➳ 𝙲𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 𝚇𝚇
Era una tarde calurosa, Shoto y Deku fueron enviados a hacer patrullaje en una zona diferente, la agencia con frecuencia rota los equipos y zonas a vigilar. Mientras recorrían las cuadras concurridas el par de amigos sostenía una plática casual.
—¿Dices que este desconocido la invitó a salir?
—¡Sí! Ochaco también tardó en entender al chico, pero luego habló de una cena en el Sunshine Garden y ya captamos —explicó Midoriya con ligera molestia—. ¡Le pedía una cita enfrente de mis narices! Y no pude decir absolutamente nada.
—Ya... Problema de tener una relación fuera del ojo público.
—¡Lo sé! No pensé que fuera tan complicado y en la noche que le contamos a Momo nos dijo que ese restaurante le pertenece a su prima. ¿Te das cuenta?
—No.
—O sea... Que el escenario hubiera sido una completa burla para nosotros —exageró Izuku manoteando al aire.
—Ah... Pero directamente Ochaco le dijo que no estaba interesada. ¿O me equivoco?
—Bueno... Así fue.
—¿Ves? No entiendo tu drama Izuku, te dieron celos en el momento pero ya fue, olvídalo.
El pecoso se quedó callado, su amigo tenía algo de razón, darle vueltas al asunto era en vano y será mejor que aprenda a controlar sus celos si quiere seguir teniendo cierta discreción en cuanto a su relación. Porque después de todo sus novias son muy hermosas y claro que llaman la atención de individuos tímidos y no tan tímidos.
Esperaban que un semáforo cambiara para cruzar la calle cuando se escuchó un estruendo en una tienda a veinte metros. Inmediatamente fueron hacia el lugar y vieron emerger del humo a un villano que ya conocen.
Dabi caminaba orgulloso, con una fuga de gas y su fuego pudo dañar dos edificios y parte de un tercero. Paró en seco su andar cuando distinguió a los jóvenes héroes entre la multitud chismosa y asustada.
—Bueno esto debe ser el destino —alardeó con un destello en su mirada.
Deku se disponía a atacar por la izquierda y Todoroki por la derecha cuando fueron impactados por un fuerte golpe que los desorientó.
—¿Un nomu? —musitó Izuku enderezándose, un fuerte dolor le recorría el costado izquierdo llegando hasta la pierna. Vio como aquel desafortunado individuo bufaba cual animal.
Shoto atacó con su hielo desde el suelo, pero este se rompió a unos centímetros del objetivo, probablemente gracias a un escudo invisible, el nomu furioso se abalanzó hacia ellos.
Dabi se mantuvo en medio de la calle observando el show, fue enviado aquí a hacer un alboroto pero fastidiar a unos héroes novatos nunca viene mal.
—Creí que sería más tardado —comentó Spinner que llegó a su lado con la ropa ensangrentada, se juntaban después de crear caos cada uno por su lado.
—Bueno esos dos entretienen mucho al nomu —respondió Dabi viendo a Midoriya usar su black whip para arrastrar al adversario a otro sitio. Spinner iba a preguntar si los seguían cuando vio que el azabache ya estaba yendo tras ellos.
No llevaban mucho rato combatiendo pero la fuerza bruta del nomu y lo que identificaron como pulsos electromagnéticos los puso en aprietos desde el principio. Tanto Izuku como Shoto recibieron múltiples impactos, varias veces fueron proyectados contra edificaciones completas o densos muros y aún con sus cuerpos magullados seguían luchando.
Lograron llevar la pelea a un campo de golf donde fuera más fácil someter al enemigo, pero sus cuerpos ya estaban muy malheridos. Deku fue lanzado por el aire y cayó a varios metros de distancia sumamente adolorido.
Mientras tanto Todoroki usaba su poder para regular su temperatura, su cuerpo ya presentaba desgaste, quiso usar hielo y fuego contra el nomu pero su ataque fue más débil de lo esperado y el oponente se le fue encima comenzando a golpearlo con los puños repetidas veces.
—Suficiente, déjalo ya —ordenó la voz que controlaba al Nomu.
—Pero Dabi —protestó Spinner decepcionado, deseaba aprovechar la oportunidad de acabar con al menos un héroe.
—Matarlo tan fácil no es divertido —El villano de fuego analizó con la mirada al héroe en el suelo. Su traje azul estaba rasgado, la suciedad lo cubrió al igual que sus cabellos rojos y blancos mientras sangre fresca brotaba de su cabeza y boca.
Shoto percibió una actitud socarrona que lo irritó. Dabi, como desprecia a ese maldito criminal que siempre siembra el mal y el terror a donde quiera que vaya, peor si trae algún nomu como esta vez.
El mismo desgraciado que atrapó a Bakugo antes que él esa desastrosa noche de campamento. Ahora como profesional no puede seguir permitiendo que alguien así siga libre por las calles. Tiene que capturarlo y asegurarse de que pague por sus crímenes.
Sintiendo un agudo dolor en la espalda y la vista borrosa intentó ponerse de pie apoyándose en sus brazos.
—Mierda niño... Quédate ahí. Espera a los paramédicos pero no intentes pelear —aconsejó el azabache con algo de cinismo dándole una leve patada en la cadera que lo derribó de nueva cuenta—. Andando Spinner, tenemos que volver.
Sintió que Dabi lo miraba con condescendencia, con una superioridad y vanidad increíbles, ¡el maldito se burlaba de él!
Estiró su brazo derecho queriendo usar su hielo para inmovilizar al par de delincuentes pero solo unos pocos centímetros del suelo se congelaron, ya no le quedaba energía.
De haber tenido la fuerza de golpear frustrado la superficie lo habría hecho, pero solo pudo rechinar los dientes y esperar que la ayuda dé con su posición, porque el poder del nomu los dejó incomunicados.
Socorristas, héroes locales y compañeros arribaron al lugar para auxiliar a Deku y Shoto, los jóvenes fueron muy heridos al combatir con un nomu de rango alto, los medios adularon que redujeran los daños reteniéndolo en un campo abierto lejos de la gente y negocios pero algunos civiles y héroes creen que fueron arrogantes al enfrentar solos a un enemigo tan fuerte teniendo poca experiencia.
Los dos miembros de la liga se fueron rápido haciendo imposible rastrear su escondite. Con esta nueva aparición en los reportes entregados a la comisión tienen catalogado a Dabi como de suma confianza para Shigaraki, confirmando que es su mano derecha desde qué AFO fue encarcelado.
En el hospital que ingresaron a Todoroki y Midoriya los estabilizaron, trataron sus heridas dentro de lo posible y mantuvieron su evolución bajo supervisión antes de informar a sus allegados.
Denki dejó a las gemelas bajo el cuidado de su padre y llegó al hospital lo más rápido que pudo, lo dejaron pasar después de discutir con la jefa de enfermería que lo creía un fanático hasta que Natsuo llegó y confirmó la relación.
El aliento se le fue al estar en el cuarto viendo a Shoto recostado en la camilla, con muchos moretones en toda su cara, vendas en brazos y torso, la respiración era pesada pero su pulso regular según mostró el monitor.
Fue a su lado y con gentileza tocó su mano sin moverlo, sólo entonces se dio cuenta de que estuvo temblando, era de esperar con el horror que sintió cuando supo que su novio peleó con un nomu, de aquel tipo que hizo sudar a héroes de la talla de All Might y Endeavor.
—No tienes que preocuparte tanto por mí... —murmuró el bicolor con voz ronca, a pesar de su estado notó la palidez en la cara del chico eléctrico y el temblor en sus manos. Sin olvidar las marcadas ojeras que han perdurado durante meses.
—Mírate... Tienes lesiones en los pulmones y el hígado. Pudieron esperar apoyo. ¿Acaso quieres que te maten?
—Sabes que-
—¡No digas que es parte del trabajo! —pidió Kaminari con la voz entrecortada.
Se mordió el labio para no romper en llanto, esto era agotador, ¿es tan horrible para todas las parejas de héroes? ¿Cómo pueden aguantarlo? Él vivió en carne propia el trabajo de héroe, sabe bien cómo es y aún así la angustia y desesperación que le presionan el pecho una y otra vez son incontrolables.
Porque lo más importante son sus hijas y no puede siquiera pensar en un escenario en el que Nariko y Koyuki crezcan sin uno de sus padres.
—Estoy bien... Ese oponente no era tan avanzado y me he vuelto más fuerte —habló Todoroki en voz baja.
—¿A costa de qué? Quieren hacerte más pruebas porque tu cuerpo está muy debilitado —informó el doncel limpiando las lágrimas acumuladas en sus ojos—. Te dije que trabajar tanto te iba a perjudicar.
—Están exagerando, la agencia paga los gastos, en una de esas solo quieren sacar hasta el último centavo.
—Que terco eres...
El mayor esbozó una media sonrisa y con sus dedos acarició la mano del rubio, este al notarlo entrelazó sus dedos.
—Si me replicas todo asumo que te sientes relativamente bien —mencionó el de quirk eléctrico viéndolo a la cara.
—Esta pelea irá a mi top cinco de las peores que tuve pero estaré bien muy pronto —respondió conectando sus miradas, por muy cursi que fuera la presencia del doncel minimiza las cosas malas que lo agobian.
El menor se inclinó para dejar un beso en la mejilla del heterocromático y mostró una amplia sonrisa.
—Es de mal gusto que lo diga pero al menos si estás de incapacidad no rechazarás que te invite una cena para celebrar nuestro primer aniversario —dijo Kaminari con algo de vergüenza en su voz, hasta su cara enrojeció.
El semialbino parpadeó un par de veces y luego rió, no había olvidado la fecha pero tampoco planeó nada todavía.
—¡Antes de que digas algo! Sí, yo te invitaré esta vez, es justo que lo haga. No tienes que pagar todo siempre ¿sabes?
—Ok pero tampoco hace falta una super cena, con el soba que preparas tan bien me basta y me sobra.
—No, nada de eso, nadie me quita las ganas de llevar a mi novio a un sitio bonito.
—¿Y el terco soy yo?
Denki hizo un ademán de darle una palmada en el brazo lo que hizo reírse nuevamente al mayor.
Lo malo quedó en el olvido hasta que llegó un médico en compañía de Natsuo que había sido requerido para firmar algunos documentos como familiar. Los tres recibieron una actualización del estado de Shoto y qué arrojaban los primeros análisis, a pesar de eso el pronóstico fue relativamente bueno y avisó que le darían de alta en unos días.
Como era usual la familia Todoroki se turnaron para cuidar al héroe, incluso Enji quiso apoyar contratando cuidadores privados pero la pareja lo rechazó como siempre, también las tías Ochaco y Mina estuvieron encantadas de echarles una mano con el cuidado de las gemelas.
Conforme pasaban los días Shoto mejoraba físicamente pero de ánimo no tanto, le molestaba no poder trabajar, que no encontraran un nuevo departamento dentro de su presupuesto y que otra vez le perdieran la pista a la liga de villanos. Como siempre nada le salía bien.
Una tarde que estaba en una de sus largas reflexiones Denki llegó a su habitación y puso el tablero de ajedrez en sus piernas, ese juego que abandonaron un buen rato pero quisieron retomar ahora que compraron uno de segunda mano, el anterior se quedó en el departamento.
—Escuché por accidente a tus hermanos... Resulta que tu padre pagó los gastos del hospital en mayo —expresó el chico eléctrico mientras acomodaba todas las piezas, no esperaba eso del hombre que prácticamente lo llamó interesado y trepador—. Es raro que no nos lo haya restregado antes, ¿quizás se ablandó de verdad?
—No caigas en sus juegos... No quería contarte pero Endeavor quiere ponernos una agencia —contó el bicolor rememorando lo desagradable que fue el último pleito con su progenitor—. Usar sus influencias para que crezcamos como héroes... Mierda hasta ya planeó una super trayectoria para las niñas. ¡Se le zafó el último tornillo que le quedaba!
Imaginar por un segundo a sus hijas pasar por un duro entrenamiento como el que tuvo que vivir gran parte de su infancia lo llenaba de rabia y claro, algo de temor también. No quiere que ellas pasen por el mismo infierno.
Kaminari lo escuchó y compartió su desesperación, no hacía falta ser psicólogo para saber cuán herido estaba Shoto por la crianza de Endeavor y por nada del mundo dejará que sus hijas sean sometidas a algo así.
—Es... Es un animal —atinó a decir el menor saliendo de su sorpresa—. Que descaro.
—Un animal muy avaricioso. Dejó de acosarme con su idea de mierda desde el ataque de ese villano venenoso, pero estoy seguro de que no quitará el dedo del renglón.
—Entonces seré yo quien lo mande al-
—Denki...
—¿Qué? Me guardé muchas cosas las veces anteriores, la próxima vez que lo vea sí le voy a decir todo lo que pienso.
—Ya no hablemos de él —pidió Todoroki tomando su brazo para llamar su atención, cuando se miraron a los ojos tiró de este e hizo una pequeña sonrisa—. ¿Apostamos algo antes de empezar a jugar?
—Sí... El que pierda lava la ropa este sábado.
El bicolor abrió la boca para protestar, no era el tipo de idea que tenía en mente, pero se quedó callado cuando Denki puso un dedo contra sus labios.
—Quizás un masaje para el ganador no vendría mal —agregó coqueto.
No era secreto para ninguno de los dos que extrañaban tener intimidad, pero gracias a la recuperación de la cesárea, cuidar a las bebés y con tantas ocupaciones en estos meses, además de vivir ahora en casa ajena ha sido imposible tener siquiera algún faje.
—Me gusta como piensas.
—Entonces ¡juguemos!
Shoto hizo el primer movimiento con las piezas blancas, no quería clavarse en la competencia pero al ver que Kaminari evitaba usar sus piezas predilectas no pudo quedarse atrás. Pasó más de una hora y el juego continuaba en jaque, ninguno ganaba realmente, en un punto la partida perdió interés.
El doncel reacomodó las piezas luego de preguntar dando chance de iniciar un nuevo juego, mientras lo hacía quiso comentar:
—Me ascendieron en el trabajo y debo ir un día a la agencia, cuando regreses al campo si pides tu descanso ese día nos queda bien ¿no? Podrás cuidar a las niñas.
Todoroki giró el tablero para ahora tener las piezas negras y luego miró el rostro de su novio.
—Sí, nos viene bien.
Los días continuaron y Shoto fue dado de alta, gradualmente se reintegrará al trabajo como le fuera posible, mientras haría papeleo. La noche que planearon salir a cenar dejaron a Koyuki y Nariko en casa de Kyoka, confiaban en lo responsable que es su amiga pero encontrar a Momo haciéndole compañía les alivió un poco, saben por experiencia que es mejor contar con apoyo al cuidar dos bebés y apenas saber nada de nada.
—No les des la leche muy caliente y que Koyuki no coma demasiado, suele tener reflujo por las noches —indicó Kaminari a su amiga que lo escuchaba con atención aunque nunca esperó oírlo hablar alguna vez como un padre preocupado por sus bebés.
—Ok, ok, no te preocupes, las cuidaré bien.
—Si surge cualquier cosa llámame —dijo el doncel quitándose del hombro una pañalera mediana del hombro.
—Lo haré, pero... Si es su aniversario ¿por qué no se despejan toda la noche? —preguntó la muchacha tomando la pañalera para dejarla en la mesita del centro—. Digo es justo que dediquen una noche a ustedes, pasenla bien. Toru dijo que también vendría al salir del trabajo, seremos tres super tías al pendiente de ellas. ¡Pueden ir a cualquier sitio totalmente tranquilos!
Denki aguantó la sonrisa cuando detectó un tono pícaro en la voz de su amiga, era clara su insinuación y agradecía que ofreciera un servicio de niñeras sin paga tan completo, pero no estaría bien que abusaran tanto.
—Gracias por pensarlo, pero no hemos estado tan distanciados... Y solo cumplimos un año de novios —dijo Denki con un leve sonrojo—. No necesitamos algo grande, volveremos a la una, espero.
De la sala caminaron al cuarto donde dejaron a las niñas dormidas mientras Shoto y Yaoyorozu platicaban un poco, aunque fuera breve era un buen momento para ponerse al corriente entre amigos absorbidos por la vida adulta. Intercambiaron un par de palabras más y la pareja se retiró agradeciendo el favor que hacían las chicas.
Subieron al carro, el rubio condujo hacia el restaurante donde planeaba darle una verdadera cita a su novio. Curioso, hacen muchas cosas al revés.
Aparcó el viejo Suzuki y fue a abrirle la puerta a Shoto, esta noche quería ser el de los detalles. Una vez que salió mientras el mayor echaba un vistazo al lugar, Kaminari buscó en la guantera la caja de regalo que escondió el otro día.
Viendo la fachada Todoroki agradeció que Denki no hubiera elegido un sitio muy ostentoso, no quería ni necesitaba una cena lujosa, con la presencia del chico que quiere le es suficiente. Sintió que la mano del susodicho se entrelazaba con la suya y sonrió involuntariamente, el doncel apareció a su lado tan feliz como siempre con sus brillantes ojos dorados y le pareció que está salida ya era perfecta.
Afianzó el agarre de sus manos y se encaminaron para entrar, el restaurante tenía un estilo rústico con sus lámparas caboche colgando del techo, sillas y mesas que parecían hechas de caoba y adorables velas puestas en el centro de cada una. Toda la iluminación cálida junto al apenas perceptible bullicio de los comensales generaban un ambiente muy romántico, el cual junto al sazón casero de la cocinera son el principal atractivo del local.
Una mesera muy amable llevó a los jóvenes a una mesa disponible, les dejó el menú señalando los especiales de la noche y pasó a retirarse.
—Es agradable aquí, no hay demasiada gente, ¿cómo supiste de este lugar? —inquirió el de doble quirk abriendo la carta.
—Rikido me lo recomendó, creí que comer algo casero en un ambiente relajado pero diferente sería bueno para esta noche —dijo Kaminari echando la caja en el bolsillo de su saco, sobresalía la mitad pero al menos no se caerá en medio del estacionamiento sin que se de cuenta.
—Me parece perfecto.
—Pues pidamos la comida... Que la noche no acabará aquí.
—¿Entonces dónde?
Todoroki solo recibió una sonrisa juguetona como respuesta, sin querer presionar enfocó su atención en el menú al igual que su novio, le dio el gusto de que toda la planeación fuera sorpresa y no pensaba echarse para atrás la mera noche.
La mesera volvió para tomar sus órdenes y no tardó demasiado en traerselas, mientras comían conversaron con normalidad evitando temas serios como el heroismo, de vez en cuando revisaban sus celulares por sí había mensajes de Jiro pero fuera de eso disfrutaban de los platillos y sobre todo de tener un momento para ellos.
—¿Qué vas a pedir de postre? —preguntó Shoto buscando a la mesera con la mirada.
—Un mousse de fresa —contestó el menor en cuánto la chica llegó con libreta en mano.
—Serán dos mousse entonces.
La mesera asintió y se llevó los platos vacíos avisando que no tardaría en volver. Denki estaba por sacar la caja cuándo vibró el celular del bicolor.
—No es Kyoka, solo es la agencia —dijo después de rechazar la llamada y bloquear la pantalla.
Por la sonrisa forzada el doncel intuyó que a Shoto no le importaba tan poco como quiso aparentar, iba a decirle que regresara la llamada cuándo volvió a vibrar.
—Atiende, no pasa nada.
Todoroki se disculpó y se levantó para responder en otro sitio. El rubio estiró sus piernas y suspiró, hubiera sido raro que el trabajo no los interrumpiera en algún momento.
La mesera trajo los postres, le agradeció y pensó en sacar su celular para escribirle a Jiro cuando el mayor ya estuvo de vuelta.
—Listo, ¿ya ves? No fue nada.
—¿Seguro? ¿No vas a salir corriendo?
—Para nada, ya apagué el teléfono. Podemos seguir en lo que estábamos, esta noche es para nosotros ¿recuerdas?
El semblante de Kaminari brilló nuevamente, entonces sacó el regalo y lo dejó en la mesa, un pequeño moño blanco decoraba la tapa.
—Feliz primer año entonces —dijo con entusiasmo.
El heterocromático miró la caja y luego al menor, sus mejillas se sonrojaron y extendió la mano para tomar la caja. En su interior encontró un adorable amigurumi de gato carey, lo tomó con la otra mano para mirarlo con atención, incluso tenía una placa con el nombre Bell.
—Te acordaste...
—Por supuesto.
En una ocasión Shoto le platicó que de niño quería tener un gato de mascota y nombrarlo Bell, pero su padre siempre se negó y eventualmente dejó de insistir.
—Quizás podamos tener uno de verdad en el futuro.
Denki sonrió ruborizado cuando el mayor le dejó un casto beso en los labios pasando por encima de la pequeña mesa. Estaba contento por haber hecho una buena elección.
—También tengo algo para ti —anunció el bicolor sacando una pequeña caja del bolsillo interior de su blazer.
El chico eléctrico la recibió, quitó el listón amarillo que la envolvía y al abrirla su sonrisa se amplió. Adentro había un collar con las letras D&S siendo rodeadas por el borde de un corazón, se complementa con los pequeñitos dijes de un rayo y un copo de nieve.
—¡Me encanta! —declaró sacando el collar de la caja para ponérselo enseguida—. Gracias.
Se inclinó sobre la mesa para acercarse al mayor, este avanzó unos centímetros y se dieron un breve beso. Casi tirar uno de los mousse les hizo recordar el postre, rieron y se dispusieron a degustar ahora con más alegría y el cariño a flor de piel.
Cumplían un año juntos.
Un año conociéndose, queriéndose, apoyándose, un año con altas y bajas pero que les ayuda a crecer y mejorar mientras forman una familia.
Terminaron el postre y pidieron la cuenta, Shoto intentó ver el ticket para aportar pero el doncel no lo dejó y sólo pagó con su tarjeta. Agradecieron el servicio y salieron del restaurante.
—¿Iremos a otro lado, dices?
—Sip, descuida está más cerca de la casa de Kyoka, no llegaremos taaan tarde por las niñas.
En auto viajaron casi veinte minutos hasta que llegaron a un estacionamiento pequeño, Denki dejó el vehículo cerca de la salida y desde ahí subieron unas escaleras. Todoroki preguntaba y preguntaba a donde llegaron pero el menor le pedía que fuera paciente, al terminar de subir el semialbino distinguió un letrero neón que decía "karaoke", ahí estaba la respuesta que quería.
—Nunca habías venido a uno ¿cierto, Sho?
—Cierto...
—Ok, las cabinas son privadas, no oyes a los otros clientes ni ellos a ti. ¡Hay gran variedad de canciones! —contó el rubio yendo al cubículo de admisión para pagar por unas tres horas de uso.
Conforme se acercaban a la cabina asignada Shoto se puso nervioso de repente, no era alguien que odiara la música pero tampoco lo tenía como hobby apasionante y venir a este lugar era una nueva experiencia.
—Denki, yo no canto.
—Ni yo, pero es divertido, ya verás.
El doncel tomó el control de la máquina empezando a buscar canciones, estaban organizadas por idiomas y por décadas, luego se desglosaban en género y artistas.
Una canción del grupo que Todoroki escucha en sus ratos libres empezó a sonar. Su novio con micrófono en mano cantó con una decente pronunciación mientras improvisaba unos pasos de la coreografía que obviamente no recordaba.
El mayor rió con ganas y empezó a corearlo mostrándole los verdaderos pasos que aprendió hace años viendo practicar a su hermana cuando creía que nadie estaba cerca, en algún punto de su vida le agarró gusto a la música y baile de la boyband que Fuyumi siguió en su adolescencia.
—Look Mr. Simple, simple you are you are cool just like that
Cantaron por diversión, no por competir ni impresionar, a ratos cambiaban la letra pero seguían riendo y sobre todo divirtiéndose.
Continuaron con unas canciones del mismo grupo y luego Shoto puso una canción del que Kaminari oye con frecuencia y cantó con mucha energía.
—Don't wanna stay, now we go please take me now to the magic named us
El subidón de emoción, complicidad y conexión entre ellos los aisló de todo el exterior, sus inquietudes se fueron y por este rato que pagaron todo fue carcajadas, bailes ridículos y recuerdos inolvidables.
Esa noche era muy importante para ambos, una de muchas.
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