➳ 𝙲𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 𝚇𝙸
Aunque el olor aturdió a Denki siguió sus instintos y entrenamiento. Colocó cada mano en los bordes de la puerta y activó su electricidad sin discreción, escuchó las quejas de los agresores y aprovechó para liberarse y echarse hacia atrás.
Se tambaleó y vio a Sakura aún afectada por la corriente que le dio, percibió que ella emanaba el aroma y lo hizo más fuerte al ver su misión frustrada.
«Me puso una trampa»
Rápidamente se dio la vuelta y empezó a correr por donde vino, medio alcanzó a oír a los maleantes ordenando que lo alcancen.
—Mierda... Mierda...
Su avanzado embarazo le impide correr más rápido, sabe que no debe esforzarse demasiado pero en este momento su vida y la de sus bebés corre peligro, ¿cuál era su mejor opción?
«¿Llamo a la policía? Carajo no llegarán tan rápido, no puedo usar mucho mi quirk si me incapacito estoy perdido»
—¡Ahí está!
Escuchó una voz de hombre demasiado cerca.
«Maldita sea, ¿quiénes son estos? ¿Qué quieren?»
En un instante a su lado izquierdo apareció una figura obscura que lo empujó contra el muro frenando su carrera, intentó usar sus brazos para amortiguar el golpe.
«Tengo que pelear»
El sujeto expulsó de sus manos un líquido viscoso que derramó en el suelo, sin querer saber qué hace se abalanzó hacia él y soltó un puñetazo, aunque repelaba bien sus ataques no se detuvo, debía deshacerse de él y retomar su escape.
Sus pies resbalaban por el líquido y aún así logró asestar un puñetazo en la mandíbula del oponente pero antes de que pudiera avanzar un golpe en su costado lo sorprendió. Con un dolor punzante y viendo que estaba a punto de ser agarrado por otro hombre volvió a usar su poder, en pleno ataque desarmó al sujeto del viejo fierro que traía y cuando su electricidad dejó de fluir lo golpeó en la cabeza, luego derribó al primero que estaba por atacar de nuevo.
Sin soltar el arma volvió a correr lejos de ellos rogando al cielo haberlos frito lo suficiente para que ya no lo persigan. Estaba llorando, con el pulso acelerado y aún con dolor, esta pelea no lo dejó ileso de ninguna forma.
«El hospital... Tengo que volver»
Con una mano en el vientre, aterrado siguió corriendo sin parar pero no tardó en notar que otra vez esa maldita camioneta se acercaba a él, maldijo en voz alta y se preparó, no había nadie que lo auxiliara y tampoco contaba con su equipo de héroe.
Estaba llegando a una esquina, sabiendo que ahí le cerrarían el paso apretó el fierro que aún traía, despejó su mente por un momento, debía ser preciso. Esperó a que casi diera vuelta el vehículo y lanzó el arma justo al riel del neumático, saboteándolo.
Lo vio estrellarse contra un local pero no se detuvo, tenía mucho dolor y eso lo angustiaba, sintió que era una eternidad pero por fin vio la luminaria de su destino. Ya con las piernas débiles intentó atravesar el estacionamiento pero cayó al suelo, muy lejos de la entrada al hospital.
—¡Dios santo! Es mucha sangre —oyó decir a alguien.
—¡Necesita ayuda urgente!
Ante los gritos de peatones que lo vieron de casualidad el guardia de seguridad pidió atención médica desde su cabina, mientras tanto era rodeado por personas asustadas.
«Ayuda... Mis bebés» se repetía en su cabeza, quería gritar pero la voz no le salía, estaba muy mareado y agotado.
—¡Apártense!
—¡...cuenta de tres... camilla!
—Uno.
—D o s.
— T r e s
—¿...se llama este chico?
—...tan joven.
—¿...paciente aquí?
Todo lo escuchaba muy lejano, apenas sintió que lo alzaron, sus ojos se cerraban aunque intentaba evitarlo, sentía su ropa húmeda, ¿cuánto estuvo sangrando? ¿Dejó un rastro?
Cada vez se sentía más débil y el dolor no paraba.
«Shoto...»
Unas horas antes
Todoroki estaba impaciente por terminar esta misión, le urgía comer algo decente, tomar una ducha y ver a Denki.
Pero no, estaba aquí recorriendo un edificio que parecía un espantoso laberinto mientras perseguía a unos criminales que trafican droga y armas. La noche anterior un prisionero les dio información crucial a la fuerza policiaca para detenerlos, pero ya que eran muchas localidades y grupos numerosos solicitaron apoyo de agencias de héroes y en tiempo récord se estudiaron las zonas, vías de escape, se formaron equipos y se les dio a conocer la estrategia a seguir: evaluar y capturar.
—Imbéciles escurridizos... —pensó en voz alta, ya estaba cansado de correr, no tuvo descanso en toda la tarde.
Al girar en un pasillo se topó con el par de villanos que se quedaron sin salida.
—Están acorralados, entréguense ahora.
—Ni loco iremos a prisión.
—¡Te vamos a matar!
—Bien... Inténtenlo.
Más tarde estaba en la comisaría dando su declaración y reportándose ante su jefe inmediato, lamentablemente no podía retirarse en ese momento, deben ultimar detalles con los formularios y demás, la parte que más odia de su trabajo.
Tomó su smartphone para textearle a su novio pidiendo disculpas por no llevarlo a su reunión, entonces fue llamado por el detective a cargo para hacerle unas preguntas sobre un cargamento que encontró en una sala del enorme edificio.
Le hicieron muchas preguntas sobre eso y todo su trabajo del día, un fastidio total, al final le llegó el rumor de que incluso policías estaban involucrados en esa organización por lo que estaban siendo mucho más meticulosos con todos los procedimientos.
Cuando por fin le dijeron que podía regresar a casa casi hace una fiesta ahí mismo, fue a buscar sus pertenencias y revisó su teléfono que dejó en silencio desde la tarde.
—Las doce menos veinte... Mierda-
Llamó su atención algunas notificaciones en su pantalla.
14 llamadas perdidas.
32 mensajes de texto.
Sintiendo el corazón estrujado iba a desbloquearlo cuándo otra llamada entró, rápidamente la atendió.
—¿Bueno?
—¡Todoroki! Al fin te localizo.
—¿Señor Takeru?
—Sí, soy yo, escucha... Debes venir al hospital donde atienden a Denki, él-
—¿Qué le pasó? —interrogó comenzando a correr por el lugar, sin importarle con quien chocaba.
—No lo sé, están investigando, aún no nos dicen nada los médicos. Por favor, date prisa.
—Voy para allá.
Colgó y apretó el celular angustiado, no quería ni imaginar lo que sucedió para escuchar así de preocupado al señor Kaminari que era tan... Difícil de leer.
Afuera paró un taxi y le ordenó que tomara la ruta más rápida para el hospital general Anki, no quiso tomar el tiempo porque sin importar cuánto fuera le parecería una eternidad. Al llegar pagó sin esperar el cambio y corrió adentro, en recepción preguntó agitado dando el nombre de su novio.
—Calmese por favor... ¿Es su familiar? —preguntó la enfermera que atendía el módulo de atención.
—¿Dónde carajos te habías metido?
Volteó hacia donde creyó vino la voz encontrándose con la señora Misaki, estaba despeinada, con un vaso de café en la mano y el miedo reflejado en sus facciones, agradeció a la enfermera y se acercó a ella.
—Estaba... en una misión, fue un trabajo pesado... ¿Cómo...? ¿Denki cómo está?
Un impacto en su mejilla le hizo girar la cara, no esperaba un recibimiento así, apretó la mandíbula y tocó la zona afectada, le ardió un poco.
—¡Está así por tu maldita culpa! Ese horrible trabajo que tienes, los hace blanco fácil. ¿No pudiste dedicarte a otra cosa? O mejor, dejar guardada esa miseria en tu pantalón.
Todoroki estaba anonadado, ¿atacaron a su novio? ¿Fue por su trabajo de héroe? ¿Cómo supieron de él? Si han sido muy discretos, su relación no es pública y menos que van a ser padres.
—¡Misaki basta ya! —bramó el señor Takeru llegando para evitar que su esposa le diera otra cachetada, disculpándose se dirigió al héroe que seguía con muchas dudas—. Que bueno que llegas, ven con nosotros, me dijeron que el médico pronto nos dirá como está.
Manteniendo su distancia siguió a la pareja hacia el ala de obstetricia, sin dejar de repetir las palabras de la señora en su cabeza.
«Debí volver antes... Debí estar con él»
Llegaron a la sala de espera y en ese momento apareció la médica de guardia con su pijama quirúrgica preguntando por los familiares de Kaminari Denki, se presentó como la doctora Nakamura.
—Somos sus padres, ¿cómo está mi hijo, doctora?
—Yo soy su novio... Y padre de los bebés.
—Está estable, pero me temo que el esfuerzo físico y algunos golpes que recibió propiciaron un desprendimiento parcial de la placenta —comenzó explicando la doctora con seriedad, Misaki contuvo un grito con su mano—. Paramos el sangrado pero perdió mucha sangre, le tuvimos que hacer una transfusión y comprobar el estado del embarazo.
—¿Se pondrá bien? ¿Mis hijos cómo están?
—Aunque sufrieron mucho estrés los ritmos cardíacos de los bebés se estabilizaron al igual que el de Kaminari, sin embargo, debemos mantenerlo bajo observación por si vuelve a presentar hemorragia. También los estaremos monitoreando todo el tiempo, en caso de que se necesite inducir el parto.
—No, no puede ser, ¡aún faltan dos meses! —recalcó el joven héroe pensando en los riesgos que correrían sus bebés si nacen demasiado prematuros, desde complicaciones respiratorias hasta problemas de audición o la vista.
—Tranquilícese por favor, es una posibilidad pero en este momento es más viable continuar con el embarazo, lo que queda es vigilar sus niveles y esperar la mejor evolución en las siguientes horas.
—¿Podemos ver a mi hijo? —preguntó el señor Kaminari.
—En un momento lo bajarán a un cuarto y luego los harán pasar, pero deberán evitar que el paciente se estrese.
—Gracias doctora.
—Me comunicaré con mi colega que está tratando a su hijo para que esté enterado, con su permiso.
Los tres se relajaron por un momento, no se sentía un alivio absoluto pero al menos su preocupación disminuye un poquito.
Todoroki peinó su cabello hacia atrás jalando algunas hebras en un intento de mantenerse en la realidad, todo fue un repentino golpe que no procesaba tan fácil, no obstante, se dio cuenta cuándo una enfermera que hablaba con un par de policías los señalaba a él y a los padres de Denki, respiró profundo y espero a que llegaran.
—Buenas noches, soy el detective Kusatsu y este es mi compañero el detective Murakami, lamento conocernos en estas circunstancias Todoroki pero debemos hacerles unas preguntas sobre Kaminari.
El heterocromático frunció el ceño al ver al oficial Kusatsu, el apellido le sonaba de algo pero solo entendió cuándo reconoció los rasgos de alguien más en el hombre.
—Eres el hermano de Hayami, la novia de Natsuo... —comentó recordando a su cuñada, el oficial le dio la razón pero estaban aquí por otra cosa.
—El peritaje mostró que persiguieron a Kaminari desde una parada a ochenta metros de la salida del estacionamiento, donde fue visto por última vez con una mujer llamada Sakura. ¿Alguno la conoce?
—Me parece que es del grupo de apoyo al que viene Denki, donde charlan sobre el embarazo y esas cosas —contestó el bicolor cruzándose de brazos—. No me la presentó formalmente pero me habló de ella una o dos veces.
—La encontraron inconsciente en una camioneta que chocó alrededor de la zona, una cámara particular mostró que Kaminari la hizo chocar.
—No entiendo, mi hijo es víctima de una agresión ¿y lo quieren culpar de un choque? —preguntó molesta Misaki, el oficial Murakami tomó la palabra en contestación.
—Desde la parada hasta donde fue el accidente hay indicios de que hubo una lucha, también empezó un rastro de sangre que será analizado y probablemente coincidirá con su hijo señora, mientras los doctores lo atendían le escucharon decir en un momento de lucidez que intentaron secuestrarlo, es por eso que creemos que actuó en defensa propia cuando descubrió la trampa. Pero necesitamos tomar su declaración para corroborar los hechos.
—¿Tienen a los responsables?
—Solo a Sakura que ni siquiera está embarazada y no es su nombre real, también se encontró a un sujeto que estaba inconsciente en la acera, sabemos que un tercero huyó pero lo estamos buscando.
—¿Ves de qué hablo Takeru? Esa carrera es una sentencia de muerte, nuestro hijo estará siempre en peligro aunque no se convierta en un héroe... Y todo por culpa de este —espetó mirando con desdén a Todoroki, quien no replicó nada, podía entender su miedo.
—¿Por qué se lo querían llevar? —preguntó por fin, sin valor para mirar a sus suegros a la cara.
—Tratamos de averiguarlo. Mientras tanto tenemos elementos resguardando a la víctima y haremos interrogatorios exhaustivos.
Los oficiales dejaron en claro que esperarán a que puedan tomar la declaración de Kaminari y mientras sea posible los mantendrán al tanto de los avances. Se despidieron amablemente y salieron de la sala de espera.
Casi a las tres de la mañana una enfermera les dijo que podían entrar a verlo, desafortunadamente la señora Kaminari se opuso a que Shoto pasara, como no es un familiar formalmente y Denki sigue siendo menor de edad el personal del hospital le impidió el paso. Takeru le dedicó una mirada de disculpa y acompañó a su terca esposa.
Todoroki no tuvo más remedio que quedarse en la sala sentándose y parándose de las bancas, yendo de aquí para allá, dando tantas vueltas que podría hacerle un hoyo al suelo. Aunque la médica a cargo le dio un informe completo horas antes no estará tranquilo hasta ver a su novio bien con sus propios ojos.
Denki despertó confundido y con recuerdos borrosos de lo sucedido, vio una figura levantarse al lado de él y sintió una caricia en su cabeza.
—No te esfuerces cariño... Debes estar agotado —dijo su mamá contenta de verlo reaccionar.
Cuando al fin aclaró su vista y se dio cuenta dónde estaba intentó sentarse de golpe pero el leve dolor y sus padres lo detuvieron de inmediato e hicieron que volviera a acostarse.
—Mis hijos... ¿Están bien? —preguntó asustado con las manos en su abdomen.
—Ellos están bien... Se desprendió parte de la placenta pero los doctores pudieron controlar la hemorragia y los están cuidando muy bien.
—Tendrás que guardar absoluto reposo cuando salgas de aquí eh, sin pretextos.
Sintió que el alma le regresó al cuerpo, la simple idea de perder a los bebés lo paralizaba por completo. Miró a sus padres a cada lado de la camilla y luego se percató de que faltaba alguien.
—¿Dónde está Todoroki?
—Ah ese idiota está allá afuera, pedí que no lo dejaran entrar por-
—¡Mamá! Él tiene que estar conmigo.
—¿Para qué? Su presencia es un peligro para ti, para ustedes, y con ese padre que tiene vete a saber cuánta gente horrible podría hacerles daño.
—Mamá cállate, no quiero oír tus ideas extremistas, quiero que Shoto esté aquí, a mi lado.
—¿Tanto lo quieres?
—¡Claro que sí? Es el padre de mis hijos.
—No me refiero a eso...
Meditó un momento, conoce bien a su madre, nunca le han gustado sus decisiones, ya está intentando convencerlo de que elija otra carrera para darle prioridad a sus hijos pero de ninguna manera dejará que intervenga en lo que respecta a su relación.
—Sí, lo quiero y sé que odias que él o yo seamos héroes pero es lo que elegimos, para salvar a la gente, tienes que aceptarlo.
—Tu hijo tiene razón, es casi un adulto, no puedes decidir su futuro por siempre —Lo apoyó su padre abrazándolo por los hombros.
La señora Misaki se resignó teniendo que tragarse todo lo que piensa, porque justo no quiere provocarle un disgusto a su hijo, dejó que su marido busque a su yerno mientras ella iba por otro café.
Cuando el semialbino entró al cuarto y vio al chico eléctrico despierto y sonriente volvió a sentirse en tierra firme, corrió para estrecharlo entre sus brazos, de manera involuntaria comenzó a llorar en cuanto sintió el calor de su cuerpo.
—Lo lamento, perdón, perdóname, debí acompañarte a la reunión, no tendrías que estar solo en esta parte de la ciudad, debí salir de la comisaría antes... —Con cada palabra dicha se le fue quebrando la voz.
—Hey... No te disculpes, no fue tu culpa, estabas haciendo tu trabajo, tienes un deber que cumplir —dijo Kaminari gentilmente, no le gustaba que se sintiera responsable.
—Nada es más importante que tú... Que ustedes, si algo les pasara yo n-no... No sé qué haría —admitió escondiendo su rostro en el hombro del menor que perfectamente oía sus hipidos provocados por llorar.
—No digas eso, estoy bien, ¿ok? ¡Estamos bien! —Lo empujó suavemente apartándose y tomó su mano para que sintiera el movimiento en su panza—. No les gusta que estés triste, no hay razón para estarlo.
Shoto mostró una pequeña sonrisa y limpió sus lágrimas, las últimas horas fueron un martirio que no se lo desea a nadie pero ahora quería concentrarse en lo que tenía en frente: al chico que quiere fuerte y risueño esperando a sus bebés.
Ese mismo día antes del desayuno la policía le tomó la declaración, por la tarde los doctores Nakamura y Tanezaki le informaron de su mejoría las últimas horas, debería estar bajo observación unos días más hasta descartar cualquier anomalía pero que el sangrado haya parado era una buena señal.
Debido a que no podía recibir muchas visitas tuvo una breve videollamada con el Bakusquad, le mandaron muchos ánimos al igual que Tsuyu, Ochaco, Momo y más de sus compañeros que se mostraron preocupados al enterarse el incidente pero se tranquilizaron cuando supieron que estaban bien. Desde luego que prometieron guardar discreción, por seguridad su identidad no fue revelada a los medios y así se debe mantener. La familia Todoroki también lo estuvo cuidando el tiempo que permaneció en el hospital hasta que finalmente le dieron el alta.
El señor Takeru estaba en el pasillo del hospital, solo esperaba afuera de la habitación a que su hijo saliera en compañía de su novio para llevarlos a casa. Una joven enfermera se acercó a él.
—Señor, le falta firmar esta hoja —dijo amablemente la pelirroja extendiéndole unos documentos. El señor Kaminari los tomó y leyó rápidamente para después firmar como el tutor de Denki.
La enfermera recibió los papeles y fue al módulo donde dejó la tabla de documentos, sabiendo que tenía el tiempo encima se apresuró a llegar al baño del mismo piso y entró. Se miró al espejo y vio como su piel se deformaba, el cabello pelirrojo pasaba a ser rubio y sus ojos ahora eran de un carcaterístico amarillo.
Toga Himiko volvió a ver su reflejo en el espejo. Soltó un suspiro y abrió el grifo para refrescarse la cara, estaba un poco arrepentida de haber aceptado hacer este favor. No entendía el beneficio de espiar al hijo de Endeavor, no era de su interés y aunque le hacía feliz ver a Midoriya con frecuencia, ir en transporte público o colarse en el hospital no era nada divertido.
Cuándo escuchó que alguien estaba por salir de un cubículo se metió en el más cercano, sentada en la taza del baño se tomó unos momentos y luego sacó otro envase donde tenía la sangre de la mujer que ha estado sustituyendo, la bebió y esperó a que hiciera efecto.
Salió del baño lista para volver a su papel, aún le faltaba extraer información del sistema sobre ese noviecito que tenía el prometedor héroe Todoroki.
Mientras tanto en el cuarto la joven pareja recibía a los policías que daban seguimiento al caso del intento de secuestro, vinieron para brindarles información, gran parte de manera extraoficial como cortesía personal.
—Después de capturar al tercer sujeto hemos reunido suficiente evidencia para procesar a los que intentaron secuestrarte —inició Murakami seguro del trabajo de su equipo, las bolsas bajó sus ojos daban una idea del esfuerzo empleado—. Son parte de una red de trata de mujeres... Y donceles.
Esa revelación estremeció a la joven pareja que pensó en el peor escenario, el mismo fatídico 'hubiera'. Suerte que Denki reaccionó y actuó en los instantes cruciales.
—En otras ciudades su modus operandi era infiltrarse en reuniones, talleres o entre pacientes para estudiar a potenciales víctimas que oscilan entre los 4 y 8 meses de embarazo, se ganan su confianza y las raptan, a las mujeres las explotan o eliminan y sus bebés son vendidos en el mercado negro —Kusatsu continuó la explicación, sumamente disgustado por la existencia de gente tan insensible llenándose los bolsillos—. Dada la rareza de los donceles, tomaron muchos riesgos contigo al capturarte, los compradores ofertan mucho más.
—¿Cuándo atraparán a toda la red? —preguntó incómodo el rubio, jamás se le pasó por la mente ser blanco de algo así. Ese tipo de historias solo circulan en lo más profundo del internet y las calles, casi como leyenda urbana.
—Es un operativo muy grande, tomará algo de tiempo y recursos seguir la pista de los que encabezan este horrible negocio. Pero la gente del mismo nivel que este grupo nos llevará a ellos eventualmente, son descuidados y no se informan, ni siquiera sabían que tienes entrenamiento como héroe.
—¿Han podido rescatar a alguien? —cuestionó Todoroki con un nudo en el estómago, saber a qué se pudo haber enfrentado su novio le cayó como un balde de agua fría.
—El grupo de "Sakura" retenía alrededor de trece mujeres en una bodega, fueron rescatadas y se les dio atención médica, se intentará rastrear a los bebés que hayan sido entregados pero ya que algunos compradores son extranjeros...
—No es seguro que los encuentren.
Los oficiales le dieron la razón al bicolor, era triste pensar que muchos de esos niños no volverán a sus hogares igual que otras mujeres por no encontrarles a tiempo, solo queda llevar la investigación hasta el final y hacer justicia por todas esas víctimas inocentes.
—Esas trece mujeres... Podrán volver a casa y todo gracias a que fuiste muy valiente Kaminari, diste una buena pelea, usaste tu experiencia para ponerte a salvo —señaló Murakami, respetaba mucho las acciones del muchacho siendo tan joven y vulnerable combatió a tres enemigos—. Y solo así descubrimos estas atrocidades y tenemos una sólida línea de investigación que seguir hasta dar con ellos.
—Ya eres un gran héroe Kaminari, será un gusto trabajar contigo en el futuro... Con ustedes.
Ambos oficiales hicieron una leve reverencia, los menores apenas supieron cómo responder a eso. Los policías prometieron dar más información si era pertinente y se retiraron, abordaron su patrulla y se dirigieron a la comisaría, en la oficina del sargento Amane, su superior, solicitó la presencia de Kusatsu.
—Tardaron demasiado, ¿qué les tomó tanto tiempo?
—Una disculpa, no volverá a suceder —dijo el oficial viendo de reojo al invitado de su jefe.
—Amane dice que tú estás a cargo de la investigación del ataque en Hibiya, dime ¿cuantos de mis ayudantes necesitas para atrapar a todos esos sinvergüenzas? —Le cuestionó el imponente héroe de fuego.
—Con todo respeto señor, el cuerpo policiaco está lo suficientemente capacitado para continuar este operativo —aseveró con molestia, no le gustaba la actitud de superioridad que el número uno tomó.
—Endeavor tiene un interés personal en este caso, intentaron secuestrar a la pareja de su hijo, se metieron con su sangre —intervino Amane desde su escritorio.
—Creo ya haber entendido eso sargento, lo que aumenta mis dudas de que se involucre.
—Casi puedo decir lo mismo de ti Kusatsu, conoces a mi familia, no es ético que investigues esto.
—¿Debo retirarme del caso señor? —Se dirigió a su jefe.
—Lo dejaré pasar ya que eres de los mejores que tengo, pero no puedo rechazar el apoyo voluntario que nos ofrece el mejor héroe del país, su gente y la tuya trabajarán de la mano para derribar esa red. ¿Quedó claro?
—Sí señor.
Enji Todoroki vio cómo se retiraba el joven oficial, agradeció a su viejo amigo por hacerle este favor. La mañana que le llegó la noticia de que un doncel embarazado se salvó de un secuestro usando su poder en defensa propia fácilmente dedujo de quien se trataba, mandó a sus empleados a investigar mientras buscaba a su ex esposa para preguntar por Shoto. Cuando confirmó sus sospechas quiso tomar cartas en el asunto, aún no estaba de acuerdo con las decisiones de su hijo pero no puede quedarse de brazos cruzados cuando criminales atentan contra los suyos.
—Estaré en contacto Amane.
Y bieeen como ven? Les gusta como va la historia? Cuéntenme en un comentario! Es muy importante para mí conocer su opinión :D
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