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4: Engañar al prójimo es fácil, lo difícil es explicarle a Dios después

Más tarde...

Parque La Pérgola.

Lukas y Danna están en el parque La Pérgola, caminando tranquilamente.

Lukas: (Triste) Siento mucho que no hayas podido hablar con tu hermano anoche, Danna.

Danna: (Triste) Lo sé, Lukitas. Oliver no nos ha llamado desde que se fue a vivir con Jezabel. ¡Yo sé que algo anda mal, lo sé!

Lukas: (Triste) Yo también lo presiento. Sé que Jezabel no es buena persona, y que le va a hacer mucho daño a Oliver.

Danna: (Asustada) ¡Yo también lo sé! Y tengo mucho miedo de lo que pueda pasar. ¿Sabes? Yo nunca acepté la relación que mi hermano tiene con Jezabel, ni siquiera desde el primer momento.

Lukas: (Triste) Yo tampoco. De hecho, ninguno de nosotros acepta esa relación. Sobre todo Salomón. Él es capaz de todo para defender a sus amigos, en especial a Oliver.

Danna: (Asustada) Ni lo digas, Salomón siempre estará ahí para Oliver. Es un amigo muy leal.

Lukas: (Triste) Así es. Pero temo que Jezabel pueda tomar represalias contra él si decide defender a su amigo. Ya sabemos cómo es Jezabel, y de lo que es capaz.

Danna: (Triste) Lo sé. Pero te aseguro que Jezabel no se saldrá con la suya. Que sepa que Oliver tiene amigos que estarán ahí para defenderlo.

Lukas: (Tranquilo) Sobre todo Salomón. Ya lo conoces, es capaz de lo que sea con tal de defender a un amigo.

Danna: (Preocupada) Lo sé, Lukitas. Lo sé.

Lukas y Danna se sientan en una banca.

Lukas: (Sonríe) Cambiando de tema, ¿qué te dijeron tus papás sobre la quinta?

Danna: (Sonríe un poco) Pues, me dijeron que sí. Pero me tienen prohibido tomar alcohol.

Lukas: (Sonriendo) Lo sé, Danna. Sé que aún no puedes tomar alcohol, porque eres menor de edad.

Danna: (Sonriendo) Así es, Lukitas. Por lo pronto, vamos a divertirnos este fin de semana.

Los dos chicos quieren tratar de concentrarse en lo del fin de semana, pero no pueden olvidar que Oliver está en grave peligro por culpa de Jezabel.

***

Más tarde...

Casa de la familia de Salomón.

Salomón vive en la calle Antonio Machado, en una casa marcada con el número 505. Es una casa grande, de dos pisos, con un buen patio trasero y un estacionamiento para dos autos.

Salomón camina por la calle Antonio Machado para ir a su casa, cuando de repente, una camioneta Suburban negra llega a toda velocidad y se acerca a donde está Salomón, asustándolo. De ella bajan dos hombres encapuchados que visten de negro, se le acercan a Salomón y lo someten.

Salomón: (Grita enojado, mientras los encapuchados lo someten) ¡Déjenme en paz, qué están haciendo!

Los encapuchados lo meten adentro de la camioneta para asustarlo.

Encapuchado: (Grita enojado) ¡Seŕá mejor que te detengas, niño! ¡No sabes con quién te metes!

Salomón: (Enojado) ¡Ustedes son los que no saben con quién se meten!

Encapuchado: (Enojado) ¿Crees que nos vas a asustar tan fácilmente? ¡Para que lo sepas, venimos de parte de Jezabel Salvatierra! ¡Y ella te manda a decir que te detengas en todo esto! ¡Y que dejes en paz a su novio Oliver!

Salomón: (Enojado) ¡Pues dígale a su querida Jezabel que haga lo que haga, no me va a intimidar! ¿Creen que pueden burlarse de mí? Pase lo que pase, voy a defender a mi mejor amigo, y la voy a liberar de sus garras.

Encapuchado: (Enojado, saca una pistola y le apunta a Salomón en la cabeza) ¡Piénsalo bien, niño! ¡Será mejor que dejes la fiesta en paz y te alejes para siempre de Oliver Bastidas! ¡O te mataremos! ¡Sabes bien de lo que Jezabel es capaz!

Salomón: (Enojado) Pues por mí, hagan lo que quieran. Pero yo voy a seguir defendiendo a Oliver, ¡y no me van a detener! ¿Me oyen? ¡No me van a detener! ¡Tendrán que matarme si quieren destruir a mi mejor amigo!

Encapuchado: (Enojado) ¡Te vas a arrepentir por esto, Salomón Osorio! ¡Jezabel ya sabe dónde vives, con quién te juntas, a dónde vas! ¡Ella ya sabe todo de ti! ¡Si sigues defendiendo a tu mejor amigo, te vas a morir!

Salomón: (Enojado) No me importa lo que esa perra sepa de mí. Díganle de mi parte que aquí la voy a estar esperando. ¡Si cree que puede intimidarme, se equivoca! ¡Oliver es mi mejor amigo, y siempre voy a estar ahí para defenderlo!

Encapuchado: (Enojado, aleja su pistola de la cabeza de Salomón) ¡Te aseguro que te vas a arrepentir por haber retado a Jezabel! ¡Ahora vas a sufrir las consecuencias! ¡Tus amigos, Lukas Rivera, Karime Arciniegas y Danna Bastidas van a pagar los platos rotos también!

Salomón: (Enojado) ¡Pues díganle a su amada Jezabel que, si quiere intimidarme, va a necesitar más que unos malditos encapuchados! Porque pase lo que pase, ¡voy a defender a mis amigos! ¿Les quedó claro?

Encapuchado: (Enojado) ¡Pues a ver de qué cuero salen más correas! ¡Pero te aseguro que vas a desear nunca haberte metido con Jezabel Salvatierra!

Los dos encapuchados, hartos de la situación, sacan a Salomón de la camioneta por la fuerza. La camioneta se va a toda velocidad del lugar. Salomón no se inmuta mientras ve la camioneta alejarse.

Salomón: (Enojado) No vas a intimidarme tan fácilmente. Te lo aseguro, Jezabel.

Se pone a caminar por la calle, como si nada hubiera pasado. Pero su celular empieza a sonar, y lo saca del bolsillo derecho de su pantalón. Ve que recibió un mensaje vía WhatsApp de un número desconocido. El mensaje dice:

"¿Te gustó la sorpresa que te envié, Salomón Osorio? Sé todo acerca de ti. Sé dónde vives. Gusanos serán tu cama, y gusanos te cubrirán."

"Con cariño"

"Jezabel Salvatierra"

Salomón está asustado después de haber visto el mensaje. Pero aún así, no se deja amedrentar por Jezabel.

***

Más tarde...

Casa de Jezabel Salvatierra.

Oliver está en el patio trasero de la casa. Llegó de la facultad, después de un largo día de clases.

Oliver: Caray, ¿por cuánto tiempo voy a seguir soportando esto?

De repente, Jezabel llega a la casa. Va al patio trasero y se dirige enojada hacia Oliver.

Jezabel: (Enojada) ¿Qué le dijiste a tus amigos, Oliver? ¿Acaso les dijiste algo acerca de lo que pasó anoche?

Oliver: (Asustado) ¡No, Jezabel! ¡No les dije nada! ¡Yo no dije nada, te lo juro!

Jezabel: (Enojada, golpea a Oliver en el estómago) ¡No me llames por mi nombre! ¡A mí me llamas mi amor! (Le da una cachetada a Oliver en la mejilla izquierda, tirándolo al suelo) ¡Y en segundo lugar, a mí no me mientas! ¡Ya sé que uno de tus amigos me enfrentó hace horas!

Oliver: (Asustado, se levanta del suelo) ¡No le dije nada a mis amigos, te lo juro! ¡Yo no dije nada!

Jezabel: (Le da una cachetada a Oliver en la mejilla izquierda, y grita enojada) ¡No creas que no me doy cuenta! ¿Crees que puedes burlarte de mí? (Le da otra cachetada a Oliver en la mejilla derecha) ¿Crees que puedes verme la cara de estúpida? ¿Acaso crees que nací ayer?

Oliver: (Asustado) ¡Ya te lo dije, mi amor! ¡Ni siquiera conozco a ese amigo! ¡Ni siquiera sé quién es!

Jezabel: (Enojada) ¿Ah, no? Porque me dicen que se llama Salomón Osorio, ¿no es así? ¿Se llama Salomón Osorio, maldito infeliz?

Oliver: (Grita asustado) ¡No, no es Salomón!

Jezabel: (Enojada, le da un puñetazo a Oliver en la cara) ¡Claro que sí! ¡Es Salomón Osorio, tu mejor amigo! Y será mejor que le digas que no me provoque, ¡si no quieres que sufra las consecuencias!

Oliver: (Asustado) ¡No sé de qué me hablas! ¡Te juro que no tengo un amigo con ese nombre!

Jezabel: (Grita enojada) ¡Ya cállate! ¡Engañar al prójimo es fácil, lo difícil es explicarle a Dios después!

Jezabel quiere volver a golpear a Oliver, pero Ana Sofía aparece en el patio, corre hacia Jezabel y la detiene. Oliver mira todo asustado y adolorido.

Ana Sofía: (Le grita enojada a Jezabel) ¡Alto! ¡No vas a volver a golpear a Oliver! ¡No esta vez!

Jezabel: (Enojada, voltea hacia Ana Sofía) ¿Quién te crees que eres, Ana Sofía? ¿No ves que estoy hablando con Oliver?

Ana Sofía: (Le grita enojada a Jezabel) ¡Lo estabas golpeando, Jezabel! ¡Yo sé lo que vi, incluso lo tengo grabado todo!

Jezabel: (Enojada, a Ana Sofía) ¡Mira cómo me importa! ¡Hagas lo que hagas, no vas a poder probar nada! ¿No ves que soy intocable?

Ana Sofía: (Enojada, a Jezabel) ¡Haz lo que quieras, Jezabel! ¡Pero de una vez te advierto, que no voy a permitir que vuelvas a violentar a Oliver! ¡Y también te advierto que yo voy a estar ahí para defenderlo!

Jezabel: (Enojada, a Ana Sofía) ¡Te vas a arrepentir por esto, Ana Sofía! ¡Te lo juro! (Voltea hacia Oliver) ¡Ya hablaré contigo después, maldito Oliver! ¡Me las vas a pagar!

Jezabel se va del patio muy enojada, mientras que Ana Sofía se acerca a Oliver para ayudarlo, está muy, pero muy preocupada.

Ana Sofía: (Preocupada) ¿Estás bien, Oliver? ¡Mira cómo te dejo mi hermana!

Oliver: (Llora asustado) ¡Sí, estoy bien! ¡No dejes que Jezabel le haga daño a mis amigos, por favor!

Ana Sofía: (Preocupada) Tranquilo, Oliver. Yo te voy a auydar. No voy a permitir que Jezabel te lastime.

Los dos chicos se sientan en el sofá. Oliver está muy asustado por los golpes que Jezabel le dio.

Oliver: (Llorando) ¿Cómo pude ser tan estúpido para mudarme aquí? ¡Todo esto es mi culpa! ¡Es mi culpa, yo provoqué esto!

Ana Sofía: (Preocupada, seca las lágrimas de Oliver) ¡No es así, Tú no tienes la culpa de los golpes de Jezabel. La única culpable de todo lo que estás sufriendo, es Jezabel.

Oliver: (Asustado) ¡No dejes que Jezabel lastime a mis amigos! ¡Tengo miedo de lo que pueda llegar a pasar!

Ana Sofía: (Preocupada) Tranquilo, yo te voy a proteger a ti y a tus amigos. Te prometo que Jezabel no se va a salir con la suya. Te lo prometo.

Oliver: (Llora triste) ¡Soy un imbécil! ¡Ojalá nunca me hubiera mudado a esta casa! ¡Debí haber escuchado los consejos de mi familia y amigos!

Ana Sofía abraza a Oliver, quien está llorando desconsoladamente, por culpa de los golpes y gritos de Jezabel. Oliver tiene mucho miedo de lo que Jezabel pueda hacer contra sus amigos.

***

Más tarde...

Parque La Pérgola.

Karime, Salomón y Lukas están en el parque La Pérgola, caminando.

Karime usa una blusa gris de tirantes, minishort negro y zapatos tenis blancos.

Karime: (Preocupada, a Salomón) ¿Cómo que Jezabel te amenazó, Salomón?

Salomón: (Enojado, a Karime) Sí, Karime. Mandó a unos tipos a que me secuestraran, hasta me apuntaron con una pistola. Me dijeron que dejara de meterme en la relación de Oliver.

Lukas: (Asustado, a Salomón) ¿En serio?

Salomón: (A Lukas) Pero ya le hice saber a Jezabel que no me va a intimidar.

Lukas: (Preocupado, a Salomón) Ya lo ves, Salomón. Te estás metiendo en la boca del lobo.

Salomón: (Enojado, a Lukas) Pues prefiero arriesgarme, que dejar que Jezabel siga lastimando a Oliver.

Karime: (Preocupada, a Salomón) ¿Eres consciente de lo que Jezabel es capaz de hacer, Salomón?

Salomón: (Tranquilo, a Karime) Sí, pero no me importa.

Lukas: (Preocupado, a Salomón) Ten cuidado, Salomón. (A Karime) Y sí, Karime. He conocido a amigos que quieren arriesgarse a que algún desquiciado sin oficio les haga daño.

Karime: (Preocupada, a Lukas) Y Salomón es uno de ellos, Lukitas. (A Salomón) Sí, Salomón. Se te aplaude que quieras defender a Oliver, pero debes ser consciente de que Jezabel ya te mandó una advertencia.

Salomón: (Enojado, a Karime) Lo sé. Pero no me interesa, Karime. Jezabel cree que me va a intimidar tan fácilmente, pero se equivoca. Si he de arriesgar mi vida por defender a Oliver de los maltratos de esa mujer, así lo haré.

Lukas: (Preocupado, a Karime) No creo que pudas hacerlo entrar en razón tan fácilmente, Karime.

Karime: (Preocupada, a Lukas) Lo sé, Lukas. Pero sólo podemos rezar porque Oliver abra los ojos y se dé cuenta de que Jezabel es de lo peor.

Lukas: (Preocupado) Ojalá. Porque como están las cosas, ese día no parece ser próximo.

Salomón: (Enojado) Pues espero que sea muy pronto, chicos. Por las buenas o por las malas, Oliver se va a dar cuenta de la basura de ser humano que es esa mujer.

Karime: (Preocupada, a Salomón) Espero que no sea demasiado tarde, Salomón.

Los tres chicos están preocupados por el bienestar de Oliver, y sólo pueden pedir por un milagro para que Oliver pueda salvarse del infierno en el que vive.

***

Más tarde...

Casa de Ramsés.

Jezabel y Ramsés están en la sala de la casa de Ramsés, sentados en el sofá.

Ramsés vive en la colonia Residencial Sierra del Valle, en una marcada con el número 120. Es una casa grande de dos pisos, con un exterior color blanco y estacionamiento. Adentro tiene una buena decoración, con un minibar y una sala lujosa.

Ramsés: (Sonriendo) ¿Ya mandaste ese ataque contra ese tal Salomón Osorio, Jezabel?

Jezabel: (Sonriendo) Sí, Ramsés. Mis hombres me dijeron que ya lo interceptaron, que ya sabes dónde vive, y que lo iban a desaparecer si seguía defendiendo a Oliver. Parece que el plan dio resultado.

Ramsés: (Sonriendo) Ojalá, Jezabel. Para que aprenda a no meterse con quien no debe.

Jezabel: (Sonriendo) Tienes razón, Ramsés. Tal vez Salomón vaya a aprender la lección por las buenas por las malas. Y pobre de él si se atreve a intentar ayudar a Oliver.

Ramsés: (Tranquilo) Espero que Salomón lo piense dos veces antes de meterse contigo, linda. (Le da un beso en los labios a Jezabel) El pobre de Oliver sabe lo que le va a pasar a sus amigos si deciden declararte la guerra.

Jezabel: (Tranquila) Así es, lindo. Aquellos que me declaran la guerra, saben que yo la voy a ganar. Sabes que quién se mete conmigo, sufrirá las consecuencias. Meterse conmigo no es cosa fácil. Pero no dejo de preocuparme, pues presiento que Salomón es de armas a tomar, y es capaz de todo por Oliver.

Ramsés: (Sonriendo) Claro que sí, Jezabel. Hay que tener mucho cuidado con él. (Preocupado) Pero, dime una cosa, ¿acaso no tienes miedo de volver a ver a Osmar Arciniegas?

Jezabel: (Enojada) Ay, no, Ese nombre ni me lo menciones, Ramsés. Sabes que aunque haya pasado mucho tiempo, no puedo ni siquiera escuchar ese nombre. Tan sólo de escucharlo, se me revuelve el estómago.

Ramsés: (Tranquilo) Lo siento, no debería hablar del tema. Perdóname.

Jezabel: (Tranquila) Está bien, Ramsés. No sé por qué no puedo olvidarme de Osmar, ni siquiera me lo puedo sacar de la cabeza, aún si Oliver Bastidas ya es mi novio principal.

Ramsés: (Preocupado) Pues, ya sabes que ese chico se te puso al brinco un día, hasta vi que uno de sus amigos, creo que se llama Carlos, quiso matarte con un cuchillo por todo lo que le hiciste.

Jezabel: (Tranquila) Pero llegaste a tiempo para impedirlo, Ramsés. Vi con mis propios ojos cómo sacabas tu pistola y le disparabas a Carlos, y le vaciabas el cargador. Te juro que nunca voy a olvidar cómo me salvaste la vida.

Ramsés: (Sonriendo) Y sabes que aquí voy a estar para lo que necesites, linda. Sabes que por ti, soy capaz de lo que sea. Incluso dar mi vida por ti si es necesario.

Jezabel: (Sonriendo) Yo también lo haría, lindo. (Le da un beso en los labios a Ramsés) Si alguien se mete contigo, yo sería capaz de quemarlo todo. Te lo aseguro.

Ramsés: (Sonriendo) ¿Ya ves cómo si podemos confiar el uno en el otro?

Jezabel: (Sonriendo) Así es, lindo. Nuestra confianza es inquebrantable. Y te aseguro que voy a ganar esta guerra, no me importa lo que tenga que hacer.

A Jezabel no le importa estar en una relación con Oliver, y mucho menos engañarlo con Ramsés. Los dos siguen platicando tranquilamente, mientras ven el tiempo pasar.

***

Más tarde...

Parque Mississipi.

Tristán y Fabiola están caminando por el parque Mississipi. Los dos están muy preocupados.

Tristán: (Preocupado) Te juro que no entiendo a Jezabel, Fabiola. Se puso como loca cuando intenté hacerle ver que no está bien que trate así a Oliver.

Fabiola: (Preocupada) Sí. Me comentaron unos amigos que vieron a Oliver golpeado. Pero no quisieron decirme quién lo golpeó. Le dije algo a Jezabel, pero no quiso decirme nada.

Tristán: (Preocupado) Te entiendo. Créeme que con Jezabel no se puede razonar. Es como si estuvieras tratando de hablar con una roca. Y se pone como loca cuando la cuestionas.

Fabiola: (Preocupada) Lo sé.

Tristán: (Preocupado) No sé qué pensar, Fabiola. No sé. Por más que intento hacerle ver sus errores a Jezabel, no sirve de nada. Tal parece que Jezabel cree que está en lo correcto, no se equivoca en nada.

Fabiola: (Preocupada) Créeme, Tristán. Le mencioné a Osmar Arciniegas, su ex novio. Ya sabes cómo se puso. Parece que no le gusta que mencionen ese nombre. No sé que le pasó para que se pusiera así, pero no puede ni siquiera escuchar el nombre de Osmar.

Tristán: (Preocupado) A mí también me pasó. Dice que tuvo una relación tóxica con él. Pero nunca supe quién de los dos era el tóxico en esa relación.

Fabiola: (Preocupada) Yo tampoco lo sé.

Los dos chicos se sientan en una banca para descansar.

Tristán: (Preocupado) Tal parece que nos va a tocar a nosotros, tratar de descifrar quién de los dos es el verdadero tóxico en esa relación.

Fabiola: (Triste) Créeme que me gustaría ayudar a Osmar. Pero me da miedo lo que Jezabel pueda llegar a hacer si se entera de eso.

Tristán: (Preocupado) Yo también quisiera poner de mi parte. Pero no sé qué vaya a pasar más adelante. Sólo espero que Jezabel no vuelva a cometer los mismos errores.

Los dos hermanos están muy preocupados por la relación que mantiene Jezabel con Oliver, y la que mantuvo ella con Osmar.

***

Esa noche...

Casa de Jezabel Salvatierra.

Ya es de noche. Jezabel llega a su casa y camina hacia la sala de su casa. Ahí, se encuentra con Ana Sofía, quien está muy enojada. Ella usa una blusa rosa de tirantes, short deportivo blanco y pantuflas blancas.

Ana Sofía se acerca a Jezabel para enfrentarla.

Jezabel: (Enojada) ¿Qué es lo que quieres, Ana Sofía?

Ana Sofía: (Enojada, le da una cachetada a Jezabel en la mejilla izquierda) ¡Debí saber que querías meterte con Oliver, tal y como lo hiciste anoche, Jezabel! ¿Cómo te atreviste a golpearlo de esa forma? ¿No te das cuenta de que sólo lo estás lastimando?

Jezabel: (Burlona, se soba la mejilla izquierda) Por favor, Ana Sofía. Si hago esto, es para tener domesticado a Oliver. ¿Qué tal si en una de esas, se rebela contra mí?

Ana Sofía: (Enojada) ¿Sí sabes que Oliver es tu novio? ¡No es ningún saco de box al cual puedes golpear como si nada! ¡Por el amor de Dios, no puedes tratarlo de esa forma!

Jezabel: (Grita enojada) ¡Yo lo trato como se me dé la gana, Ana Sofía! ¡Se supone que soy yo la que debo dar el primer golpe! ¡Yo debo pegar primero, para que ningún hombre me ponga un dedo encima!

Ana Sofía: (Enojada) ¿Acaso tuviste una relación abusiva con alguien antes de Oliver? Si es así, ¡eso no te da derecho a desquitarte con alguien que no te ha hecho nada!

Jezabel: (Enojada) ¿Por qué te empeñas en seguir defendiendo a Oliver? ¿Acaso te gusta? (Se acerca a Ana Sofía) ¿Acaso hay algo más que amistad entre ustedes?

Ana Sofía: (Enojada) Será mejor que seas más comprensiva con Oliver, y lo trates mejor, como cuando no vivía contigo. Porque hoy te adora. Y el día de mañana, tal vez te odie, termine contigo y te cambie por otra chica que sí lo quiera.

Jezabel: (Ríe burlona) Por favor, no me hagas reír, hermanita. Yo no voy a cambiar mi manera de ser con Oliver, ni con los demás. Eso sí, si me deja por otra chica de su edad, ¡los mato a los dos! ¡Nadie se mete conmigo! ¡Prefiero ver muerto a Oliver, que verlo de la mano con otra chica!

Ana Sofía: (Burlona) ¿No vas a cambiar tus modos con Oliver? Está bien, no lo hagas si no quieres. Pero después no te quejes si te deja.

Jezabel: (Burlona) ¿Acaso crees que Oliver me va a dejar? ¡Pues te equivocas! ¡No me va a dejar! ¡Si no va a ser mío, no va a ser de nadie!

Ana Sofía: (Enojada) Di lo que quieras, Jezabel. Porque pase lo que pase, lo voy a defender de quien sea, inclusive de ti.

Jezabel: (Enojada) Haz lo que quieras, Ana Sofía. Pero si me entero de que sientes algo por él, no te la vas a acabar, ¡no me importa que seas mi hermana!

Ana Sofía: (Enojada) ¡Eso, así es como me gusta verte! A mí no me vas a controlar, como lo haces con los demás! Te aseguro que voy a hacer hasta lo imposible por sacar a Oliver de tus garras.

Ana Sofía se va enojada a su habitación, después de pelear con Jezabel. Ésta se sienta enojada en el sofá, pensando en esa discusión. Sabe que Oliver se le puede ir de las manos, y quiere impedirlo.

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