Los diálogos en cursiva corresponde a lenguaje de seña.

Abrí la puerta de mi casillero, dejé mis pertenencias dentro, sonreí desganado y colgué mi mochila sobre mis hombros; estaba cansado, aburrido, derrotado. Había tenido una mala calificación en inglés. Otra vez. Golpeé mi frente contra el block de casilleros reiteradas veces dudando entre tirarme desde la azotea o simplemente cruzar la calle sin mirar hacia los lados. Lo que Diosito quiera. Sentí una mano en mi hombro y giré mi rostro. Era TaeHyung, fruncí el ceño malhumorado.

Asentí hacia él con confusión en mi rostro, dando a entender un claro "Qué".

-Sabes que le puedo pedir a NamJoonie que te enseñe inglés si lo necesitas, ¿verdad? -preguntó con sus ojos brillando en malicia dándole otro propósito a la propuesta.

-No, no. Jamás, no le hablaré.

-Creo que habla coreano.

Ladeé mi cabeza con confusión, ¿por qué el chico de intercambio sabría coreano? Está bien que tenga los razgos, pero siempre ha vivido en Estados Unidos.

-¿Cómo lo sabes?

-NamJoonie, y obviamente debe saber coreano para responder las pruebas. Tonto.

Sonreí mientras negaba, adoro a mi mejor amigo y el hecho de que su novio fuese popular me ayudaba mucho, en esta escuela nadie me molesta gracias a NamJoon. Además, ambos se preocupan mucho por mi. Quisieron aprender lengua de señas sólo para comunicarse conmigo.

Hace unos meses llegó un chico de Estados Unidos. Él es tranquilo, solitario, serio, inteligente y un prodigio musical. Toca el piano de una forma especial, se nota el cariño que le tiene al instrumento. Tiene aire de 'bad boy' y muchos piensan que lo es. Sin embargo, mis tres meses de acoso discreto me aseguran que no es más que un chico tierno y apasionado.

Siempre anda vestido de negro, con un gorro, zapatillas negras y la mochila colgando de uno de sus brazos. Eso es lo que todos observan, pero nadie lo mira más de lo debido. Si lo hicieran, se darían cuenta que su mirada siempre está hacia abajo, no comparte con nadie, todos los días lleva una manzana roja de colación, que en el almuerzo tiende a escanear todo el comedor en busca de compañía, no obstante, esa seguridad se disipa al instante, agacha la mirada y se dirige a su árbol. El árbol más afortunado de todos, aquel que presencia las sonrisas más sinceras por parte del pelinegro, y sus bellos ojos brillando por la emoción mientras lee el libro del día. Porque sí, todos los días trae uno nuevo.

Sentí un pellizco en mi brazo y miré extrañado a TaeHyung. ¿Cuándo había llegado NamJoon?

-Kook, te tengo una buena noticia -señaló Joon. -Soy compañero de YoonGi en el proyecto de lenguaje.

-Nam, JungKook no sabe su nombre.

-Saben que odio cuando hablan frente a mi, no puedo oírlos -dije puchereando.

-Se llama YoonGi, Min YoonGi. Y sí sabe coreano. Como siempre nos dices, no tiene amigos y es bastante agradable a pesar de su actitud hóstil con los demás -explicó NamJoon con una sonrisa en sus labios.

-¡Gracias! De verdad los amo -terminé de decir y los abracé.

-Ahora... ¿De verdad quieres seguir con la idea que tenías antes?

-Claro que sí, pero necesito que me ayuden.