Sweet Dreams
—¡Tonto! — se burló Stella satisfecha del movimiento del enemigo — ¡Ahora te tengo!
Su stand se materializó desde la mano helada de la mujer, notando que en su pecho la equis con rombos en blanco y negro que sobresalía de su pecho abría un ojo, junto a una boca con temibles dientes, el stand inmediatamente cambio de color a un café cobre, las telas rosas que colgaban de sus brazos se pudrieron, las cadenas que tenía por cabello se pusieron en un mal estado, sus ojos antes cosidos se abrieron de golpe, la sangre escurría dando la impresión de haber llorado sangre, sus manos que antes parecían las de una princesa pasaron a convertirse en garras de metal.
—¡Es hora! ¡¡Es hora!! ¡¡De la verdad!! — bramaba está boca del stand, Stella le callo levantando su mano.
—No temas extraño, yo no te haré daño a ti, si tú te entregas y respondes algunas preguntas que te tengo — hablo con tono sensual, intentando apelar al lado masculino del encapuchado, al no ver resultado se molestó la rubia — ¿Así quieres que sea? ¡Pues así será!
I Don't Want To Miss A Thing acercó al hombre trajeado que tomo a Stella y le destrozó el cráneo de un zarpazo.
—Que mal, la hicieron enojar, ahora entro en "la verdad" — musitó Ferdinand con pésimo humor — habría sido mejor que uno de los dos se encargará.
—¡Última oportunidad! ¡Ríndete YA! — vociferaba la rubia.
—¿Una mujer despechada? ¿Eso es todo lo que tienes? — hablo el sujeto misterioso.
—¿Qué?
—Supongo que te representa bastante bien, una pena que no conociste el amor — se burló el extraño.
—¡¿Cómo te atreves?! — su stand reaccionó iracundo como su dueña, algo asechaba a los combatientes.
Una poderosa luz emano del hombre, atravesando el pecho de la mujer, ella no pudo comprenderlo.
—¿Es enserio? ¿El.. el me mato? ¿No pude proteger al Señor Giorno? — recordó como este le dio la mano a la mujer cuando ella estaba sumida en las drogas, en su recuperación y ella se sintió mejor al ver su sonrisa — era como el amanecer, con ese brillo dorado.. No puedo. No puedo dejarlo con toda esta carga. ¡No te dejaré!
El stand sostuvo a Stella de caer, ella oprimió su herida consiguiendo un poco de tiempo antes de perder el conocimiento.
—El me dio todo — musitaba dolida — ahora me toca a mí.
—¡¿Qué demonios pasa aquí?! — vocifera lo que aparentaba ser un moño — ¡¿Dónde están Ferdinand y Nicolás?! ¡¿Acaso despertaste tarde el I Don't Want To Miss A Thing "The True"?!
—Ya no importa, solo importa detener a ese tipo, por Giorno — sus ojos adquirieron un brillo solemne.
—Parece que será complicado derrotarla — pensaba irritado el sujeto misterioso.
Un fuerte estruendo vino del interior de la mansión de Giorno Giovanna, Stella quedó pálida, se dio cuenta que no eran los únicos atacantes.
—Si, nosotros solo éramos la distracción — la mujer se enfureció al escuchar como fue burlada.
—¿No te diste cuenta que tus amigos no aparecieron tras el ataque?! — el tipo apunto el interior de la mansión.
Un fuerte golpe paralizó a Stella, miro debajo de ella viendo al tipo de traje que le quitó la cabeza le volvió a crecer y lo peor el brazo de este le atravesó el abdomen, la mafiosa escupió sangre.
—Si, tardaste en liberarme — musitó detrás de ella el extraño moño de su stand — no, que tonto no sabías con quienes te enfrentabas..
Se desvaneció la presencia del stand, el vampiro retiro su brazo de ella, está vez si cayó al suelo.
—No.. Giorno.. te falle — por su pálido rostro resbaló una lágrima.
El encapuchado notó anormalidades, algo no estaba bien, salió de la entrada de la mansión.
Dentro de la mansión Mista disparaba dos balas, montadas por number three y number two, las cuales evadian objetos arrojados contra los stands, jarrones, libros, hasta estatuas eran enviados a parar a las elusivas balas, su objetivo era Santana, quien enfrentaba a Ferdinand y a Nicolás a puño limpio, además de tener el tiempo suficiente para continuar alejando el stand de Mista.
—¡¿Cómo puede ser que no lo vimos?! — pensaba Ferdinand molesto por su falta de premura, miro en dirección a la entrada principal — ya pasó un rato luego del extraño rayo. ¿Estará bien Stella? Su Stand es el más indicado para encarar un gran número, pero.. ¿Qué sabemos de ellos?
El campo de batalla era la sala, donde sillones de piel servían de barricada para Mista, pequeñas columnas sostenían bustos del grupo de Bruno Bucciarati, los cuadros colgados tenían agujeros de balas, los libreros tenían huecos gracias a que Santana optó por lanzarlos, un sillón individual estaba tirado, a su lado, junto a un tiradero de papeles y cojines, estaban los hombres de Giorno.
—¡Fuera de mi camino moscas! — levantó sus brazos, Nicolás y Ferdinand atacaron viendo su abdomen descubierto.
Las costillas del hombre del pilar salieron, atravesando a Nicolás, Ferdinand fue empujando atrás, pero number three y number two lograron mandar las balas a la cabeza y al corazón del expuesto enemigo.
—¡Nicolás! — grito Mista al ver cómo fue atacado por el extraño hombre de poca ropa.
Para el infortunio de Mista vio como el pelirrojo siguió andando, una combinación de asombro y odio impedía que continuará abriendo fuego.
—¡Mista! ¡Mista! ¡El hombre viene! ¡El hombre viene! ¡Deprisa! — le advertía su stand.
—No fue un error lo que vi, number one también lo presenció. ¡Le dimos y aún vive! — el pistolero se sentía impotente ante lo ocurrido.
—Giorno dijo que si el oponente era alguien difícil de lidiar le informará — recordaba sus palabras, pero al ver cómo su amigo fue herido de tal forma, el decidió hacerle frente.
Descargo sus balas restantes, las cuales llevaban a Sex Pistols, las balas choraron entre si en el aire, rodeando a su presa. Santana lucía muy tranquilo.
—Me asombra como eres capaz de mover las balas a tu voluntad — musitó el hombre del pilar, solo así Mista se dio cuenta, el hombre frente a él no tenía stand.
Las balas impactaron, pero sin ocasionar daño algo.
—¿Qué eres? — hizo la pregunta pensando que sería lo último que haría, Santana estaba a escasos centímetros.
—Un ser más antiguo que el hombre, más fuerte, más listo — hablaba con arrogancia, sujeto del cuello al pistolero — ¡Ahora llévame con Giorno Giovanna!
El hombre atravesado por las costillas de Santana se levantó de golpe, el hombre del pilar no podía entender lo que ocurría.
—"Sweet Dreams" — musitó el hombre de color sin voltear a verlo.
—Fuiste muy torpe mi "amigo" — hablaba sonriente Ferdinand ahora con un bastón de plata en mano.
Apenas se dio cuenta Mista no estaba en su mano, para colmo los otros dos hombres también desaparecieron, todo se torno gris, el lugar mismo parecía desmoronarse. Había caído bajo el efecto del stand de Ferdinand.
Mista, bajo al sótano, donde estaban aprisionados los hombres de traje y Santana, los miembros de Cacciatore Di Ombre consiguieron su objetivo, capturar a los agresores de Passione.
—Conseguí mucha información importante de este hombre llamado Santana — informo Ferdinand.
—Es bueno, el jefe Giorno viene para acá — espeto el guardaespaldas del jefe.
—Te llevarás todo el crédito.. — musitó molesta Stella.
—Fue un trabajo en equipo, no podría haberlo hecho sin tu ayuda — hablaba con cortesía.
—Pero tú dejaste ir a tu presa — remarcaba Nicolás, cosa que no hizo nada feliz a la mujer.
—Bien hecho los tres — se escuchó la voz de Giorno al bajar las escaleras, lucía su ropa negra — bien hecho Ferdinand con tu stand.
—Note que eran peligrosos al entrar sin apoyo — expresó el hombre pálido, Stella le hacía mala cara.
—Bien, es hora del interrogatorio — se acercó a Santana.
Continuará...
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