La fiesta del 4 de julio era una gran celebración en la ciudad. Todas las personas que eran importantes debían mostrar lo patriotas que eran. Y todo aquello se demostraba en aquel baile.

Era de noche, todos esperaban ansiosos los fuegos artificiales, las mujeres llevaban en complicidad vestidos ajustados para que los hombres las miraran. O eso mencionaban los ancianos de la plaza. 1990 nunca se sintió tan alegre.

Gracias a sus amigas Nayeon se sentía impecable, hermosa ante los ojos del pueblo, emocionada porque esa noche todo el mundo la vería del brazo de "su esposo".

Ni siquiera la escena en el banco, perturbo el plan que tenia en mente para el día de hoy. Si Jimin no entendía por las buenas lo haría rectificarse al finalizar el día.

Sabia que Jimin seguía frecuentando al chico llamado Min Yoongi, no hizo ningún reclamo, al contrario seguía recibiendo a su esposo con una sonrisa tan falsa como siempre. Sin embargo llego a escabullirse en las salidas que sus amigos hacían, se encontraba de casualidad con Jimin aunque no fuera en el trabajo, llegó a presionar tanto a Jimin que no dejó que disfrutara de la compañía del pelirrojo.

Porque si es verdad que Yoongi era uno mas del grupo de amigos que Jimin tenía y estaba enterada que todos ellos eran un grupo de traidores. Todos conspiraban para que Jimin la dejara.

Eso estaba por terminar, no le verían la cara de nuevo. No seria el hazme reír de ellos.

Acomodo su vestido esponjoso y tomó del brazo posesivamente a su marido. Caminaron entre la gente saludando y charlando de vez en cuando.

En algún momento Yoongi hizo acto de presencia en compañía de los amigos de Jimin.

Algo entre ese grupo volvió a alterar la mente de Nayeon. Yoongi no venia con pareja. Eso no estaba en los planes de Nayeon, creía haber visto hace unos días a la pareja. Busco entre la gente a Dahyun, la novia de Yoongi.

Un sudor frío comenzaba a deslizarse, recorriendo su espina dorsal, no había señal de Dahyun. Inmediatamente giro a ver a Jimin. Lo que lamento de inmediato, tan alterada estaba que hizo que Jimin mirara en dirección donde ella miraba.

Vio el fuego encenderse en los ojos de su Jimin.

"¡No!"

Gritó en su mente, además de maldiciones hacia su pareja, reforzó el agarre en él y con mirada fría amenazó.

Jimin la miró con desdén y un poco de odio - Saludare a mis amigos, quédate querida - estaba a punto de irse cuando su familia política se abrió paso y gritó su nombre frente a la gente, frente a Yoongi.

- Mi querido yerno, ven. Acompaña a tu querida familia a cenar - El patriarca de la familia estimaba mucho a Jimin, ajeno a todo lo que su hija hizo y por consecuencia vivía.

La pareja no tuvo otra opción que acompañarlos. Todo mundo estaba ocupado en sus propios asuntos o eso sentía Jimin, parecía que la gente caminaba lento. Sólo pudo dar una pequeña mirada a Yoongi que se iba alejando junto con conocidos...

Pero... en un instante Yoongi también giro en su dirección y eso hizo que sus miradas se encontraran. Fue una fracción de segundo, que Yoongi ilumino su noche con aquella pequeña sonrisa y un asentamiento. Se sintió como un adolescente con sus emociones a flor de piel, cuando Yoongi dejó de mirarlo.

Pero vamos que esos ojos esmeralda, nunca los podría olvidar.

Fue así de rápido la comunicación de ellos dos, que la gente volvió a caminar de forma rápida para Jimin.

- Wow - susurró para si mismo. Nadie lo escucho, ni siquiera Nayeon.

Un niño o una niña. No importaba lo que fuera Nayeon quería erradicar de la mente de su enamorado a Yoongi y lo podría lograr si sólo lograba embarazarse de él.

No era tan tonta para dejar que alguien más la tocara o embarazarse de alguien más, debía ser el mismo Jimin quien la embarazara.

Cuando los fuegos artificiales comenzaran todos comenzarían a brindar, ahí era su momento para que amigas y su propia familia emborracharan a su marido.

Sus amigas ya estaban enteradas de emborrachar a su esposo, pero no conocían la historia detrás, su familia complotaría a su favor sin si quiera saberlo.

- Necesito ir al baño, he tomado y comido demasiado - Jimin regaño con la mirada a Nayeon.

- Te acompaño - fueron sus palabras.

- Estas demente, no soy un niño, ni mucho menos una mujer - volvió a atacar.

- No dejare a mi marido sólo, lo amo tanto que es difícil estar lejos de él por un segundo - Nayeon se ganó miradas de ternura por su familia. Todos estaban de acuerdo en que eran un par de enamorados o así lo hacia ver Nayeon.

Sin poder alejarse de ella, fue como se dirigió a los baños. Nayeon a regañadientes espero afuera.

Todo estaba planeado, sólo un pequeño error fue intuir que Yoongi vendría acompañado, pero eso no le hizo cambiar de planes. Sólo tuvo que estar aferrada a Jimin, su familia ya había comenzado a beber, pero faltaba que sus amigas rematarán con más cerveza.

Jimin estaba seguro que esta era la noche, sino actuaba ahora no lo lograría nunca. La respuesta que le dio Yoongi fue suficiente, al diablo con Nayeon. El no era el tonto que creía y todo este tiempo estuvo respaldando a la familia Park con un fondo de apoyo.

Por su parte el sabia a que lugar dirigirse con Yoongi.

El chico hermoso que supo escuchar la verdad de sus labios.

Sabia que Nayeon estaba afuera, así que salió por la ventanilla del baño. Al poner sus pies en el suelo, corrió al punto de reunión que había dicho Yoongi.

"Dame tiempo para pensarlo, te prometo que en el festival asentiré al verte si acepto tus sentimientos. Pero si no llegó, es porque no encontré algún sentimiento reciproco hacia ti"

Al divisar la silueta perteneciente a Yoongi pudo respirar, dejó de correr y ahora sus pasos fueron calmados hacia él. Recordó que guardo en su saco una rosa blanca para él.

Casi llegaba a lo alto de la colina, la mirada de Yoongi era de inseguridad acompañada de nerviosismo.

- Me siento exactamente igual cariño - esta vez estaba feliz de poder decírselo en persona. Le mostró la rosa.

Yoongi cambio su estado de nerviosismo por una amorosa, fue como si todas las dudas desaparecieran. Sus ojos verde esmeralda brillaron con intensidad al igual que su silueta.

Para Jimin fue como ver a un ángel iluminado por la bendición de dios. Cuando las luces iluminaron su entorno, ambos miraron hacia el cielo.

- Los fuegos artificiales... - dijo Yoongi. Los labios hicieron contactó de inmediato, el agarre en ambos creció como si fueran a separarlos.

Pero ahora, en ese lugar nadie podría alejarlos.

- Tenemos que irnos - Jimin tomo a Yoongi y entrecruzó sus dedos con los de él. Tenia miedo de dejarlo atrás, aunque no veía peligro alguno.

Sus rostros se iluminaron al ver la camioneta y dentro de ella a Jin, Namjoon, Hoseok, Jungkook y Taehyung.

- Gracias chicos - Jimin agradeció con los ojos acuosos.

Rápidamente subieron.

Jimin abrazó a Yoongi mientras se iban alejando de los fuegos artificiales. Nunca nadie más le diría que hacer, era libre. Feliz besó a Yoongi sin darle tregua, no quería perder mas tiempo, había tantos besos que debía darle y tantas noches para demostrarle su amor.

- Yoongi, Yoongi... llévame - habló tan enamorado. Yoongi acarició por todo el transcurso a su amado, prometiendo que lo amaría sin importar que, porque podía.

Fin.