❀ forbidden 2/?❀
angst, smut;
Un mes había pasado muy rápido mientras yo me hundía violentamente en la estúpida situación. Envidiaba como Haechan podía estar tan tranquilo con la idea de nuestro compromiso, a pesar de haber pasado un tiempo, cada vez que volvía a pensar en que pasaría el resto de mi vida al lado de alguien que no amaba seguía revolviéndome el estomágo.
Me esforzaba todos los días para enfocar mi mente en los negocios y la estúpida empresa familiar que ahora ni siquiera me generaba interés. Me estaba hundiendo en la situación y tener a Haechan pegado a mí sólo complicaba todo.
Todas las noches dormíamos abrazados, o más bien, el aferrado a mí. No podía conciliar el sueño del estrés y la ansiedad que me seguía provocando nuestro compromiso, posiblemente también era el karma no dejándome dormir por haber lastimado a Johnny.
Johnny.
Johnny.
¿Qué tan egoísta sería decir que lo necesitaba?, de hecho, demasiado. Yo le había hecho daño y sólo podía pensar en regresar a sus brazos; ¿estaría tomando esto mejor que yo?, ¿habrá llorado tanto como yo las últimas noches? pensar en Johnny llorando, con el corazón roto, sólo me hundía más.
Volví a llorar, recordando su calor, recordando su afecto, y por un instante pensé en porqué no fui valiente para tomar todas mis cosas y sólo irme con él. Aunque, pensándolo bien, él tampoco había dicho que quería que nos fuéramos juntos o algo por el estilo, ¿aquella noche habrá dicho lo que habrá querido decir y yo no fui algo más que algo que le dio diversión?
Yo era un experto en sobrepensar las cosas y ahora eso me estaba jodiendo la mente, si es que podía estar más jodido aún. Mis pensamientos no dejaban de girar entorno a Johnny y a lo que había sucedido, deseaba ser más valiente, deseaba ser más la persona que Johnny merecía porque él era un ángel caído del cielo.
A la mañana siguiente mis ojeras eran notorias, ni siquiera el maquillaje las cubría. Estaba cansado, física y mentalmente, hasta el ruido más pequeño me sacaba de quicio pero intentaba disimular.
Fue otro día como cualquier otro, me encerré en la oficina a revisar el papeleo pendiente, a continuar sintiendo lástima de mí. Haechan aquella noche quiso ir a una discoteca argumentándome que éramos jóvenes y debíamos disfrutar nuestra juventud, era irónico, íbamos a ir a disfrutar nuestra juventud cuando esta estaba sellada con un matrimonio arreglado.
Aún así acepté cuando me dijo que también irían algunos amigos suyos y que yo también podía invitar algunos amigos. No invité a nadie y me arrepentí en el instante que conocí a los tipos que Haechan llamaba con cariño "amigos".
Los tipos eran unos completos idiotas. Se pasaban el rato alardeando de sus accesorios de marca, de sus negocios, de su dinero. Pero a pesar de "no saber que hacer con tanto dinero", cuando Haechan se ofreció a pagar todo lo que consumiéramos ellos empezaron a pedir los tragos más costosos que tenía el lugar y en constantes ocasiones le pedían dinero en efectivo a Haechan, supuestamente para "ir por más tragos" pero yo estaba seguro de verlos hacerse los desentendidos en la barra y guardarse el dinero en las bolsas.
Aún cuando le comenté la situación a Haechan él no le tomó mucha importancia así que no insistí. No me iba a unir a esa sucia jugada para aprovecharme de él así que yo pagué mi propio alcohol, había cuatro botellas de soju sobre nuestra mesa pero a la tercera ya estaba en ese espacio de tranquilidad momentánea.
Mi rostro estaba enrojecido por el alcohol, mis párpados estaban caídos y sentí unas tremendas ganas de follar. Mierda, había olvidado por completo lo que el exceso de alcohol provocaba en mí.
El alcohol me hacía desvergonzado y las ganas de querer satisfacerme se hicieron mayores, me mantuve apretando mis labios y agarrándome de mi asiento con fuerza mientras no podía quitarle la vista de encima a Haechan. Tenía que admitirlo, tenía un cuerpo precioso, su piel era tersa y su tono tostado era un plus. No era mi fascinación ser el de arriba durante el sexo pero no me molestaría para nada que Haechan montara mi pene en ese momento.
No me importaba que tan descaradas fueran las miradas que le estaba dando a sus apretados jeans, o a sus clavículas que eran visibles sobre su camisa holgada que le caía por los hombros. Para bien o para mal, fui atrapado. Me sonrió con tanta picardía que por un momento sentí verdadera atracción hacía él pero antes de que pudiera lanzarme a devorarle la boca, alguien habló.
-Entonces, chicos ¿todavía es muy pronto para hablar de hijos?
El alcohol en mi sangre debió haber desaparecido porque de repente me sentí sobrio. Los pensamientos en mi cabeza volvieron a acomodarse, al igual que el dolor.
Niños, me encantan los niños. En realidad, quiero dos. Pero si pensaba acercar del como sería mi familia ideal, en esa bella imagen mental definitivamente no incluía a Haechan, más bien incluía a...
La desesperación se hizo presente aún en la tenue niebla de los efectos etílicos y sin poder evitarlo, lloré. No escandalosamente, las lágrimas empaparon mi rostro y tomé la última botella de soju que quedaba para callar mis sollozos, la tomé entera sin importarme la sensación de mi garganta ardiendo, incluso fue algo reconfortante.
Me limpié el rostro y me levanté, Haechan me preguntó a donde iba pero las palabras no me salían y la sensación de mi boca entumecida me hacía querer reír. Posiblemente le respondí algo como "baño" porque después dijo "ah, ¿irás al baño? aquí te espero" y entonces me perdí entre la multitud.
La música de la discoteca se escuchaba distante, más satisfactoria y más lenta de lo que posiblemente era. Todavía no llegaba al baño y ya había rechazado por lo menos a 3 personas que me invitaron a bailar, lo que menos quería era problemas con Haechan, afortunadamente esas personas sólo sonreían y se iban pero más adelante me tope con un chico más pesado que me siguió por detrás.
-Amor, ¿vienes solo? -Ni siquiera me molesté en girarme para verlo.
-Para ti, no.
-¿Seguro?
Lo sentí tomarme de las caderas y me enfurecí, estaba dispuesto a voltearme y darle un puñetazo en la cara con las nulas fuerzas que tenía pero al voltearme, sentí mí corazón salirse de mi pecho.
-¿Jo-Johnny?...
Mis piernas flaquearon y hubiera colapsado de no haber sido porque Johnny me tomó con fuerza, me acercó a su cuerpo y nuestras pelvis chocaron. Yo tenía las manos en el pecho sin saber que hacer, sin saber que decir. Tenerlo de nuevo, tan cerca, se sentía irreal pero fantástico.
Dudo que hayan sido los efectos del alcohol, pero él se veía grandiosamente sexy. Me apené un poco, yo seguía ojeroso, demacrado por los malos hábitos que había tomado desde nuestra ruptura y por la ansiedad que día y noche me consumía. Me sonrió con tanta dulzura que necesitaba llorar, necesitaba decirle lo que sentía pero las palabras no me volvieron a salir. Sólo lo miraba asombrado, lo miraba arrepentido, lo miraba con amor.
-Mhn...no debes tomar de esa forma en un lugar como este, encanto. Habrá muchos hombres que se quieran aprovechar de ti.
-¿Y cómo sé que tú...no eres de esos hombres?
-Ok, me atrapaste. -Rió y no pude haberme sentido más dichoso de haber escuchado su hermosa risa. Había olvidado lo linda que era- Pero no haremos nada que no te guste...
Me sonrió, subió su mano para acariciarme el cabello y dio un beso cerca de mi mejilla. A pesar de que estaba sumido en los efectos del alcohol podía sentir mi corazón latir frenéticamente, mis dedos picaban por querer tocar a Johnny también, mis labios ansiaban ser besados y las ganas de follar regresaron. No merecía que él fuera tan lindo conmigo, no merecía que a pesar de todo él regresara a mí.
Mis ojos se estaban cristalizando, no podía contener el llanto pero Johnny me detuvo.
-No llores, amor. Detesto verte llorar.
Sorbí mi nariz y mandé a la mierda todo. Mande a la mierda a mis padres, a Haechan, a nuestro compromiso y por fin le hice caso a mis sentimientos. Abracé a Johnny y lo besé, importándome poco si Haechan o uno de sus idiotas amigos nos veía, él me correspondió con tanto pasión que mis piernas volvieron a fallar.
Terminamos contra una pared del lugar, donde otras personas veían atentas el show que estábamos dando. Seguía sintiendo mi boca entumecida pero la sensación de la lengua de Johnny haciendo cosquillas en mi paladar posiblemente la sentí a la máxima potencia. Johnny reía sobre mis labios porque el ritmo del beso estaba siendo demasiado torpe debido al alcohol, aún así se acopló al ritmo que yo estaba llevando y se sintió demasiado bien.
Bajó sus labios a mi cuello y fue ahí donde se detuvo por unos segundos, tenía esa zona llena de chupetones que me había hecho Haechan durante nuestras rondas de sexo duro. Quise alejarme pero él me lo impidió.
Volvió a subir a mi rostro y me besó las mejillas mientras se pegaba más a mí, pude sentir su erección frotándose con fuerza contra la mía, el gemido que dí se lo tragó la música del lugar.
Lo demás es un poco borroso. Recuerdo que me jaló fuera de la multitud y el lugar, torpemente saqué mi celular para marcarle a Haechan y decirle algo como "oficina" y "debo ir". No recuerdo su respuesta pero tuvo que haberme creído pues después de eso yo seguía estando tranquilo, recordaba a Johnny reír entre dientes y sus manos sobre mis muslos por mucho tiempo.
Después, mi espalda chocó contra algo suave, un colchón. Terminé completamente desnudo y expuesto mientras Johnny me veía con hambre.
-Los niños malos merecen un castigo.
De un momento a otro terminé acostado boca abajo sobre el regazo de Johnny, no estaba consciente de lo que estaba sucediendo a mi alrededor hasta que la palma de Johnny aterrizó con fuerza sobre mis glúteos.
-Recuerdo la primera vez que te vi. Bonito, inocente. Poco me importó que fueras un Lee. -Volvió a nalguearme con fuerza y gemí. Mi respiración se agitó y el próximo impacto llegó pronto pero me volvió a tomar por sorpresa otra vez- Todos se acercaban por tu dinero, yo me acercaba por ti.
Comenzó a masajear mi trasero y a tantear mi entrada con sus fríos dedos, me sentía demasiado expuesto, demasiado sometido, pero me encantaba.
-Me hice adicto a ti, incluso antes de nuestro primer beso y nuestra primera vez haciendo el amor. Estoy enganchado, bebé.
Sentí sus dedos abriéndose paso en mi entrada, la sensación irritaba tomando en cuenta que lo estaba haciendo en seco, pero eso no me detuvo de levantar un poco las caderas para tener más. Sus lindas palabras hicieron estragos en mi mente aún nublada por el alcohol, ellas, sumadas con el placer que obtenía con cada una de sus acciones, me tenían en el cielo.
-Por eso me jode que en vez de estar aquí estés entregándote a otro.
Nalgada.
-Me jode que estés disfrutando con otro.
Nalgada.
-Pero lo que más me jode, es que estés tan dispuesto a vivir el resto de tu vida con otro, aún cuando estás igual de enganchado que yo.
Nalgada, nalgada, nalgada.
La sensación de picor en mis glúteos era tan intensa que hizo a mis ojos ponerse húmedos, a pesar de que Johnny intentaba reducir la sensación masajeándolos. Me tragué varios sollozos, aunque no todos.
-¿Necesito recordarte donde perteneces, cariño?
No me salían las palabras, todavía estaba entre la conciencia y la inconsciencia por lo que no sabía si ya había respondido, aunque juraba haber asentido. De inmediato recibí otra nalgada que me hizo soltar un suave "auch".
-Responde.
-Sí, por favor...
Me ayudó a levantarme y me borró las lágrimas, me acostó nuevamente sobre las sábanas y la imagen de él desnudándose enfrente de mí estaba un poco empañada.
Nuestros labios se volvieron a unir, había extrañado la sensación de nuestras pieles chocando. Un líquido se escurrió por mi entrada y Johnny se encargó de frotarlo y después, de entrar sin más en mi interior.
El gemido de Johnny fue glorioso, mientras yo era un manojo de temblores y sollozos. Se comenzó a mover, suave, después duro. Sentí que nuestros cuerpos se fundían, la cama rechinaba con fuerza, mi mente ya no estaba nublada sólo por el alcohol sino también por el placer.
Johnny pasó de mi cuello para directamente atacar mis clavículas, dejando enormes chupetones ahí.
Mi orgasmo se sintió como una fuerte explosión por todo mi cuerpo, con Haechan no había experimentado algo de ese tipo a pesar de que teníamos sexo casi diario. Eso me recalcaba una vez más que yo pertenecía ahí, junto a John, o debajo de él, daba igual.
Mi cuerpo se sentía blandito, mis piernas temblaban y mis ojos se cerraban poco a poco. Se acostó a mi lado y terminamos de cucharita, el olor de Johnny era demasiado reconfortante. Sentí sus labios sobre mi cuello un par de veces y algunos "Te amo" pero no pude responder porque caí profundamente dormido.
Todo fue perfecto, demasiado perfecto como para ser real.
Me despertaron los rayos de sol que se asomaban por la ventana y caían cruelmente en mis párpados, lo primero que hice fue levantarme y estirar los brazos. Agradecía al cielo aún ser joven y no tener que pasar por la crueldad de las resacas.
Pasé mis manos al lado de mí en la cama y no había nada, ni nadie. Estaba a punto de pensar "Joder, qué buen sueño" hasta que escuché música provenir de afuera de la habitación y abrí los ojos.
Esa definitivamente era la habitación de Johnny.
Esto iba a ser un lío. No llegué a casa con Haechan y lo más probable era que iba a armar un drama, le iba a llamar a mis padres y el lío sería de proporciones catastróficas. Me levanté para buscar mi ropa pero no la encontré en ningún lado, ni siquiera mi ropa interior. Abrí el enorme armario y saqué una de sus camisas, me tapaba un poco más abajo del trasero por lo que parecía ser una buena opción para salir a buscar a Johnny.
No tuve que ir muy lejos, él estaba animadamente preparando el desayuno en la cocina, cuando me vio me sonrió y al notar que traía puesta una de sus camisetas su sonrisa se ensanchó. Me acerqué a él y le di un sonoro beso en los labios. Lo hicimos con tanta naturalidad, como si todas las noches hiciéramos el amor y, al día siguiente, él se despertara a hacer el desayuno y yo me despertara después para ir a encontrarlo y darle un beso de buenos días. Se sintió tan natural, tan correcto, por un momento me olvidé de Haechan; estaba fuera desde anoche, no afectaría que me quedara unas horas más.
Comimos, entre risas y preguntas sobre como me sentía después de la enorme cantidad de alcohol que había consumido. Después de comer lo ayudé a lavar los trastes, nos besamos y acariciamos un poco más.
-Johnny, sobre esa noche...
-Lo siento. -Dijo, su expresión cambió a una arrepentida y me volvió a besar- No quise decir esas cosas, eres mi mundo entero. Estaba molesto, perdóname, amor.
No tenía nada que perdonarle, en cambio, él tenía mucho que perdonarme a mí. Únicamente le sonreí y nos volvimos a besar, mi celular sonó varias veces pero me negué a alejarme de los brazos de Johnny. Ya tenía una idea de porque mi celular sonaba tanto, justamente con el tono que escogí especialmente para Haechan.
-Debo ir a casa.
-Ya estás aquí.
Ambos nos sonreímos, aunque sus ojos se veían tristes. Tenía razón, nuevamente estaba en casa y no debería irme lejos otra vez.
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