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"Asombrosa Sorpresa"

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—Voy a estar bien padre, no me pasará nada —Le decía a mi padre mientras seguía abrazándome con mucha fuerza, tanto que, no podía respirar. Mi abuela lo reprendió un poco para que me soltara y así poder despedirme de los demás.

Estábamos ya en el aeropuerto desde temprano y ya había empezado a recibir mensajes de mi agente para saber en dónde estaba e informándome que no debía llegar tarde al vuelo. Terminé de abrazar a mis abuelos y me dirigí hacia Nora quien tenía un caballo de peluche. Se parecía a Rubí.

—¿Qué es eso pequeña? —Le pregunté a la pequeña niña de cabello cobrizo como el mío

—Es para Rubí, ella ama los juguetes que le doy —Me da el caballo negro con un mechón de la sien blanca —. El abuelo lo hizo para mí, pero quiero que Rubí lo tenga para jugar.

Sonreí al escuchar a mi pequeña hermana diciendo eso. Ella de verdad es un diamante en bruto. La abrace con los ojos empañados, le di muchos besos y le dije que cuando termine el torneo haría hasta lo imposible por traerlos a todos a Suiza. Me despedí de ellos y me dirigí a la puerta que daba hacia el avión.

Me subí a este y empecé a hacer mis ejercicios de relajación continuamente mientras me aseguraba de que trasladaron a Rubí como se corresponde y no le pasara nada. Mi teléfono comenzó a sonar, la azafata me pidió que lo apagara, obedecí y deje que el silencio del avión me invadiera y me lograra conciliar el sueño.

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Suiza – Los Alpes

El avión había aterrizado ya en la pista, baje del avión con mi equipaje en la mano y una chaqueta para el frío. Entre al aeropuerto y en la salida me estaba esperando Milo, mi agente y mi gran amigo de aquí desde la primera vez que llegue a Suiza. Levantó sus brazos emocionado y yo corrí hacia él con esa misma euforia, nos abrazamos un rato, nos separamos y nos subimos a una limusina bastante de lujo.

—Voy a ignorar el hecho de que no contestabas mis mensajes —Me reí un poco

—Perdón, estaba en el avión cuando me llamaste —Dije con un tono inocente, se encogió de hombros y cambio de tema

—Iremos al hotel en donde están hospedando a los participantes, después tendrán una reunión que será dentro de tres horas, tienes para darte una ducha y cambiarte de ropa, sé que hubieses preferido llegar a descansar, pero sabes cómo es esto —Mira su reloj llevando el control del tiempo y yo asiento mostrando entendimiento —. Me avisaron que a Rubí la van a trasladar directamente al establo St. Moritz

—Que bien, pero que tengan cuidado con ella, sabes lo sensible que es —Le recordé

—Un experto en caballos ya está encargándose de eso. —Me asegura y me encuentro más aliviada

Durante el trayecto, Milo me explica las normas del torneo, asiento varias veces demostrando entendimiento, cuando nos damos cuenta, ya estamos en el centro de equitación St. Moritz. Al lado del centro había un hotel exclusivo para los participantes del torneo, entramos a este y había un montón de chicos de todas partes del mundo, charlaban, se divertían y tomaban fotos de este momento estando en uno de los mejores torneos de Suiza.

Aclaremos, para lograr participar en estos torneos tienes que ser uno de los mejores jinetes de tu propio país, eso incluye la disciplina, la educación que le has dado a tu caballo o yegua y también la cantidad de medallas de oro que hayas logrado obtener. Yo me destacaba en Irlanda por ser una de las mejores amazonas representando a mi país de origen y gracias a eso, conocí a Milo y llegué hasta donde estoy actualmente.

Empecé a caminar hacia la recepción del hotel, me dieron la tarjeta de mi habitación y traté de no hacer ningún tipo de contacto visual con nadie, aunque... sentía que me miraban con desprecio o como si fuera una especie de amenaza para ellos. Me dirigí a las escaleras, pero tropecé con una chica accidentalmente. Como siempre, no se me quita la costumbre de tropezar con todo el mundo cuando estoy nerviosa y metida en mis pensamientos.

—¿Por qué no miras por donde vas, rarita? —Me dice enojada y levanto la mirada para verla a los ojos

La chica es muy linda a decir verdad, tienes los ojos azules, tez blanca, cabello rubio cenizo, sus labios están pintados de rojo y tiene un cuerpo esbelto muy bonito. Su mirada es muy intimidante y sinceramente, podría ser capaz de hacer cualquier cosa para no tenerla a ella de enemiga. La voz de una chica me hizo apartar la mirada de la rubia.

—¿Ya asustando a la competencia, Ava?, deberías relajarte un poco o te saldrán arrugas —La chica morena se burla de la tal Ava y yo solo veo la escena con curiosidad

—Pudrete —Insulta la rubia a la morena y yo solo quedo confundida con lo que acaba de pasar

—Tu tranquila, ella es asi cuando ve nuevas caras por aquí cada que hay un torneo nuevo —Me explica la morena y no soy capaz de decir nada por que no soy de socializar con la gente, solo quisiera llegar a mi habitación y darme una ducha caliente para descansar unos minutos. La chica morena extiende su mano hacia mi y yo se la estrecho —. Soy Tania, pero muchos me dicen Tani, ¿Cuál es tu nombre?

—Nessa, pero muchos me dicen Ness —Me quede callada por un momento

—Un gusto en conocerte Ness, ¿Quieres que te acompañe a tu habitación? —Asiento sonriendo un poco por su amabilidad. Quien diría que ya encontré a alguien que es amable conmigo el primer día

Subimos las escaleras y vamos caminos por los grandes pasillos que llevan a distintos lugares del edificio. Hay varias puertas que llevan a las habitaciones de cada persona que se hospeda aquí y en las puertas tienen sus respectivos números.

—¿De dónde eres, Ness?, ¿Eres una novata con suerte o ya tienes experiencia en todo esto? —La pregunta llega a ofenderme un poco pero no le doy mucha importancia —. No me malinterpretes, han entrado muchos chicos novatos aquí y estoy sorprendida por cómo pudieron entrar al torneo con un mínimo de medallas, pero después investigué un poco y me di cuenta de que eran unos hijos de papá, ya sabes, ricachones que pueden comprar a cualquiera de los organizadores y los jurados.

¿Cómo sabía que me había ofendido su pregunta?, cierto, se me olvidaba, soy un libro abierto y hago expresiones raras sin darme cuenta de ello.

—No, no soy nada de eso, soy amazona desde los diez años, mi padre fue un jinete innato y yo seguí sus pasos, se podría decir que soy una de las mejores amazonas de Irlanda, mi país —Hice una pequeña pausa —. Gane muchos torneos aquí también solo que fueron torneos pequeños hasta ahora.

—Vaya, felicidades. ¿Quién es tu padre?.

—Louis Kane.

Al decir el nombre de mi padre, la chica se queda paralizada en medio del pasillo grande y yo la veo con una ceja levantada.

—¿Qué sucede?

—¿Louis Kane? ¿El mejor jinete de equitación que obtuvo el primer lugar en el torneo de equitación de Inglaterra?, ¿El ganador número uno de las olimpiadas? —Las preguntas empezaron a abrumarme y solo me limitaba a asentir con la cabeza y ella empezó a emocionarse, demasiado —. Es uno de los jinetes más grandes de la historia, ¿Se recuperó de la lesión?, ¿Cómo logro saltar con su caballo a una altura de casi dos metros?, nadie lo había logrado, solo el...

—No quisiera hablar de eso —Seguí caminando y ella suspiro entendiendo mi respuesta —. ¿Tu de dónde eres?

—Cuba. Soy una de las pocas amazonas que hayan podido lograr estar aquí siendo de Centroamérica, pero bueno, logré ser una de las mejores de mi país —Me explica y antes de llegar a mi puerta, un chico tropieza con nosotras

—Lo siento, Tani —Se burla de Tania y ella solo protesta, el chico posa sus ojos en mí con una amplia sonrisa, se acerca a mi y toma mi mano para besar el dorso de esta —. Hola preciosa, soy Matías, pero me puedes decir...

—Don coqueto chileno. ¿No cambias, cierto? —Lo interrumpe Tania

—Solo si aceptas casarte conmigo, cubana.

—En tus sueños.

El chico se fue muy sonriente, yo abrí la puerta de mi habitación con la tarjeta, al entrar visualicé todo. La cama era matrimonial, el baño era muy amplio, había un televisor gigante colgado en la pared que esta enfrente de la cama y una chimenea debajo de la tv. Había un jarrón con dulces en la mesita de noche que se encontraba a un costado de la cama y un teléfono para llamar a la recepción por si quería pedir cualquier cosa.

—Bueno, si necesitas algo, mi habitación está al lado, dejaré que te instales, adiós Ness —Se despide dejándome sola en mi habitación

Dejo mi chaqueta en la cama, organizo mis cosas en el armario, me meto a bañar dejando que el agua me relaje por unos segundos, salgo del baño y me cambio de ropa. Mi teléfono suena indicando que alguien me llama, tomo la tarjeta de mi habitación, la guardo en mi bolsillo y salgo del cuarto atendiendo la llamada recostando mis brazos en el barandal. Contesto la llamada y...

—¿Sí?

—¿Cómo estas, cielo? —La voz de mi padre hace que me sienta menos estresada

—Bien, ¿Cómo están ustedes?

—Estábamos esperando tu mensaje, pero no llegó nada —Se me había olvidado por completo

—Perdón, apenas acabo de llegar y me había dado una ducha y, bueno, olvide mandarles un mensaje —Me disculpe y el suspiro

—Esta bien cariño, ¿Ya te instalaste? ¿Trasladaron a Rubí?

—Si, iba a ver como esta y quería darle unas manzanas para que comiera, debe estar hambrienta.

—Ve, hablamos mañana, cuídate.

—Adiós.

Antes de poder guardar mi teléfono, un chico tropezó conmigo y mi teléfono voló hacia el último piso. Pude escuchar el sonido de la pantalla crujir y eso me dolió.

—Lo siento —Murmuró el chico

No le preste atención. Baje las escaleras lo más rápido que podía esperando que al menos siguiera con vida y...

Cuando llegue al ultimo piso, un chico lo tomo y me lo dio en mis manos.

—Carajo —Solté una maldición

—¿Es tuyo? —Me pregunta

—Sí —Gruñí frustrada

¿Ahora que hare? No tengo dinero para comprarme otro, todo lo que tenia lo gaste en el viaje.

—¿Necesitas ayuda? —No había visto al chico a la cara hasta ahora. Que guapo.

El chico es alto, de tez blanca, cabello negro azabache, ojos oscuros y lleva puesto una camiseta negra junto con un abrigo del mismo color que lo hace ver más pálido y completamente atractivo.

Sacudí la cabeza cuando me di cuenta de que lo estaba viendo muy fijamente a los ojos sin razón aparente.

—Eh... No, gracias —Tomé mi teléfono de sus manos y estas rozaron por un momento y salí, prácticamente, corriendo del lugar.

Llegué a los establos y vi que había muchas personas allí practicando y saludando a sus caballos. Rubí estaba en un cubículo privado para ella, abrí la pequeña puerta que no la dejaba salir y comencé a acariciarla con suma delicadeza. Había unas cuantas manzanas en una cubeta al lado de su puerta, tome una y se la di en la boca para que comenzara a comer. Al cabo de unos minutos, se había comido unas siete manzanas lo que me dio a entender que el viaje le dio mucha hambre.

Se quedo sentada en su cubículo y la deje como estaba. El megáfono se encendió anunciando que ya era hora de la fiesta de bienvenida. Me dirigí al anfiteatro del centro de equitación y había muchos rostros que se veían intimidantes, todos unos profesionales por lo visto.

Todos empezaron a sentarse y yo me senté en las primeras tres filas del anfiteatro, Tania y Matías se sentaron conmigo. La presentadora hizo una leve reverencia y saludo a todos los participantes.

—Espero que estén disfrutando de nuestras instalaciones, por que como ya saben, dentro de unos días será el torneo de equitación aquí en el Centro de Reservas St. Moritz Swirtzerland —La gente empezó a aplaudir eufórica y emocionada —. Como es costumbre en los torneos, nuestro jurado esta constituido por los mejores jinetes y amazonas a nivel mundial.

Presento a todos los que formaban parte del jurado, entre ellos:

Irad Ortiz Jr., el jinete puertorriqueño que ha sido un jinete líder en el circuito de carreras de caballos pura sangre de Nueva York desde 2012. Ganó su primera carrera de la Breeders 'Cup con Lady Eli en 2014, y su primer American Classic on Creator en 2016. Belmont Stakes. Considerado uno de los mejores jinetes a nivel mundial en este año. Creo que voy a desmayarme...

Tyler Gaffalione, el jinete estadounidense que, desde que fue votado como el Premio Eclipse por el Campeón de EE. UU. 2015, el Aprendiz Jockey, se ha convertido en una de las estrellas en ascenso de las carreras que ha ganado más de 200 carreras cada año en sus primeras tres temporadas completas. ¿Alguien recuerda como se respira?, por que yo no, je.

Y... OH DIOS MIOOOOO

Drayden Van Dyke, el jinete de carreras de pura sangre que en 2014 fue votado con el premio Eclipse, el mayor honor nacional para un piloto aprendiz estadounidense. Soy su mas grande fan, debo estar soñando, alguien que por favor me pellizque.

—Y por último y no menos importante, el legendario Louis Kane nos acompañara el día de la competencia —Trágame tierra y escupeme en Marte, no acaba de decir eso...

—¿Acaso dijo que tu padre vendrá? —Inquiere Tania y yo solo sigo paralizada

—¿Tu padre es Louis Kane? —Pregunta Matías con mucha curiosidad y eso solo hace que tenga muchos más nervios de los que tenía.

Salí corriendo de allí como pude como si mi vida dependiera de ello, me quería esconder del mundo entero, pero la suerte nunca esta de mi lado cuando de eventos se trata. Me caí en los primeros escalones hacia la salida y...

—Srta. Kane, suba por favor —¿Acaso estoy pagando algo malo, señor?

Uno de los guardias me ayudo a levantarme y me dirigieron a la tarima en donde se encontraban los mejores jinetes con sus ojos fijos en mí y casi podía deducir que estaban atónitos por el gran parecido que teníamos mi padre y yo. La presentadora me miro fijamente y yo solo estaba ahí parada como un tronco.

—Saluden a la hija de Louis Kane, Nessa Kane —Todos fijaron sus ojos en mi haciendo un ademan de asombro —. Ella participara en el torneo, es una de las mejores amazonas en su país de origen, Irlanda. Demos le un fuerte aplauso.

Los aplausos retumbaron en mis oídos y yo solo les mostré una sonrisa tímida pero amable, los fotógrafos nos pidieron a los del jurado y a mi una foto, yo estaba nerviosa por muchas cosas, entre ellas: Estar cerca de los mas grandes jinetes a nivel mundial y conocer a mi jinete favorito de todo el mundo.

Al terminar con la foto, se despidieron de mi diciéndome que estaban encantados de conocerme, el Sr. Van Dyke se dirigió a mi con mucho respeto.

—Srta. Kane, es un honor para mí conocerla —Mi corazón comenzó a latir muy fuerte en ese momento. ¿Cómo carajos se respira? —. Soy un gran fan de su padre.

—Yo soy tu fan... —Pensé en voz alta y ya me arrepentí por lo que dije —. Quiero decir no, digo si, ósea sí, pero...

—No se preocupe, veo que el sentimiento es casi mutuo —Se ríe y un poco me sonrojo. Es que es tan lindo...

—Algo así.

—Nos vemos Srta. Kane —Pasa por mi lado

—Adiós Sr. Van Dyke.

Se va y yo bajo de la tarima, Matías y Tania me invitan a cenar en un restaurante que estaba al otro lado de la calle enfrente del establo. Buscamos una mesa vacía, nos sentamos, pedimos chocolate caliente y el camarero se fue con nuestra orden y la carta dejándonos solos en un completo silencio.

—¿Qué sucede, Ness? —Me pregunta Tania y me doy cuenta de que estuve jugando con las servilletas desde que nos sentamos

—¿Eh?, oh, nada

—¿Segura?, Estuviste todo el rato haciendo aviones con las servilletas —Señala la figura de un avión de papel de servilleta que hice mientras estaba sumergida en mis pensamientos

—Sigo sin poder creer que eres la hija del gran Louis Kane, aunque el parecido es bastante evidente —Menciona Matías lo que me hace sonrojar

—Agh, quisiera que la tierra me tragara viva y me escupiera en el lugar más desolado de este mundo —Gruño con frustración llevando mis manos a mi cara

—Mejor cambiemos de tema —Dice Tania y llegan con nuestros pedidos —Hagamos un brindis, por lograr estar aquí por nuestra cuenta y no por el dinero de nuestros padres.

Chocamos nuestras tazas de chocolate y tomamos un sorbo.

Al menos se que con ellos no me sentiré abrumada cuando de mi familia se trata. No me gusta hablar mucho sobre mi familia, por que me siento expuesta y desprotegida. Ser una figura pública no es fácil y menos en el mundo de la equitación, eso fue lo que aprendí por mucho tiempo después del accidente de mi padre.

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<<La equitación no es solo competencias, es un estilo de vida y si eres famosa, debes tener cuidado con las personas que dejas entrar a ese estilo de vida al que te acostumbras con cada paso que das y la fama es capaz de hacerte olvidar de tus raíces en un chasquido de dedos. Recuerdalo Ness, siempre>>

La frase de mi padre llego a mi mente mientras estaba acostada en el heno que había en el cubículo de Rubi. Luego de la cena con los muchachos, decidí venir para pasar la primera noche con ella, ya que se asustó por los gritos de los adolescentes que estaban celebrando su bienvenida en el centro de St. Moritz.

Acariciaba con delicadeza la sien de mi yegua quien dormía plácidamente en el heno. La mire por unos segundos y siempre me recuerda a mi madre cada vez que la veo dormir. Mis ojos comenzaron a picar y una lágrima descendió por mi mejilla, la limpie y el sueño me golpeo con mucha fuerza al cerrar los ojos por unos mínimos segundos.