicólogas más distinguidas del reino y consorte del Rey, ella no era reina pero no dejaba solo a su esposo ni a su hijo en ningún evento.
Félix admiraba a sus padres y lo que menos quiera era decepcionarlos. Disfrutaba ser el príncipe, desde luego, quería ser rey y sería el mejor, pero algunas veces se preguntaba qué le gustaría hacer si no fuera el heredero.
Cuando su novia le envío un mensaje él se apresuró al Cuarto de las Pinturas para encontrarse con ella. Al instante la abrazó con fuerza.
—Te extrañé mucho, preciosa –ella rio y le besó la mejilla.
—Y yo a ti, mi príncipe azul.
—¿Qué querías decirme, preciosa? –la expresión de la chica se ensombrecio y Félix la miró preocupado –¿Pasa algo malo? ¿Ciara?
—Yo... No sé cómo decirte esto, Félix...
—Solo hazlo. Sea lo que sea te escucho con atención.
Ciara se apartó y le tomó las manos entrelazandolas con las de ella. Se paró en las puntas de sus pies para alcanzar a darle un beso en los labios. Félix la miró preocupado.
—¿Que sucede, preciosa?
—Yo... Apliqué para la escuela de cocina...
—¿Qué? ¡Eso es fantástico, linda! ¿No te agrada la idea?
—Si, me fascina pero... Es la escuela que está en... Italia...
Félix tardó un momento en entender qué estaba tratando decirle. Sintió un dolor en el pecho, en la zona del corazón y se llevó una mano ahí, pero sonrió.
—¿En Italia? Eso suena aún más increíble, Ciara. Tus padres viven allá ¿No?
—Si, me quedaré con ellos los próximos 4 años –Felix volvió a sobarse el pecho.
—Oh, vaya. Entonces es...
—Felix, basta. No finjas que te agrada la idea y estás bien con eso.
—Justo ahora no me siento bien, pero de verdad me alegra que hayas entrado. Te lo mereces, linda. Siempre te lo dije. Eres la cocinera más talentosa que he visto en mi vida. Tienes un talento especial y eso me hace muy feliz. Me duele que tengas que irte tan lejos pero si es lo que tú quieres yo no voy a detenerte, no soy quien para hacerlo.
—Eres el príncipe, puedes ordenarme que me quedé.
—Podría, pero no quiero hacerlo Ciara. Si aplicaste es porque quisiste hacerlo y quieres cumplir tu sueño y eso está bien.
—Pero tendré que irme... Y no sé si vaya a volver.
—Creo que sé a donde va esto –trató de respirar profundo –Me lo dijiste hace tiempo, no crees en las relaciones a distancia –bajó la mirada suspirando –Lo entiendo perfectamente...
—Felix, en verdad lo siento –ella también bajó la mirada, pero el príncipe la besó durante unos segundos.
—No, está bien. No te preocupes por mi, los príncipes siempre estamos bien... –le acarició el cabello –Si necesitas algo, solo tienes que decírmelo Ciara.
—Te quiero, Félix. Demasiado, pero tengo que hacer esto... Es mejor que terminemos –el príncipe tensó la mandíbula pero asintió, tomó su mano y la besó.
—Cuidate mucho, por favor avísame cuando tengas que irte.
—Lo haré, te lo prometo. Debo regresar a casa con mi abuelo.
—Dejame acompañarte.
Caminaron en total silencio. Cada quien en su mundo, en sus pensamientos, en lo que estaban sintiendo. Ciara sentía culpa, él la amaba y ella se iba del país, pero... No le darían trabajo en ningún lado si no tenía al menos una carrera, ni siquiera en el Castillo Miller. Félix sentía una sensación intensa en el corazón y mucha tristeza. No quería interferir en el sueño de su novia, aunque eso suponía que él se quedará atrás.
Siempre se quedaba atrás incluso con su primo, él también se iría a estudiar y él se quedaría en el Castillo Miller, para siempre.
Despedía con la mano a Ciara mientras ella se alejaba en el auto. Nuevamente se sobó el pecho y suspirando entro al Castillo. Caminó cabizbajo por los pasillos con dirección a su habitación cuando se encontró con su padre.
—¿Félix? ¿Pasa algo, hijo? –el joven alzó la mirada y suspiró.
—Ciara y to terminamos...
Noah no daba crédito a lo que estaba escuchando. Se acercó a él y le colocó las manos en los hombros.
—¿Que sucedió? ¿Discutieron?
—No... Es solo que ella aplicó para la escuela de cocina en Italia. Se irá a vivir allá con sus padres –Noah notó la tristeza en su voz y lo abrazó –. No quería detenerla o decirle que se quedará aquí, no tengo derecho de hacer eso... Todos allá afuera tienen sueños, cosas que quieren cumplir o hacer y yo debo aceptarlo y seguir con mi trabajo.
—Hijo... ¿Tu que quieres hacer? –Felix se apartó y se limpió la cara, Noah extrajo un pañuelo de su bolsillo y se lo extendió.
—Yo soy el príncipe heredero, voy a ser rey algún día.
—Pero ¿Quieres hacer o ser algo más antes de eso? –el chico lo miró.
—¿Puedo hacerlo?
—Desde luego, aún falta mucho tiempo para que seas rey. Mientras tanto puedes estudiar algo que te guste o quizá algo que te ayude en tu actual trabajo –Félix estaba tan sorprendido que abrazó con fuerza a su padre quien se tambaleó un poco pero le palpó la espalda –. Solo dime dónde te gustaría aplicar y lo haremos.
—Bueno, estuve revisando las carreras en Cambridge con Patrick hace unos días y si vi una que me interesó.
—La que tú quieras, hijo. Creo que te haría bien estudiar físicamente en una escuela y convivir con jóvenes de tu edad. Es una lastima que Ciara tenga que irse, pero también sé que le irá excelente en esa escuela.
—Si, yo igual. Gracias por animarme, papá. ¿Que actividad sigue?
—Por hoy, las cancelaremos –Felix lo miró sorprendido –¿Te gustaría dar una vuelta a caballo?
—Desde luego, papá.
Padre e hijo se dirigieron a los establos para ensillar sus caballos y montarlos durante un rato. Desde hacía tiempo que Noah hacía lo posible por pasar tiempo con su hijo solo para divertirse. Hasta había aprendido a jugar videojuegos. Felix podía pasar un buen rato con él sin preocuparse por sus actividades de la realeza, por un momento podría ser un chico ordinario.
Mientras, el rey y su hijo paseaban por lo jardines, Jake los observó a desde un ventana del Castillo. Sus alumnos tomaban un descanso, por lo que decidió llamar a su hijo.
—Patt-Patt
—Papa Pardo –respondió y los dos rieron. Patrick le decía de esa forma a su padre, pues le recordaba mucho a un oso Pardo –¿Que tal el trabajo?
—Divertido, en realidad. Llamaba para saber cómo estás.
—Estoy bien, fui a recoger los documentos con mamá y justo ahora estoy preparando un nuevo postre. En un rato más enviaré mi solicitud a la universidad.
—¿Y decidiste la carrera?
—Si, la de Historia y Lenguas Modernas.
—¿Y XiaYuan también irá a Cambridge? –escuchó como su hijo dejaba, posiblemente, la cuchara sobre la mesa y suspiraba. Ese suspiro enamorado que siempre hacia cuando hablaba de su novio. Jake sonrió.
—Si. Anoche me dijo que iría también y estaríamos juntos allá.
—¿Y tú estás bien con eso?
—Yo... Bueno, no lo había pensado en realidad. Me enfoqué en mis metas y no en algo que hacer junto con él. Pero, creo que estaremos bien.
—¿Él ya eligió su carrera?
—Me dijo que Historia del Arte, aunque....
—No tiene mucha pinta de artista –dijeron al mismo tiempo y rieron.
—Bueno, mientras no dejes de hacer lo que tú quieras y te gusta por él, todo está bien.
—Lo sé, papá. No estoy tan obsesionado con él como parece –Jake soltó una risa la cual su hijo acompañó con diversión – ¿Vendrás a casa temprano?
—Es probable. Llegó a tiempo para probar el postre nuevo.
—Pefecto, adiós papá.
—Avísame cuando envíes la solicitud.
—Si, lo haré.
Patrick colgó el teléfono y suspiró para seguir batiendo la masa de color morado. Había encontrado la receta de Macarons y decidió ponerla en práctica, de todos modos no tenía otra cosa que hacer.
En cuanto el postre estuvo listo, se dispuso a revisar nuevamente los documentos que iba a enviar para su solicitud a la Universidad. Escucho el timbre y con una sonrisa radiante fuera abrir la puerta.
—¿Llego tarde?
—No, justo a tiempo.
XiaYuan entró con su laptop dentro del estuche y fue a sentarse a la mesa con él, justo a su lado.
—Bien, creo que ya tengo todo lo que piden. Hasta la lista de calificaciones de la secundaria.
—Cambridge no pide eso –dijo extrañado, pero el chico se rascó la cabeza.
—¿De verdad? Juraría que lo leí en algún lado –Patrick le acarició la mejilla.
—Quizá estás un poco estresado. Hagamos esto juntos, así será más fácil ¿Qué carrera quieres?
—Historia del Arte, ya lo definí –Patrick lo miró durante unos segundos y parpadeo un poco –¿Qué?
—Nada, es solo que... No eres alguien que se dedique mucho al arte.
—Bueno, está vez quiero probar algo diferente.
Lo miró desconfiado pero suspiró.
—De acuerdo. Entonces hagámoslo.
Revisando los documentos ambos hicieron sus respectivas solicitudes para enviarlas por email. Tenían entendido que les responderían con una carta de forma física, lo cual complicaba un poco más las cosas, pero aún así esperarían pacientemente.
En cuanto se envió, Patrick avisó a su padre y ambos continuaron con su cita. Verían películas en la sala y comerían palomitas, pero el chino se levantó y comenzó a guardar sus cosas.
—¿A dónde vas?
—Ah ¿No te lo dije? Tengo que ayudar a mi abuela con una cosas –Patrick se extrañó pero se irguió –¿Nos vemos otro día?
—Si, claro. Hasta mañana –XiaYuan fue a darle un beso en la mejilla y salió, prácticamente corriendo de la casa. Patrick suspiró y fue a revisar el postre – Supongo que serán más para mí.
Hai bajó las escaleras prácticamente corriendo, se extrañó de ver a su hijo recogiendo las almohadas que había puesto en el suelo.
—¿Y XiaYuan?
—Se fue. Dijo que tenía que ayudar a su abuela con algo –suspiró con tristeza –¿Quieres ver una película conmigo, mamá?
—Oh, desde luego mi amor –se acercó y le dió un beso en la cabeza –¿Qué película veremos?
—Hay una de desatres naturales que me llama la atención. Se llama "Geotormenta"
—Oh, fantástico. Veamosla entonces.
Hai y Patrick se sentaron en la sala con un bowl grande de palomitas entre ellos para ver la película. A pesar de que el chico hacía comentarios sobre la veracidad de la película, de vez en cuando suspiraba con tristeza.
No era la primera vez que su novio le cancelaba una cita de último minuto pero siempre le decía que se lo compensaría. A pesar de asegurar que lo haría, Hai sabía que no era cierto. Le acarició el cabello a su hijo y él se recargó en ella mientras suspiraba con tristeza.
—Es difícil tener novio.
—Lo es. Sin duda.
—¿También tus novios te cancelaban citas?
—En realidad, yo le cancelé muchas veces a tu padre –Patrick la miró sorprendido –En ese entonces, aún vivía en el Castillo, aún tenía algunas actividades como princesa pero... Él lo entendía.
—Pero XiaYuan no es un príncipe y me deja plantado. Últimamente siempre se excusa con que tiene que ayudar a su abuela en algo, pero nunca me dice en qué cuando trato de ofrecer ayuda también. A veces siento que me está evitando.
—No lo sabrás si no le preguntas, Patt. Las cosas tienen que aclararse directamente.
—Tienes razón, mamá, hablaré con él. Sabía que el británico era el traidor –Hai rio y le acarició el cabello.
—Pues si, lo era.
Ambos continuaron viendo la película y comentando sobre ella hasta que Jake regresó a casa. Los saludó con gusto y depositó una bolsa con diferentes platillos envueltos en papel plástico.
—¿Y esto?
—Felix se emocionó concinando otra vez.
—Ah, claro. Bueno, voy a calentarlo para cenar de una vez –dijo Hai y desapareció en la cocina, Jake miró a su hijo apoyar su barbilla en su mano y le palpó la espalda.
—Te canceló otra vez ¿No?
—Si... Pero, bueno. Él se va a quedar sin Macarons –Jake si rio de lado y asintió –¿Habías visto esta película?
—Si, la vi con tu tío Butch hace mucho tiempo. Sobra decir que no entendió nada y tuve que explicarle toda la película –Patrick rio.
Juntos se dispusieron a cenar, hablaron sobre el trabajo, la escuela, las vacaciones y lo que harían si Patrick aplicaba en la Universidad de Cambridge como tanto había deseado.
Finalmente, se fueron a acostar y a descansar.
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Gracias por leer, espero que les haya gusta esta nueva historia párate de nuestra saga favorita 🤭
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