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Día uno: Canciones

→Canciones: Y E S , Acid Black Cherry

"Es solo una simple frase, pero, ¿por que no puedo expresarla hacia ti? "

"-Si bien, la labor de una parca era dirigir a las almas hasta que encontrasen descanso, reencarnaran o simplemente se perdieran, no volviéndose a encontrar después de eso, pese a esto, JiMin se preguntaba por que aquella alma había llegado tantas veces hacia el y la razón por la cual era cada vez mas difícil despedirse."

Sus parpados cedieron a la presencia que sabia que estaba a su frente, no necesitaba demasiado para sentirla y antes de siquiera abrir completamente los ojos, la parca ya sabia de quien se trataba, había sucedido tantas veces.

"¿Cuando fue que comenzó todo?, no puedo recordarlo"

El niño le sonrió como si el lugar le agradara en demasía. El limbo podría ser un lugar hermoso, pero albergaba cosas horribles a las que aquellas almas no podían acceder y menos entender, porque habían dado su ultimo respiro a la espera de una nueva vida, un descanso dulce o en pocos casos, vagaban dentro de un barranco de perdición del cual no saldrían nunca.

— Estas aquí de nuevo — Su voz fue baja y calmada, el niño ladeo la cabeza e hizo un ademan con la mano, señalando su cabello. JiMin frunció el ceño algo confundido por un segundo, hasta que noto el rojizo de soslayo, toco su melena castaña y observo el cinto rojo que estaba amarrado desastrosamente en este. El pequeño y pálido niño sonrió cuando le miro, parecía orgulloso de su cometido, la parca no pudo evitar sonreír levemente, correspondiendo a su inocencia. 

— Señor, usted parece tenebroso cuando duerme — La voz del pequeño niño se escucho risueña, así como su apariencia de pantaloncillos cortos y una camisa simple con botones, no traía zapatos, realmente nunca le había visto con algún par de ellos, probablemente porque este los tiraba por algún lugar del extenso jardín, donde las flores tenían un color poco usual para lo que se observaba en la tierra de los vivos, lilas eran los arbustos y el cielo lejos de pintarse de celeste, mantenía tonos naranjas y azulados, la neblina se alojaba por cada rincón, a veces espesa, otras no tanto. 

—¿Lo crees? — JiMin ladeo la cabeza con una sonrisa un poco mas sincera —Muchos dirían lo contrario ¿sabes? — Dijo mientras se paraba de la banca, aun con la mirada puesta en el niño quien con los brazos detrás de su espalda no hacia demasiado, a parte de mirarle con detenimiento también. 

Fue una suave brisa la que se colo por las lisos cabellos azabache del niño y permaneció solo un par de segundos mas, pegando molestamente un par de mechones en sus ojos, cuando logro acomodarlos de nuevo, no tardo para nada en notar la mano que la parca le ofrecía, por inercia su vista fue a esta, buscando los ojos contrarios. JiMin le miraba con una sonrisa de un solo lado.

No dudo demasiado en tomarla, sintiendo la frialdad de los dígitos contrarios y la delicadeza con la que se vio jaloneado para emprender una lenta caminata. Sonrió porque no podía hacer nada mas que eso.

— Señor — Fue de nuevo el chico quien con una extraña mirada deseaba llamar su atención, mientras con cada paso se acercaban cada vez mas a su destino. La parca le miro de soslayo ya sabiendo lo que diría. El niño se tomo un segundo para mirar hacia el frente, para con otra sonrisa de dientes cuestionar:

—¿Usted ama? — La pálida mano se apretujo un poco mas a la propia. — Y si es así, ¿Puede amarme? — No importaba cuanto pasase, la extraña pregunta de aquella alma era la misma con cada una de sus vidas. La puerta y el individuo con un manto negro en el rostro al igual que su ropaje de siempre estaban a solo unos metros y con cada paso el niño simplemente perdía la sonrisa de siempre, JiMin nunca le daba una respuesta hacia esto, porque, aunque eran innumerables las veces en las que había hablado y guiado a ese niño, las parcas no pueden hacerlo.

Se suponía que aquellos ángeles de la muerte solo estaban ahí para guiar a las almas, y así pagar por el mas grande de los crímenes -según el cielo-, cumpliendo una condena de miles de años como parcas, sin aquel extraño y anhelado sentimiento, el amor, porque al suicidarse había desechado lo mas hermoso que existía, la vida misma.

—De nuevo — Dijo con voz profunda el otro ángel oscuro encargado de llevar a las almas por la ultima fase, la reencarnación o el descanso final. Le vio agacharse a la altura del pálido chico y cogerle de la otra mano, aquella que estaba libre. No debería importarle la resistencia que este ponía al se jalado por el otro... 

Pero, entonces, ¿por que?... si se supone que debe darle igual, ¿por que siente dolor mientras aquel niño le mira con suplica, no deseando alejarse de el, aunque su tacto solo lo helase?, ¿por que a su mente solo viene su sonrisa y extrañas caricias de una versión mas desarrollada y adulta de aquella pequeña e inocente alma?

¿Por que deseaba lagrimear justo ahí, aun cuando sus parpados no eran capaces de dejar salir ninguna gota de esa agua salada que expulsaban los vivos cuando experimentaban emociones mas allá de su propio control?

No deseaba seguir viendo como finalmente y después de rendirse, el niño se dejo llevar por el otro individuo, su mano libre moviéndose de un lado a otro en un "adiós" que pareció comerle el corazón que estaba seguro ya no tenia. Decidido se dio la vuelta sin dirigir mas miradas a la pura alma que se iba lejos, Se encamino hacia la neblina a la espera de otro par de flamas a punto de renacer o dejar de existir en el mundo real.


"Cuando caí en cuenta, comencé a recordar aquel día contigo"


No sabia como u por que las imágenes de un vivo el y otro chico estaban volando justo en su frente, penetrándose en su mente si un aviso aparente. Mientras sostenía la mano de un desfalleciente...

—YoonGi... vas a mejorar, ¿si?  — Se vio a si mismo besar la pálida mano, mientras el miedo crecía dentro de si, así como la resignación a la cual se estaba viendo reacio a aceptar, aun conservando la necedad de un cambio. Ah, aquel amado suyo estaba muriendo y el simplemente no quería aceptarlo.

JiMin... ¿Me amas? — Esa era su pregunta favorita, nunca se cansaba de cuestionarla, JiMin nunca correspondía a sus palabras, mostrando una mirada maliciosa, simplemente sonreía, porque sus palabras se quedaban atoradas en la garganta, no deseando que ese "te amo" que tanto deseaba escuchar YoonGi fuese la despedida mas dolorosa del amor de su vida, al que conoció ya cuando los problemas de salud eran demasiado grandes para manejarse con la pobre medicación de aquella época.  

A veces las cosas parecían mejorar hasta un día, simplemente comenzó a considerar el decirlas, pero tal parecía que era tarde, pues YoonGi había muerto justo el día de su cumpleaños, dejando al otro con la voz quebrada y el llanto inconsolable, así como su amado se había ido, su voz también lo había hecho, al igual que sus ganas de continuar por la vida, el nunca pudo expresarse y cuanto se arrepintió por ello... para el siguiente año, a solo unos días de que fuese su cumpleaños de nuevo, JiMin había decidido que no podría soportar llegar a ese día otra vez.

Y lo siguiente que recuerda, es la neblina del limbo, mientras su piel era extraña tonalidad gris y su ropa era negra y nada mas. 


"Te amaba"

Cuando la JiMin volteo de nuevo hacia donde iban el niño y el otro ángel, no pudo retenerse a gritar como si todo su volumen se había reservado solo para ello:

—¡YoonGi! —La pequeña alma volteo con los ojos grandes y asustados, mientras los pasos de JiMin solo eran rápidos y los jaloneos del niño al intentar soltarse del otro eran mas bruscos y efectivos. Ambos corrieron hasta encontrarse con el cuerpo del otro. La parca abrazándolo con tanto alivio, porque le había alcanzado, había impedido que fuese a descansar sin haber vivido lo suficiente. Observo con las detenimiento y el cuerpo que sostenía ya no era un niño.... era un muchacho adulto que no paraba de mirarlo con ojos brillantes, mientras que de los orbes propios salia sangre reemplazando a las lagrimas. Aunque su garganta estaba doliente, y su cuerpo parecía perder lo poco de inmortal que tenia, JiMin pudo verle a los ojos a su amado y entonces correr con sus manos juntas, entrelazadas, hasta otra puerta... donde podría regresar a la tierra.

— Te amo, te amaba.... — Cerro los ojos diciéndolo y los volvió abrir, mientras su voz era llorosa y la sangre de sus ojos era mas clara — Te amaba.... te amo — Soltó un grito lastimero cuando las manos suaves tocaron su horrible rostro y aquel chico le sonreía con tanto amor...

Era solo un frase... — Escucho su voz mas ronca — Pero, ¿Por que era tan difícil expresarla ante mi? — Finalizo YoonGi, justo antes de que JiMin le sonriera y amarrase aquel listón rojo en la muñeca pálida del otro.

—Regresaras... y cuando pueda... te juro que estaré ahí esperándote, este listón es nuestro anillo y para cuando despiertes... — Las palabras fueron indefendibles a medida la puerta a su lado era abierta y la luz blanca, así como el humo le envolvían cada vez mas.

El respiro que soltó fue tan grato y doloroso, como la penumbra de lo que su mente era para ese entonces.

"Despertó" era lo que todos decían.... pero el solo podía fijarse en el listón rojo que de su mano colgaba.

Y probablemente espero un par de vidas mas, para que el y aquel amado suyo volviesen a encontrarse...


Llegando casi al final del dia, xdxd ganando como siempre xdxd

Nos leemos

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