se notaba que Jihyo estaba frustrada tan pronto como entró por la puerta principal. A juzgar por el golpe de la puerta y la forma en que estaba mordiendo el interior de su cheque. Su mirada se posó en sus pies pero solo por un momento porque al escuchar tus pasos en las escaleras levantó la cabeza.

"¿Jihyo?" murmuraste. Tus cejas estaban fruncidas y había una mirada de preocupación en tus ojos. No parecía enfadada, sólo parecía agotada. Así que, sin otra palabra, le abriste los brazos y ella felizmente comenzó a caminar hacia ti hasta que la rodearon.

Exhaló un suspiro de alivio y aspiró el olor de tu gel de baño que perduraba en tu piel. Ha hizo sonreír. Hizo que los latidos de su corazón fueran más lentos, e incluso saltó un latido aquí y allá.

Levantó la cabeza del hueco de tu cuello y trató de alejarse. no con tu agarre apretado. No lo suficiente como para lastimarla, pero solo para hacer que tu agarre sobre ella sea más seguro que antes.

Ella se ríe alegremente, y más aún cuando rozaste sus dedos a lo largo de sus costados juguetonamente. "¡Para!" Ella se rió, pero tú solo sacudiste la cabeza y enterraste tus labios en su cabello para besarla en la cabeza. Podías oler su champú y cerraste los ojos, disfrutando del mismo consuelo que ella encontró cuando enterró su rostro en tu cuello hace unos momentos.

"No, nunca." Murmuraste y tarareabas mientras dejabas caer tu cabeza sobre su hombro. Ella rió y dejó de retorcerse en tu abrazo para reclinar su cabeza sobre ti.

"Eres increíble. Siempre sabes cómo hacerme sentir mejor". Ella susurró.

"Porque te conozco como la palma de mi mano. Al mismo tiempo, debes necesitar un abrazo. Siempre haces lo mismo conmigo cuando estoy triste o mis días son largos o terribles. Me encanta abrazarte y tenerte cerca".

cuando ambas levantaron la cabeza, ella tes envió una sonrisa conmovedora antes de inclinarse para darles un beso. Ella dejó que sus labios se detuvieran en los tuyos por un momento y luego se acercaron a ti cuando te alejaste.

"Gracias." murmuró, su cálido aliento abanicando contra tus labios antes de inclinar su frente contra la tuya.

"cuando quieras, mi amor"