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nueve.

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Y como lo han dicho, ahora se encontraban caminando entre toda la gente por el centro comercial para hacer las supuestas compras. Yoongi iba con un barbijo para no marearse tanto con los aromas, mientras que Chanyeol iba saludando a todo aquel que se le cruzase, o bueno, al que conociese.

Cada uno iba en su propio mundo hasta que llegaron a la peluquería, en donde entraron y solamente se podía oler un aroma a menta que transmitía paz. Habían pocas personas, por lo que no tuvieron que esperar mucho para ser atendidos.

-Buenas tardes, ¿quién de los dos quiere ser atendido primero? -habló una chica, que según Chanyeol, era omega.

-Primero tú Yoongi, te esperaré aquí.

Y con las palabras dichas, la chica le indicó que la siguiera para así empezar con su trabajo. Lo primero que hizo, fue llevarlo a una habitación donde había sillas con un pequeño lavadero por detrás; allí enjuagaban el cabello de los clientes y luego, los llevaban a otra habitación, dependiendo el si eras omega, alfa o beta.

Al entrar a la habitación para betas, pudo ver a cinco personas siendo atendidas. Él se sentó al lado de un chico al que le estaban colocando tinte que parecía violeta, al principio se sintió un poco incómodo por el simple hecho de que aquel chico le empezó a hablar.

Su nombre era Taehyung, y parecía ser muy hablador pero amable. En cuanto le siguió con la charla, se dió cuenta que no fue tan malo el que aquel chico le hablase.

-Y dime Min Yoongi, ¿cada cuanto vienes por aquí?

-Oh, por favor, dime solo Yoongi y respondiendo, esta es mi primera vez viniendo aquí. -respondió tímido.

-Ah, que bueno, también es la mía. -soltó luego de una pequeña risa, por el nerviosismo.- ¿es tu primera vez tiñéndote el cabello?

-No, debe ser como la décima vez, no lo sé... ¿Y la tuya, lo es?

-Es la tercera, las primeras dos lo he hecho yo solito en casa pero no me ha gustado como me quedaron y esta vez quise venir con un profesional. -mencionó con una sonrisa.

Media hora después, cada uno se encontraba en uno de los sillones que habían a un costado de la habitación y siguieron con la platica mientras esperaban a que el tinte haga efecto. Curiosamente, para ambos le resultó fácil hablar con el otro y decidieron conocerse más, comentando pequeñas anécdotas que vivieron o presenciaron, diciendo gustos y disgustos, entre otras cosas.

El tiempo parecía ir rápido, pues, no se dieron cuenta que ya les llamaban para enjuagar nuevamente el cabello e irse. Al terminar todo aquello, ambos se dirigieron a la sala principal y se despidieron, no sin antes quedar otro día para reunirse y pasar el rato. El menor de ambos se despidió y Yoongi se dispuso a esperar a su amigo.

En la espera, notaba que chicas y algunos chicos se le quedaban viendo, no sabía si era por el color que decidió tener o si era por otra cosa, pero trató de restarle importancia. Unos minutos luego, vió como Chanyeol se acercaba con un corte de pelo nuevo.

-Woaa, Yoongi-ah, te queda cool el color azúl -gritó-dijo con emoción y felicidad al ver al, ahora, peliazul.

-Y a ti ese corte, te hace ver guapo -también halagó Min, con cierto sarcasmo.

-Oh, sí, y que lo digas, me veo guapísimo -continuó con el sarcasmo, ambos divirtiéndose.

Luego, fueron por algo de comer y pasar otro rato más en aquel lugar. Decidiendo que se separarían para ir lo más rápido a la casa, ambos estaban cansados y querían tomar una buena siesta.

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Park Jimin, se encontraba sentado delante de la puerta de la casa en donde vive su hyung, o sea, Min Yoongi. Lo estaba esperando, le quería dar una sorpresa e ir a dar un paseo y así, le ayudaba a conocer más el lugar.

Pero grande fue su decepción al ver que nadie se encontraba en casa. Llevaba más de dos horas allí y ya se estaba por ir, hasta que por casualidad, vió hacia su izquierda y se encontró con la persona que hacía que su omega estallara de emoción y quisiera restregarse todo el tiempo por las piernas de su mayor.

Con los ojos abiertos de la impresión al ver a su hyung con el pelo azúl, corre hacia él y se tira encima para abrazarlo.

-¡Hyung! -gritó al mismo tiempo que chocaba con el cuerpo del contrario.

Tambaleándose pero agarrando al omega con firmeza, coloca su cabeza en el cuello del omega para oler el aroma de éste y a la vez le responde el saludo. Un carraspeo los hace apartarse y con vergüenza y timidez, miran a Chanyeol.

-Iré a tener mi siesta, si salen no lleguen tarde y si se quedan, no hagan mucho ruido -hizo una pausa, les sonrió y continuó - Este jovencito tiene que cuidar su belleza. -dijo señalándose a él mismo. Luego, entró a su casita y hizo lo anteriormente dicho.

El no-beta y el omega al quedarse solos, quedaron en silencio y uno un poco incómodo.

-Jimin-ah, dime, ¿qué hacías aquí? -la curiosidad lo carcomía, no entendía el porque esperaba por algo que no tendría que pasar. Él volvería a su mundo y continuaría con su vida, no debe de encariñarse mucho con los de allí.

-Lo estaba esperando, hyung, quería invitarlo a una salida... -eso hizo que sintiese un calorcito en su pecho y, con una sonrisa, pasa su mano por los cabellos del menor dejando revueltos algunos pelitos.

-¿Ah, si? Que lindo~

–Ya, hyung, me avergüenzas –dijo con un puchero en sus labios y con un carmesí en sus mejillas.– Mejor vamos, tengo una sorpresa preparada.

Empezaron a caminar, el mayor siendo guiado por el omega pero con una sonrisa leve que trataba de ocultar.

En el camino, iban juntitos con sus brazos entrelazados y, Jimin sin darse cuenta que estaba marcando a su hyung con su aroma. Su omega ya consideraba al mayor como suyo y eso, en parte, asustaba al menor; porque sabía que no podía estar con un beta, sus padres no aprobarían esa relación. También porque no tendrían hijos, y él quería saber que se sentía tener al menos uno.

Además, no sabía como sentirse al respecto porque, no solo su omega se encariñó un poco MUCHO con Yoongi, sino que él también. Por eso no podía dejar que esos sentimientos sigan floreciendo, nunca tendría una marca, nada. Tampoco sabía si el mayor sentía lo mismo.

Al pensar en todo aquello, su aroma se iba haciendo cada vez más amargo como si las flores estuvieran marchitadas hace semanas. Eso, hizo que Min volteara a ver al omega y cuando lo hizo, vió que en entrecejo del menor estaba fruncido y en sus ojitos se podía ver que estaban brillosos, como si estuviera apunto de llorar.

–Hey, Jiminnie, ¿qué sucede? –se detuvo sujetando al susodicho para que también lo hiciera.

El omega al salir de sus pensamientos, se da un golpe en la frente por dejarse llevar por sus sentimientos y le dedica una sonrisa sincera a su hyung.

–No pasa nada, solo unas tonterías –dijo mientras se pasaba sus manos por el cabello como un acto de nerviosismo.– Sigamos porque llegaremos tarde...

Y con eso dicho, continuaron caminando pero esta vez, charlando un poco. Conociéndose un poco más, dedicándose sonrisas y miradas un poco coquetas y nerviosas, regalándose pequeños toques accidentales y soltando risas mostrando lo cómodos y conformes que estaban el uno con el otro.

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