Akane es una chica sencilla, sin mucho que la hiciera resaltar además de su aspecto físico. Le iba bien, no tenía quejas con sus padres ni con su pequeño y querido hermano menor con el que llevaba bastantes años de diferencia (teniendo el 7 años y ella 15)

A ella le gustaba mucho cantar y las canciones que más le gustaban eran las de origen extranjero ya que para ella reflejaban otras formas de vida diferentes a la que se vivía en japón. Habitualmente escuchaba más canciones en inglés ya que todavía no había conseguido aprender español.

Fuera de eso, consideraba que su vida no podría tomar un giro inesperado. Claro que lo consideraba en tiempo pasado, ya que todo cambió cuando conoció a esa chica.

Ella estaba saliendo de sus clases de música cuando comenzó a notar que la seguían, era un grupo de chicos al parecer mayores. Trato de no prestarles atención para ver si se aburrían y se iba, pero no funcionó y en una esquina la acorralaron.

-Pero que chica tan hermosa…..- dice uno con voz melosa.

-Alejense…- dice ella tratando de no demostrar miedo y de paso buscando una salida para escapar.

-O no hermosa… te divertirás con nosotros- dice otro chico.

-Ella dijo que se alejen idiotas- entonces se escuchó la voz de alguien más. El grupo de chicos y ella vieron a otra chica. 

- ¿Y que nos harás…- uno de los tipos no terminó de hablar que ya estaba desmayado en el suelo, a su lado estaba la recién llegada que solo había tocado el cuello del chico.

-¿Alguien más quiere desafiarme?- pregunta ella con burla en su voz. Los otros chicos huyeron despavoridos.

Akane estaba sorprendida y agradecida.

-¿Estás bien? ¿Alcanzaron a hacer algo?- preguntó enseguida su salvadora. Akane entonces pudo verla bien.

La chica era de piel ligeramente palida, su cabello largo y negro atado en una trenza con excepcion de un mechon que le cubia el ojo izquierdo mientras que su ojo visible era color dorado, su vestimenta constaba de un uniforme escolar lo que delataba unas buenas curvas en desarrollo.

-Hee…Gracias por salvarme y no, no hicieron nada- dice Akane rápidamente- Soy Inui Akane- al decir su nombre hace una reverencia. La otra chica suelta una risita.

-Tranquila no hay necesidad de reverencia. Soy Hanemiya Kazukuma.- se presentó su salvadora.

-“Hanemiya Kazukuma..lindo nombre” pensó para sí Akane.

-Gracias de nuevo…

-No hay de que… odio a este tipo de chicos- dice Kazukuma- Oye, ¿quieres que te acompañe a tu casa? -sugiere Kuma.

-Claro- contestó Akane y en el camino las dos comienzan a hablar ide distintas cosas. Desde sus gustos hasta algunas cosas de su vida privada como el que las dos tenían hermanos menores.

Después de un rato llegaron a la casa de Akane.

-Me divertí en este rato Kuma-san - dice Akane.

-Yo también.. y por favor dime Kuma.. tenemos la misma edad- dice la oji dorada, en eso se le ocurre algo y abre su bolso de donde saca un lápiz y papel y luego anota algo.-Este es mi numero… si quieres podemos quedar otro día.

-Claro me encantaría- dice Akane tomando el papel y luego de despedirse entra a su casa donde su hermano menor y el amigo de este la reciben con entusiasmo.

Luego de ese día las dos comenzaron a salir más hasta que Kuma le presentó a sus amigos. Shinichiro, Takeomi, Wakasa y Keizo fueron amables y amigables con ella. Desde la distancia noto que ellos cuatro y Kuma parecían más una familia que simples amigos de la escuela.

Más tarde se enteró que se juntaba con los fundadores y retirados miembros de la pandilla Black Dragons y que Kuma era la primera chica en el mundo de las pandillas (que no era usada como una peón) aunque solo su generación sabía que era mujer. Pasó el tiempo y se podría decir que ella ya los conocía en su totalidad a los cinco y ellos a ella.

Muchas veces se sumaba tanto en las cosas serias como en las más ridículas.

Ella pudo ver que más allá de la fachada que los cinco daban, había mucho dolor y sufrimiento.

Por eso estaba decidida.

Tal vez ella no fuera fuerte físicamente, tal vez no fuera la más inteligente o hermosa. Pero ella…

Inui Akane había logrado algo que nadie pudo jamás.

Ganarse un lugar en los dañados corazones de los cinco dragones fundadores.

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Todo comenzó tan rápido.

Ella estaba alistando todo en la casa para una pequeña pijamada con Seishu y Hajime.

Los señores inui habían salido y volverían más tarde por lo que ella era la única autoridad en la casa.

Fue solo unos minutos antes de la hora en la que debería de haber llegado Hajime cuando el fuego comenzó en alguna parte de la casa.

Ella al salir de su habitación se vio rodeada de llamas, buscó a Seishu pero no lo encontró.

Estaba desesperada.

-¡SEISHU! ¿¡DONDE ESTAS!?-grito ella pero no lo encontró, mientras más trataba de caminar el fuego comenzaba a quemarla, mientras gritaba aspiraba más humo.

Pero eso no la detendría.

Su casa tenía dos plantas, seguramente Sei estaría en la de abajo.

Pero cuando llegó a las escaleras estas se rompieron provocando que ella caiga de bruces al suelo y sus piernas terminaron aplastadas.

Ahora si no podía más… era su fin…

Solo esperaba que su hermano estuviera bien.

El humo ya comenzaba a hacerle daño, todo se volvía borroso.

Lo único que atino a hacer fue tocar el collar que descansaba en su cuello.

-"Perdon chicos"

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Vada: Aca Akane es de la misma edad que los chicos (y recordemos que Inupi y Koko en el arco de BD tienen 16).

Jejejejejeje