Luego de que Jungkook hiciera su pedido de auxilio, la gorda le propuso salvar a Jimin a cambio de algo, que no era precisamente las alitas de sus pies.

La gorda quería solo una cosa, y eso era regresar al bosque florido de las hadas de primavera para ser escuchada luego de treinta años de exilio.

Sí, sí, porque eso es lo que ella era antes de ser confinada a la espesura del soto donde todo era humedad y fango.

Ella había sido un hada.

La enorme deidad que en su pasado fue una suculenta hada de primavera, cometió el peor de los actos por amor y nunca pudo remediarlo.
A la tierna edad de quince años y a días de que su presentación se realizara, ella y su hada prometido, Efraín Desiderátum, cometieron una "travesura" que a él le costó la vida y a ella le costó hasta el nombre.

Efraín había aprendido a generar fuego con el chasquido de sus dedos y quiso jugar. Ella sabía que eso estaba mal, el fuego está prohibido entre las hadas, el fuego en el bosque significa solo una cosa, destrucción y muerte, aunque tan solo fueran unas chispas, pero él estaba en una especie de trance y no la oyó.

Tiempo después, la gorda se enteraría de que Efraín era un pirómano desde su más tierna edad.

Aquel fatídico día, Efraín encendió el bosque, hizo un desastre, muchas especies murieron y se extinguieron y él ardió como una pira humana frente a sus ojos. A ella la culparon, ya que él, no sobrevivió para recibir el castigo. Fue desterrada del bosque por toda la eternidad, perdió su identidad, perdió sus dones y su flor genérica, perdió a su amado y hasta su nombre.
La gorda anteriormente conocida como Prímula Cielo, hoy se llama Fuego, por obvias razones...

Jungkook y Yoongi escucharon el relato de Fuego y de inmediato quisieron ayudarla pero ignoraban cómo hacerlo. Agua seguía ondulándose detrás de la enorme figura de la mujer obesa y ambos dedujeron que ella sería otra hada desterrada.

Dedujeron mal.

Agua no fue un hada, Agua es agua en estado puro.

Ella es el elemento agua.

Ella es parte de ese bosque cenagoso y ella era la verdadera deidad de este cuento.

En ese instante, Jungkook comprendió muchas cosas. Quién le había extraído la ponzoña del cuerpo, fue ella, la Deidad que no se había presentado como tal y a la que él le debía sus alitas cuando Jimin estuviera a salvo.

Comprendió también que Fuego tan solo era un alma en pena que deambulaba por la ciénaga aprendiendo trucos que los seres elementales le enseñaban. Pero claro, ni Jungkook ni Yoongi tenían por qué saber un secreto guardado bajo mil capas de silencio.

En ellos no existía ni una sola posibilidad de hacer algo por Fuego, aunque lo desearan.
A duras penas habían llegado al bosque de barro a pedir ayuda por Jimin y Jungkook sintió la urgencia de que alguna de las dos, se pusiera en la misma sintonía que ellos y emprendieran marcha hacia el campo de cactus a salvar a Otoño.

Ante los atónitos ojos del alípede y del hada de cerezos, Agua cambió de forma, cada una de sus partículas absorbió la tierra circundante y se conformó nuevamente en el prisma de barro, entonó un mantra sagrado y ante ella se presentaron tres magníficas criaturas de monstruosas dimensiones.

Tierra, Aire y Fuego. Sí, el fuego real.

Prímula bajó su cabeza hasta hacer desaparecer su mentón entre las mullidas carnes de su pecho y extendió sus manos hacia el frente.

Aire mutó a un bello hombre cuyos cabellos cyan oscilaban hacia el cielo de igual color.

Tierra resopló detrás de él, sacudió su enorme cornamenta de un costado a otro y Jungkook observó con la boca abierta al enorme ciervo pardo frente a él, sin voluntad suficiente para poder cerrarla.

Y Fuego... bien, fuego era el único elemento que tenía vedada su posibilidad de manifestarse en toda su magnitud, ya saben:
fuego + bosque= peligro.

Así fue que él descendió hasta donde estaba el trío en forma de un bello Fénix de plumaje dorado.

Fue luego de un prolongado momento que Jungkook y Yoongi salieron del sortilegio en el que habían caído tras ver la manifestación de estos hermosos seres naturales y entendieron que frente a sus ojos estaba reunida la vida misma hecha materia.

No hizo falta que Jungkook explicara nada sobre Jimin, ellos ya sabían todo.

Y partieron a rescatarlo no sin antes hacer que Agua, devolviera a Jungkook su palabra de entregar sus alas a cambio del favor.
Cuando agüita tembló, a nadie conmovió ya que ella había olvidado cambiar de forma y lo cierto es que el prisma de barro, no conmovía a nadie.

La gorda lo codeó y ambos se sacudieron en carcajadas mientras caminaban hacia el jardín de cactus al rescate de Jimin.