➳ 𝙲𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 𝙸𝚇
La mañana siguiente Kaminari despertó con un leve zarandeo, le costó levantarse de la cama pero Todoroki no le dejó otra opción. Tomó una ducha rápida y dejó que el mayor lo llevara a donde quisiera.
Una hora después estaban esperando mesa en un buffet medianamente conocido, el lugar era concurrido por ser la hora del desayuno, lo que le puso nervioso al darse cuenta de que no eligió un atuendo que disimulara su figura de embarazo.
—No te preocupes, Momo me habló de este lugar, es muy discreto, nadie nos molestará —aseguró el bicolor.
—¿Qué hacemos aquí?
—Mereces comida decente y no las cosas desabridas que preparo —respondió Shoto viendo a un mesero acercarse, los saludó y guió a una mesa libre.
—Reconozco que mejoraste, mínimo ya no dejas el pollo a medio cocer —El doncel soltó una risita, lo que hizo sonreír al mayor, ya tenía decidido impedir que esa radiante mirada de oro se vuelva a opacar.
Juntos fueron por una bandeja y pasaron a la sección de buffet para escoger qué guisos probar, por supuesto Denki elegía los más picantes. No tardaron en regresar a su lugar.
—¿Qué? —preguntó al notar que el semialbino se le quedó viendo a él y luego a su bandeja.
—Te preguntas porque tienes problemas estomacales y comes todo eso...
—Tus hijos solo piden —contestó probando la carne con salsa de habanero, obviamente el picor fue demasiado.
—Pero no estabas acostumbrado —dijo sirviéndole agua que se bebió rápidamente.
Todoroki comenzó a comer también, durante unos minutos solo se oían los ruidos de los cubiertos y la música clásica que reproducía el establecimiento.
—Quiero disculparme.
El chico eléctrico abrió los ojos sorprendido, se pasó el último bocado de comida y preguntó la razón.
—No he sabido ser un apoyo para ti... Estabas pasándola muy mal y no tenía idea de como ayudarte.
—Shoto, hiciste mucho escuchándome cuando lo necesité —dijo poniendo su mano en la mesa con la palma hacia arriba—. Y aunque no hice caso intentaste ayudarme de otras maneras, gracias a ti entendí que estaba haciendo mal al encerrarme en mí mismo.
El mayor posó su mano sobre la del doncel y lo miró a la cara, Denki sintió su corazón brincar al ver esa expresión... Todoroki lo miraba con cariño.
—Me importas... Mucho y no solo como amigo o... el padre de mis hijos —confesó el de doble quirk soltando lo que siente.
—También me importas —declaró Kaminari.
Llegó el mesero para recoger los platos y Shoto pidió el postre favorito del chico eléctrico para ambos. Cuando les fue traído no dejó que Denki agarrara la cuchara, tomó la suya y cortó un pedazo de la tarta para darle de comer él mismo, con las mejillas sonrojadas el rubio aceptó el bocado.
—Voy a pensar que esto es una cita —bromeó limpiándose con la servilleta.
—¿Sería malo si lo fuera? —preguntó el heterocromático, esta salida era lo más cercano que tenían a una.
—Sí porque pude haberme vestido mejor —reprochó el doncel con falsa molestia.
—Entonces... Tengamos otra.
El rubio parpadeó procesando la propuesta, sonrió y siguieron hablando mientras comían hasta que decidieron irse. Al llegar al departamento Todoroki quiso ir a la sala pero aún en la entrada Kaminari se quedó quieto con la mirada perdida como si estuviera debatiéndose por dentro.
—¿Pasa algo? —quiso saber.
—¿Qué estamos haciendo?
—¿De qué hablas?
—De nosotros.
El bicolor entendió el rumbo que tomará esta conversación, mantuvo sus ojos en el rubio esperando que continúe hablando.
—Tú y yo... No somos nada, apenas nos hicimos amigos, amigos de verdad... Dijiste que te importo nada más.
—Denki.
—Sé que no quieres una relación, pero también sé lo que yo quiero.
Vio a Shoto con intención de acercarse pero lo frenó con una mano en alto.
—No debía haber sentimientos, lo sé, la cagué y por eso mismo quiero pintar una raya, prácticamente ya vivimos como una pareja y no lo somos. No podemos seguir así, tendremos gemelos y creo que nuestra relación debería limitarse a eso, a ser padres.
Expresó lo que llevaba días rondando su cabeza, no puede dejar que este sentimiento siga, sabiendo que se ilusiona en vano y le lastima esperar algo que no va a llegar.
—¿En serio quieres eso? ¿Un muro entre nosotros?
Kaminari sintió sus ojos cristalizarse, se mordió el labio y bajó la vista al suelo, lo oyó caminar y pudo ver sus zapatos frente a él.
—Yo no lo quiero... Dije que no quería una relación porque no sé como hacerlo, no sé un carajo de nada, lo que menos deseo es romper tu corazón por mis errores y por eso estuve bien con este... Estilo de vida.
Denki levantó la vista divisando el semblante triste del bicolor, se estaba sincerando completamente.
—Pero también rompí nuestro acuerdo... Y eso me aterra, eres tan gentil, valiente, brillante, divertido... Me fue imposible no quererte, nunca sentí algo así por alguien —afirmó Todoroki buscando sus manos—. Me has apoyado, animado y comprendido como nadie más, siento que no te merezco... Y soy un tonto egoísta al desear que te quedes commigo, que seamos pareja, que formemos una familia de verdad.
El pulso acelerado de ambos se podía percibir a través de sus manos unidas, por primera vez estaban diciendo todo lo que se guardaron estos meses.
—No quiero que estés conmigo solo por nuestros hijos —expresó el doncel en voz baja.
—Tú sabes que esto... Nosotros... Empezó desde mucho antes —soltó sus manos para limpiar las lágrimas del rubio con los pulgares.
—¿De verdad quieres una relación formal? —hizo una breve pausa aclarando su garganta—. ¿Conmigo?
—Sí, es lo que quiero, contigo y no con nadie más.
Su corazón dio un vuelco y sus ojos dorados destellaron, tomó las manos de Shoto que seguían en su cara y sin dejar de mirarlo esbozó una sonrisa.
—También quiero estar contigo.
Se dieron un beso breve y se quedaron abrazados ahí en medio del recibidor.
Unos días después como cada mes fueron juntos a la cita médica, en consulta el doctor señaló que sus gemelos están creciendo correctamente, preguntó por los achaques usuales que pudieran darle y dio algunos consejos para sobrellevarlos.
—No te preocupes por dormir tanto, tu cuerpo necesita mucha energía por lo que debes continuar teniendo una dieta balanceada —comentó Tanezaki haciendo anotaciones en su libreta—. Tu presión está en los niveles adecuados así que no deberá haber problemas.
Denki asintió comprendiendo las indicaciones que daba el experto, no le gustaba estar tan cansado pero ahora le encontraba sentido.
—Por lo general en un embarazo múltiple se adelanta la fecha de parto —explicó el médico actualizando en la computadora el expediente de su paciente.
Oírlo inquietó a los jóvenes pero rápidamente les tranquilizó contándoles sobre el avance de la medicina y cómo pueden atender a los bebés prematuros. También platicaron sobre un parto natural y una cesárea, los riesgos y más detalles que meramente eran informativos.
Cuando la revisión finalizó agradecieron al doctor y se retiraron, a petición del rubio fueron a donde está una máquina expendedora.
—Creo que ya debemos amueblar el cuarto de los bebés, ¿no? —comentó el bicolor mientras metía sus monedas en la máquina.
—Eso te iba a decir, necesitarán cunas, ropa... Y montón de cosas más.
Le entregó su bolsa de papas, Denki la abrió y probó una, le gustaban mucho, le ofreció al otro y este tomó un par.
—Bueno las horas extras que trabajo nos serán de ayuda —habló el mayor mientras se tallaba un poco la cara, la nueva base que usaron para maquillar su cicatriz no era tan buena como la anterior.
Comenzaron a caminar hacia la salida, Denki se puso un sombrero y lentes mientras que Shoto solo una gorra y luego se dirigieron a la parada de autobuses.
—Hablando de tiempo... ¿Y cuándo nazcan? Me volveré loco cuidándolos —dijo Kaminari volviendo a comer más papas.
—Nos volveremos locos, estuve investigando, con una rutina bien planeada y ambos colaborando será llevadero.
—¿De verdad crees que podemos?
—No —contestó Shoto directo como siempre, estiró su brazo para tomar de la botana también—. Pero lo intentaremos... De todas formas ya se está implementando un sistema de guardería en la agencia Iida, no te lo había dicho porque solo era planeación pero la próxima semana es el segundo mes que funciona. Si todo avanza bien podrás regresar a la academia este mismo año si lo deseas.
El rubio miró sus pies, estaba dudando, también investigó y entre la extensa información que encontró ya no estaba seguro de si era idóneo ingresar en una guardería a sus hijos antes del año de nacidos o no.
—Mi mamá está haciendo arreglos en su trabajo para venir los primeros meses —comentó recordando la última llamada que tuvo con Misaki.
Todoroki lo miró de reojo notando que se quedó callado, se giró para comprobar si algo le pasaba pero solo vio restos del chile en sus labios gracias a las papas. Posó una mano en la mejilla del rubio y con el pulgar de la otra retiró el polvillo rojo.
El doncel respingó en cuánto lo tomó de la cara y tardó en comprender qué hacía, cuando sus miradas se encontraron instintivamente sonrió, puso las manos encima de las ajenas y acortó la distancia entre ellos para darle un beso.
Mismo que duró muy poco para disgusto de ambos ya que el autobús llegó, abordaron tomados de la mano y siguieron hablando de sus planes originales y de respaldo, aunque tengan una fecha de parto contemplada no se deben atener a ella. ¡Ya se estaban tardando en prepararse!
La semana posterior, alrededor de mediodía Denki estaba llegando al centro comercial donde se reuniría con algunas de sus amistades, portando unos lentes obscuros y su cabello atado en una media coleta fue a la cafetería donde acordaron verse y allí estaban Mina, Ochaco y Yuga esperándolo. Entre todos pidieron bebidas para llevar y se dispusieron a pasear por las diferentes tiendas.
—¡Esperen! Tengo que ver esa chaqueta —dijo Aoyama dirigiéndose al maniquí de una tienda con fachada goth.
—¿Es para Tokoyami? —preguntó Ashido siguiéndolo juntos a los otros.
—Sí... En unos días es nuestro aniversario y aún no sé qué darle.
—¿Tan rápido van a cumplir un año saliendo? Si apenas ayer los encontré comiéndose en el patio trasero —dijo Uraraka con una mano en la mejilla, medio sorprendida, medio burlona.
—Oh querida, eso fue en marzo, ya tiene rato que pasó —dijo el rubio mayor terminando de examinar la prenda, convencido buscó a un trabajador que le vendiera la chaqueta. Mientras el resto echaba un vistazo a las otras prendas en exhibición.
—Precisamente, chisme viejo, mejor hablemos de Todoroki y Kaminari, otros que se lo tenían bien guardadito —Mina movió las cejas de manera sugerente.
—Oh, es verdad...
El doncel fingió no escucharlas mientras sorbía de su mokaccino y miraba los estampados de las playeras hasta que una mano se posó en su hombro, era obvio que no podía omitir el tema.
—No es lo que están pensando, nosotros... No era nada serio, solo nos divertíamos y de repente nos hicimos compañeros en esta aventura —dijo rememorando los días en que no sabían qué carajos hacer, no es tan diferente ahora pero al menos están más unidos y con un camino a seguir.
—Ya, pero pasaron mucho tiempo juntos, soy su amiga desde primer año y nunca lo había visto tan... En paz, tú sabes, los has cambiado —mencionó Ochaco con una mano en la cintura, Aoyama volvió con ellos cargando una bolsa de la tienda, salieron esperando que el chico eléctrico respondiera.
—Puede... —inhaló profundo y jugó con la superficie del envase casi vacío de su bebida—. Puede ser que recientemente aceptamos que hay algo entre nosotros. Pero siendo honesto por momentos me da miedo que Shoto solo esté conmigo por compromiso y no por quererme de verdad.
Notaron el desánimo en esa frase pero también captaron que no quería profundizar en el tema, ambas chicas lo abrazaron por los hombros y aceleraron su caminata.
—Eres alguien increíble Kaminari, cualquiera te querría, si Todoroki dijo querer estar contigo debes creerle —dijo Aoyama tratando de ayudar, no era cercano a ninguno de los dos pero tampoco le gusta la negatividad.
—Él no es alguien que haga cosas que no quiere —aseguró Uraraka tomando la delantera para elegir la próxima tienda.
—¡Chequemos las tiendas de bebés! Me muero por comprarle ropita a mis sobrinos —Ashido cambió de tema muy emocionada.
—O sobrinas...
—¡Igual los colores pastel son monísimos!
—¿No deberíamos buscar biberones y esas cosas?
—Correcto Chaco. ¡Vaciemos el mall entonces! Que tenemos todo para recorrerlo de arriba a abajo.
—Pero mi tarjeta no... —susurró Denki yendo tras sus amigos.
Los cuatro se pasearon por muchas tiendas del centro comercial, yendo de aquí a allá, comprando golosinas que llegaban a ver, haciendo breves descansos a petición del embarazado. Cuando el sol se puso terminaron sus compras y acompañaron a Kaminari hasta su departamento porque claramente la mayoría de bolsas iban para su casa, cortesía de sus amigos.
Los invitó a quedarse pero se negaron, les agradeció por todo y los vio irse por el corredor. Cerró la puerta y fue a dejar las últimas bolsas en el cuarto sin ocupar y recargado en el marco de la puerta quiso imaginar como sería en unos meses.
Podrían poner una cajonera al lado de la ventana y dejar las cunas en la esquina al otro lado para que no les de el frío directamente, ¿sería mejor un estante o una repisa para los juguetes? Igual no permitirá que tengan demasiadas chucherías.
Dejó las bolsas en el rincón con las demás y salió del cuarto, probablemente debería preparar algo de cenar para cuando regrese Shoto.
—Seguro le gustará que prepare soba.
Más tarde Denki se encontraba bebiendo una taza de té mientras terminaba de enviar por correo los últimos trabajos de la semana. Escuchó la puerta de entrada abrirse, sin dejar de mirar la pantalla dio la bienvenida y confirmó el último envío, cuando Todoroki llegó a su lado se giró en su silla para estar frente a frente.
—Pensé que te encontraría dormido —dijo antes de darle un beso en los labios.
—Estaba considerando ir a la cama pero antes quise terminar con el trabajo, ¿te sirvo la cena?
—Sí por favor.
Cenaron juntos mientras contaban sus respectivas aventuras del día, esto ya era parte de su rutina pero desde que hablaron con el corazón en la mano y Shoto se instaló definitivamente se sentía mucho más íntimo.
Después de lavar y secar los trastes juntos se quedaron hablando en la cocina, bebiendo otra taza de té, hasta Todoroki le agarró el gusto con los distintos regalos que les envió Momo.
—Deberías ver todo lo que compraron, les pedí que se controlaran pero ninguno me escuchó —comentó Kaminari medio riéndose, tuvo que ser muy firme para evitar que sus amigos compraran una tienda entera.
—Supongo que quieren poner de su parte a cómo pueden, no los desanimes.
—Katsuki tiene razón, serán los más consentidos.
—¿Crees que sean niños? —preguntó el bicolor de repente.
—No lo sé, a veces sueño que son niñas y otras que son niños. ¿Ya estás ansioso por saber?
—Un poco pero como dijiste será mejor si esperamos, también acepto que me emociona conocerlos —confesó con un poco de vergüenza, la paternidad que antes le aterraba ahora le tenía entusiasmado.
El menor le extendió la mano, cuándo la tomó hizo que rodeara la encimera para estar junto a él e hizo que colocara la mano justo en su panza.
—Creo que también les emociona conocerte —dijo viendo como la cara del heterocromático se iluminaba y sonreía ampliamente.
Aún le parece increíble cómo puede sentir el movimiento de sus hijos, llevó la otra mano también al vientre de su pareja y casi juraba que sintió aún más movimiento.
«¿Ellos pueden sentirme cerca? ¿Saben quien soy?»
Conmovido buscó la mirada dorada, compartir estos momentos especiales sería inolvidable para ambos. Entrelazó sus manos y dejó un beso en su frente, agradecido por tenerlo con él y por la familia que están por iniciar.
—Hey... Si el que debe estar sensible soy yo.
—¿No se supone que yo también puedo padecer los síntomas? —mencionó a modo de chiste, en serio sus ojos se aguadaron.
—Pero no en el sexto mes.
Volvieron a reír y por un momento se quedaron callados, solo viéndose a los ojos, hasta que lentamente se fundieron en un beso. Se besaron muchas veces antes pero ahora sus besos transmiten cariño, ya no eran los mismos idiotas calientes de esa fiesta y sus corazones tampoco.
Primero fueron besos tímidos y breves, luego más prolongados y necesitados, como si requirieran memorizar de nuevo cada centímetro de sus bocas.
En algún momento empezaron a desplazarse, quien sabe cual de los dos —o quizás ambos— los estaba dirigiendo al dormitorio que comparten y Kaminari solo se dio cuenta cuando su cuello fue el nuevo blanco de los traviesos labios del más alto.
Sintiendo las mejillas calientes llevó sus manos al pecho contrario, le quitó su chamarra y empezó a desabotonar la camisa, su piel se erizó cuando sintió la intromisión de manos ajenas en su espalda debajo de la ropa.
Dando vueltas, deshaciéndose de prendas en el camino, pronto llegaron al borde de la cama y delicadamente el rubio se acostó en el colchón jalando por los hombros al otro.
Entre besos, caricias y suspiros dejaron llevar la creciente chispa entre ellos, sumidos en su burbuja probaron lo conocido y lo novedoso, sus ansiosos cuerpos encajaron perfectamente hasta caer en ese deleite pasional.
La cabeza de Denki le daba vueltas, sabía que estaría mucho más receptivo debido a las hormonas y los cambios en su cuerpo pero esta experiencia fue la más placentera de su vida.
—Te quiero —soltó fuerte y claro haciendo a un lado sus dudas. Sintió como el bicolor lo limpiaba y cubría con una sábana.
—Quiero hacerte feliz —afirmó Shoto plantando un beso en su hombro, se acostó a su lado y lo rodeó con un brazo.
Cerró sus ojos y buscó la mano contraria para dejarla en su vientre, rozando la primera muestra de algo especial que tenían juntos.
Los siguientes días Kaminari se sintió más pleno, por fin las cosas marchan bien para él, pasó la mañana trabajando y toda la tarde se dedicó a ver una nueva serie que le recomendó Kirishima.
Se había quitado los zapatos por tener los pies hinchados y usaba un cojín en particular en la espalda baja, cada mes sentía más "molestias" por el avance del embarazo pero entre él y su pareja supieron minimizarlos.
Estaba tan metido en la trama de la serie que se fastidió cuando vio la leyenda "¿quieres seguir viendo esto?" Que la plataforma de streaming arroja cada cierto tiempo.
Se quejó a la vez que reaccionó y pensó que debía ser bastante tarde, buscó su celular y miró la hora, pasaba de la media noche y Todoroki no ha llegado, tampoco le ha escrito o llamado.
—Debió surgir algo muy importante —murmuró bloqueando el aparato.
Conoce muy bien el deber de un héroe, no es difícil imaginar que tuvo una gran misión o lo atiborraron con papeleo odioso, pudo retrasarse por muchas razones y no debía preocuparse por nada. Aunque se lo repetía no podía creerlo tan fácil, ahora no podía concentrarse en la serie.
En el celular buscó el chat con Shoto y comprobó que le escribió por última vez a la hora de la cena. Pulsó el símbolo del teléfono y esperó a que sonara, pero solo escuchó el buzón, iba a escribir un mensaje cuando oyó voces en el pasillo común.
Se levantó lo más rápido que pudo dirigiéndose a la entrada, estando a pocos pasos esta se abrió dejando ver a un Shoto con pequeñas curaciones en la cara siendo ayudado por Fuyumi y quien por el sutil parecido suponía era el otro hermano, Natsuo.
—¡¿Qué pasó?! —preguntó cerrando la puerta una vez que entraron.
—Nada... Nada, sólo una varilla me atravesó el abdomen —contestó el bicolor señalando el sillón donde quería que lo dejaran.
—¿Cómo que nada? —enunció Kaminari acercándose—. ¡Si vienes así claro que fue algo! ¿Qué será grave para ti entonces?
—Le dije lo mismo —comentó Natsuo apartando la mesa para que su hermano pudiera estirarse bien.
—¿Por qué nadie me avisó? —cuestionó sentándose al lado de su novio.
—En cuánto llegué al hospital me dijeron que Sho estaba fuera de peligro —respondió Fuyumi tratando de tranquilizarlo—. Me dejó muy en claro que no quería angustiarte innecesariamente.
El doncel se mordió el interior de la mejilla, recién era consciente, obviamente llamaron a su hermana porque son familia y legalmente hablando él no figura nada, ni siquiera como contacto de emergencia, ¿se lo hubiera ocultado si no vivieran juntos?
—No quería que supieras hasta que comprobaran el daño interno, por fortuna solo rozó sus órganos —mencionó el hermano de enmedio, sentado muy cómodo en el sillón libre, su hermana a su lado le golpeó la rodilla para que se comportara.
—Perdón... ¿Gustan algo de beber? —preguntó el doncel cayendo en cuenta de lo descortés que fue.
—No gracias, ya nos vamos, necesitan descansar —dijo Natsuo poniéndose de pie—. ¿Puedes ir a la cama o te ayudamos hermanito?
—Yo puedo, no se preocupen.
—De acuerdo, buenas noches a ambos.
—Un placer conocerte cuñado, nos vemos luego.
Rápidamente salieron del departamento dejándolos solos, Denki tenía una mano en la pierna del mayor y la otra en su vientre redondo.
—No me escondas cosas así... Me preocupé porque no llegabas. ¿Cómo hago si algo te pasa y nadie me dice nada?
—Fuyumi me prometió cuidar de ustedes si algo me sucede.
—No quiero que te pase nada malo —dijo con la voz entrecortada, sintió tanto miedo en tan solo unos instantes—. Te necesitamos... Yo te necesito.
—No pienso dejarlos —El semialbino extendió la mano para acariciar su cara.
Se acercó lo más que pudo y juntó sus cabezas sin decir nada más, solo quedándose así aliviados por estar a salvo y juntos.
¿Qué dicen? ¿Les va gustando la historia? ('- ') ¿muy lenta? ¿muy rápida? ¡diganme! Sus comentarios son muy importantes para mí ^^
Gracias por leer, no olviden darle a la estrellita. Love para todos, chao!!
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