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➳ 𝙲𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 𝚇𝚇𝙸𝙸

Un agudo tono de llamada irrumpió la tranquilidad del cuarto, el joven molesto atendió la llamada y con una voz rasposa preguntó.

—¿Qué quieres?

Dabi salvó de morir a Shoto... otra vez.

Esa información lo alteró, no quería prestar atención, pero las señales estaban siendo obvias. Twice le dijo por accidente que Toga estuvo espiando a Todoroki a pedido de Dabi, hizo que Skeptic busque información privada y Spinner le contó que no dejó al Nomu acabar con él en su último encuentro. En ese momento no le dio importancia, pero ahora estaba claro que su supuesto aliado y en quien más confía después de Kurogiri tiene un interés particular en proteger a ese héroe de pacotilla.

Y quiere saber por qué.

«De todos estos fracasados... ¿eres tú quien me traiciona?»

¿Shigaraki? ¿Sigues ahí?

—¿Y Kyoshi?

—Se espantó por los héroes y la policía.

—Vuelve al complejo...

Tomura colgó la llamada con Spinner y dejó caer el celular, ignoró el picor en su mejilla y enfocó su vista en un punto cualquiera de la pared frente a él.

Llevaban semanas buscando a Kyoshi, el ladrón mutante que logró someter al mismísimo Endeavor apenas tocándolo y cuando al fin dieron con él para incluirlo en la liga envió a Dabi, no pensó que algo tan simple saliera así.

—Dabi... Dabi... ¡Dabi! ¿Qué carajos escondes?

Y sin más cedió al abrumador escozor y comenzó a rascarse la cara y cuello con ambas manos.

Será mejor que el andrajoso regrese antes de que caiga la noche, así al menos aún encontrará un Shigaraki razonable.

Endeavor está distraído desde hace semanas, todos a su alrededor lo saben y los más allegados lo confirmaron cuando quiso tomarse días libres. Detalle que encendió las alarmas en la gente que sigue cerca de él, pero no saben cómo ayudarle pues no dejan de ser simples compañeros —subordinados— de la agencia. Empleados leales y disciplinados que solo les quedó aceptar la decisión de su jefe y confiar en que no hará nada estúpido, no deja de ser un adulto.

Los primeros días quiso mantenerse ocupado en casa, pero se sentía fría y silenciosa a pesar de haber unos cuantos sirvientes. No lo soportó, se encerró en su oficina a beber una noche y a la siguiente quiso almorzar con su ex esposa, Rei aceptó por cordialidad, aunque ya no sean niños sus hijos los siguen uniendo y desea mantener un trato respetuoso por ellos.

Enji se sinceró frente a la única persona que conoce todas sus facetas, habló de las alucinaciones sobre sus hijos y cómo ha sido estar por fin en la cima.

Frío... Se siente frío y solitario.

También le habló de cómo siguió cagándola, con Shoto sobre todo por sus planes de un legado de héroes, se ganó una cachetada por parte de la mujer y firmes declaraciones acerca de proteger a sus nietas con uñas y dientes si hace falta.

—Siembras lo que cosechas Enji... Lastimaste a nuestros hijos y no te quieren cerca, ahora sientes el abandono y remordimiento, felicidades no solo eres número uno en heroísmo sino también en negligencia paterna.

—Sé que no me perdonarán... pero quiero reparar algo del daño que hice.

—Pides mucho y no tienes ningún derecho.

—Lo sé.

Reí suspiró y bebió del té que pidió, meditó sus palabras y luego miró al fornido hombre frente a ella.

—Tocar fondo nos da otra perspectiva, al menos dejas de esconder la basura bajo la alfombra. No te aseguro que accedan a tenerte en sus vidas otra vez, mucho menos los muchachos... Pero tampoco te voy a frenar en tu intento, solo te daré un consejo y es cosa tuya si lo echas en saco roto: toma terapia, nada cambiará a tu alrededor si no empiezas tú a cambiar.

Aquellas palabras clavaron su mente desde ese día, reflexionó unos días y finalmente buscó el contacto de Amane, recuerda que su esposa es una psiquiatra reconocida en el campo de la investigación por lo que seguro podrá recomendarle algunos especialistas. Concertó una cita y luego quiso dar el siguiente paso: acercarse. Y quien menos fortificado tiene el muro para alejarlo es Fuyumi. Podría empezar con ella, después de todo es quien más se guarda las cosas.

Pensó en eso cuando salió de su casa antes del atardecer, prescindió del chófer esta vez, quería ir a pie al departamento donde vive su única hija, no le gusta la manera en que consiguió el dato, pero no quería molestar más a Rei.

El sol se estaba poniendo cuando llegó a la cuadra de Fuyumi, se inquietó tanto pensando qué decir cuando la viera que no se fijó antes de chocar con un joven de sudadera que transitaba la acera como cualquier otro, iba a pedir perdón cuando vio de soslayo ese rostro lleno de cicatrices y por un segundo vio familiaridad en sus ojos.

Agarró del brazo al sujeto antes de que continuara su camino, se alertó más cuando aquel insistía en mirar a otro lado, impidiéndole ver su rostro de nuevo.

—¿Quién eres?

—Nadie —murmuró aquel maldiciendo haber sido descuidado, no usó una mascarilla y se estaba paseando bien campante, ser confiado ya lo jodió tal como le advirtió su molesta amiga. Nada le estaba saliendo bien este día y solo le habían dado la simple tarea de reclutar a alguien.

El héroe iba a repetir su pregunta cuando de un manotazo aquel se soltó y echó a correr.

Enji ya estaba seguro de que no vio mal, ese era Dabi y si estaba cerca de donde vive su hija seguro la tienen como objetivo, no permitirá que toquen a nadie de su familia.

Aunque no estaba de guardia encendió sus llamas para alcanzar al villano, será mejor que no quiera tomar algún rehén, debe apresarlo antes de que se sienta acorralado y atente con los civiles. Siguiéndolo de cerca le pareció extraño que no usara su poder para huir a pesar de que cojeaba.

Lo vio meterse a un callejón por lo que aceleró su vuelo y justo cuando estaba trepando una reja le dio un golpe en la espalda que lo derribó al suelo, quiso tomarlo de los brazos para inmovilizarlo, pero el delgado hombre se escabulló ágilmente después de usar sus llamas.

—¡Oh por dios el ego del número uno fue herido por un novato de la villanía! Y ahora quiere atrapar a un miembro de la liga para compensar —entonó el azabache con un deje de presunción en su voz. Debía distraerlo para poder escapar, odiaba ser tan lento pero no estará en plena forma mientras siga teniendo en su pierna las dos balas que un policía con suerte le atinó.

—Ya te tengo, no huirás esta vez... No dejaré que te vayas ¡ni que lastimes a mi familia!

—¿Yo? ¿Lastimar a tu familia? No me hagas reír, ya has hecho ese trabajo por décadas.

—Cállate —ordenó Endeavor intensificando su fuego, a través de su reloj inteligente pidió apoyo a su agencia y la policía.

—¡Décadas! Es lo que te costó ganar ese puestecito que siempre te quedó grande.

—Deja de hablar Dabi.

—Dabi... Dabi... No siempre me llamaste así, pero claro ya lo enterraste como todo un experto. ¡Tu especialidad es dejar atrás lo que no crees importante! Como tu esposa... tu hija... tus tres hijos.

Las palabras del menor le estaban calando, no en el sentido de impaciencia sino como lanzas afiladas, porque las verdades pueden doler igual o peor que un veneno.

—¡No sabes de lo que hablas!

—Pero claro que lo sé, si fui el primer estorbo del que te deshiciste, cuando mi defectuoso cuerpo truncó tus planes de crear la herramienta perfecta para superar a All Might...

«No... No es cierto»

Endeavor se congeló cuando vio a Dabi quitarse la sudadera permitiendo verlo completamente, su piel magullada por viejas quemaduras, su aspecto cansado, pero con una inmensa rabia reflejada en sus ojos... Ojos azules, que ahora sentía como filosas dagas que apuntan hacia él. Le echaría la culpa a la falta de sueño por las noches de insomnio, pero ese joven le recordó tanto a Rei que un escalofrío lo recorrió.

—¡Estás mintiendo!

—¡El único mentiroso eres tú! Dándotelas del mejor héroe, mejor padre, benevolente y afable cuando dentro de tu propia casa eres un monstruo... Un bastardo violento que explotó a su esposa para que le diera hijos que pudiera explotar también... ¿Y qué pasó? ¡Casi muero esa noche en el bosque!

—¡Touya murió! ¡No te atrevas a usar su imagen!

—Oh sí... Touya murió, pero apareció Dabi.

Enji palideció, el recuerdo de su hijo sonriente y soñador usando su fuego para impresionarlo se asomó, sintió un pinchazo al corazón cuando volvió su atención al sujeto que tenía enfrente.

Lucía tan diferente... pero a la vez tan igual al hijo que perdió. Enji Todoroki se quedó sin palabras ante el villano que tenía frente a él, este criminal... Este asesino... ¿De verdad era Touya?

—¡Deberías ver tu cara! —Se burló Dabi a carcajadas—. Un puto poema, no es así como lo planeé, pero ¡mierda! No me quejo.

—¡Cállate impostor!

Endeavor se llenó de rabia, sus llamas ardieron con intensidad y se lanzó a aquel hombre dispuesto a romperle la cara por atreverse a ultrajar la identidad de su hijo.

—¡No cambias nada Enji! Sigues siendo la misma porquería explosiva y violenta de hace veinte años —canturreó el azabache esquivándolo de un salto, no muy lejos pues su pierna no está bien.

—¡CÁLLATE!

—Como siempre pierdes la cabeza y recurres a imponer miedo, entérate que hace mucho lo perdí. Pero claro... Estás tan cegado con tu sed de poder y fama que no ves más allá de ti.

Nuevamente Endeavor quiso asestarle un golpe, pero una rafaga de fuego lo bloqueó, cuando la dispersó Dabi ya había cambiado de lugar.

—Es que ni siquiera te das cuenta, ni antes ni ahora... ¡No sabes nada de nada! ¡Fuyumi es acosada por un compañero de trabajo! —reveló parado en medio del callejón, dejó de importarle escapar, se estaba divirtiendo jugando con la culpa del héroe número uno y claro sus ojos hijos son un gran blanco—. Natsuo fue atacado en su trabajo por un paciente perturbado y Shoto...

Endeavor se había congelado a unos metros, su fuego seguía, pero su mente no, ¿sus hijos estaban en peligro? ¿y este lo sabía?

«Touya... ¿Has estado viéndolos todo este tiempo?»

Sí, ya creía que Dabi era su hijo, nadie más podría hablarle así desde el dolor y rencor tan reales e intensos que le cala en lo más profundo.

—Oh el pobre Shoto, el más pequeño que manejaste a tu antojo toda su vida ¡pero abandonaste cuando más te necesitaba! Lo trataste peor que a un perro —mencionó con más rabia que antes, Dabi o Touya, estaba muy afectado por lo que atraviesan sus hermanos—. Fuiste capaz de echarlo a la calle sin trabajo ni dinero todo porque dejó de ser la marioneta que querías. ¡Casi muere hoy! Y ni te enteras por estar tan metido en tu mierda.

«¿Casi muere?»

—¿Dónde está? ¡¿Qué le hiciste a Shoto?!

«Hice lo que tú no puedes...»

—Averígualo viejo.

Y aprovechando el estupor Dabi usó sus llamas más intensas y se impulsó para saltar la reja y alejarse.

Tal vez tomar un atajo no fue tan mala idea... Suerte que ya conoce este barrio, luego de semanas cuidando a lo lejos a su única hermana, aún debe deshacerse del imbécil que se obsesionó con ella.

Ya será otro día.

Le costó llegar al puesto de la Liga y cuando lo hizo recibió indicaciones de que Shigaraki quería verlo, imaginaba no estaría contento por perder a un potencial aliado, pero ya sabía cómo compensarlo o mínimo distraer su humor de perros.

—Hey... —dijo a modo de saludo entrando al cuarto de Tomura.

Lo encontró sentado en la cama, usando esas tétricas manos que nunca suelta y la chamarra que le quitó anoche.

—¿Cuál es tu juego?

—¿Qué juego?

—Estás... ¿Estás con los héroes?

—¡Claro que no! ¿Qué te ocurre? ¿Skeptic ya te contagió sus delirios?

—¡Entonces dime porque proteges a ese mocoso! ¡Le salvaste la vida otra vez! Carajo Dabi dime qué-

—No soy un traidor, jamás te haría eso.

Shigaraki gruñó contra la mano en su cara, le colmaba la paciencia, su mejor hombre niega ser desleal, pero hace exactamente lo contrario.

—Déjame contarte mi historia... Hace mucho debí decirte quien soy.

Todoroki estaba frustrado, los malditos médicos dijeron que no tenía ningún problema físico y que su incapacidad de usar sus poderes como antes se debían a algo psicológico, una reacción de su mente a quien sabe que. ¡Puras mierdas!

Aún debía evaluarlo para determinar exactamente qué le ocurre, pero mientras la doctora Sunohara tomó su caso y le prohibió trabajar, igual no importa, no será la primera vez que ignora las indicaciones médicas.

Ya que su estado no era crítico le dieron una cama en el área adecuada y tampoco fue necesario que un familiar permaneciera durante la noche, sin embargo, el día siguiente a primera hora de las visitas Fuyumi estuvo con él para asegurarse de que coma su desayuno y no sea un paciente insolente.

Por la tarde Iida quiso visitar él mismo a Todoroki, al entrar a la habitación conoció brevemente a su hermana mayor y le sugirió ir a tomar un café. La muchacha entendió el mensaje y se dirigió a la cafetería para dejarlos hablar.

—¿Vienes a sacarme aquí? No puedo creer que se nieguen a darme de alta si estoy bien —dijo Shoto con una pizca de esperanza, misma que se desvaneció al ver la expresión severa de su amigo.

—No te daré el gusto, la neuróloga te sigue valorando y el psiquiatra tampoco ha dado su visto bueno —contestó Ingenium acercándose a la camilla donde estaba el bicolor sentado.

—Que fastidio, estoy-

—Sé lo que vas a decir así que te corto ya, no vas a regresar a trabajar pronto.

—Pero Iida...

—Te he hablado como amigo, pero no me escuchas, tampoco a Midoriya, Bakugo ni a tu propia familia. Ahora te hablaré como un compañero de trabajo, te estás excediendo, tu mismo cuerpo te ha dado avisos durante meses y sigues igual. Sé que te preocupas por Kaminari y tus hijas, te has partido el lomo desde antes de graduarte para que no les falte nada, pero ¿qué hay de ti? ¿sales con amigos? ¿Tu familia? ¿Siquiera con Denki?

Tenya Iida siempre fue alguien serio y estricto, pero esta vez Todoroki lo notaba mucho más intenso que en los años que lo conoce, prueba era que tomara una actitud estricta valiendo su posición en la agencia, aunque no fuera su jefe directo.

—¿A dónde quieres llegar?

—A qué te dedicarás a tu bienestar físico y mental antes de volver al trabajo, no te preocupes por el sueldo y podrán seguirse quedando en mi departamento —Tenya alzó las manos parando a su amigo que estaba por interrumpirlo—. No son molestia, son mis amigos y les quiero ayudar en lo posible, tendrás vacaciones pagadas.

—¿Por qué? Lamento ser quien lo diga, pero nada es gratis, dudo que tu familia sea tan flexible con todos sus empleados, ¿qué te hace buscarte tantos problemas por mí?

—Fuiste de los que me ayudaron cuando hizo falta, no me diste lo que quería sino lo que necesitaba, eres un buen amigo Todoroki y también buen padre, está en mis manos echarte una mano o dos y si no hiciera eso no sería muy heroico de mi parte.

—¿Tu padre siempre fue tan complaciente contigo?

—Porque nunca le pedí nada realmente y también quiere ayudarte, le causaste una gran impresión, cree que serás un gran héroe y si puede quitarte piedras del camino lo hará.

Shoto tuvo una rara sensación, el padre de Iida, un hombre que no conocía hace un año y que tiene su familia y preocupaciones resulta tenerle más fe y ser mejor apoyo que su propio padre.

Es tan raro.

¿La gente puede ser así de bondadosa sin pedir nada a cambio?

Y Tenya, está dando el pellejo por él frente a su familia, apostando con la carta de la sangre, ¿qué hizo en su vida pasada para ganarse un amigo así?

—No quiero dinero regalado.

—¿Trabajo administrativo desde casa te bastará?

—¿Tengo opción? —El más alto negó con la cabeza, se tomó unos segundos para sopesar sus opciones hasta que decidió—. Lo haré.

—De acuerdo.

—No eches en saco roto lo que te digo, tienes una familia, cuídate más, por ellos.

—Gracias por preocuparte, Tenya.

Estuvieron platicando un poco más, ya como buenos amigos, sin regaños ni nada, era agradable convivir de esta manera tan bien, lo echaban de menos, como cuando eran simples estudiantes de la academia.

Ingenium prestaba atención al mayor, sabía que no tenía heridas, pero siempre está tenso y con los sentidos alerta, no se diga desde la vez que Xibi terminó en coma. Hizo todo lo posible por distraerlo, hablándole de cómo su hermano ahora enseña a leer en un centro de cultura, también aprendió escultura y está conociendo a alguien.

Conversaron de muchas cosas hasta que Iida se retiró y Fuyumi volvió para cuidarlo, sin embargo, no lo hizo sola, Natsuo pidió algunos favores y pudo colarse en la habitación para estar con sus hermanos. A Shoto le llamó la atención ver algunos moretones en su cara prácticamente sanados y un par de cicatrices en sus manos, sin ignorar que traía manga larga.

—¿Y a ti qué te pasó?

—Mala suerte, nada de qué preocuparse. Más bien dime, ¿estás de ánimo para jugar? —Natsuo sacó de su bata una baraja de póker.

—¿En serio Natsu?

—Vamos Fuyumi, te encanta apostar.

Shoto se aguantó la risa al ver a sus hermanos discutir tontamente en lo que se sentaban en la silla o al borde su cama para luego repartir las cartas y empezar la partida.

Pasó el rato y el póker dejó de ser divertido cuando Fuyumi ganaba la mayoría de partidas claro el que más lo pensaba era el hermano de enmedio pues solo ganó dos veces. Guardaron las cartas y se quedaron en silencio un momento, sumidos cada uno en sus pensamientos, al menos hasta que la única mujer tomó la palabra.

—Supe que papá te ha buscado —soltó con temor pasando la palma de su mano por encima del antebrazo, nerviosa—. Quizás de verdad está intentando cambiar....

—Eso pensaste cuando llegó al puesto número uno ¿y qué pasó? Le duró unos meses y volvió a ser el cabrón de antes.

Fuyumi no replicó el comentario de Natsuo, porque es verdad, debe aceptarlo ya. Su padre no cambió y no va a cambiar, es un hombre egoísta e indolente, por mucho que le duela debe entender que el padre arrepentido y afectuoso que idealizó solo existe en su imaginación.

—Me buscó para que mi familia perpetúe su fantasioso legado de heroísmo... Es más imbécil de lo que pensé si creyó que arrastraría a mis hijas al mismo fango.

Natsuo no se sorprendió de oír los planes de Enji, a diferencia de su hermana, pensar en sus sobrinas siendo sometidas a los mismos tratos le dejó un mal sabor de boca, todos los recuerdos revivieron de golpe, no solo de Shoto, también de Touya.

El ambiente entre ellos se sintió amargo de repente, cosa que notó Natsu así que carraspeó y decidió cambiar de tema, comentando sobre los chismes de la farándula en los que llega a reconocer su apellido.

—Eres tendencia otra vez ¿sabes?

—¿Ahora qué dicen? —Shoto se dejó caer de espaldas en la camilla mientras encogía las piernas para no molestar a su hermano que seguía en el borde.

—Lo mismo, que sales con esa chica... Keny, Kasy.

—Camie. ¿De dónde se inventan eso? Ni siquiera estamos juntos en público con frecuencia.

—Fuera de tu círculo nunca has dicho que tienes una relación, te catalogan como soltero cotizado y lógicamente te van a emparejar con quien tenga los mismos estándares que se sacan del-

—Chicos, solo son chismes, no le den más importancia...

Shoto dejó de escuchar a sus hermanos, se quedó dándole vueltas al hecho de que su relación con Denki no es pública, anteriormente lo quisieron así para que los medios no los volteen a ver y se enteraran de que tendrían gemelas. Sin embargo, ahora Nariko y Koyuki van a cumplir un año y todo en su vida se vuelve más serio, el trabajo es solo una parte, ¿no deberían manejar su relación así también? No es que deban demostrarle nada a nadie, pero no cree que sea agradable para su novio que pongan nombres al azar en vez del suyo junto al de Shoto.

Probablemente es otra charla que deben tener pronto, aprovechando los días libres.


En la tarde los hermanos Todoroki fueron relevados por Kaminari que dejó todo arreglado para que su papá cuide a las gemelas, estando en el hospital se encargó de que Shoto comiera como era debido y a la espera de lo que digan los especialistas después de más evaluaciones que le hicieron.

Regresó por la mañana muy temprano, justo para recibir al par de médicos que llegaron con ellos, se presentaron como el psiquiatra Ichinose y la neurocirujana Sunohara.

Querían hablar a solas con Shoto, pero este no dejó que Denki se fuera así que estuvo presente cuando expusieron su caso.

Con una vida sin descanso dada la sobrecarga de trabajo autoimpuesta y convertirse en padre era claro que sufría de un burnout que le estaba pasando factura, desde lo físico hasta lo mental, como consecuencia su propio poder se bloqueó, sus defensas bajaron y empezaba a tener episodios disociativos.

A pesar de que más de uno se lo advirtió, haber llegado a este punto de inflexión realmente le tomó por sorpresa al bicolor. Ya había oído de estrés crónico, pero esto era diferente, pudo morir de verdad en esa caída de no ser... ¿De no ser por qué? ¿Qué lo salvó?

Midoriya probablemente, estuvo en la escena después de todo. No quisieron darle muchos detalles, solo que Kyoshi no fue capturado, pero le seguían el rastro de cerca.

Los doctores dieron estrictas indicaciones: darse un descanso al menos del trabajo, incluyendo el de escritorio, mejorar su alimentación y tomar vitaminas, hacer actividades recreativas que lo mantengan distraído y lo derivaron con un psicólogo.

Sin olvidar rodearse de un círculo de apoyo con quien pueda hablar, divertirse, interactuar en general, uno que no tenga que ver con el trabajo de héroe. Lo último era lo complicado. Hicieron énfasis en su juventud y espíritu, asegurando que con los tratamientos adecuados seguidos al pie de la letra eventualmente podrá retomar su vida.

Kaminari les agradeció su tiempo y afirmó estar más al pendiente de su pareja, cuando se quedaron solos expulsó el aire de sus pulmones y miró con preocupación al heterocromático, le devolvió la mirada con intensidad, este diagnóstico no se asemeja a lo que imaginaron, pero la sensación de abatimiento sí.

Al menos, están juntos en esto.

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