Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Polos Opuestos


 La cueva detrás de la cascada, una vez llena de vida, festejo, vítores y licor para todos, ahora yacía completamente vacía, en donde un silencio espectral dominaba la desolación, y un solo individuo bebía en conmemoración de aquellos que ya no estaban. El Rey Mono dio un profundo sorbo a su vaso y en cuestión de segundos, el alcohol se había acabado. Wukong no dio indicio ni hizo ruido alguno al sentir la presencia de alguien más junto a él en esa cueva que ahora, consideraba sagrada y personal para él.

- Sí tienes el descaro de venir hasta aquí...Erlang Shen. Espero que recuerdes que cada uno de ellos...murieron en tus manos. -le dice Wukong tocando un mango de una espada clavada en la piedra a pocos centímetros de él. - Después de tantos años, luchando, tú enseñándome cosas del Cielo y yo de la Tierra, de verdad pensé que eras mi amigo, y que ellos de allá arriba...habían cambiado. No pude haber estado más equivocado, sobre ellos...y sobre ti.

Erlang Shen se mantuvo callado unos segundos, apareciendo lentamente de la oscuridad para dejarse ver ante la luz que se filtraba de la cascada.

- ...Mono, tú no lo entiendes. En todo esto, yo no tengo opción... -intentó explicarse Erlang.

- No te atrevas a llamarme así. Y sí, tú tienes una opción. Todo ser vivo ya sea del Cielo o la Tierra tiene una opción. Tú simplemente no la quieres tomar, porque eres un cobarde. Un lamebotas del Emperador, ¡tu tío! Crees que ellos no tuvieron miedo de perderlo todo?! - Le gritó Wukong dejando salir toda su ira contenida, y se levantó de su roca dejando el vaso en la mesa. Señaló con la palma abierta a todas las armas clavadas en el suelo y las piedras. - Lo tenían, estaban aterrados por dentro, y aun así...eso no los detuvo de pelear junto a mí, contra tí...y tu ejército del Cielo.

- Quiero saber si tus ideales y deseos están separados...o de verdad todos estos siglos no has sido nada más que un perro insensible que me usó para nada más que un asqueroso placer. Eso sería caer lo más bajo posible para un dios como tú. - Continuó el Rey Mono con un tono despectivo. - Quiero que me respondas esa pregunta, no aquí...sino allá arriba. Frente a esos dioses hipócritas que dicen ser sabios, frente a Nezha y a tu tío. Negociar ya no es una opción.

Cuando Wukong se daba media vuelta para irse, Erlang rápidamente se adelantó para acercarse. El Rey Mono en menos de un parpadeo apenas sintió al contrario demasiado cerca de él, volvió a voltearse tan rápido que cortó el aire entre los dos. Sus ojos dorados reflejaban tristeza, dolor, ira, y sobre todo, decepción.

- ...Desde que dejaste ese agujero en el Cielo, me han dicho que serías nuestro enemigo. Y aun así, eso no me detuvo. No antes, ni ahora. -le respondió Erlang mirándolo directamente a los ojos. Wukong frunció el ceño, sin convencerse de esa respuesta. 

- Demuéstramelo. - Los dos se quedaron en un tenso silencio durante varios segundos sin moverse, y Wukong se habría esperado cualquier reacción del pelinegro, a excepción de un simple paso adelante, e inmediatamente sus labios chocaron con los suyos. El Rey Mono se tensó por completo, soltando un respingo y su pelaje llegó a erizarse. Alzó tembloroso un brazo para agarrar con fuerza la muñeca de Erlang, pidiéndole en silencio que se alejara, aunque su cuerpo no alcanzaba a reaccionar ni separarse por sí mismo.

Su cola lo fue delatando a medida que se movía de un lado a otro, diciéndole al contrario intrínsicamente que no parara. Pudo sentir la mano del dios sobre su mejilla, y Wukong fue cerrando de a poco los ojos, apoyando su otra mano sobre el hombro del pelinegro, permitiendo el acceso a más. Dentro de la cueva ya no solo se oía el chapoteo de la cascada, sino también el creciente sonido del beso entre los dos guerreros. Wukong podría estar muy enfadado con Erlang, pero...maldita sea, no podía negar que el estúpido besaba demasiado bien.

Wukong pudo sentir cómo el dios pelinegro lo empujaba hacia atrás, y su lengua quería entrelazarse y jugar con la suya, tomando la delantera, pero solo retrocedió un paso, y no se dejó llevar más. Apoyó ambas manos en el pecho de Erlang para empujarlo bruscamente hacia delante, forzando la separación del beso y dejando que un hilo de saliva bajase por la comisura de su labio, siendo consciente del sonrojo en sus mejillas. Los jadeos de ambos dominaron la estancia, pero no paraban de mirarse fijamente a los ojos. Wukong como último gesto, se limpió la boca con los nudillos, y fue retrocediendo más y más, hasta el mismo borde de la cascada.

- Espero que allá arriba seas igual de honesto. - fue lo único que le dijo el mono al dios pelinegro, y sin dejar de mirarlo, dio un último paso atrás para dejarse caer de la cascada, y rápidamente alzarse en el aire sobre su nube.

Erlang pudo oír cómo Wukong se alejaba rápidamente volando de la cueva, bajó la cabeza con demasiadas cosas en la que pensar, no solo de forma racional, sino que también debía...hacerle frente a aquella presión que sentía en el corazón. Se llevó una mano al pecho y apretó su túnica negra justo donde sentía sus fuertes y rápidos latidos. 

- Mierda... -maldijo en secreto y se dio media vuelta para volver de donde vino, desapareciendo en la oscuridad, sin duda necesitaba un lugar más calmado para meditar sobre lo que se venía, no solamente para él y Sun Wukong, sino también para el resto del Cielo. 

.

.

.

¡No olviden comentar para saber si quieren más partes! 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro