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6: El lago que arde con fuego y azufre

Más tarde...

Parque La Pérgola.

Karime camina tranquila por el parque La Pérgola. No se muestra asustada después del enfrentamiento que tuvo con Jezabel aquella tarde.

Karime: (Tranquila) No sé qué vaya a pasar, pero no me voy a dejar de Jezabel.

Un encapuchado vestido de negro aparece y corre hacia Karime para someterla por detrás. Le coloca un cuchillo en la garganta.

Karime: (Grita asustada) ¡Oiga, suélteme! ¡Déjeme, qué le pasa...!

Encapuchado: (Grita enojado mientras somete a Karime) ¡Deja de gritar, estúpida! ¡Deja de gritar!

Karime: (Grita asustada) ¡No me haga daño, por favor! ¡Yo no he hecho nada!

Encapuchado: (Grita enojado mientras somete a Karime) ¡Otra que se atreve a enfrentar a Jezabel Salvatierra!

Karime: (Grita asustada) ¡Hago esto, porque todos merecen saber lo que Jezabel le hace a Oliver!

El encapuchado suelta a Karime la arroja al suelo.

Encapuchado: (Le grita enojado a Karime) ¡Tú sabes lo que te va a pasar si sigues defendiendo a Oliver Bastidas, perra!

Karime: (Se levanta del suelo y grita asustada) ¡Yo sólo trato de defender a Oliver! ¡Es mi amigo, y no quiero que le pase nada malo!

Encapuchado: (Grita enojado) ¡A él no le va a pasar nada! ¡Pero a ti y a Salomón sí les va a pasar algo horrible si insisten en defenderlo!

Karime: (Grita asustada) ¡No nos hagan daño, por favor!

Encapuchado: (Grita enojado) ¡Si tú y ese tal Salomón siguen defendiendo a Oliver, los vamos a matar a ustedes y a sus familias! ¡Ustedes saben si siguen firmes con la idea de defender a su amigo!

El encapuchado se va corriendo del parque, y Karime se queda asustada. No sabe qué hacer.

Osmar aparece y se dirige hacia Karime para ayudarla.

Karime: (Grita asustada) ¡Osmar! (Corre hacia Osmar y lo abraza. Deja de abrazarlo segundos después)

Osmar: (Asustado) ¿Estás bien, Karime?

Karime: (Asustada) ¡No, Osmar! ¡Vino uno de los hombres de Jezabel y quiso matarme!

Osmar: (Asustado) ¿Cómo?

Karime: (Asustada) ¡Es que me enfrenté a Jezabel, y ahora mandó a uno de sus hombres! ¡Me amenazó, tal y como lo hizo con Salomón!

Osmar: (Abraza a Karime) Tranquila, Karime. Tranquila, aquí estoy. Jezabel está detrás de todo esto. Lo sé.

Karime: (Asustada) ¡Yo también digo lo mismo! ¡Todo esto fue culpa de Jezabel!

Osmar: (Enojado, deja de abrazar a Karime) ¡Lo sé, Karime! Esa mujer está detrás de todo esto. pero ya verá lo que le voy a decir.

Osmar y Karime deciden irse a casa. Karime sigue muy asustada después de lo ocurrido.

***

Más tarde...

Presidencia Municipal de San Pedro Garza García.

Jezabel está en su oficina, trabajando. De repente, Ana Sofía entra a la oficina para enfrentarla.

Jezabel: (Enojada, se levanta del escritorio y se acerca a Ana Sofía) ¿Qué haces aquí, Ana Sofi?

Ana Sofía: (Enojada, le da una cachetada a Jezabel en la mejilla izquierda) ¡Esto es para que aprendas a no volver a tratar así a Oliver! ¿No te das cuenta de que él es tu novio? ¡No puedes tratarlo así!

Jezabel: (Enojada) ¿Cómo te atreves a venir aquí a ponerme una mano encima?

Ana Sofía: (Enojada) ¡Te aseguro que lo voy a seguir defendiendo de quien sea, incluyendo de ti!

Jezabel: (Enojada) Claro, como ese hijo de puta no se puede defender, ¡ahora resulta que se esconde detrás de las faldas de una mujer!

Ana Sofía: (Grita enojada) ¡Cállate! ¡No vuelvas a hablar así de Oliver!

Jezabel: (Enojada) ¡Yo hablo de ese cabrón como se me dé la gana! ¡Lo que pasa, es que es un pobre niñito indefenso que ni siquiera sabe a qué vino a nuestra casa!

Ana Sofía: (Enojada) ¿Por qué eres así con Oliver? ¿Tanto te molesta que pase tiempo con sus amigos? ¡Date cuenta de que el noviazgo no es una cárcel!

Jezabel: (Enojada) ¡Claro que el noviazgo es una cárcel de la que no se puede salir! ¿No te das cuenta de que Oliver firmó su sentencia de muerte al mudarse aquí? ¡Sabes que preferiría estar con Ramsés Alarcón, porque él es mi amigo!

Ana Sofía: (Enojada) Mira, Jezabel. Sé que Ramsés es tu amigo. Y está bien. Pero si me entero de que ustedes dos tienen algo, ¡te juro que voy a hacer hasta lo imposible por sacar a Oliver de la casa! ¡Y lo regresaré con su familia!

Jezabel: (Enojada) Te reto a que lo hagas, hermanita. Porque si lo haces, vas a sufrir las consecuencias.

Ana Sofía: (Enojada) Pase lo que pase, no me vas a intimidar, Jezabel. Voy a seguir protegiendo a Jezabel de tus golpes y humillaciones. Y no me importan las represalias que vayas a tomar en mi contra.

Ana Sofía se va enojada de la oficina de Jezabel. Está claro que no se va a dejar de ella. Jezabel está furiosa al saber que Ana Sofía se atreve a retarla sin miedo a represalias.

***

Más tarde...

Plaza Fiesta Anáhuac.

Salomón está en el centro comercial Plaza Fiesta Anáhuac. Está con Fabiola, quien usa una blusa gris de tirantes, minishort negro y zapatos tenis blancos. Los dos están platicando.

Salomón: (Preocupado) Es increíble que Jezabel trate muy mal a Oliver, Fabiola.

Fabiola: (Preocupada) ¿Cómo sabes que Jezabel hace esas cosas, Salomón?

Salomón: (Preocupado) Fui a enfrentarla a la Presidencia Municipal de San Pedro Garza García. Le dije sus verdades en cuanto la vi.

Fabiola: (Sorprendida) ¿En serio?

Salomón: (Tranquilo) Sí. Le dije que no se atreviera a maltratar a Oliver. Le dije que iba a salvarlo de sus garras.

Fabiola: (Sorprendida) ¿Acaso Jezabel sí maltrata a Oliver?

Salomón: (Preocupado) Sí, Fabiola. ¿No sabías nada?

Fabiola: (Sorprendida) No, no sabía.

Salomón: (Un poco enojado) Claro que lo sabes. Sabías que ella golepaba y humillaba a Osmar hasta el hartazgo. Y no sé si la hayas enfrentado, pero se me hace que deberías enfrentarla.

Fabiola: (Tranquila) Lo sé, Salomón. Pero no entiendo qué me pasa. Ya sabes cómo se pone Jezabel cuando se le cuestiona.

Salomón: (Preocupado) Lo sé.

Salomón y Fabiola se sientan en una banca para seguir platicando.

Fabiola: (Triste, respira profundo) Ay, no sé qué hacer, Salomón. Sé que Oliver es tu mejor amigo, pero tengo miedo de las represalias que Jezabel pueda tomar en mi contra. Tú la conoces desde hace tiempo, pero yo la conozco como la palma de mi mano. No pude defender a Osmar por miedo a represalias.

Salomón: (Preocupado) Pues no sé, Fabiola. Pero te aseguro que a mí no me va a temblar la mano a la hora de defender a Oliver. Sabes que soy capaz de defender a un amigo, sin importarme las consecuencias. (Enojado) ¡Y no me importa lo que Jezabel haga!

Fabiola: (Preocupada) Salomón, yo sé que harías todo por defender a tus amigos. Pero piensa en tu integridad, Jezabel ya mandó a unos tipos para intentar secuestrarte. Hoy ya quiso secuestrarte. Y quizá el día de mañana, pueda matarte.

Salomón: (Triste) Lo sé, Fabiola. Sé que Jezabel podría matarme por defender a Oliver. Pero, ¿cómo quieres que me quede de brazos cruzados, viendo cómo maltrata a mi mejor amigo? No, no me voy a quedar callado. Le voy a hacer saber a Oliver que sí o sí, debe abrir los ojos, y darse cuenta de que debe terminar su relación con Jezabel, antes de que sea demasiado tarde.

Fabiola: (Respira profundamente) Ojalá yo fuera tan valiente como tú, Salomón. Ojalá hubiera podido defender a Osmar, así como tú lo estás haciendo con Oliver.

Fabiola se siente mal al saber que Salomón está defendiendo a Oliver. No puede evitar sentirse culpable por no haber podido defender a Osmar en su momento.

***

Más tarde...

Casa de Jezabel Salvatierra.

Jezabel está en la sala de su casa, caminando de un lado a otro.

Jezabel: (Burlona) Espero que a Karime le guste el regalito que le mandé.

De repente, Osmar irrumpe en su casa y se acerca a Jezabel. Ella voltea hacia él y lo encara.

Jezabel: (Furiosa) ¿Qué carajos haces en mi casa, Osmar? ¿No te había dicho que no quería volver a verte?

Osmar: (Enojado) ¡Sabes que alguien mató a mi novia Fátima! ¿Verdad? Algo me dice que tú tuviste que ver con su muerte. ¡Sé que tú la mataste!

Jezabel: (Burlona) ¿Viniste de tan lejos para acusarme de algo que no hice? ¡Hazme el favor, yo sería incapaz de matar a una mujer!

Osmar: (Enojado) ¡Y no sólo eso, sino que también sé que mandaste a un tipo para atacar a Karime!

Jezabel: (Enojado) ¡Claro que lo hice! ¡Te advertí que si seguías metiéndote conmigo, te iba a borrar del mapa! ¡No sabes de lo que soy capaz, Osmar! ¡No me pongas a prueba!

Osmar se acerca a Jezabel y la ahorca para someterla contra el sofá.

Osmar: (Le grita enojado a Jezabel mientras la somete) ¡Con mi familia no te metas, Jezabel! ¡Métete conmigo si quieres, pero no toques a nadie de mi familia, y menos a Karime!

Jezabel: (Enojada) ¡A mí ningún hombre me pone la mano encima!

Jezabel patea a Osmar en los testículos para zafarse de él. Osmar se aleja de Jezabel y se arrodilla en el suelo, sosteniéndose sus testículos. Ramsés llega a la sala, saca una pistola negra del bolsillo derecho de su pantalón y le apunta a Osmar.

Osmar: (Grita mientras se arrodilla en el suelo) ¡Maldita seas, Jezabel! ¡Maldita!

Jezabel: (Grita enojada a Osmar) ¡Deja de quejarte, imbécil! Muy machito para querer meterme a mi casa, pero se te hizo chiquita cuando Ramsés apareció.

Ramsés: (Burlón, le pone la pistola en la cabeza a Osmar) Ya no eres tan valiente después de todo, ¿verdad?

Osmar: (Enojado, a Jezabel) ¡Ni creas que te vas a salir con la tuya, Jezabel! (Voltea hacia Ramsés) ¡Y tú tampoco, Ramsés! ¡De seguro que eres el amante de esta víbora!

Jezabel: (Enojada, a Ramsés) ¡Mata a este idiota de inmediato, Ramsés! ¿Qué esperas? ¡Mátalo ya! (A Osmar) ¿Ya no eres tan valiente, Osmar?

Ramsés intenta apretar el gatillo de la pistola, pero no lo consigue.

Osmar: (Enojado, a Jezabel) No tienes los suficientes ovarios para matarme, maldita puta. Ya van varias veces que lo intentas, pero no puedes hacerlo. Y te aseguro que algún día, te vas a arrepentir por todo lo que me has hecho.

Jezabel: (Enojada, a Osmar) ¡Y tú eres el que se va a arrpentir por haberme retado, Osmar! ¡Vas a saber de lo que soy capaz!

Osmar: (Enojado, a Jezabel, se levanta del suelo) ¡Tú eres la que va a saber de lo que soy capaz, Jezabel! ¡Muy pronto te voy a destruir! ¡Te aseguro que vas a terminar tras las rejas! ¡Y yo estaré ahí para verlo!

Osmar se va enojado de la casa de Jezabel. Ella y Ramsés discuten, él guarda la pistola en el bolsillo derecho de su pantalón.

Jezabel: (Enojada, a Ramsés) ¡Es increíble que no lo hayas matado, Ramsés! ¿Sí sabes de lo que Osmar es capaz de hacer?

Ramsés: (Burlón) Claro que lo sé, Jezabel. Es obvio que es víctima de su propio ardor. Obvio que no va a querer quedarse de brazos cruzados.

Jezabel: (Enojada) Claro que no lo hará, Ramsés. Osmar está ardido, y sabes de lo que un hombre es capaz cuando está ardido. Pero yo sé cómo ponerle un alto.

Ramsés: (Burlón) Sé que le vas a poner un alto a ese tipo, Jezabel. Lo sé.

Jezabel aún está furiosa por aquella pelea que mantuvo con Osmar, no soporta que él le haya puesto un alto.

***

Más tarde...

Plaza Fiesta San Agustín.

Ana Sofía, Lukas y Oliver están en Plaza Fiesta San Agustín, caminando tranquilamente. Oliver se ve más animado y tranquilo.

Oliver: (Sonriendo) Sé que lo he dicho muchas veces, chicos. Pero muchas gracias por lo que hicieron por mí. (A Ana Sofía) En especial a ti, Ana Sofi.

Ana Sofía: (Sonriendo, a Oliver) Ya sabes, Oliver. Sabes que estaremos ahí para lo que necesites.

Lukas: (Sonriendo, a Oliver) Sabes que cuentas con nosotros para lo que necesites. Aún si esta gran tormenta nos está azotando. (Deja de sonreír y se preocupa al ver las heridas de Oliver) ¡Pero no puedes seguir así, Oliver! ¡Mira cómo te dejó esa mujer!

Oliver: (Triste) Muchas gracias, chicos. La verdad. Saben que puedo contar con ustedes.

Ana Sofía: (Preocupada, a Oliver) No hay de qué, Oliver. Pero no puedes seguir así. (A Lukas) Oye, Lukas... ¿Sabes si tus papás pudieron hablar con el licenciado Carrasco para lo del carro de tu padre?

Lukas: (Sonríe, a Ana Sofía) Sí, Ana Sofi. Me dijo mi mamá que ya están arreglando todo. Dicen que dentro de unos días, mi padre ya va a tener su carro.

Oliver: (Sonriendo, a Lukas) ¡Qué bien, hermano!

Ana Sofía: (Sonriendo, a Lukas) Me da mucho gusto saberlo, Lukitas.

Lukas: (Sonriendo) Muchas gracias, chicos. De verdad.

Los tres chicos caminan hacia el área de restaurantes y se sientan en una mesa para seguir platicando.

Oliver: (Triste) Quién diría que por salirme de la casa de mis padres y mudarme a la casa de Jezabel, mi vida se iba a convertir en un infierno, chicos.

Ana Sofía: (Triste, a Oliver) Yo sé cómo te sientes, Oliver. Sé que no la estás pasando nada bien. Pero créeme, no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista.

Lukas: (Triste, a Ana Sofía) ¿Has estado haciendo de todo para consolar a Oliver, Ana Sofía?

Ana Sofía: (Triste, a Lukas) Para serte sincera, Lukas, no mucho. Intento consolar a Oliver cada vez que Jezabel lo golpea y lo humilla por cosas insignificantes. Pero desearía hacer más por él. Ojalá pudiera sacarlo de esa casa para que regrese con su familia.

Lukas: (Triste, a Ana Sofía) Y no deberías tener miedo, Ana Sofi. No es por nada, pero deberías hacerlo. Deberías urdir un plan para que Oliver regrese con su familia. Si sigue por más tiempo, tu hermana lo puede hasta matar. ¡Mira cómo lo dejó!

Ana Sofía: (Triste, a Lukas) Lo sé, Lukitas. Sé que tengo que hacer algo para sacar a Oliver de ese infierno en el que vive. Y lo voy a hacer ahora. Y no me importan las represalias que Jezabel pueda tomar en mi contra.

Oliver: (Sonríe a Ana Sofía) Así se habla, Ana Sofi. Confío en ti, sé que lo harás.

Ana Sofía: (Preocupada, a Oliver) Gracias, Oliver. Pero por favor, dame tiempo para pensar en un plan. Es que no te puedo sacar de esa casa así como así.

Lukas: (Preocupado, a Ana Sofía) Tú lo has dicho, Ana Sofi. Tienes que pensar en un plan para ayudar a Oliver, antes de que sea demasiado tarde.

Ana Sofía: (Preocupada, a Lukas) Sí, Lukitas. Tiene que haber alguna forma para sacar a Oliver de ese infierno. Y no me importa que Jezabel quiera tomar venganza contra mí.

Oliver: (Tranquilo, a Ana Sofía) No sé lo que vaya a pasar, Ana Sofía. Pero tienes que pensar en algo para poder salir de esa casa. No quiero salir muerto de ahí.

Ana Sofía y Lukas están muy preocupados por el bienestar de Oliver, y Ana Sofía quiere pensar en un plan para salvarlo.

***

Esa noche...

Casa de los Arciniegas.

Danna y Karime están en la casa de los Arciniegas, platicando. Están en la habitación de Karime, sentadas en la cama.

Danna: (Triste) La verdad, Karime. No sabes cómo extraño a mi hermano. A veces desearía que nunca hubiera tomado semejante decisión.

Karime: (Triste) Lo sé, Danna. Sé cómo te sientes. Yo también desearía que Oliver nunca hubiera tomado esa decisión. Ya ha pasado casi un mes, pero se siente como si hubiera sido ayer.

Danna: (Triste) Tienes razón. Nosotros somos los que más dolor sentimos. Pero mis papás son los más preocupados. Mi mamá sabe que algo anda mal, lo dice su intuición de madre.

Karime: (Triste) La intuición de una madre nunca falla, amiga. Ella sabe que tu hermano no la está pasando nada bien. Sabe que se fue a vivir con Jezabel, e incluso que ella se la pasa maltratándolo.

Danna: (Preocupada) Mi mamá es capaz de todo con tal de defender a un hijo, y más si es víctima de abuso. Y si se llega a enterar de lo que le pasa a mi hermano, ¡arde Troya!

Karime: (Preocupada) Ojalá tu mamá no quiera hacer justicia por su propia mano, Danna. Tu mamá es una madre admirable, hace todo por el bienestar de su familia, pero temo que Jezabel no respeta ni perdona nada. Creo que podría ser capaz de hacer algo en contra de tu mamá si se atreve a enfrentarla.

Danna: (Tranquila) Mi mamá no le tiene miedo a nada, Karime. No creo que Jezabel pueda intimidarla así como así.

Danna toma un vaso de agua de la mesa y toma un poco.

Karime: (Preocupada) Yo sé que ustedes no la están pasnado muy bien, amiga. Pero sé que por más fuerte que sea la tormenta, ésta pasará. No olvides que la pesadilla que está sufriendo tu hermano, no durará para siempre.

Danna: (Triste) Eso ya lo sé, Karime. No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista. Yo sé que Oliver va a salir adelante de esta situación.

Karime: (Triste) Yo sé que tu hermano va a salir adelante de esto, así como mi hermano lo hizo. Mi hermano logró dejar a Jezabel después de tanto tiempo. Y te aseguro que tu hermano va a hacer lo mismo.

Danna: (Triste) Lo sé, Karime. Pero por como están las cosas, creo que esto va a tardar mucho.

Karime: (Tranquila) A ver, amiga. Nadie dijo que esto es de la noche a la mañana. Esto va a tardar mucho tiempo, pero tarde o temprano, Oliver va a salir adelante. Te lo prometo.

Danna realmente extraña mucho a Oliver. Pero, ¿logrará algún día Oliver salir de ese infierno en el que vive?

***

Más tarde...

Casa de Jezabel Salvatierra.

Jezabel se encuentra en el patio trasero de la casa, caminando de un lado a otro.

El padre de las Salvatierra aparece y llega al patio trasero, para enfrentar a Jezabel.

Papá: (Sorprendido a Jezabel) ¡Hija, por el amor de Dios! ¿Acaso estabas golpeando a Oliver?

Jezabel: (Sorprendida, voltea hacia su papá) ¡Papá...! ¡No es lo que tú crees!

Papá: (Camina hacia Jezabel) ¿No te das cuenta de que estás lastimando a un chico inocente? ¡Yo no te eduqué para que te convirtieras en una maltratadora! ¡Ana Sofía me mostró el video hace rato!

Jezabel: (Enojada, a su papá) ¿Y qué esperabas, papá? ¡No puedo dejar que ningún hombre me ponga un dedo encima! ¡Yo soy la que debe dar el primer golpe!

El padre de Jezabel empieza a sentir un dolor en el brazo izquierdo.

Papá: (Sorprendido, se sostiene el brazo izquierdo) ¡Yo no te eduqué para esto, hija! ¡Ana Sofía tenía razón!

Jezabel: (Cínicamente) ¡Pues sí, papá! ¡Ana Sofía tiene razón! ¡Yo maltraté a Osmar Arciniegas, yo fui la tóxica, no él! ¡Y ahora estoy repitiendo la historia con Oliver Bastidas! ¡Lo tengo en cautiverio en esta casa, para que no pueda escapar. (Sonríe burlona) Nada mal, ¿verdad?

Papá: (Se sostiene con fuerza el brazo izquierdo, camina hacia la mesa) ¡No puedo creer lo que estás diciendo, hija! ¡Te desconozco!

El padre de Jezabel se arrodilla en el suelo sin soltar su brazo izquierdo, mientras intenta alcanzar la mesa, en la cual está un frasco de pastillas. Jezabel corre hacia la mesa y toma el frasco con su mano derecha.

Jezabel: (Burlona) ¿Quieres tus pastillas, papá? ¿Esto es lo que buscas? ¡Pues ve por ellas! (Arroja el frasco lejos)

Papá: (Se sostiene el brazo izquierdo con más fuerza) ¡Hija, por favor, ayúdame!

Jezabel: (Enojada) Claro que te ayudaré, padre. ¡A que no le digas a nadie lo que viste!

Jezabel se acerca a su padre y le aprieta el cuello con sus dos manos. El pobre hombre intenta zafarse de Jezabel, pero ésta lo ahorca con más fuerza, para que el hombre no pueda respirar. Después de unos segundos, Jezabel hace que el hombre caiga al suelo, mientras ella se arrodilla y lo sigue ahorcando. El hombre muere en el acto. Jezabel deja de ahorcar a su padre y se pone de pie. Contempla el cadáver de su padre, que yacía en el suelo.

Jezabel: (Burlona) ¿Ahora lo entiendes, papá? Ojalá que ardas en el lago que arde con fuego y azufre.

Jezabel deja de conteplar el cadáver de su padre, y entra a la casa, como si nada hubiera pasado.

Momentos después, Ana Sofía va al patio trasero y se horroriza al ver el cadáver de su padre.

Ana Sofía: (Grita asustada) ¡Papá! ¡Papá, papá! (Corre hacia su papá y lo levanta para abrazarlo) ¡Papá, despierta! ¡Por favor, no me dejes! (Grita llorando) ¡No me dejes, papá! ¡No me dejes, por favor! ¡Despierta!

Ana Sofía trata de auydar a su padre, pero es inútil: él ya ha muerto. Ella llora y llora por lo sucedido.

Mientras tanto, Jezabel está en la sala, sentada en la mesa y tomando una copa de vino, haciendo como si nada hubiera pasado.

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