—Últimamente Jimin está... ¿Más bueno? —soltó Jungkook, mirando a su amigo platicar con Taemin, un beta que desde hacía ratos ya andaba detrás de Jimin.

Namjoon apartó la vista de su hamburguesa para ver el rostro de Jungkook y seguir la mirada de este hasta topar con Jimin.

Ese día, Jimin vestía un jeans flojo, roto en los muslos y rodillas, sostenido por una faja negra a la altura de su estrecha cintura, con un top negro ceñido a su cuerpo y una jacket del mismo color sobre este.

—¿Más... Bueno? —repitió Namjoon confundido— Sí, cada día se pone mejor, si no fuera por ti ya lo hubiera intentado con él —sinceró y carcajeó cuando sintió la pesada y molesta mirada de Jungkook sobre él.

Jungkook siempre ha sido consiente de la belleza de su amigo, Jimin es atractivo, su belleza es simplemente innegable, pero hay un problema y es que sus ojos se están yendo por donde no deben.

Jieun y él acaban de cumplir tres meses, tres lamentables meses porque inevitablemente tomó distancia con su mejor amigo. Jungkook realmente no sabe con exactitud en que momento todo cambió. Un día estaba con Jimin entre sus brazos, durmiendo juntos, y al otro estaba en la casa de Jieun, siendo presentado como el novio de esta.

Que desgracia.

—Voy a golpearlo —advierte en cuanto ve la mano de Taemin sobre la cintura de su mejor amigo, y su molestia crece cuando Jimin sonríe y simplemente le deja tocarle.

—¿Por qué? —inquiere Namjoon mientras mastica su almuerzo, levanta sus cejas y no aparta la vista del rostro contraído del alfa menor, juzgándole con su mirada—, lo siento por lo que voy a decir, pero tú no eres nadie para reclamar, en cambio, si fuera tu novia a la que están tocando, ahí sí tendrías el derecho.

Jungkook suspiró y llevó la mirada a donde Namjoon le señalaba. Efectivamente Jieun estaba ahí, con un tipo a su lado tocándole de más. Pero sinceramente no importaba, porque Jieun solo había sido un problema que se salió de sus manos, en cambio Jimin, él es su mejor amigo, una persona importante que en ningún momento podría llamarse error.

—Sabes que Jieun no me importa —le recuerda, Namjoon asiente—, y sabes también que no me gusta que toquen a Jimin... Pero tienes razón, no soy nadie para hacer algo al respecto.

Entonces, Jungkook se levanta de su asiento, la molestia es evidente por sus manos en puño y su ceño fruncido. Ignora a Namjoon llamándole y se acerca a donde Jieun. Quería golpear a Taemin, pero se conforma con el tipo que toca a su novia, quería dejarle saber a Jimin que aquello le molestaba y alejarlo, pero también se conforma con darle una mala mirada a su novia, y, luego de dar un golpe, se aleja solo, sin Jimin.

Mientras a pasos rápidos se aleja, escucha a su novia gritarle que es un loco sin remedio, él lo sabe, es un loco, pero un loco por Jimin.

"¡No esta bien el comportamiento que tienes para con Jimin! ¡Soy tu novia, y no te quiero cerca de un omega como él!", recuerda las palabras dichas por su novia, sonríe levemente y asiente con la cabeza, porque Jimin provoca eso, envidia en todos por querer ser él o por querer poseerlo.

Ya en la azotea del departamento de ciencias sociales, Jungkook se sienta en la banca de siempre, una que le da una hermosa mirada al atardecer. Su corazón duele, sus ojos se cristalizan ante el recuerdo de él allí, junto a Jimin, con su nariz de botón roja por el aire helado que hace danzar sus negras hebras de cabello, sonriendo por el atardecer frente a ellos.

Recompone su porte, y no se sorprende cuando Jimin toma asiento a su lado, levantando su mano en su dirección sin apartarle la vista. Avergonzado, Jungkook aparta el cigarro de sus labios y se lo da a Jimin, quien lo toma y aspira sin imaginarse que por alguna razón el pecho de su mejor amigo palpita con fuerza ante el hecho de compartir saliva, como si antes no lo hubieran hecho ya.

—Te sentí confundido y triste —dice Jimin, con voz ronca por el tabaco retenido en su garganta.

El omega siempre sabe lo que pasa, así que, a sabiendas de que sus lobos están conectados, Jungkook asiente sin negar lo dicho por su mejor amigo a pesar de que eso le haga sentir expuesto.

—Te extraño, Jimin. ¡Me siento desesperado! Pasamos de estar todo el día, todos los días juntos, ¡a nada! —expresa su molestia con un todo de voz más alto de lo necesario, y su molesta aumenta al encontrarse con el apacible rostro de Jimin sin expresión, contrario a él, que siente sus ojos picar y su garganta quemar. —¡Me duele que no te importe!

Jimin aparta la mirada, dando otro jalón al cigarro, el cielo se esta coloreando de amarillo, rosado y rojo. Le gustaría disfrutar la vista frente a él, sin embargo, el dolor que crece en lo más profundo de su pecho, no se lo permite.

—¡No tienes una maldita idea de cómo me siento! Te vez tan tranquilo, incluso tienes energía para coquetear con otros, mientras yo me muero por ir y por abrazarte, por ser como antes y decirte te amo antes de que te duermas. ¡¿Qué mierda hice mal para qu-

—¡Y por una mierda, tú tampoco sabes como me siento! —interrumpe Jimin, con su pecho quemando del dolor que la distancia entre ambos le provocaba.

Jimin alzo la voz, y solo así Jungkook fue consiente de que el dolor en su pecho también pertenencia a Jimin por la conexión existente entre sus lobos.

—También me duele, mucho —bajó la voz Jimin, en suave susurro acompañado de las lágrimas bajando por sus mejillas. Jungkook le tomó con fuerza en un abrazo que prometía nunca más permitirle alejarse.

...

—Esta vez Jungkook y yo iríamos al cine, pero, ¿qué crees que pasó? Me canceló porque dijo que irías a su casa —Jieun le miraba con enfado, mientras una mano reposaba en su cintura y la otra sostenía su bolso.

Jimin cerró su casillero y suspiró antes de mirarle.

—Que bueno que estas por acá, me ahorras el trabajo de buscarte —sonríe falsamente Jimin mientras cuelga el bolso en su hombro—. Te lo diré claramente para terminar este show tuyo de una vez por todas, el día que acepté tu pedido de alejarme de Jungkook, lo acepté porque creía que él seria feliz y yo solo era una molestia en su relación; sin embargo, hoy comprendí que Jungkook todavía me quiere en su vida, así que no pierdas tu tiempo reclamándome el porque estoy en ella.

Dicho aquello, Jimin le dio la espalda para marcharse, sin embargo, Jieun le tomó del brazo con fuerza.

—¡No he terminado contigo! —exclamó la beta, apretando el agarre en su brazo descubierto, mientras el alfa que la acompañaba se acercaba más—. Me molesta verte cerca de él, maldita zorra, ¡así que hazme el favor d-

—No —soltó fuerte y claro—. Sé consiente de tu maldito lugar, no eres mi amiga, no estás en posición de pedirme ningún favor porque me importa una mierda lo que te molesta, no me cuentes tu vida, perra. Ponme un solo dedo encima y Jungkook lo sabrá todo, te aseguro que no le gustaría, pero si quieres probarlo, adelante.