Cinco: Desesperado.
El día martes llegó y, como era usual, Jimin sintió un peso sobre su cuerpo.
―Me arrepiento de haberte dado copia de mis llaves ―se quejó Jimin con voz suave, aun sin abrir sus ojos.
Jungkook no respondió, sino que se bajó de encima de Jimin y le abrazó por la espalda. Como todos los martes, el alfa llegaba al apartamento del omega, compartían el desayuno y, luego de que Jimin se alistara, irían juntos a la universidad.
―Omega ―el suave tono de Jungkook acaricia la mejilla de Jimin, quien se estremece y, con un ruido proveniente de su garganta, le deja saber que le escucha―. Ayer terminé con Jieun.
Jimin se deshace del agarre y se sienta sobre la cama, le mira con asombro y Jungkook solo sonríe por la ternura de Jimin, con su cabello despeinado, sus ojos poco hinchados y sus mejillas sonrojadas.
―¿Cómo estás? ―le pregunta con compasión mostrándose preocupado, acostándose nuevamente a su lado, con su cabeza recostada en su pecho y una caricia en su abdomen que le deja saber que le está apoyando.
―Bien, ¿y tú? ―responde como si nada y Jimin entiende que, en realidad, la ruptura no le afecta.
Una sonrisa traicionera se sube en sus labios, mostrándose satisfecho ante la respuesta del alfa, quien le sonríe de vuelta y le aprieta en su fornido cuerpo. Jimin gime suavecito por el acto, suspira del pecho que el alfa le ofrece con sus botones abiertos.
Jungkook cierra los ojos y se deja hacer por Jimin; leves cosquillas surgen cuando siente los labios de Jimin en su cuello, por donde su manzana de Adán se mueve por el movimiento de tragar que lo deja perplejo cuando Jimin besa la zona.
Se muerde los labios y sube la mano para acariciar los cabellos despeinados de Jimin, le alienta moviendo su cabeza de forma que le da más espacio como una suave invitación que Jimin acepta sin replicar, pues su boca se abre y toma entre sus labios todo lo que puede.
La suave y mojada lengua recorre su cuello, las manos de Jimin ahora están en su espalda y Jungkook solo atina a soltar roncos jadeos al compás de sus caderas que empujan de vez en cuando sin poder evitarlo.
―Alfa ―gime Jimin, mordiéndole el cuello con fuerza para luego subir sobre su cuerpo de tal manera que termina a horcajadas.
Las grandes manos de Jungkook se dirigen a los glúteos del omega, donde aprieta sin compasión, sin intención de detener lo que sea que acaba de iniciar.
―¡Ahm! ―gime nuevamente, esta vez por la fuerte embestida que da Jungkook sobre la ropa.
Y, finalmente, sus labios se unen. Un dulce baile de labios y lenguas entre saliva, un acto tan simple pero tan erótico que arranca un lindo lloriqueo agudo y desesperado en Jimin, quien se balancea de adelante hacia atrás sobre la gran y dura polla del Alfa.
―¡A-Alfa! ¡Uhm! ―suelta entre jadeos, con su respiración agitada que evidencia la excitación que aquel contacto le provoca.
Sus labios juguetean nuevamente mientras Jungkook sube sus manos a la espalda de Jimin, en un exquisito recorrido que aumenta su deseo sexual.
Sexo, sexo, sexo. Es en lo único que el alfa puede pensar.
Inclinándose sobre el delicado cuerpo del omega, le coloca nuevamente sobre su espalda. Toma entre sus dientes el labio inferior y muerde con apenas fuerza.
Su corazón late fuertemente fuera de su pecho, los pantalones del alfa empiezan a apretarle y sus feromonas se disparan por toda la habitación mezclándose con las de Jimin, llenado el espacio con un exquisito aroma a excitación.
Jimin envuelve sus brazos al rededor del cuello para atraerle en una suplica silenciosa de deseo, una suplica cargada en deseo que explota en un suave gemido. ―Jungkook ―susurra sobre los labios del alfa―. Jungkook, Jungkook.
El alfa extasiado por los gemidos del pequeño castaño bajo su cuerpo, se deshace de sus prendas poco a poco. Levanta su cuerpo, manteniéndose sobre las piernas de Jimin, y luego de sonreirle arrogante por la mirada de deseo que recibe, levanta sus brazos y finalmente la suave tela de su camisa sube hasta perderse por algún lado de la habitación a donde fue lanzada.
―Arriba, omega ―le susurra la demanda.
Jimin sin quejarse por el tono demandante, despega la espalda del colchón y levanta sus brazos para que el pelinegro se deshaga de la única prenda que vestía, aquel camisón que antes pertenecía al alfa.
―La cabeza sobre la almohada ―suelta en tono demandante, grueso y excitante.
Como respuesta, Jimin asiente con ese toque de inocencia que tanto le prende al alfa, y aparta el edredón para recostarse allí; una vez acostado abre sus piernas con sorna, en una elegante lentitud que solo logra excitar al alfa con cada segundo que pasa.
Desesperado, es como se siente el alfa al notar la erección que se levanta entre las gruesas y deliciosas piernas del omega que viste unicamente un ajustado calzoncillo de encaje. Las manos sobre las rodillas separan aun más las piernas de Jimin, y este cierra los ojos y suspira cuando un beso es depositado en su erección bajo la tela de encaje que aun le cubre.
Jungkook muerde delicadamente el glande, restriega su cara y finalmente baja la ultima prenda que aun viste Jimin. La pequeña y rosada polla se alza con emoción, y sin esperar más Jungkook la toma con sus manos para introducirla en su boca.
―Maldición ―sale de los gruesos labios de Jimin al momento de que un dedo ingresa en su ano.
Las caderas del omega se levantan y una mano se encuentra sobre el desordenado cabello de Jungkook, empujándole para follarse la boca del alfa mientras este logra penetrarle con tres dedos ya.
Actualización gracias a DanielaMayoral2, que aunque no le gusta el Kookmin me ayudó a continuar con lo que ya tenia escrito.
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