1. Caras conocidas
Los tres adultos en la habitación se veían nerviosos, la pelirosa veía con severidad al castaño sensei de su hija, el azabache permanecía apacible ante la situación aunque por dentro estaba más que asustado y feliz de la situación, era muy extraño, el castaño tenía el terror gravado en todo su rostro y eso se debía a dos cosas; los golpes rompe huesos de Sakura Haruno y la repentina aparición de Satomi Haruki.
—Déjame ver si entendí...—suspiro con cansancio la mujer pelirosa.—Ella dijo tu nombre y la golpeaste para desmayarla.
—¡Entre en pánico, ¿de acuerdo?! ¿Sabes lo que podría causar esto?–preguntó el castaño temblando—. ¡Desastre! ¡Ruina! ¡Devastación!
El azabache se mantenía calmado ante la situación aunque estaba de acuerdo con Konohamaru, esto causaría graves, muy graves problemas.
—¡Lo sé!—grito Sakura frustrada.— No entiendo siquiera que está haciendo aquí... Se ve de la misma edad en la que...
Las palabras no salían de su boca, no podía atinar a decir nada. Y los dos hombres en la habitación la entendían. Después de todo eran algo así como mejores amigas desde niñas.
—Hmm...—un pequeño quejido se escapó de la boca de la menor provocando que Sasuke brincara del susto, afortunadamente nadie vio aquello.
—Sakura...—murmuró, pero ella estaba absorta en su mundo de nostalgia y pensamientos recordando aquella época.—Sakura...
La joven que ya hacía recostada en la cama abrió los ojos de golpe encontrándose frente a ella a un hombre de cabello azabache.
—¡Carajo Satomi!—grito aquel hombre al recibir un fuerte puñetazo en la nariz.
—¡¿Quién demonios eres y donde estoy pervertido?!—chillo asustada sin percatarse de las otras dos presencias y de que el la había llamado por su nombre.—¡Neji ayuda!
—Satomi-neechan...—río por lo bajo el castaño.
Los ojos de la chica se aguaron al instante, ¿qué estaba pasando? ¿quiénes eran esas personas?
—Gomen, Satomi-chan.—le dijo sonriendo una mujer de cabellos rosados frente a ella—. Mi esposo suele ser algo aterrador, pero no un pervertido.
Los ojos de la chica se abrieron y parecían salirse de su rostro... Esa voz, la conocía perfectamente. Además el peculiar color de cabello y los ojos esmeraldas...
—¡Sakura!—grito girándose a sus brazos—. ¡Por dios no puedo creerlo eres tú!
—Si, soy yo.—comenzó a reír por lo bajo.
—¡No creerás como llegué aquí!—sonrío la adolescente—. Estaba en una misión con Neji, esta consistía en destruir una cueva porque en esta se encuentra el jikan no jutsu y entonces me tropecé y caí y una luz y... ¡Y caí del cielo!
El ceño de Sakura se frunció, la misión le sonaba demasiado familiar. Aquella misión había sido realizada por el equipo Gai antes de que la guerra comenzará. Pero en esa ocasión Satomi no estaba ahí...
—Sakura... ¿Cuántos años en el futuro viaje?—pregunto frunciendo el ceño.
—Bueno... Supongo que aún tienes 16 porque así te veías a esa edad.—murmuró— así que si mis cuentas no fallan viajaste 16 años al futuro.
Sonrió satisfecha con su respuesta.
—¿Quiénes son ellos? Mencionaste que uno era tu esposo, pero no sé cuál. Son lindos.—susurro al no reconocerlos.
—Bueno... Verás Satomi-chan ellos son...
—¡Satomi-neechan eres mala!—gruño el castaño—. Mira que no reconocer a tu propio...
—¡¿Konohamaru?!—grito saltando a sus brazos y golpeándolo en la mejilla.—¡Eso es por dejarme caer!
El castaño asintió sobándose la mejilla con delicadeza.
—Estoy esperando una disculpa, mocosa enfadosa.—murmuró el azabache y sus ojos de abrieron de par en par.
—No...—sus ojos se cristalizaron y corrió a sus brazos estrechándolo con fuerza—. Sasuke-teme
—Satomi-dobe
Si, la relación de ellos dos era de amistad y entre ellos utilizaban los mismos apodos que con Naruto de forma afectuosa.
—¡Eres un estupido!—comenzó a golpearlo gritándole lo mucho que lo odiaba por hacer llorar a su mejor amiga y huir de la aldea, hacer sufrir a su Naruto y demás.
—¡Estamos casados!—grito Sakura dejándola helada—. Eso ya no importa, Satomi-chan, estamos casados.
La chica soltó un grito de emoción. Siempre supo que ellos terminarían juntos, algo en su corazón lo sentía.
—Chicos... ¿Y Naruto?—pregunto, los tres se vieron entre ellos y tragaron saliva nerviosos.
¿Ahora qué harían?
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