Johan, el del café
Apresurado caminaba hacía el Starbucks de la ciudad, desde hace días se había vuelto mi favorito.
Siempre pasaba por ahí al salir del trabajo; el reloj siempre marcaba las 8:00pm cuando entraba por la puerta de cristal para dirigirme felizmente hacia la caja.
En el lugar se encuentra un barista que es muy lindo, en serio, juro que es muy lindo, por más de una razón, su inusual cabello celeste, sus ojos color jade y su sonrisa solo eran unas pequeñas cualidades que poseía él, para que negarlo, me encantaba.
Cada vez que me atiende él me mira y dice "Hola", un hola no es nada, pero cuando él me dice "Hola" se me estruja el corazón, su mirada siempre es apacible y su voz neutral.
Así que hoy había decidido saludarlo de una forma más formal, así que hoy como a las 8:00pm cuando lo vi me dijo:
—Hola.
—¡Ey! Me llamo Judai -Respondí con entusiasmo y el suavemente dijo:
—Aaah.
—¡Ey! Me llamo Judai -Repliqué -¿Cuál es tu nombre? -Me miró y con suave suspiro respondió:
—Johan.
Dijo que se llama Johan y un poema a su nombre dediqué...
Johan, el del café, dame un latte, dame fe, Oh Johan, el del café:
Lo amo, lo amo ¡Lo amo!
Johan y yo haríamos un buen dúo, yo podría recitarle y cantar, el tocarme la guitarra. ¡Se qué toca la guitarra! ¡Me acabo de enterar!
Porque hoy como a las 8:00pm, Johan dijo que saliendo del trabajo tocaría con su banda en el sótano de un bar, y al contarme preparaba con sensualidad mi latte, pero como detalle vi que lo hizo triple y yo un doble le ordené.
Entendí que él preparaba con sensualidad mi latte y lo estaba haciendo triple porque ¡El me ama también!
—¿Dónde es tu tocada?, ¿me podrías pasar la ubicación?
—Queda super lejos... -Me encantó su consideración.
Johan, el del café, dame un latte, dame fe, Oh Johan, el del café:
Lo amo, lo amo ¡Lo amo!
El amor para mí no estaba hecho, al menos eso pensaba, siempre que creía tenerlo en frente, debo admitirlo, me rajaba, pero al mirar a Johan, una voz en mi interior dijo: "Ya por favor, solo ve y ordena algo en la caja".
Johan, el del café, dame un latte, dame fe, Oh Johan, el del café:
Lo amo, lo amo ¡Lo amo!
Siempre había vivido decepcionado, pero ahora tenía frente a mí un delicioso amor cafeinado.
Johan, el del café:
Lo amo, lo amo ¡Lo amo!
Lo amo, lo amo ¡Lo amo!
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Esa es la dulce canción que utilicé para esta pequeñita idea, espero que les haya gustado, solo me imaginé que Judai podría ser muy "Jerry" y Johan muy "Jorge" en una situación así, y también pensé en ellos por las iniciales jiji, bueno, sin más que decir, nos leemos en otra ocasión ¡A presto! :3
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