➳ 𝙲𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 𝚇𝙸𝙸𝙸
Era el día ocho de reposo absoluto, como cada noche desde que Denki salió del hospital Todoroki se encarga de preparar o comprar la cena para llevarla al cuarto y así poder comerla juntos, además de dormir era el momento en que podían estar brevemente en total calma.
Pero esta vez en especial, calma era lo que faltaba en el ambiente, el chico eléctrico notaba al héroe con la mirada desenfocada y extrañamente tampoco le hacía preguntas sobre su "divertidísimo" día, solo estaba encorvado en la silla al lado de la cama con una deliciosa cena que apenas fue tocada enfriándose en sus manos.
—Estás más disperso que siempre Sho, ¿qué te molesta?
—No es nada.
—No deberías guardarte nada, ni siquiera del trabajo —insistió el doncel mirándolo unos segundos más antes de volver a su cena.
—Me encontré a Kendo durante una misión esta tarde... Varios vecinos hicieron llamadas a emergencias y agencias de héroes reportando menores en riesgo, llegamos al domicilio a la par, exploramos el lugar y nos llegó un aroma a gas.
Kaminari dejó de comer un segundo para mirar la expresión del mayor, estaba cabizbajo y eso le hizo temer un mal desenlace.
—¿Entraron?
—Rompimos una ventana e Itsuka entró, iba a seguirla pero le preocupó mi fuego así que mejor me quedé afuera reportando la situación, no mucho después me llamó desde otra ventana para ayudarla a sacar a tres niños.
Denki dejó su plato vacío a un lado y dejó una mano sobre la rodilla de su novio en señal de apoyo y comprensión.
—El más pequeño intentaba despertar a sus hermanas... Los sacamos por la ventana, los servicios médicos no llegaban y ya imaginaras la bola de chismosos queriendo ver que pasaba. Mínimo un vecino ofrecía prestar su auto para trasladarlos.
El bicolor dejó el plato con su cena a medio comer en el buró y se deslizó levemente en la silla cruzándose de brazos.
—¿Tardó mucho la ambulancia?
—No tanto, pero solo eran dos, yo... no pude dejarlos viajar solos. Kendo se quedó a apoyar a los bomberos y yo fui al hospital. Me quedé al pendiente con los servicios sociales hasta que nos dieran noticias. La mayor es la más grave, cuando me fui no había recuperado la conciencia.
—¿Y los padres?
—La madre estaba trabajando y no localizaban al padre quien supuestamente estaba a cargo de ellos, según la anciana que vive al lado que saliera sin ellos es muy raro.
—Te estás involucrando —señaló el menor ligeramente preocupado por Shoto, no es normal que resienta los casos del trabajo de esta manera.
—¿Puedes culparme?
—Por supuesto que no, estamos hablando de los seres más indefensos del mundo y claro teniendo menos de veinte años ya nos estamos desmenuzando los sesos por ser los mejores padres, saber de alguien más que sea tan negligente nos pesa de diferente manera.
—Mamá me dijo algo así, que la perspectiva del mundo te cambia por completo cuando tienes hijos...
—Quiero creer que es para bien, nos hará mejores padres y héroes.
—Concuerdo.
—Hiciste por ellos lo que pudiste, quédate con eso.
Todoroki asintió resignado, es parte de su trabajo, no hay seguimiento, cuando los héroes salvan a alguien se queda en eso, no saben nada después y conlleva que su trabajo salga bien, dentro de lo que cabe.
—Gracias por escucharme.
Se levantó de la silla para darle un beso en los labios y luego recogió todo lo de la cena para llevarlo a la cocina. Se estaba haciendo muy tarde y debían dormir lo más que pudieran para el siguiente día.
El comienzo de la mañana no fue muy alentador, el cielo estaba nublado y en la agencia estaba todo patas para arriba por un caso del que Shoto no sabía mucho debido a su rango de novato. Hoy lo asignaron al escritorio por lo que no se quejó en absoluto, el cuerpo le dolía bastante por las jornadas anteriores, llenar papeles no es su cosa favorita pero al menos puede retomar uno de los podcast sobre paternidad que encontró.
Cuando fue hora de comer quiso aprovechar que el sol no sería una molestia para los transeúntes y prefirió almorzar en la calle, buscó un restaurant que le recomendó Tenya y pidió una mesa para él solo, estaba divagando en lo que esperaba le sirvieran su pedido cuando una deslumbrante muchacha hizo acto de presencia, parpadeó un segundo para mirarla, una media sonrisa se formó en cuanto la reconoció.
—Todoroki hola, ¿puedo acompañarte?
—Camie hola, claro que sí.
Otra mañana en cama, el joven rubio estaba leyendo un libro sobre el parto desde una perspectiva más psicológica que fisiológica que le regaló Hayami, así se distraía el tiempo que estaba en cama, siempre procurando aprovechar para aprender más cosas sobre sus bebés.
De pronto percibió una ligera presión en el vientre, aprendió a distinguirlas como falsas contracciones, no suelen durar mucho y cambiar de posición ayuda a que pasen.
Respiró profundo y posó una mano en su vientre abultado, dado su avanzado embarazo los dolores eran un poco fuertes pero podía manejarlo.
Se apoyó con su mano libre para sentarse mejor en la cama, el libro que estaba leyendo cayó al suelo pero no prestó atención, solo se limitó a acomodar la almohada detrás de su espalda que también era un alivio.
Continuó haciendo ejercicios de respiración hasta que finalmente dejaron de ser una molestia, pudo relajarse por completo sin querer pensar en lo que realmente le dolerá estar de parto.
Se estaba quedando dormido cuando sonó su celular, con dificultad se estiró para tomarlo del buró y poder contestar la llamada.
—¡Bueeenos días alegríaaa!
—Mina, hola, milagro que te acuerdes de mí.
—Shhh shh no digas eso que siempre te tengo presente, es más te compré un maravilloso obsequio.
—Ay que dulce, espero que nos veamos pronto, no por el regalo, en serio me gustaría verte.
—Sabía que "obsequio" sigue siendo una palabra mágica para ti, bueno justo quería hablar de vernos.
—Tan proactiva como siempre, ¿qué día descansas?
No hubo respuesta aunque escuchaba que la chica estaba en movimiento.
—¿Mina?
—¡Sorpresa! —gritó emocionada en el teléfono aturdiéndolo un poco, su rostro formó una mueca por el repentino sonido a la vez que se giraba a ver a la puerta del cuarto, no tardó en escuchar pasos veloces por el pasillo—. ¡Llegué!
Al cuarto entró muy alegre su amiga Mina, casi parecía que iluminara la estancia, se acercó a él y con mucho cuidado le dio un abrazo y dos besos.
—Seré el relevo de Katsuki, sé que después de hoy no vas a querer a nadie más que a mí.
Denki rió al ver a su amiga girar sobre un pie como una bailarina, realmente estaba muy contenta, sin duda le contagiaba su buena energía.
—Gracias por venir, en serio te extrañaba, te fuiste una semana al extrajero ¿qué tal te fue?
La joven se agachó para recoger el libro de hace rato y lo dejó en la silla del comedor que temporalmente estaba en el cuarto.
—¡Fue increíble! Aprendí de una superheroína llamada Jung, puede convertir su cuerpo entero en líquido ¿sabes? Es excelente para infiltrarse y es cinta negra en karate, ¡me enseñó algunas defensas!
—Anda, ya quiero verte darle palizas a los villanos.
—¡Oh, oh! Aguarda, tengo que mostrarte... —La pelirosa manoteó emocionada antes de sacar su celular para abrir la galería—. En Corea la tecnología es increíble, sé que toda Asia está adelantada pero me dejaron boquiabierta...
El doncel palmeó el lado libre de la cama para que se sentara y siguiera contándole el montón de anécdotas durante su intercambio, genuinamente le hacía feliz saber que su amiga aprendió mucho en su corta estadía y ganó más confianza para desenvolverse en el campo de batalla.
Cuando Mina sintió que habló demasiado se disculpó y prefirió preguntar cómo la está pasando él.
—Lo que he odiado mucho es la maldita urgencia de ir al baño... Apenas doy un sorbo a un jugo y ya tengo que estar en el inodoro.
—¿Así de intenso?
—Sí... Peor cuando me patean, como si no fuera suficiente que estén comprimiendo todos mis órganos.
—¿Son muy inquietos?
—Algunas noches, pero sobre todo cuando Shoto se va a trabajar.
—Aaaww no quieren que su papá se vaya.
—Supongo.
—¿Y a él cómo le va? Escuché de Momo que trabaja mucho.
—Bastante, por eso me siento mal al no dejarlo dormir en las noches, llegué a ese punto que no me acomodo en ninguna posición, quisiera pasar desapercibido al moverme pero carajo con este tamaño ya no puedo.
—No hables así, te ves adorable, ya puedo mimarte así —mencionó apretando levemente su mejilla—. Sé que es un proceso muy pesado, pero cuando los tengas en tus brazos sabrás que valió la pena.
—Sí, pensar que veía ese día muy lejos y mira... Ya faltan pocas semanas.
—¡Ánimo Denks ! Viene una etapa maravillosa para ustedes.
La pelirosa lo abrazó por los hombros, extrañaba estrecharlo en brazos pero eso tendrá que esperar todavía.
El momento fue interrumpido por un sonido peculiar.
—Mina, ¿tienes hambre?
—Sí, perdón, yo... ¿Qué quieres que pida para comer? ¿Pizza?
—No... La maldita acidez no me deja en paz.
—Bueno, algo más ligero, ¿de qué tienes ganas?
—Amm no sé, algo de pollo.
—Bien, buscaré en la app. Mientras, ¿puedo pasar a tu cocina por algo de beber?
—Sí claro, adelante estás en tu casa.
—Gracias, ¿te traigo algo?
—Agua por favor.
Ashido se levantó de la cama y fue a la cocina, buscó la jarra de agua y la encontró casi vacía, sabía que debía llenarla con agua del filtro. La dejó llenando mientras buscaba dos vasos cuando su celular sonó, sonrió al ver quien llamaba y atendió la llamada.
—¡Hola Toshi! ¿Terminaste tu turno?
Mientras tanto en el cuarto Denki reacomodó una almohada más pequeña detrás de su espalda, no le gustaba estar en cama todo el día pero sabía que era lo mejor, eso no quita que sus músculos se quejen por la inactividad, tal vez sí debió hacer yoga cuando podía.
Se deslizó cuidadosamente para quedar acostado y se ayudó de los cojines para quedar de lado, normalmente así se queda dormido, esta tarde no tomó una siesta como acostumbra, quizás podría hacerlo en lo que llega Shoto y Mina se pueda ir a casa.
Cerró sus ojos y abrazó un cojín por instinto, estaba tranquilo hasta que sintió nuevamente esas contracciones, son como calambres en la parte baja del vientre, no quiso prestarle atención hasta que se percató de que no cesaban, más bien se hacían más frecuentes y prolongadas.
«Todavía es pronto...» intentó convencerse de que era su imaginación.
Tragó saliva con dificultad, algo le decía que estas no eran simples contracciones de Hicks que pasarían eventualmente, transcurría el tiempo y aunque seguramente no eran más que pocos segundos los estaba sintiendo como una eternidad, su amiga no volvía, supuso que se entretuvo con algo, nervioso intentó distraerse cuando las molestias usuales fueron reemplazadas por un dolor punzante que hasta parecía extenderse a los muslos, inmediatamente supo que algo andaba mal.
—¡Mina!
Ya era de noche, tal como pronosticaron los medios comenzó a llover con intensidad. En una ciudad del oeste, se daba por finalizada la persecución de unos asaltantes que fueron liberados recién de prisión y muy rápido volvieron a las andadas.
Cuando fueron arrestados por los policías el equipo de emergencia acudió en ayuda de los héroes que trabajaron duro colaborando en la persecución.
En una ambulancia estacionada, Todoroki apenas escuchó las preguntas del paramédico mientras revisaba su estado con una lámpara que deslumbró sus ojos, no quería perder tiempo en que lo revisaran.
—¡Que estoy bien! Peleo todo el tiempo con delincuentes, esto no es nada —dijo apresurando al rescatista que le vendaba una rodilla.
—Shoto... Estás sangrando. Debes ir con un médico —aseguró Ingenium que lo veía con gesto severo, su molestia aumentó al ver que su amigo se ponía de pie.
—No lo necesito, estoy perfec- —Las palabras del bicolor se cortaron cuando quiso dar un paso y sintió un dolor paralizante en toda la pierna herida, casi se muerde la lengua para no gritar—. Perfecto, no pasa nada, volveré a mi casa —dijo rápidamente en un intento de ocultar el malestar.
—¡De seguro te hirieron un nervio! Deja de ser tan necio, te llevaré yo mismo al hospital.
Todoroki ignoró a su amigo porque el celular en su bolsillo empezó a vibrar, ya habían intentado contactarlo antes, de hecho eso lo delató con los criminales arruinando el factor sorpresa de su equipo. Estando libre para responder deslizó el botón verde de la pantalla que anunciaba una llamada entrante.
—Diga.
—¡Shoto! Mierda al fin respondes, parece que Denki entró en labor —dijo Mina en la llamada.
—¿Qué dices?
—Lo que oíste, tus suegros ya están a-
—Voy para allá.
Colgó la llamada y avanzó ignorando el dolor en su pierna izquierda, necesitaba transporte y urgente. Pero ¿habrá taxis libres con esta lluvia?
—¡¿A dónde vas?! —Le gritó Tenya.
—El parto se adelantó, tengo que ir al hospital.
—Con esa rodilla no llegará ni a la esquina —comentó el paramédico rendido, los héroes son de los peores pacientes.
—¡Detente ahí Todoroki! —Ingenium dio unos pasos hasta alcanzarlo—. Entiendo tu preocupación pero así no podrás llegar.
—Pues si me sigues estorbando obvio no.
—Que terco... Te llevaré, pero no me iré hasta que te atiendas esa pierna —sentenció dándose la vuelta para que el bicolor pudiera subirse a su espalda. Usar su don para cruzar toda una ciudad era loco pero fue lo mejor que se le ocurrió, con esta lluvia hay un tráfico horrible en todos lados.
El heterocromático meditó un momento, esa era su mejor opción, estando lastimado y con la lluvia no podría llegar muy lejos. ¿Y si no llegaba a tiempo? No, eso no podía pasar, su novio lo necesitaba a su lado ahora más que nunca.
—De acuerdo.
Iida se inclinó y Shoto trepó a su espalda, se aseguró de que estuviera bien agarrado y activó su quirk comenzando a correr, debe llegar a su destino cuanto antes sin bajar la velocidad ni un solo minuto, ¡sus amigos van a ser papás!
El bicolor estaba angustiado e impaciente, le preocupa que los bebés nazcan prematuros, aunque no es un caso muy grave con lo que le explicaron e investigó de embarazos gemelares los distintos escenarios posibles le abaten la cabeza constantemente.
Siendo cubiertos por la fría lluvia apenas esquivando vehículos y personas de repente se dio cuenta de lo que esto significa: va a ser papá, no en un mes ni una semana, no, justo ahora está por convertirse en padre.
Casi juraría que su corazón se detuvo con la revelación, era más emocionante y aterrador que nunca.
No supo cuánto tiempo pasó desde que partieron pero estaba ansioso por llegar, aunque se calmó un poco cuando reconoció edificios que suele ver en el viaje por autobús, se estaban acercando.
Solo unos metros más adelante se percataron de algo extraño, la luminaria pública y de varios negocios estaba parpadeando, lo que inquietaba a los transeúntes, suerte que no venían en auto porque los semáforos también tenían fallas.
—Debe haber problemas en la central eléctrica —comentó Tenya girando en una avenida. Conforme avanzaban parecía que la falla eléctrica era más frecuente.
«¿Acaso...?»
—¡Veo el hospital!
—Gracias Tenya...
Se detuvieron hasta la entrada de emergencia, pocos se les quedaron viendo por tremenda llegada pero no había tiempo para disculpas. Vieron a muchos del personal correr apresurados de aquí para allá, la corriente también estaba fallando aquí.
—¿Pero qué ocurre? —murmuró distraído Iida.
El de doble quirk prácticamente olvidó la dolencia en su pierna y fue adentro cojeando, rumbo al ala de obstetricia, no tardó en encontrarse con Takeru esperándolo en el pasillo.
—Por Dios, ¿qué te pasó? —soltó alarmado el señor al verlo mugroso, con sangre seca en una pierna del pantalón y algunos moretones en la cara.
—Trabajo, ¿cómo está él? —preguntó sin dejar de avanzar aunque le costara.
—Su amiga lo trajo porque empezó a sentir dolor pero no terminan de ingresarlo, tienen problemas con su expediente.
—¡¿Y mientras lo dejan así?!
—Su doctor lo atiende...
Llegaron hasta la habitación donde vio algo que lo impactó y preocupó.
Ahí estaba su novio quejándose del dolor, lo que uno espera, el problema era que lo vio activar su quirk con cada contracción que le estaba dando y de alguna manera afectaba las instalaciones, probablemente a todo el barrio en realidad, se percató por las lámparas del techo prendiendo y encendiendo.
—Mierda ¿qué no pueden ayudarlo? —dijo enojado al ver que los enfermeros y médicos iban a otros lados para atender diferentes emergencias pero no a Kaminari.
Todoroki llegó al lado del doncel murmurando "aquí estoy", el menor lo miró con los ojos llorosos y dijo algo que no entendió a la vez que le apretaba la mano, claramente estaba muy asustado.
—Ofrecieron sedarlo cuándo perdió el control y dejó a todo el hospital sin energía, pero se negó, quiere estar consciente en todo momento —comentó la señora Misaki mordiéndose las uñas al ver a su hijo así, estaba muy pálido, no sabía que lo desgastaba más, el labor de parto o usar su poder—. Ahora se está llevando los generadores, no tenía idea de cuán poderoso se volvió.
—¿Por qué diablos los doctores no hacen su trabajo? —espetó el bicolor entre furioso y abrumado. Llevaba menos de cinco minutos aquí pero rápido comprendió que en medio de su dolor Denki hacía un esfuerzo por no herir a nadie, ahí estaba él a su lado sin recibir ni una chispa de electricidad.
—Señor Todoroki buenas noches —saludó el doctor Tanezaki llegando al cuarto, se puso unos guantes y se acercó a examinar al paciente.
—¡¿Dónde carajos se había metido?! ¡Mírelo! Está pasándola muy mal.
—Le hemos administrado medicamento para acelerar la dilatación... —En medio del examen, fue interrumpido por pitidos alarmantes en los monitores que registran los ritmos cardíacos de los tres, una mancha de sangre comenzó a formarse en la sábana—. ¡Cesárea de emergencia, quirófano cuatro ahora!
Las enfermeras aparecieron y por fin se pusieron en movimiento, Kaminari se estaba debilitando. Comenzaron a llevárselo en camilla hacia el área de quirófanos, Shoto corría a su lado apretando su mano con desesperación.
—Todo estará bien. Los médicos cuidarán de ustedes, sigue aguantando por favor, ya falta poco.
Su novio cansado intentó sonreír, aún tenía dolor pero también sintió que sus fuerzas se iban.
—Nariko... —susurró el rubio débilmente.
—Sí, claro, seguro será tan fuerte como tú —aceptó el mayor afianzando el agarre, después plantó un beso en el dorso de su mano.
—Cuidalos.
Ese susurro le oprimió el pecho, iba a responder cuando un enfermero lo retuvo señalando que llegó al límite permitido para el público, ahora solo podía pasar personal autorizado.
El bicolor se quedó ahí pasmado, con los ojos cristalinos sintiendo la angustia a tope y esa presión en su pecho, con la incertidumbre y tormento envolviéndolo solo pudo volver con sus suegros.
En el quirófano el equipo y cuerpo médico ya estaban preparados para proceder deprisa.
—¡Bisturí! —pidió Tanezaki. La enfermera se lo entregó e hizo la incisión en el vientre, aunque la anestesia local estaba haciendo efecto era muy extraña la intromisión.
—Tenemos sufrimiento fetal en ambos bebés —informó el anestesiólogo.
—¡Hay que sacarlos ya!
El doctor continuó con su trabajo tan rápido como le era posible. Para el doncel todo era muy lejano, intentaba no dormirse pero ya no tenía energía.
—Un bebé no responde —alcanzó a oír y luego sus sentidos se apagaron.
La enfermera que recibió al bebé se lo entregó a la pediatra que fue convocada por intercomunicador.
—La presión del paciente se desploma.
—¡Alisten paletas!
—¿Qué pasa con la reanimación doctora Arisada? —cuestionó el médico obstetra terminando de suturar.
—Haz tu trabajo Tanezaki y yo el mío —respondió la pediatra usando un respirador especial para neonatos. El resto del personal limpiaba y aseguraba al otro bebé que reaccionó correctamente.
—¡No podemos perderlos! —gritó el doctor tomando el relevo con el desfibrilador para reanimar al doncel, miraba con horror el monitor que no marcaba cambios, odiaba que una vida tan joven se desvaneciera en su mesa—. ¡Carguen a 300!
Me dije a mí misma que tenía que actualizar antes de que acabara el mes y luego vi que faltaban dos días, bueno, se logró.
Yyyy llegamos a un punto clave del fic, sé que todo mundo esperaba este momento, pues bueno tenemos un Shoto angustiado y un Denki delicado, ¿qué pasará? Me encantaría leerlos
Gracias por sus votos y comentarios, love para todos, chaooo!!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro