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Me quiero Tatuar


—Pero miren quien viene por ahí, si es el mismísimo Lee Jinki —YunHo medio gritó, como siempre, muy alegre—. Tanto tiempo sin verte amigo —se dieron un pequeño abrazo mientras reían.
—Lo mismo digo, ha pasado un tiempo.
—Hey, Jinki, hasta que por fin te animaste. Pensamos que nunca vendrías o aceptarías nuestras salidas —inquirió alguien más de los que ya estaban en la mesa.
—Sí, bueno, hoy decidí salir un poco más de casa, así que llamé a Jong. Ya sabes, él es siempre el alma de las fiestas —todos rieron, asintiendo a lo dicho. Sin embargo, alguien se reincorporó a la mesa, llamando su atención. —Oh, ¿cómo has estado Junmyeon-ssi? Los años te han sentado bien.
—¡Lee! Jajaja, gracias. A ti tampoco te sentaron mal —respondió Kim, alzando las cejas a modo coqueto, logrando que el rubor se instalara en sus mejillas.
—Dejen de coquetear y siéntense de una vez —ahora fue el turno de Junmyeon  de sonrojarse un poco.

Todos en aquella mesa sabían que Kim Junmyeon había tenido un muy fuerte crush con Lee Jinki en la universidad. Sin embargo, este nunca se dio cuenta. Enserio, él era tan despistado -y lo sigue siendo- que nunca de dio cuenta de los coqueteos que su amigo le daba, hasta que Jonghyun se lo soltó, harto de la situación.

Aunque tras aquello, Jinki no supo cómo tratarlo (y tal vez aún no sabe cómo hacerlo). Es decir, Junmyeon es realmente atractivo, y que se haya fijado en alguien como él le cohíbe un poco. Incluso ahora, se siente como una colegiala nerviosa por que su crush le haya notado.

Sí sí, muy cliché todo, ¿no?
Pero bueno, para eso está aquí la gente, para leer cosas cliché y cursis.

Bueno, ¿en qué estábamos? Ah, ya, en Junmyeon. Pero eso ya fue, ya debe estar hasta casado. —¿Y dime Onew-ssi? Oh espera, si te puedo decir así, ¿no?
—Claro Jun, no hay problema —el contrario le regaló una sonrisa antes de seguir hablando. —Perfecto, entonces Onew, ¿cómo te ha ido? Jonghyun nos dijo que estabas trabajando en una buena compañía.
—Bueno, no me quejo, me va bien y la paga es buena —era un hombre de pocas palabras.
—Oh, ahí vienen los demás —alguien dijo. Por la puerta, Kim Heechul, Shim Chanming, Kim Taeyeon y Kim Minseok entraron, llegando a la mesa saludándolos a todos. Wow, los populares de su clase. Sorpresivamente se había llevado muy bien con ellos. Probablemente gracias a Jonghyun.

—¡Jinki! Por fin aceptaste nuestra invitación —exclamó una emocionada Taeyeon, quién lo abrazo, tomándolo por sorpresa. Nada más alcanzó a palmearle el hombro a su pequeña amiga. No sabía cómo lidiar con tanto afecto.
Los demás lo saludaron solo de lejitos, sonriéndole con mucho cariño. —Bueno bueno —soltó Minseok, mirando la mesa con poca comida y bebida— ¡La hora de beber ha empezado!

Unos minutos pasaron, tornándose después en unas horas, y él realmente piensa que no fue malo haber ido. Tras unas cuantas copas y un poco de comida, el ambiente se sintió más ameno para él. Podía decir que se estaba divirtiendo con sus amigos y su cuerpo estaba relajado, cómodo. No recuerda haber tenido algo así en mucho tiempo. Ugh, se había perdido de tantas cosas, y ahora que ve a todos sus amigos revivir los recuerdos de ellos en la universidad lo siente tan gratificante que no sabe si reír o llorar de lo emocionado que está, o quizá es el licor que ya está haciendo efecto en él. Quizá debería parar un poco. O quizá no.

—Jinkilin, creo que deberías dejar de beber. Tú no estás acostumbrado a beber tanto como estás haciendo ahora —mencionó su moreno amigo, tratando de retirarle la jarra de cerveza de las manos, cosa que logró evadir Jinki, un puchero formándose en sus labios.
—Como siempre, Jonghyun cuidándolo. Casi pareciera que tu eres mayor —soltó Taeyeon, haciendo reír a Heechul en el proceso.
Pero Jinki no estaba contento. No le hacía gracia.
—¿Por qué no puedo beber más? Me estoy divirtiendo Jjongie, ¿acaso no querías que me divirtiera? —el contrario de pronto estaba avergonzado. Nunca había presenciado la faceta de niño berrinchudo del mayor, y ahora más que nunca estaba seguro de que debía detenerlo.
—Claro que quiero que te diviertas, pero ya tomaste lo suficiente, quizá te has pasado —el puchero en sus labios tembló, lo que no fue buena señal para el moreno. Los demás en la mesa veían la escena con diversión e intriga, atentos a lo que pudiese ocurrir. Minseok incluso sacó su celular, quizá podría tener un vídeo vergonzoso con el cual molestar al mayor más adelante.
Jinki estaba medio molesto. Se estaba divirtiendo, ¿qué tenía de malo? Incluso ahora, recordó esa resolución que había tenido en la mañana. Esa idea super rebelde que le había rondado por un tiempo. Poniéndose de pie y con la expresión más seria que pudo se volteó hacia Jonghyun, quien lo miraba entre asustado y atento, todos los demás expectantes a lo que diría.

—Me quiero tatuar.

Ese fue el detonante para que sus amigos soltaran una gran carcajada, la mesa volviéndose un alboroto ruidoso y desenfrenado. Pero para él no era gracioso.
—¿Que les causa tanta gracia? —una vez más el puchero se asomó en sus labios.
—¡Oh joder! —exclamó Heechul, limpiándose una lagrimita falsa mientras se sostenía el estómago con la mano contraria— creo que he bebido de más, alucino cosas.
—Oh vamos Jinkilin, no te atreverías. Mira, estás ebrio en estos momentos, ya bebiste muchísimo por hoy amiguito —soltó Changmin, quien parecía haber hablado cuando Jjong.

Sin embargo, no estaba de acuerdo.
Lo había decidido aquella mañana. Su etapa rebelde, o su momento de libertad, lo que fuera, iba a comenzar por hacer cosas que no se atrevió o atrevería, siendo esa la primera. Golpeteó el suelo con las suelas de sus zapatos, y aunque fuera infantil, deseaba que lo tomaran en serio.

Ante aquel gesto, Jjong, quién lo conocía mejor que nadie en aquella mesa, suspiró. Sus manos yéndose a su cara y tallándose en resignación. —Para que veas que soy buen amigo, te voy a recomendar a mi tatuador de confianza —soltó, la carita del mayor iluminándose ante aquella respuesta.
—Deberás ir a este estudio —dijo a la par que le extendía una tarjetita negra con impresión plateada en ella. Jinki la tomó a como pudo, pues de pronto todo le daba vueltas—. Deberás pedir que te atienda Choi MinHo, él es excelente. Síp, solo lo mejor.
—Si te tatúas tienes que mostrarnos, Onew —replicó Taeyeon con emoción.
—Claro que sí, ya verán —refutó. Sin creer palabra alguna, se rieron una vez más, incluso el mismísimo Jinki, aunque sus risas fueran por razones distintas.
Él reía por lo tontos que eran al pensar que no lo iba hacer. Estaba decidido, y cuando eso ocurría, es porque lo haría.
—Solo esperen —pensó, solo para tomar asiento una vez más

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