—Comenzaba a creer que nunca nos volveríamos a ver — hablaba con su habitual serenidad, con ello incomodaba al hombre que mato a Dio.

—Siempre has sido un hombre de pocas palabras, pero vamos hace años que no nos vemos — extendía sus brazos, dando a entender que deseaba hablar.

—Tu moriste — no podía aceptar la aparición de su viejo amigo — y ahora heriste a un miembro de mi familia.

—Tenia que ser así Jotaro, solo así todo se vuelve a mover — sus palabras eran frías, sin ninguna pisca de arrepentimiento.

—¡No puedo aceptarlo! ¡Tu no puedes ser Kakyoin! — arremetía el Jojo, sacando a Star Platinum.

—¿Crees que tú manejo del tiempo puede vencerme otra vez? — sonreía burlón.

—Algo no está bien, es casi como si quisiera.. — pensaba hasta que escucho tres disparos detrás suyo, su stand pudo atrapar una bala, pero dos se desviaron repentinamente, golpeando su pierna derecha y su hombro — ¡No es posible! ¡¿Tu también?!

Hol Horse aparece detrás de un árbol con su singular ropa de vaquero, parecía muy contento de lograr herir a Jotaro.

—Creí que pararías el tiempo, veo el tiempo se encargo de oxidarte — se burlaba el antiguo esbirro de Dio.

—¡¿Qué es todo esto?! — exigía respuesta, no podía creer que su antiguo camarada se alineará con alguien como Hol Horse.

Hierophant Green apareció a un lado de Kakyoin dejando un claro dos contra uno.

—¡¿Por qué atacante a Josuke?! ¡¿Por qué no fui yo?! — intentaba averiguar.

—Simple, si les quitamos su capacidad de curación están  expuestos y conmigo a plena luz te obligaría aparecer sin refuerzos al temer que alguien más resulte herido — al entender que cometió un error ya era tarde — ¡Emerald Splash!

El agua salió con gran velocidad, el pistolero aguardaba a qué Jotaro usará su habilidad de parar el tiempo para darle el tiro de gracia, pero no contaba con la frustración del Jojo, quien efectivamente uso a Star Platinum, deteniendo el tiempo, pero entonces Hol Horse apareció donde Jotaro estaba, recibiendo las esmeraldas a presión. El sombrero llenó de agujeros llegó a los pies de uno de los hombres con los stand más peligrosos.

—¡Dime quién está detrás de todo eso?

—Si tanto lo deseas saber ven a mi — lo reto, entre los dos únicamente estaba el cadáver del pistolero, sus stands estaban detrás de sus maestros.

Sin dudarlo fue a él, sabiendo que era una trampa, pero su confianza se mantenía gracias a su stand.

—Perdí a muchos Kakyoin, a ti, a Avdol, Iggy, incluso Polnareff, no hagas que te vuelva a perder — le pedía casi suplicando.

—Pasamos grandes aventuras, solo entonces yo me sentí vivo, incluso entregando mi vida por ustedes, por salvar a tu madre y detener a Dio — respondía el pelirrojo, sus manos temblaban, Kujo vio esto como una buena señal.

—Mi amigo — Kakyoin recibía al hombre de la gorra con un abrazo — debiste contarle a Giorno Giovanna de su pasado, el hombre al que sirvo tiene cuentas por arreglar con ustedes Joestar's.

Tres disparos sonaron, pero Hierophant Green envolvía el cuerpo del Jojo, robándole preciosos segundos antes de apartar el stand de Kakyoin con la fuerza bruta de Star Platinum.

—¡Star Platinum: The World! — replicó, dos balas alcanzaron a darle, la tercera iba directo a su cabeza, con su control del tiempo la quitó de su camino y observó a su antiguo compañero, estaba muy complacido, la idea de atacarlo le cruzo la cabeza, pero no pudo.

—Esto no debería pasar — musitó acabándose los tres segundos, el tiempo volvió a andar.

El pistolero aún tenía vida y seguía apuntando a Jotaro, parecía tener únicamente un deseo, matar a Kujo, este cayó al suelo por las balas recibidas.

—Esto se acabó Jotaro — Hierophant Green se preparaba para atacarlo a puño limpio.

—¿Puedes hacerlo? ¿Puedes matarme Kakyoin? Solíamos ser amigos — dudaba ampliamente, el pelirrojo pareció dudar.

—¡Act 3! — se escuchó del otro lado del parque, era Koichi quien corría para ayudar a su amigo.

Hol Horse apunto al intruso, no permitiría que Jotaro se le escapara está vez, el Joestar fue testigo de está acción, materializándose su stand, Kakyoin pensó por un instante que sería agredido por el imponente Star Platinum, preparando a Hierophant Green para un emerald splash, un desastre se acercaba.

—Jolyne — pensó por un instante en su hija antes de que todo fuera a mal.

El peso incremento sobre Kakyoin, gracias a que Echoes Act 3 lo golpeo, activando el 3 Freeze, quien cayó al suelo víctima del stand de Koichi, luchaba evitando que su pecho tocará el suelo, pero la gravedad incrementaba, rompiéndole un brazo, el ataque de Hierophant Green fue contra Jotaro, pero detuvo el tiempo parando el accionar del arma de Hol Horse, rematándolo con una contundente ráfaga de puñetazos, al mirar atrás vio el ataque de Kakyoin apunto de impactarse con él, los tres segundos acabaron, el tiempo volvió a fluir.

En Italia Giorno bajo nuevamente con Santana, el sol estaba por llegar a la entrepierna del hombre del pilar, Stella se le ocurrió ese juego mientras esperaban el regreso del jefe, Ferdinand aburrido accedió. Nicolás y Mista hacían guardia en caso de que volviera el encapuchado.

—Perdona que tuve que dejarte, necesitaba pensar — hablaba con gentileza, el pelirrojo estaba satisfecho al volver a verlo.

—¿Qué has pensado? Yo no te he propuesto nada aún — volvía a sentir el poder en la plática.

—Quieres que participe en tu venganza ¿No? Ya que ellos mataron a mi padre — respondió molesto al tener que decir lo obvio.

—Puedes hacerlo, pero lo que necesito es solo una cosa — respondía al notar que se acercaba la noche — es la flecha.

—¡Ferdinand! ¡Rápido activa Sweet Dreams! — ordenó Giorno al notar el por qué se dejó atrapar.

—Es tarde, el es rápido y pronto la venganza será cumplida — apenas terminó de decirlo un dardo pasa a traves de la ventana del sótano, inyectando a Stella.

La mujer cae al suelo afligida por la sustancia suministrada, ya libre del stand, Santana va a la pared, atravesándola y dejando a los mafiosos junto a los dos vampiros y su compañera afectada.

—¡Stella! —Giorno toma en sus brazos a la rubia, ella sonríe al estar en sus brazos.

—¡Se llevarán a Polnareff! — vociferaba la viva imagen de Vlad Tepes.

Giorno examinaba el dardo, intentando descifrar el tipo de veneno y así curar a su subordinada.

—¡Encárgate de los vampiros! — le ordenó mientras seguía experimentado con Gold Experience — ¿Por qué no funciona? ¿Por qué a vuelto a su forma inicial? ¡Debería estar en su forma Requiem!

—Gracias, gracias por todo mi jefe, me siento alagada por acaparar su atención en un momento de crisis, pero lo necesitan arriba, vaya por la flecha — se despedía Stella, sabiendo que sería la última vez que podría ver a ese hombre de gran carisma.

—Lo lamento tanto, tú no merecías esto — dejaba caer unas lágrimas por su subordinada.

—Me hace feliz oír su preocupación, pero vaya — fue su última voluntad, cosa que hizo con gran dolor.

Sweet Dreams apareció, un hombre con sombrero de copa negra y lentes grandes adornándolos, de saco rojo, el cual siempre ondeaba, su interior estaba repleto de oscuridad y estrellas relucientes, su rostro blanco, con rombos amarillos bajo los ojos, sus fornidos brazos a rayas estaban cruzados evitando que su saco engullera todo en sus sueños: El stand era invisible a los ojos de los sujetos de traje negro, permitiéndole darle una lluvia de golpes a los dos enemigos, mandándoles contra la pared que tenía la única ventana.

—Puedo derrotar a estos tipos de poca monta — Ferdinand decía altanero.

Continuará...