( 𑁭ᰍ ﹒ ─ Third joke !!̵ ︐
—¡Beomgyu! —gritaba la castaña mientras miraba desesperadamente hacia todos lados, con la esperanza de encontrar a su pareja.
Sabía por la madre de Beomgyu que este había salido desde hace horas y simplemente no aparecía. Aquello claro que hizo preocupar a Eunbyeol, e inmediatamente decidió unirse a la búsqueda que la familia del chico ya tenía iniciada.
Empezó por revisar sus lugares favoritos, los cuales visitaba cuando necesitaba despejar su mente y alejarse de todos; pero en ninguno de ellos se encontraba el pelinegro y eso la hacía preocupar cada vez más.
Mientras seguía buscando, comenzó a llamar y a mandar miles de mensajes al celular del chico, rogándole que le dijera donde se encontraba.
Pero no obtenía ninguna respuesta.
Estuvo a punto de estallar en llanto ahí mismo, en medio de la carretera, sin importarle que algún auto pasara y la arrollara.
Hasta que, repentinamente, un mensaje apareció en la bandeja de su celular.
" El cementerio "
Tan pronto terminó de leer el mensaje, le avisó a la familia de su pareja que lo había encontrado, prometiéndoles que lo llevaría a salvo a casa.
Y cuando menos se dio cuenta, ya estaba corriendo lo más rápido que sus piernas le permitían hacia el cementerio más cercano.
—¡Choi Beomgyu! —pegó un grito mucho más fuerte al ver al pelinegro parado en la entrada del cementerio, mirando el interior como si estuviera hipnotizado.
Ante el grito, Beomgyu volteó algo asustado, pero sus facciones se relajaron poco a poco al ver de quien se trataba.
—Byeol —murmuró sonriente una vez tuvo a la chica frente a él, la cual intentaba recuperar el aliento que perdió corriendo—, viniste.
—¿Cómo no iba a hacerlo? idiota, ¿sabes lo preocupada que me tenías? ¡casi me da un infarto! —la molestia y preocupación era bastante notoria en su voz, su ceño estaba fruncido y lo miraba de pies a cabeza en busca de alguna herida.
—Lo lamento, linda, sólo quise venir a ver el cementerio en el que estaré —aún en una situación así, se podía distinguir la burla en sus palabras.
Eunbyeol suspiró.
Al parecer, debía esperar a que se le pasara lo payaso para saber la verdadera razón de que estuviera en un cementerio en plena noche. Debía ser paciente.
—Es un pésimo momento para tus bromas, basta.
Beomgyu asintió arrepentido, con sus labios abultados y sus ojitos tristes.
La castaña lo tomó del mentón e inspeccionó cuidadosamente su rostro para confirmar que no tuviera ni un rasguño.
—¿Estás bien? —acarició dulcemente una de sus mejillas, sin cortar en ningún momento el contacto visual. Ante el asentimiento del contrario, suspiró aliviada. —Por favor, no vuelvas a desaparecerte así sin avisar antes, ¿si?
—Prometo que avisaré la próxima vez. Lo siento, Byeol-ssi.
Eunbyeol finalmente lo envolvió en un cálido abrazo, escondiendo su rostro en el pecho del pelinegro, quien no dudó en corresponder inmediatamente el gesto.
—Lo importante ahorita es que estás bien —susurró, intensificando un poco más el abrazo cuando sintió que estaba al borde del llanto.
Beomgyu dejó un pequeño beso en la coronilla de la castaña y comenzó a murmurar cerca de su oído miles de palabras lindas y elogios, en un intento de tranquilizarla, cosa que logró en tan sólo unos minutos.
¿Saben? había una cosa en la que él no mintió nunca.
No mintió al decir que Eunbyeol era su lugar seguro, y el amor de su vida.
Estaba dispuesto a protegerla de cualquier cosa o persona que quisiera dañarla.
Lastima que no podría protegerla del dolor que le causaría con sus acciones.
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