5: Dios no puede ser burlado
Al día siguiente...
6 de septiembre de 2023.
Facultad de Ingeniería Mecánica y Eléctrica.
Un nuevo día. Clima cálido, cielo despejado.
Ana Sofía y Oliver están en la facultad. Están sentados en una banca, comiendo helado de fresa, en vasos.
Estos son sus atuendos:
Oliver: Playera blanca de mangas cortas, pantalón negro, zapatos tenis blancos.
Ana Sofía: Blusa celeste de mangas cortas, pantalón de mezclilla azul, zapatos tenis blancos.
Ana Sofía: (Triste) Tranquilo, Oliver. Sabes bien que no es tu culpa que Jezabel te trate de esa forma. (Come una cucharada de su helado)
Oliver: (Tranquilo, come una cucharada de su helado) Gracias, Ana Sofía. No sé por qué a veces siento que sí lo es. Para empezar, nunca debí haberme mudado a tu casa. (Come una cucharada de su helado) Esto es una pesadilla de la que quisiera despertar.
Ana Sofía: (Sonríe) Ánimo, Oliver. Bien dicen que después de la tormenta, siempre llega la calma. Y créeme que esta pesadilla no va a ser para siempre.
Oliver: (Sonríe) Muchas gracias por tus palabras, Ana Sofi. De verdad me hacen sentir más tranquilo.
Ana Sofía: (Sonriendo) Ya sabes, Oliver. Sé que muy pronto te vas a ir de esta casa, y vas a regresar con tu familia.
Oliver: (Se pone un poco triste) Eso es lo que quiero, Ana Sofi. Porque no debí haber tomado esa decisión de golpe. No sabes cuánto extraño a mi familia.
Ana Sofía: (Triste) Lo sé, Oliver. Lo sé.
Oliver: (Triste, come una cucharada de su helado) Ya le he llamado a mi familia. Y sólo me la paso pidiéndoles perdón por haber tomado una decisión tan tonta.
Ana Sofía: (Triste) Lo sé, Oliver. No me imagino lo que se siente. Yo perdí a mi mamá hace años, cuando todavía estaba en la preparatoria. No sé cómo habrá muerto, pero no hay un sólo día que no la extrañe.
Oliver: (Triste) Puede que estos sean tiempos muy oscuros para mí, Ana Sofía. Pero en medio de todo esto, tú eres la luz que me ilumina.
Ana Sofía: (Sonríe) Muchas gracias, Oliver. Nunca dudes que, por más fuerte que sea una tormenta, ésta pasará.
Oliver: (Sonríe) Muchas gracias por todo lo que has hecho por mí, Ana Sofi. Sé que está tormenta va a pasar muy pronto. Yo sé que muy pronto, voy a volver con mi familia y amigos.
Ana Sofía: (Sonriendo, come un poco de su helado) Lo sé, Oliver. Pero por favor, ten paciencia. Voy a organizar un plan para que regreses con tu familia. Te lo prometo.
Ana Sofía y Oliver se levantan de la mesa, y ella le da un abrazo al chico. Oliver empieza a llorar, Ana Sofía no lo deja solo.
Los chicos no saben que Ramsés los está viendo de lejos. Ramsés usa traje azul y zapatos azules. Está sorprendido al ver a los dos chicos abrazándose. Saca su celular del bolsillo derecho de su saco y les toma fotos a los dos chicos.
Ramsés: (Sorprendido) Esto no le va a gustar nada a Jezabel. Se va a poner como loca cuando sepa lo que su hermana y su novio están haciendo.
Ramsés decide irse de la casa, tiene ganas de informarle la situación a Jezabel. Saca su celular del bolsillo derecho de su pantalón y le manda un mensaje.
***
Más tarde...
Plaza Juárez.
Jezabel camina por la Plaza Juárez, pero se ve muy enojada. Ni siquiera voltea a ver a nadie. Usa saco azul, minifalda y zapatos negros.
Karime llega a la Plaza Juárez. Usa una blusa gris de tirantes, minishort azul y zapatos tenis blancos. Al ver a Jezabel, se le acerca y le da una cachetada en la mejilla izquierda.
Jezabel: (Enojada) ¿Qué te pasa? ¿Cómo te atreves a ponerme la mano encima?
Karime: (Grita enojada) ¿Cómo te atreves a lastimar a Oliver, Jezabel? ¡Ya sé todas las cosas que le estás haciendo!
Jezabel: (Burlona) Vaya, así que Oliver se está escondiendo detrás de sus queridos amigos como un cobarde, ¿no crees, Karime Arciniegas?
Karime: (Enojada) ¡Ya sé que qué estás repitiendo con Oliver lo mismo que hiciste con Osmar! ¿Crees que no me doy cuenta? ¿Acaso crees que soy una estúpida?
Jezabel: (Ríe burlona) Por favor, Karime. Tu patético hermano no puede hacer nada contra mí. Y ahora resulta que quiere mandar a su hermanita para hacer el trabajo. Si eso no es cobardía, no sé qué es.
Karime: (Enojada, le da una cachetada a Jezabel en la mejilla izquierda) ¡Cállate! ¡No vuelvas a hablar así de mi hermano! ¡Tal vez él no puede hacer nada contra ti, pero yo sí te puedo poner en tu lugar!
Jezabel: (Burlona) Claro que no puede hacer nada contra mí, porque es un poco hombre. Ya sabe que soy una persona muy poderosa, y si yo quiero, puedo matarlo con mis propias manos.
Karime: (Enojada) Pase lo que pase, no nos vamos a dejar intimidar por ti. Sabemos de lo que eres capaz, pero ni eso nos va a detener. ¡Y no me importa el poder que tú tengas!
Jezabel: (Enojada) Mejor ve y dile al pocos huevos de tu hermano, que si vuelve a retarme, ¡su cabeza será mi trofeo!
Karime: (Enojada) A mi hermano le quitaste tanto, que hasta le quitaste el miedo. Él te quería de verdad, pero tus malos tratos hacia él lo hicieron odiarte. Y tal vez seas alcaldesa de San Pedro Garza García, y seas intocable. pero te aseguro que la justicia divina existe. Y muy pronto te va a alcanzar.
Jezabel: (Grita enojada) ¡A mí no me asusta ninguna justicia divina, Karime! ¡Ningún maldito Dios me va a castigar! ¡Sólo tu maldito Dios es el que va a castigar a todos mis enemigos!
Karime: (Enojada) Claro que no, Jezabel. Te aseguro que la vida te va a castigar por todo el daño que le hiciste a mi hermano, así como todo el daño que le haces a Oliver. Te aseguro que serás tú la que va a caer. ¡Te juro que vas a caer, Jezabel!
Karime se va enojada de la Plaza Juárez, después de esa discusión. Jezabel está furiosa, y no quiere quedarse de brazos cruzados.
Jezabel: (Enojada) Vas a saber qué alacrán se echaron tú y Osmar. Te lo juro.
Decide caminar de vuelta hacia la Presidencia Municipal de San Pedro Garza García.
***
Más tarde...
Plaza Fiesta San Agustín.
Tristán, Fabiola y Ramsés están en Plaza Fiesta San Agustín, en el áres de restaurantes y sentados en una mesa.
Estos son sus atuendos:
Tristán: Playera roja de mangas cortas, pantalón de mezclilla azul, zapatos tenis blancos.
Fabiola: Blusa celeste de tirantes, minishort negro, zapatos tenis blancos.
Ramsés: Playera gris de tirantes, pantalón deportivo negro, zapatos tenis grises.
Tristán: ¿Ya se enteraron de que Jezabel golpeó a Oliver anoche?
Fabiola: (Preocupada, a Tristán) ¿Cómo que Jezabel golpeó a Oliver?
Ramsés: (Preocupado, a Tristán) ¿En serio? No sabía.
Tristán: (Preocupado) Sí, chicos. Me dijeron que Jezabel empezó a golpear a Oliver. Parece que ese pobre chico no sabe lo que le espera.
Fabiola: (Preocupada, a Tristán) ¿Es en serio? Cielos, no creí que Jezabel fuera capaz de hacer algo así.
Tristán: (A Fabiola) Pues lo es. Me lo dijo un amigo en el trabajo. Dijo que Jezabel golpeó a Oliver anoche.
Fabiola: (Preocupada) Dios mío...
Ramsés: (Preocupado) No puede ser...
Tristán: (Preocupado) Sí, chicos. Pero lo mejor es que no le hagamos ni un reclamo. Ella sabe que somos sus amigos, y la apoyamos en todo. No sé cómo reaccione si la llegamos a cuestionar.
Fabiola: (Preocupada, a Tristán) No lo sé, Tristán. Jezabel es mi mejor amiga, pero no está bien que violente a Oliver cuando quiera.
Ramsés: (Enojado, a Fabiola) Cierto, Fabiola. No porque sea tu mejor amiga, quiere decir que le vas a solapar esas malas actitudes hacia Oliver.
Fabiola: (A Ramsés) Así es, Ramsés. Pero siento miedo cuando la tengo en frente. Tú sabes que la quiero mucho, pero me da miedo cuestionarla.
Ramsés: (A Fabiola) A mí también, Fabiola. No sé cómo podría reaccionar.
Tristán: Pues, pronto vamos a hacerle ver que no está bien lo que hace. Tal vez pueda entenderlo.
Fabiola: (Preocupada) Sé que habrá consecuencias, pero tenemos que hacerle saber que no puede tratar así a Oliver.
Los chicos son amigos de Jezabel, pero no pueden negar el miedo que sienten por lo que está pasando. Ramsés se aleja un poco de los hermanos de la Torre, y sonríe maliciosamente.
Ramsés: (Burlón) Sí, chicos. Jezabel sí está golpeando a Oliver. Y no saben cómo me agrada.
Ramsés decide irse hacia otro lugar. Se ve que está contento por el dolor por el que Oliver está pasando.
***
Más tarde...
Casa de Jezabel Salvatierra.
Oliver está en su habitación, ejercitándose en el suelo haciendo abdominales. Usa una playera deportiva blanca, de mangas cortas, pantalón deportivo negro y zapatos tenis blancos.
El chico se levanta del suelo para descansar. Jezabel entró a la habitación, se le acerca al chico y le da una cachetada en la mejilla derecha.
Jezabel: (Grita enojada) ¡Eres un idiota, Oliver!
Oliver: (Asustado) ¿De qué hablas, Jezabel? ¿Por qué te pones así?
Jezabel: (Enojada, le da una cachetada a Oliver en la mejilla derecha) ¡Ya sé que estabas hablando con mi hermana hace rato!
Jezabel le da un puñetazo a Oliver en el abdomen, él se arrodilla de dolor.
Oliver: (Llora triste y asustado) ¡No me pegues más, Jezabel! ¡Por favor!
Jezabel: (Enojada) ¿Te gustó el helado que te estabas comiendo con ella?
Oliver: (Se sostiene el abdomen) ¡No es lo que tú crees, te lo juro!
Jezabel le da un puñetazo a Oliver en la cara, rompiéndole la nariz y haciéndolo sangrar. Acto seguido, lo tira a la cama.
Jezabel: (Grita enojada) ¡Cállate de una vez! (Se acerca a la cama y vuelve a cachetear a Oliver en la mejilla izquierda) ¡Yo sé lo que vi, Ramsés me lo contó todo!
Oliver: (Llora asustado) ¿De qué estás hablando? ¿Qué fue lo que te dijo Ramsés?
Jezabel: (Cachetea a Oliver en la mejilla derecha, le grita enojada) ¡Ya deja de negarlo! ¡Ramsés me dijo claramente que estabas con mi hermana, y estaban comiendo helado y platicando! (Cachetea a Oliver en la mejilla izquierda) ¡Te estoy dando techo y comida! (Cachetea a Oliver en la mejilla izquierda) ¿Y es así como me lo agradeces? ¡No cabe duda de que eres un malagradecido!
Oliver: (Grita asustado) ¡Te juro que tu hermana y yo solo somos amigos! ¡Sólo estábamos platicando y ya! ¡Te juro que no tengo nada serio con ella!
Jezabel: (Grita enojada) ¡Cállate de una maldita vez! ¡De verdad que no se puede confiar en los hombres! ¡Siempre se la pasan mintiendo! ¡Dios no puede ser burlado!
Oliver: (Llora asustado) ¡Ya te lo he dicho! ¡Tu hermana y yo solo somos amigos nada más! ¡La conozco desde la secundaria!
Jezabel: (Grita enojada) ¿Además de mentir, ya te vas a poner a llorar, machito? ¡Te voy a dar razones para llorar, maldito infeliz!
Jezabel empieza a golpear a Oliver repetidas veces, mientras él suplica a gritos.
Oliver: (Grita llorando) ¡Basta, Jezabel! ¡Por favor, no sigas!
Jezabel no entiende razones. Sigue golpeando a Oliver varias veces, hasta dejarlo malherido. No le importaban sus gritos de auxilio, sólo seguía golpeando al chico.
Después, de un minuto, Jezabel se detiene. Se aleja de Oliver y se levanta de la cama, Oliver está muy malherido.
Jezabel: (Grita enojada) ¡A mí ningún hombre me miente! ¡Esto es para que aprendas a no volver a mentirme, y mucho menos a engañarme! ¡No sirves como novio, ni como hombre! Qué cagada de hombre eres, ¡pendejo de mierda!
Después de un rato, Jezabel se van muy enojada de habitación y azota la puerta para cerrarla. Por su parte Oliver se queda acostado en su cama, llorando y tapándose la cara por todos los golpes que había recibido.
Oliver: (Llora triste) ¡Por favor, Dios! ¡Libérame de esta horrible pesadilla!
Oliver estaba muy adolorido por la golpiza que Jezabel le propinó. Pero no quería contarle a nadie acerca de esto, por miedo a represalias.
***
Más tarde...
San Nicolás. Casa de la familia de Lukas.
Salomón y Lukas están en la sala de la casa, sentados en el sofá beige. Él vive en la colonia Anáhuac, en una casa marcada con el número 850, ubicada en la calle Gabriela Mistral. Los dos están platicando.
Estos son sus atuendos:
Salomón: Camisa a cuadros azul de mangas cortas, pantalón negro, zapatos tenis blancos.
Lukas: Playera gris de tirantes, short negro, zapatos tenis blancos.
Lukas: (Preocupado) ¿Cómo que Jezabel mandó a unos hombres para atacarte, Salomón? ¿Acaso se ha vuelto loca?
Salomón: (Enojado) Sí, Lukas. Es cierto. Pero quiero que sepa que ni eso me va a detener. Voy a seguir adelante para seguir ayudando a Oliver.
Lukas: (Preocupado) Sabes que nos estamos metiendo en la boca del lobo. Jezabel Salvatierra es una mujer muy peligrosa, y si fue capaz de mandar a unos hombres para amenazarte, también lo es de cosas peores.
Salomón: (Enojado) Lo sé, Lukas. Pero le voy a hacer saber que nada de nadie me va a detener. Jezabel cree que se puede salir con la suya, pero no es así.
Lukas: (Preocupado) Así es, hermano. Solo puedo rezar porque Jezabel no le vaya a hacer daño a Karime. Ya sabes cómo es Karime, en parte por herencia de Osmar.
Salomón: (Preocupado) Ojalá. Karime es nuestra amiga, y sabe que la vamos a defender.
Lukas: (Triste) A mí me da mucha tristeza que Oliver se haya mudado a casa de Jezabel, y no nos haya vuelto a hablar. Ni siquiera nos ha mandado un mensaje. Y no me puedo imaginar cómo se ha de sentir su familia.
Salomón: (Triste) Lo sé, Lukas. Lo sé. No puedo ni imaginarme cómo se siente Danna, su hermana menor.
Lukas: (Triste) Yo tampoco, Salomón. Pero nada me quita de la cabeza que, por más fuerte que sea la tormenta, ésta pasará.
Salomón: (Triste) Ojalá que esta tormenta pase algún día, hermano.
Los dos chicos siguen platicando tranquilamente. No pierden la esperanza de que Oliver recupere su antigua vida.
***
Más tarde...
San Pedro Garza García. Casa de Jezabel Salvatierra.
Oliver camina tranquilamente por la sala de la casa. Aún está mal herido por la golpiza que le dio. Ramsés lo ve y se le acerca para enfrentarlo.
Ramsés: (Burlón) Vaya, miren a quién me encuentro. A Oliver Bastidas, el novio de Jezabel Salvatierra.
Oliver: (Enojado) ¿Quién eres tú? ¿Y qué es lo que quieres?
Ramsés: (Burlón) Soy Ramsés Alarcón, amigo de Jezabel. Y quería decirte que no es bueno que tengas otras amigas, tales como la hermana de Jezabel. A ella no le gustaría la idea.
Oliver: (Enojado) ¡No sé qué te pasa, pero te aseguro que Ana Sofía y yo somos amigos desde la secundaria! ¡Y sabes bien que tu amiga me golpeó por tu culpa!
Ramsés: (Ríe burlón) ¿Y qué esperabas? Por favor, Oliver. Jezabel no puede tolerar esa amistad que tienes con su hermana. Por eso le conté acerca de esa amistad. Y perdóname que te lo diga, pero tú tienes la culpa de lo que te pasó.
Oliver: (Enojado) Pues te aseguro que pronto me voy a escapar de aquí. Y me voy a vengar de Jezabel, por todo lo que me ha hecho.
Ramsés: (Se ríe) ¡Por favor, Oliver! ¡Sólo hablas y hablas, y no haces nada de lo que dices! (Se enoja) ¿Qué puedes hacer tú contra Jezabel? ¡Eres sólo un simple chico, y ya quieres enfrentarte a una mujer muy poderosa e intocable! Pero te aseguro que vas a perder esta batalla, aún antes de empezar. Porque si Jezabel quiere, puede borrarte del mapa.
Oliver: (Triste) Tienes razón, Ramsés. Yo soy un chico común y corriente, mientras que Jezabel es una persona muy poderosa.
Ramsés: (Sonríe maliciosamente) Así se habla, Oliver Bastidas. Porque no te gustaría que le pase algo malo a tus amigos. ¿Salomón Osorio? ¿Lukas Rivera? ¿Karime Arciniegas? ¿Ana Sofía SAlvatierra? ¿Tu hermanita, de nombre Danna Bastidas?
Oliver: (Sostiene a Ramsés de su saco y le grita enojado) ¡Cállate! ¡Puedo tolerar que Jezabel me golpee y me humille! Pero lo que no le voy a tolerar, es que se meta con mi familia y amigos. Que me haga a mí lo que quiera, pero que no toque a mis seres queridos.
Ramsés: (Burlón) Pues haz lo que quieras. Porque sólo eres tú contra la poderosa Jezabel. No vas a ganar esta guerra, te lo aseguro.
Ramsés se va caminando de la sala, mientras que Oliver se queda solo, y completamente furioso.
***
Más tarde...
Plaza Fiesta San Agustín.
Osmar y Ana Sofía están en Plaza Fiesta San Agustín, platicando tranquilamente.
Osmar usa una playera roja de mangas cortas, pantalón deportivo negro y zapatos tenis blancos.
Osmar: (Triste) Aún no me repongo de lo de la muerte de mi novia, Ana Sofía. Ya bastante tengo con saber que Oliver se mudó a tu casa.
Ana Sofía: (Triste) Lo sé, Osmar. Sé como te sientes por lo de tu novia. Y sé que no hay perdón que valga, pero no me va a alcanzar la vida para pedirte perdón por todo el daño que mi hermana te causó, todas las veces que haga falta.
Osmar: (Triste) No pidas perdón por algo que tú no hiciste. Fue tu hermana la que me hizo muchas cosas cuando fue mi novia. Tú no tienes la culpa de nada. Eres totalmente ajena a todos los golpes y vejaciones que tu hermana me hizo.
Ana Sofía: (Triste) Lo sé, Osmar. Lo sé. Pero es que lamento no haber podido hacer nada por ayudarte. Pero te aseguro que no volveré a cometer los mismos errores. Debes saber que hago mi mejor esfuerzo por defender a Oliver. Tú sabes que no soporto cómo lo trata mi hermana.
Osmar: (Preocupado) Y si Oliver no soporta los maltratos de Jezabel, ¿por qué no se sale de esa casa?
Ana Sofía: (Preocupada) Porque Jezabel es capaz de tomar represalias contra él. ¿Ya se te olvidó que mandó a unos hombres a secuestarte, sólo porque quisiste escapar?
Osmar: (Preocupado) Lo sé, Ana Sofía. No se me olvida lo que tu hermana hizo al enterarse de que me escapé de esa casa. Pero ojalá que recuerde toda su vida que nada va a reparar todo el daño que me hizo.
Ana Sofía: (Triste) Te entiendo, Osmar.
Los dos chicos se sientan en una banca.
Ana Sofía: (Tranquila) Y respecto a lo de Fátima, ¿ya la sepultaron, o la cremaron?
Osmar: (Triste) La sepultaron, ahora ya está descansando en paz.
Ana Sofía: (Triste) Me imagino, Osmar. Lo único que puedo decirte, es que ya tienes a un ángel que te cuida desde arriba. No te quedes con los malos momentos, sólo recuerda todo lo bueno que viviste con ella, y lo mucho que te amaba. Hay que recordar con amor a nuestros seres queridos.
Osmar: (Triste) Muchas gracias, Ana Sofía. Y por favor, protege a Oliver de las garras de Jezabel.
Ana Sofía asiente. Ella está dispuesta a proteger a Oliver de los maltratos de Jezabel, sin importarle las consecuencias.
***
Más tarde...
Casa de Jezabel Salvatierra.
Oliver está sentado en su cama, triste y con lágrimas en los ojos. Aún está triste después de los golpes que le dio Jezabel momentos atrás.
De repente, Jezabel entra a su habitación y se le acerca.
Jezabel: (Burlona) ¿Por qué lloras, niñito? ¿Ahora sí te das cuenta de que tus acciones tienen consecuencias?
Oliver: (Llora triste) ¡Es que yo sólo quería compartir algo de tiempo con mis amigos! ¡Sabes que Ana Sofía es mi amiga desde la secundaria!
Jezabel: (Enojada) ¡Claro que era necesario! ¡Qué rápido se te olvidó que soy tu novia, que tú eres de mi puta propiedad!
Jezabel jala a Oliver de su playera y lo levanta de la cama.
Oliver: (Grita asustado) ¡No me hagas daño, por favor!
Jezabel: (Grita enojada) ¡No olvides que soy tu novia, y que te vas a quedar aquí para siempre! ¿No te vas a volver a acercar a mi hermana? ¿O qué vas a hacer?
Oliver: (Asustado, con voz baja) Nada, nada...
Jezabel: (Grita enojada) ¡Contéstame, cabrón!
Oliver: (Grita asustado) ¡Nada, te juro que no me voy a volver a acercar a tu hermana! ¡No me hagas daño, por favor!
Jezabel arroja a Oliver a la cama.
Jezabel: (Enojada) Si tus padres hubieran sabido que eras un niñito chillón, tu mamá no se hubiera tomado la molestia de parirte.
Oliver: (Llora triste) No me digas eso, Jezabel. ¡Por favor...!
Jezabel: (Grita enojada) ¡Yo te digo lo que se me dé la gana, infeliz! ¡Tal vez no debería haberte pedido que te mudaras a mi casa! ¿Por qué carajos me hice tu novia en primer lugar?
Oliver: (Llora triste, se levanta de la cama) ¡Pero yo te amo, Jezabel!
Jezabel: (Enojada) ¡Con cada acción tuya, haces que te odie, pendejo! ¡Date cuenta! No eres más que una basura, pendejo inservible.
Jezabel se va furiosa de la habitación, mientras que Oliver sigue llorando desconsoladamente. Está herido, y sangra de la nariz. Ya no aguanta más el dolor.
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