2
— ¿Quiere galletas? — preguntó mientras le ofrecía un pequeño tarro con varias botanas dentro.
— No, dicen que no es bueno comer durante un viaje.
Jung se encogió de hombros y siguió comiendo del tarro que su hermana le había enviado para su viaje.
— ¿Cómo lo tomó tu madre? — Kim permanecía sentado en frente del recluta, separados solo por una mesa pequeña.
El joven alzó la vista nuevamente y se quedó meditando la pregunta de su superior unos segundos.
— Muy bien señor, ella esta orgullosa de que haya tenido este logro en tan poco tiempo. Invitó a toda nuestra familia a una cena especial para celebrar mi ascenso como compañero de un detective tan respetado como usted.
Kim solo sonrió leve, mirando de nuevo los papeles que tenía en sus manos. Su jefe se había encargado de todo como prometió, falsificando unos papeles para hacer pasar a Hoseok como un detective calificado con años de experiencia que había sido graduado de su cuartel con honores, para que de esta forma se pueda unir sin problema a la investigación de Seúl. Por su parte, él no había tenido la fuerza suficiente para decirle a Jung la verdad, así que solo le entregó los papeles donde únicamente se le informaba de su repentino ascenso y nueva misión esta vez como compañero/colega.
Presintió que no era necesario decírselo por el momento, aparte de que la investigación de seguro no duraría más de un mes si todos los detectives de todos los cuarteles de las ciudades adyacentes iban, solo necesitaba convencer al dirigente del departamento principal de Seúl de que era un buen detective y merecía un puesto allí, luego de eso podría enviar de vuelta a Daegu a Jung, y el joven también ganaría experiencia estando allí, todos ganaban al final.
— Eh... jefe — Lo llamó su ahora compañero.
— ¿Sí?
— ¿Cree que será difícil? Digo... ¿De verdad las mafias en Seúl son tan grandes como para deshacerse de tantos detectives en una sola noche? — la pregunta había salido con miedo, tanto en el tono de la voz como en los ojos del joven que veían ahora atentamente a su jefe.
El castaño se sorprendió un poco por la pregunta, preocupándose también por el bienestar de su compañero.
— En todos lados hay mafias grandes, de hecho, no creo que lo que pasó con los detectives haya sido por casualidad, estoy seguro que los estuvieron siguiendo unas semanas antes, tal vez los detectives estaban pisándoles los talones en algo y pensaron que lo mejor sería deshacerse de ellos lo antes posible, para que no jodieran sus planes o algo.
— ¿No cree que si fueron capaces de engañar a todos esos detectives, no estarán ya enterados de la convocatoria que el cuartel general hizo? — cada palabra que salía de la boca de Jung estaba pintada de miedo.
Kim decidió no extender más el tema de los detectives muertos, así que rebuscó otra respuesta para tranquilizar a su compañero, al menos hasta que terminara el viaje en tren hacia Seúl.
— Sería mejor descansar ahora que aún no llegamos a Seúl, no atormentemos nuestras mentes pensando en esto Hoseok, disfruta del viaje por ahora. — Y se levantó de su asiento lentamente.
— ¿A donde va señor? — lo detuvo el pelirrojo.
— Solo voy a los servicios, cuida las cosas por favor — terminó de explicar y salió al pasillo junto a ellos, dirigiéndose hacia el final del vagón de donde viajaban para buscar los servicios de varones.
El pelirrojo se relajó sobre su asiento, soltando un pequeño suspiro por la situación del momento, tal vez su jefe tenía razón, tal vez solo debía relajarse hasta que terminara el viaje y luego podría ocupar toda su mente en el caso, no debía estresarse antes de tiempo.
Pero tenía miedo de fallar en esta nueva misión, tenía miedo de no hacerlo bien y decepcionar a su jefe, que ahora era su compañero, tenía miedo de decepcionar a su familia, más aún después de la muerte de su padre, él se sentía con la responsabilidad de mantener en alto el apellido de los Jung así que daría lo mejor de sí para hacer un buen trabajo y honrar a su familia.
Miró hacia la ventana para despejar su mente mientras miraba los campos verdes y árboles al borde del camino de las vías, de Daegu a Seúl aún había tramos de recorrido con áreas verdes, lo que dejaba ver que la urbanización todavía no lograba llegar del todo hasta su ciudad natal, Daegu.
— ¡JUNG, NO DEJES QUE ESCAPE ESE IDIOTA! — los gritos de Kim se escucharon resonantes desde el fondo del pasillo, donde estaban los servicios higiénicos.
El joven se levanto de un brinco de su asiento y salió apresuradamente al pasillo sin entender nada, siendo embestido de manera brusca por un cuerpo a velocidad. El impacto fue tal que salieron volando inevitablemente hasta unos asientos más adelante, siendo atropellado una vez más por el mismo sujeto, quien huía de su compañero.
— ¡QUE NO HUYA! — seguía gritando Kim, corriendo tras el hombre que ya había salido del vagón y pasado al siguiente.
Jung se levantó con dificultad, ayudado por unas personas que también viajaban en el vagón junto a ellos. Sacudió la cabeza y aún mareado salió corriendo torpemente tras ellos.
Kim perseguía al hombre que había encontrado infraganti en los baños, quien entorpecía el camino tirando las bandejas de comida de los pasajeros al suelo, lanzando maletas que estaban a los lados de los asientos y empujando oportunamente a las personas que estaban en medio del pasillo.
Corría y sorteaba con un poco de dificultad los obstáculos que le ponía en el camino, tratando de mantener su vista centrada en el sujeto para no perderlo al tiempo que pedía que alguien lo detuviera, pero todos se quedaban expectantes a la situación sin llegar a comprender lo que pasaba.
Los vagones eran largos pero a la vez estrechos por lo que no había forma de alcanzarlo sin tener que atropellar a alguien en el camino, lo cual no podía hacer, por lo que solo se limitaba a seguirlo en línea recta, sin tener posibilidad de adelantarlo.
La puerta al siguiente vagón estaba cerca, lo que haría que el sujeto perdiera ventaja en ese pequeño transcurso, cosa que podría usar a su favor aprovechando que al final del vagón la gente ya estaba al tanto de la persecución por los gritos de las personas de los primeros asientos, siendo que habían formado un pequeño tumulto en la puerta para tratar de ver lo que pasaba en el pasillo.
Jung seguía de lejos a los dos, ayudando a las personas conmocionadas en el camino para tratar de tranquilizarlas y pedirles que vuelvan a sus asientos.
— ¡Jung! ¡Llama a los guardias del tren! — gritó Kim volteando a ver al pelirrojo levemente sin dejar de correr.
El joven obedeció y buscó el teléfono en su bolsillo, sacándolo al instante para marcar el número de seguridad local del tren mientras seguía corriendo tras su compañero. Los primeros pitidos de que la llamada estaba en curso sonaron, su vista seguía fija en la figura de Kim quien corría sin descanso ahora en el otro vagón, parecía que había logrado acortar la ventaja entre ambos.
— Buen día, servicio de seguridad del ferrocarril norte 123, ¿En que puedo ayudarle?
— ¡Buenos días! ¡Necesito guardias en los vagones siguientes al vagón 12C, es una persecución activa de 1 sujeto! — Jung apenas podía hablar por estar corriendo, esperaba que la estación de seguridad pudiera comprender lo que decía.
— Bien, necesito la descripción del sospechoso, tipo de arma que lleva, el delito por lo que se le acusa, y el nombre del investigador o oficial que esta en la persecución por favor — La voz de la señorita que atendía era tan tranquila a pesar de lo que estaba pasando que fácilmente logró irritar a Jung.
— ¡No se como se ve el sujeto, mi compañero es quien esta en la persecución! ¡No creo que este armado y no se que delito cometió solo NECESITO a los guardias del tren en los vagones siguientes al... — Bajo la velocidad a la que corría para tratar de encontrar el letrero del vagón en el que estaba ahora. — ¡Vagón 13C! ¡Los necesito AHORA! — gritó volviendo a correr con las misma velocidad que antes, dándose cuenta que había perdido de vista a su compañero.
— Señor, no puedo enviar una orden a los guardias si no me da la descripción que le pido.
— ¡ESTAMOS EN UNA PERSECUCIÓN! ¡SOLO ENVÍE A LOS GUARDIAS A LOS VAGONES QUE LE DIGO! — el pelirrojo estaba furioso, ahora entendía porque decían que el servicio de seguridad de Daegu era incompetente en situaciones de riesgo de nivel 2.
— Lo siento pero si no tengo una descripción del sujeto en cuestión no puedo ayudarlo.
Jung apretó la mandíbula, tratando de recordar algo cuando chocó con el sujeto en el pasillo del vagón donde viajaban, su mente divagó un momento pero no logró recordar algo en concreto, no había logrado ver al sujeto.
— ¡NO LO RECUERDO! ¡SOLO-ENVÍE-A-LOS-MALDITOS-GUARDIAS! —gritó apretando los dientes, viendo como la puerta al siguiente vagón estaba cerca.
— Señor necesito una descripción, al menos de la ropa del sujeto. — el tono tranquilo de la mujer seguía intacto.
Jung estaba a punto de colgar, pero al pasar al siguiente vagón se dio cuenta que estaban corriendo hacia atrás, hacia el final del tren.
— ¡¿CUÁL ES EL ÚLTIMO VAGÓN DEL TREN?! — bufó ya cansado de no escuchar lo que quería.
— el último vagón es 17C — respondió por fin.
Acababa de entrar al vagón 14C, así que solo quedaban 3 vagones delante para que llegaran al ultimo vagón, lo que le hizo pensar que tal vez el sospechoso estaba corriendo hasta el final del tren para... ¡¿SALTAR DEL TREN?!
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