—Duele, esto duele — réplica intentando librarse del pie de su padrastro el cual tenía encima.

—¡Al menos sirve para limpiar mi zapato! — exclamó el hombre, propinándole una patada, perdiendo el conocimiento en el acto.

“Papá ¿Dónde estás? ¿Por qué me abandonaste? ¡Te necesito..!”

Años más tarde encontró la foto de Dio entre las cosas de su madre, recordaba las palabras tan cargadas de felicidad al hablar de su padre, cuando ella se embriagaba sola, antes de casarse, era descrito como un hombre sin igual, con una fuerte presencia, con un imán capaz de conseguir todo lo que quisiera, pero existía un muro que no dejaba pasar a cualquiera, ella vivió fuera de esos muros y en su desesperación por estar a su lado se embarazo, pero antes de poder contarle un grupo llegó a Egipto y lo mató.

—Jotaro — ahora sabía el nombre del hombre que le arrebato a su familia.

Llegó a la sala donde se escuchaban disparos, encontrando a Santana combatiendo con Mista y Nicolás, este último tenía una herida en el abdomen.

—¡Resiste Nicolás! ¡Saldremos de esta! — su compañero apretaba la herida intentando parar la hemorragia.

—Iba por ti Mista, no podía dejar que te matara — musitaba dolido, con un hilo de sangre colgando de su boca.

—¡No! ¡Nicolás! — se acercaba Giorno, pero entonces vio al encapuchado salir con Polnareff, se congelo en el acto — no puede estar pasando esto. ¡No puede!

—¡Vaya jefe! ¡Tiene que detenerlo..! — vociferaba Nicolás sabiendo que no podía volverse una carga.

—Es inútil, ya todo acabo, mejor atiende a tus hombres — dejaba en claro el hombre del pilar — tomamos lo que necesitábamos y nos marchamos.

Ofendido por sus enemigos libero su stand dorado, sabía lo que tenía que hacer.

—¡Mista dispararle! — le ordenó al pistolero, este actuó conforme le pidieron.

Golden Experience golpeo la bala con perfecta sincronía, Santana incapaz de ver los stands creyó sería otro desesperado intento de pararlo, pero noto que la bala no hacía sus extrañas piruetas.

—¡Es diferente a lo que era! — el proyectil estaba demasiado cercas para esquivarlo — ¡No!

Una de sus costillas salió desviando el tiro, relajándose al instante, pero Sex Pistols estaba presente, Number One torció la trayectoria, apuntando a la espalda del hombre del pilar, al mismo tiempo el stand de Giorno golpeo el piso de madera, formando raíces que atrapan a Santana y la bala se aloja en su cuerpo, en instantes una rama se asoma por la herida, para seguir creciendo de manera anormal, el árbol rápidamente consume al desesperado pelirrojo, las cosas sucedieron de manera abruptas apenas su silueta se le podía ver a través de la madera.

—Digno de usted jefe — musitó su siervo, muriendo en brazos de Mista.

—¡Santana! — dominado por la irá el pistolero apunto al hombre del pilar atrapado.

—¡No lo hagas estará completamente sellado cuando le de la luz solar! — le ordenó Giorno, a sabiendas que sus palabras no podían alcanzarlo.

A un instante de jalar el gatillo el suelo se abrió saliendo un herido Ferdinand, lo más siniestro de esto fue que la mano de I Don’t Want To Miss A Thing sujetaba la cabeza del gótico.

—¡Aléjense de ella! ¡Ella a cambiado! ¡No es la misma Stella que conocimos! — advirtió con temor.

Giorno no podía creerlo, su compañera se había convertido, salió con elegancia del hueco hecho por el combate contra Ferdinand, su boca estaba manchada de sangre y una mirada viciosa se posaban sobre la imagen de su antiguo jefe, se veía deseosa por probar su sangre.

—¡Mi señor! ¡Mi señor Giorno! ¡Tuve que castigar a este infame, por favor disculpe mi osadía! — hablaba Stella con su mirada de enamorada — Verá que él, es el traidor.

—Eso explicaría como fue que ese tipo supiera donde encontrar la flecha, fue un trabajo interno, lo que dice es cierto, pero.. — el rostro de Giorno se mantenía sereno — ¿Mentira? ¿Será ella la traidora? Ella tenía a todos bajo su control, fácilmente podía fingir estar envenenada, eso explicaría el por qué mi Golden Experience no pudo hacer nada con el “veneno”, Ferdinand en cambio pudo hacernos creer que teníamos todo bajo control y está transformación de Stella sería una ventaja.

El stand dorado continuaba golpeando el suelo, incrementando la corteza del árbol, debía continuar así hasta el amanecer, el tiempo avanzaba y la situación seguía igual, entonces Mista apunto su arma.

—¡Rápido Giorno dime a quien le disparó! — pedía un objetivo para desquitar su irá.

—¡Ya no importa lo que haga Passione! — bramó una grotesca voz a través de Stella, su stand oprimió la cabeza de Ferdinand matándolo en el acto — La llegada de Kars es inminente, el perfecto volverá.

—¡Jefe! ¡Jefe! ¡Ayúdeme! — suplicaba atemorizada del escaso control que poseía sobre si misma — ¡Máteme!

¡Espera debe existir alguna forma..! — se detuvo al sentir la mano de Mista, la realidad era simple debía matarla, con lágrimas y frustración acepto su realidad.

El cuerpo de la mujer se torno verde, ganando peso con rapidez, su stand se lanzo sobre los miembros de Passione, sus manos sujetaron a los desprevenidos, dejándolos incapaces de usar sus stands, Stella se convirtió en un monstruo y estaba por devorarlos.

—¡Alto! ¡Purple Haze! — una voz conocida llego, junto con su stand morado.

Purple Haze golpeo de lleno el rostro transformado de Stella, rompiéndose una de sus cápsulas, liberando su virus sobre el monstruo, matándola en el acto, su stand se disolvió como su dueña a la exposición del mortal gas.

—¡¿Fugo?! ¿Tu realmente has vuelto? — el pistolero decía incrédulo.

Panacotta Fugo llegó hasta Giorno y se arrodilló con lágrimas en los ojos, tomando por sorpresa a sus ex-compañeros.

—¡Todo es mi culpa! ¡Si yo no los hubiera dejado..! Narancia.. Abbacchio.. incluso Bruno.. — lloraba arrepentimiento de sus actos — ¡Fui un estúpido! ¡Perdóname!

—Fugo.. — musitó el jefe de Passione.

En Japón Jotaro queda mal herido tras el ataque de Hierophant Green, Kakyoin saca con dificultad un objeto de sus ropas con su único brazo bueno, revelando tener en su poder la máscara de piedra, Koichi sin saber de qué clase de objeto se trataba lo ignoro.

—¡Gracias por el entretenimiento Jotaro, ahora es el momento de la llegada del “PERFECTO”! — bramaba victorioso el pelirrojo, se colocó la máscara y la mancho con la sangre del herido Kujo, resplandeciendo bajo la sombra de un árbol.

La máscara se clavo en su cabeza, matándolo al instante, preocupado por su amigo Koichi fue con Jotaro, dándole la espalda a Kakyoin.

—¡Resiste le hablé hace un rato a los demás, deben estar por llegar! — decía mientras asistía a su compañero herido.

Un anormal Kakyoin se levantó inesperadamente, pero el sol lo mantenía seguro, irritado por su desventaja decidió irse.

—¡Esto no acaba! ¡Volveremos a vernos! — vocifero mientras Hierophant Green disparaba su emerald splash para tener una ruta segura.

—¿Qué está pasando aquí? — musitó al notar el peligro en el que se expuso.

Continuará…