Capítulo 13 - Baile navideño
Joey
Varios días después.
— Como presidenta estudiantil tengo la obligación de organizar el baile navideño — nos informa Jackelyn a todos los estudiantes de último año mientras se encuentra al frente escribiendo algo en su libreta de color blanco — pero como el baile es de todos, he decidido preguntarle ¿qué le gustaría como temática?
Todos los estudiantes comienzan a susurrar entre ellos. No soy muy fan de los bailes escolares, así que estos temas no me emocionan para nada. Creo que estoy aquí más porque Jackelyn me lo pidió. Aunque realmente no tengo nada que hacer, por lo menos estoy aquí a ver a qué me enfrentaré próximamente.
Una chica rubia levanta la mano y Jackelyn la señala. — ¿Qué te parece un baile con disfraces? — ¿Es en serio? No estamos en Halloween. Los demás estudiantes comienzan a negar rechazando la idea.
Otra chica levanta la mano.
— ¿Qué te parece si lo dejamos navideño? — agrega otra chica, en realidad tiene un poco de razón, ya que es para Navidad porque no dejarlo con su misma temática.
— No, este año quiero algo diferente, algo que no hayamos visto.
Giro mis ojos hasta Rose — ¿Tienes alguna idea? — cuestiono.
Mueve su cabeza de un lado a otro negando — Nunca he sido creativa para estas cosas, ¿y tú?
Me encojo de hombros — yo tampoco soy muy creativa, pero siempre quise ir a una fiesta con temática de 1,700.
— ¿Qué acabas de decir, Joey? — La voz de Jackelyn me saca de mi conversación con mi amiga. Giró la cabeza y encontré a casi todo el mundo observando.
— Pues — me acomodo en la silla para estar más derecha — una vez mis padres fueron a una fiesta con temática del 1700, sabes, en ese tiempo las mujeres usaban vestidos largos con capas o bufandas y los hombres cargaban una espada, saco largo, botas largas, etc. — explico y todo el mundo me observa con una mueca de interés — y siempre quise ir a una así — me encojo de hombros.
La chica del cabello castaño super largo me sonríe: — Me parece una buena idea, ¿qué dicen, chicos? — Todas las demás personas comienzan a asentir sonrientes. — Pues bien, nuestra fiesta será con temática del 1700. Comenzaremos a planear la fiesta hoy en la tarde y, como tú eres la dueña de la idea — me señala con su bolígrafo de color negro con un pompón blanco — nos ayudarás a planearlo.
Mierda, tampoco era que quería ayudar, solo estaba hablando y ella me escuchó. Hago una mueca dando a demostrar que no quiero.
— Si ayudas con el baile te darán puntos extras en todas las clases — susurra Rose en mi oído, causándole alegría.
— Claro que ayudaré con el baile — digo sonriente, logrando que Jackelyn se alegre aún más.
Creo que esos puntos son bastante necesarios en mi vida ahora mismo.
— Qué bien, pues nos vemos hoy en la tarde.
Todos los estudiantes que estaban presentes en la reunión del año comienzan a salir del salón donde nos encontrábamos planeando el baile de diciembre. Le hago una seña a Rose indicando que me espere fuera y me acerco a la castaña.
— Hey, Jackelyn — ella me mira sonriente, ¿esa chica no se cansa de sonreír? Siempre está sonriendo, y lo mejor que es una característica que la hace ver aún más bonita de lo que es. Qué genética tienen los Lombard. — ¿Dónde planearemos el baile?
— En mi casa — frunció el ceño, ¿para planear un baile tendremos que salir de la escuela?
— ¿Tu casa?
— A si cierto que no lo sabes, pero vivo aquí al lado — ¿en serio?
— En la gran casa que se encuentra aquí al lado — señaló fuera de la ventana, refiriéndome al hogar de dos niveles que hay aquí al lado de la escuela.
Es una casa enorme, no es una mansión, pero realmente es grande. Bueno, eso es lo que se ve a simple vista, es de dos niveles y tiene dos patios; realmente es una casa preciosa. O eso se ve desde afuera. No es que esté muy cerca de la escuela, pero si te subes en el techo se ve.
— Sí, ahí vivo — toma su mochila — puedes preguntarle a Rose, ella sabe dónde es — coloca su mochila en sus hombros — nos vemos a las cuatro — me da una última sonrisa para irse, no sé a dónde.
Salgo del salón y encuentro a mi amiga recostada en la pared mirando algo de su cabello de color rojo.
— No sabía que los Lombard viven aquí al lado — llegó hacia ella.
— Sí, en la casa enorme de color crema — responde ella a mi lado y comenzando a caminar.
— Pensé que vivían aquí — digo — siempre los veo aquí.
— Sí, a veces ellos se quedan aquí, pero realmente ellos no viven aquí, ni tampoco Josh ni Danielle — me comenta — lo único que realmente sí viven aquí son Liam y las gemelas — agrega — ellos se quedan aquí algunas veces.
Si Rose no me lo dice, nunca me hubiera dado cuenta, ya que siempre se encuentran aquí; incluso la vez que fui a entregarle la araña que Jack había dejado en mi habitación en un intento de asustarme, recuerdo que ellos los tres estaban en una cama y muchas de sus cosas también, pero qué suerte, ellos tienen su casa cerca de aquí mientras no puedo ir a mi casa porque vivo a más de 5,000 kilómetros de aquí.
.......
— Entonces podríamos decorar la cancha como si fuera un castillo — añade una de las chicas del comité, creo que se llamaba Zoey.
Actualmente, nos encontramos en la habitación de Jackelyn, y cuando entré aquí me sorprendí; realmente esperaba encontrarme con una habitación rosada con muchos peluches de perrito. Sin embargo, me sorprendió bastante, tiene una habitación bastante moderna, es de color blanco con cortinas azules o más bien la mayoría de sus decoraciones son azules; realmente es bastante bonita. Tiene un toque tierno, pero moderno.
— Eso me gusta — Jackelyn lo anota en su libreta — le daremos más estilo de lo 1,700 — termina de anotar — este será el mejor baile de la historia — da mini saltitos, me gusta mucho su alegría. — ¿Qué te parece, Joey? — Las cuatro chicas que se encuentran aquí aparte de mí giran su cabeza hacia mí.
Estaba un poco perdida con lo que estaban hablando; estaba concentrada en mis uñas. Aunque he venido, no he opinado mucho como había dicho. No soy muy creativa, así que solo me he limitado a asentir a todo lo que dicen.
— Me parece bien — paso mi mano por mi cabello y me acomodo en el mueble — oye, ¿dónde está el baño? — Necesito salir urgente de aquí.
— Sales — señala la puerta — sigue todo el pasillo, al final al fondo a la izquierda — le doy una sonrisa ladina y me levanto del mueble que me encontraba para dirigirme al baño.
Camino todo el pasillo viendo que está repleto de fotos; observo que hay fotos de Jackelyn y Jackson juntos de pequeño, que por cierto eran bastante lindos de bebé. Vuelve y lo repito: los Lombard tienen una genética genial y más ahora que pude ver a su padre en uno de los retratos. Es un hombre rubio con los ojos azules como los gemelos; es bastante guapo. Además de que en la foto aparece otra chica que se ve mayor que Jackson y su hermana, pero no se ve lo suficientemente mayor para ser su madre. ¿Quién será? Y hablando de eso, no he visto fotos de mujer alguna, así que me pregunto: ¿qué será de su madre?
Llego al final del pasillo luego de que básicamente lo examine, toco varias veces para no encontrarme con la sorpresa de que pueda ver alguien dentro y luego de cerciorarme de que no había nadie, tomo el pomo de la puerta y me adentro en ella. Frunzo el ceño al darme cuenta de que esto no es un baño, sino una habitación, posiblemente este sea el cuarto de invitados y quizás Jackelyn me decía que entrara al baño de la habitación de invitados, aunque esta habitación está demasiado decorada para ser una habitación de invitados.
Está pintado de azul oscuro, con cortinas negras, está perfectamente recogido, tiene una mesa de estudio y un equipo de música enorme. Sé que es raro que uno note el olor, pero esta habitación tiene un peculiar olor a perfume de hombre y se me hace algo conocido.
Su cama, que es de tamaño matrimonial, tiene unas sábanas de color negro, pero además de eso, sobre ella se encuentra el uniforme de la escuela, pero en vez de ser una falda tiene unos pantalones. Ahora viendo mejor, ya comprendo un poco que este no es el cuarto de invitados, sino que posiblemente está en la habitación de...
— ¿Qué haces aquí? — Al escuchar su voz, doy un respingo.
Mierda, no me dio tiempo a escapar.
— Y... Yo — Bueno, realmente no sé qué decir.
Mis ojos bajan de sus anchos hombros a su pecho desnudo, que tiene algunas gotas de agua esparcidas que se desliza suavemente a su pecho bien formado. Creo que ese deporte que los chicos practican da muy buen resultado. Su cabello mojado, que se ve muy plano e incluso luce más claro, se ve casi rubio Al parecer, acaba de salir del baño; claro, eso lo deja en evidencia su toalla colgada a la cintura.
— Me perdí —, y por fin encontré la verdad.
— ¿Segura? — me mira de abajo hacia arriba — No será que quisiste entrar a propósito.
— ¿Y yo para qué iba a querer entrar a tu habitación?
Se encoge de hombros, y no sé cómo demonios haciendo esa acción se ve tan sensual.
— Quizás para verme — toma una toalla y se seca el cabello.
Maldito, engreído.
Repaso la mirada en su cuerpo —no considero que haya mucho que ver.
Él hace una mueca un poco ofendida, pero luego de unos segundos vuelve a la normalidad.
— Quizás lo dices porque no has visto nada en realidad — mira hacia su toalla amarrada en la cintura.
— No — niego —, no creo que haya mucho que ver.
Comienza a dar pasos hacia mí, haciéndome retroceder hasta chocar con la puerta del clóset. Su olor a jabón masculino entra por mis fosas nasales y no saben cuánto lo disfruto, cosa que no debería hacer.
Dios mío, vete Joey.
— Quizás si te lo enseño, cambies de parecer — susurra cerca de mí, logrando que mi corazón se acelere, ¿Por qué demonios me siento así?
— Lo dudo —, pero el demonio de mi hombro grita que se quite la toalla.
Él toma mis manos y las lleva a la orilla de su toalla. — Hala — me reta. —Quitémela tú misma. — Hay algo en mí que me dice que la hale y me deleite viendo el cuerpo completo de este chico.
Pero como nunca en mi vida he tenido tanta suerte. La puerta se abre — Joey — Jackelyn nos mira extraña — ¿Interrumpo algo? — Bueno, realmente sí se ve extraño, ya que estamos recostados en su closet, ambos bastante cerca, el semi desnudo y yo con la mano en su toalla.
— No, no interrumpes nada — salgo del acorralo de Jackson.
— Vine a decirte que me confundí — explica un poco divertida — el baño está a la derecha, no a la izquierda. —Creeme, Jackelyn, ya lo había notado.
Ella presionó sus labios formando una línea recta, creo que está avergonzada de haberse dado una dirección equivocada y haberme hecho estar en esta situación.
Le regalo una última mirada a Jack, que me mira de forma burlada y salgo de la habitación.
.........
— Estás segura de que no quiere que te acompañe — insiste por séptima vez Jackelyn.
— Está bien — niego — iré sola, tampoco es que la escuela esté tan lejos — le recuerdo mientras miro el internado que desde la puerta de la casa Lombard se puede ver, está como a dos esquinas.
Si ella me pidió que me quedara unas horas más después de que se fue todo el grupo, acepté, pero se nos hizo de noche.
— Bien — me da una última sonrisa — nos vemos mañana, nena — me da un casto beso en la mejilla, para darse la vuelta y regresar a su casa.
Subo la capucha de mi abrigo amarillo, entro las manos en mi bolsillo y comienzo a caminar. La noche está un poco fría, no muy, pero sí lo suficiente para tener que utilizar abrigo. Se escuchan muchos grillos, eso se debe a que el jardín de esta casa es enorme y debe estar repletos de ellos.
Un sonido de algo cayéndose me hace sobresaltar. Mierda, sí debí dejar que Jackelyn me acompañara. Como loca de película de terror, decido ir a ver. En vez de correr por mi vida, diviso a Lombard en el suelo; como por instinto, miro hacia arriba, y veo la soga colgando desde el balcón.
— ¿Estás bien? — inquiero viendo cómo se levanta del suelo y limpia el poco de la hierba que quedó pegada a su piel.
— Sí, lo estoy — pasa su mano por su rodilla y luego arregla su cabello.
— ¿Por qué? — miro la soga — sales por ahí.
Jackson abre la boca, pero luego la cierra, creo que ya es obvio.
— Te estás escapando — Afirmo. Me observa en silencio y se encoge de hombros, comienza a caminar para que yo seguir. — ¿Por qué te escapas?
— Larga historia.
— Vas a la escuela.
— Sí — toma su bulto y se lo cruza de lado.
Una luz se va acercando, es un auto negro. Jackson comienza a ponerse un tanto nervioso.
— Mierda — mira hacia todos lados — ¿Qué hago ahora?
— ¿Qué sucede? — y me doy cuenta de lo obvio — te escapas de tu papá — y con sus ojos lo dice todo.
¿Por qué se escapa de su papá? ¿Y por qué está tan nervioso? Lo puedo ver en sus ojos y en su forma de moverse, busca una salida, y mientras más se acerca el auto, más se desespera, incluso es extraño verlo así. Normalmente Jackson es el que provoca los nervios, pero esta vez él es que está nervioso y lo está bastante. Algo en mí me dice que tengo que ayudarlo, sé lo que se siente cuando estás nervioso porque tus padres harán algo o te regañaron, ¿pero cómo lo ayudo? ... Me arrepentiré de esto.
Tomo a Jackson por los hombros, lo giro hacia mí y pego mis labios con los de él. Al principio no respondió; se quedó quieto por la sorpresa o eso supongo, pero luego siguió. Seguí de una manera lenta; una vez dije que odiaba a Jackson, pero que aun así podría seguir besándolo. Lo hace como todo un experto. A pesar de que yo comencé el beso, él es que lo guía, muerde y succiona mi labio inferior, causando que mi cuerpo tenga ciertas reacciones inconscientes. Sus manos habitan en mi cintura, pegándome mucho más a él. Sus labios se alejan de mí cuando sentimos que el auto se estacionó frente a nosotros.
Alzo la vista viendo cómo un hombre se baja del auto mientras arregla su saco de color azul marino.
— Buenas noches, jóvenes — el señor rubio nos saluda, se ve con algunos años más que en la foto.
— Hola — respondo su saludo.
— Soy Juan Lombard — el mismísimo padre Lombard.
— Un placer, yo soy Josephine Bennett — le estrechó su mano —, pero llámeme Joey.
— Ya veo, hijo, para que te escapes todas las noches — me mira sonriente de arriba abajo. ¿Se escapa todas las noches?
Siento cómo su cuerpo se tensa al darse cuenta de que su padre sabe que él se escapa todas las noches.
— Sí... — responde algo nervioso, ¿él acaba de decir que sí?
— Yo ya me iba — digo.
— Si y yo la acompañaba — pone las manos en mis hombros y comienza a caminar, pero su padre lo detiene.
— Hijo, pero si hoy tenemos algo que hacer — él lo topa por el hombro, Jackson traga fuerte.
— Sé lo que te prometí — muerde su labio inferior —, pero no quiero que ella se vaya sola.
— ¿Qué te parece si mando a mi chofer a llevar y tú te quedas?
Jackson baja la mirada, y no se atreve a contradecir.
— Está bien, papá — suelta mis hombros.
Dirige su mirada hacia mí buscando mi aprobación — está bien, señor Lombard.
Me indica que suba al auto del que él se acaba de bajar; le doy una última mirada a su hijo que todavía mantiene la mirada abajo y me monto en el auto que me aleja de la mansión Lombard.
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