10: Dios es mi fortaleza
Tiempo después...
8 de abril de 2024.
Facultad de Ingenería Mecánica y Eléctrica.
Un nuevo día en la ciudad. Clima cálido, cielo nublado.
Han pasado meses desde que Oliver se mudó a casa de Jezabel. Oliver, Ana Sofía, Salomón y Lukas entran caminando a la facultad con sus mochilas en sus espaldas.
Estos son sus atuendos:
Oliver: Playera guinda de mangas cortas, pantalón negro, zapatos tenis blancos.
Ana Sofía: Blusa blanca de tirantes, pantalón de mezclilla azul, zapatos tenis grises.
Salomón: Camisa a cuadros azul de mangas cortas, pantalón negro, zapatos tenis blancos.
Lukas: Playera blanca de mangas cortas, pantalón negro, zapatos tenis blancos.
Oliver: (Preocupado, a Ana Sofía) No sé si me sienta listo para la segunda parte de este semestre, Ana Sofía. Los examenes no fueron nada fáciles, y eso que es nuestro primer semestre.
Ana Sofía: (Sonriendo, a Oliver) Tranquilo, Oliver. Sé que no será fácil, pero no te des por vencido. Si quieres, yo te puedo ayudar. No es por presumir, pero las matemáticas se me dan muy bien.
Salomón: (Sonriendo, a Ana Sofía) ¿Estás segura de que tú y Oliver son sólo amigos, Ana Sofía?
Lukas: (Sonriendo, a Ana Sofía) No lo nieguen, esas pláticas que tienen lo dicen todo.
Oliver y Ana Sofía ríen.
Oliver: (Sonriendo, a Salomón y Lukas) ¿Cómo creen, chicos?
Ana Sofía: (Sonriendo, a Salomón y Lukas) ¡Oliver y yo sólo somos amigos!
Salomón: (Sonriendo) Está bien, chicos. Está bien. Pero cuéntame, Ana Sofi. ¿Tú y Oliver se llevan bien?
Ana Sofía: (Sonriendo, a Salomón) Sí, Salomón. Sabes que lo volví a ver hace tiempo. Ya sabes, estábamos en la secundaria. Pero tuvimos que alejarnos, porque íbamos a preparatorias diferentes.
Salomón: (Sonriendo, a Ana Sofía) Sí, me doy cuenta. Es bueno saber que estás intentando ayudar a Oliver desde hace meses.
Lukas: (Preocupado, a Ana Sofía) Así es, sabemos que Oliver no está pasando por un buen momento. Sé que ya han pasado meses desde que se mudó a la casa de Jezabel.
Ana Sofía: (Un poco triste, a Salomón y Lukas) Gracias, chicos. Es que intento hacer todo lo posible para que Oliver se sienta cómodo en casa. Ya saben, extraña mucho a su familia y salir con amigos.
Salomón: (Triste, a Ana Sofía) Sí, Ana Sofi. Oliver me confesó que extraña mucho a su familia y salir con sus amigos. Me ha dicho que incluso se ha perdido fiestas.
Lukas: (Triste, a Ana Sofía) Y la neta, yo también deseo que Oliver sea libre. Ojalá nunca se hubiera mudado a esa casa.
Oliver: (Triste, a Lukas) Ya han pasado meses, y no saben cómo extraño a mi familia.
Ana Sofía: (Triste, a Lukas) Yo también deseo que Oliver nunca se hubiera mudado, que nunca se hubiera alejado de su familia y amigos, Lukitas. Pero como dicen, ya ni llorar es bueno.
Salomón: (Triste, a Oliver) ¿Verdad que sí te vas a ir de esa casa muy pronto, Oliver?
Oliver: (Triste, a Salomón) Sí, Salomón. Un día de estos me voy a ir de esa casa, y voy a retomar mi vida normal.
Ana Sofía: (Preocupada, a Salomón) Así es. Pero me temo que eso no va a ser nada fácil, porque mi hermana es capaz de lo que sea contra Oliver, y contra mí.
Lukas: (Preocupado, a Ana Sofía) Sí, y más porque sabemos que Jezabel golpea y humilla a Oliver sin piedad. Si es capaz de hacer eso, también lo es de hacer cosas peores contra ti si sabe que lo estás ayudando.
Oliver: (Preocupado, a Ana Sofía) Así es, básicamente te estás metiendo en la boca del lobo.
Ana Sofía: (Tranquila, a Oliver) Lo sé, pero eso no importa. Estoy dispuesta a luchar por tu bienestar, Oliver. Voy a luchar contra mi propia hermana para verte feliz.
Salomón: (Tranquilo, a Oliver) ¿Ya lo ves, Oliver? No todo es malo en esa casa, tienes una amiga que te apoya.
Lukas: (Sonriendo, a Oliver) Y sé que te vas a salir de esa casa tarde o temprano.
Oliver: (Sonriendo, a Salomón y Lukas) Muchas gracias, chicos.
Ana Sofía: (Sonriendo, a Salomón y Lukas) Muchas gracias, Salomón. Muchas gracias, Lukas. Les prometo que tarde o temprano, voy a sacar a Oliver de esa casa. Le voy a dar el valor para enfrentar a Jezabel.
Salomón: (Sonriendo) Que así sea.
Ana Sofía está decidida a sacar a Oliver de la casa en la que vive, aún sabiendo que no será nada fácil.
***
Más tarde...
Facultad de Filosofía y Letras.
Osmar se dirige a la facultad. Usa una playera gris de mangas cortas, pantalón negro y zapatos tenis blancos. Lleva su mochila en su espalda.
Fabiola lo ve y se le acerca. Usa una blusa blanca de mangas cortas, pantalón de mezclilla azul y zapatos tenis blancos. Ambos se detienen para platicar.
Fabiola: (Sonríe) Hola, Osmar.
Osmar: (Sonríe) Hola, Fabiola.
Fabiola: (Tranquila) ¿Cómo has estado?
Osmar: (Tranquilo) Bien, supongo. Dentro de lo que cabe.
Los dos se sientan en una banca.
Fabiola: (Tranquila) Oye, Osmar... ¿Cómo te sientes ahora? Digo, después de terminar con Jezabel.
Osmar: (Triste) No lo sé, Fabiola.
Fabiola: (Tranquila) Mira. Tú sabes que soy su mejor amiga. Sé que no debí quedarme callada al saber las cosas que ella te hacía.
Osmar: (Se enoja un poco) ¿Y por qué te quedaste callada, Fabiola? ¿Por qué no hiciste nada al respecto?
Fabiola: (Triste) Porque mi vida estaba en peligro. Jezabel me amenazó con hacerme daño o matarme si te defendía de sus maltratos. ¡Te juro que intenté ayudarte!
Osmar: (Enojado) ¿Cómo se te ocurre? ¡Se supone que Jezabel es tu mejor amiga! ¿Cómo pudiste permitir que te amenazara con hacerte daño? ¿Cómo pudiste permitir que me golpeara y humillara?
Fabiola: (Triste) ¡Es que tenía miedo, Osmar! ¡Tenía miedo de que Jezabel le hiciera daño a Tristán si llegaba a defenderte! ¡No pude hacer nada por ayudarte! ¡Cada vez que lo intentaba, Jezabel me hacía daño! ¿Sí sabes de lo que esa mujer es capaz?
Osmar: (Triste) Pudiste haber hecho la diferencia, Fabiola. Pero no lo hiciste. Pudiste haberme defendido de Jezabel, y tampoco lo hiciste. (Sus ojos se llenan de lágrimas) Pudiste haber hecho al menos un poquito para ayudarme. Pero también me fallaste. Todo fue culpa de ustedes. De Jezabel por sus maltratos, y tuya por no haber hecho nada.
Fabiola: (Triste) ¡Yo te juro que intenté ayudarte, Osmar! ¡Pero como ya te lo dije antes, Jezabel me tenía amenazada con hacerme daño! ¡Y admito que todo lo que te hizo fue mi culpa, por no haberte ayudado!
Osmar: (Enojado) Así es, Fabiola. Ojalá lo recuerdes toda tu vida.
Osmar se seca las lágrimas, se levanta de la banca y se va enojado hacia la facultad. Fabiola se queda sola y pensativa.
***
Horas más tarde...
Presidencia Municipal de San Pedro Garza García.
Jezabel está en la alcaldía de San Pedro Garza García. Está sentada en su escritorio. Usa saco blanco, pantalón de vestir y zapatos negros.
Jezabel: (Respira profundamente) Quién iba a pensar que ya no ibas a estar con nosotros, papá. Pero tú te lo buscaste.
Oliver aparece en la oficina y se encuentra con Jezabel. Ella se levanta de su escritorio y se le acerca furiosamente al chico.
Oliver: (Nervioso) ¿Querías verme, Jezabel?
Jezabel: (Enojada) Claro que quería verte, Oliver.
Oliver: (Asustado) ¿Pasa algo, amor?
Jezabel: (Enojada) ¿Es cierto que tú y mi hermana estaban con Salomón Osorio y Lukas Rivera? (Grita enojada) ¡Contesta, pendejo!
Oliver: (Asustado) ¿De qué hablas, amor?
Jezabel: (Enojada) ¡No te hagas, cabrón! ¡Lo vi todo con mis propios ojos! ¡Ni siquiera tú y ella se despegaban de esos imbéciles!
Oliver: (Asustado) ¡No hables así de mis amigos! ¡Tú sabes que solo estaba platicando con ellos acerca de unas cosas para la escuela!
Jezabel: (Enojada) Por favor, ¿crees que te voy a creer eso? ¡Sabes que no debes olvidar que soy tu novia! Pero no, prefieres irte con mi hermana, y encima con tus amigotes. Ni tus papás te quieren. En verdad, ¿para qué te tuvieron, si sabían que no ibas a servir para nada?
Los ojos de Oliver se llenan de lágrimas, después de las palabras de Jezabel.
Oliver: (Solloza triste) ¿Por qué me dices eso, Jezabel? ¡Mi madre me ama!
Jezabel: (Grita enojada) ¡Porque es la verdad! ¡Si tus papás te quisieran, te estarían llamando! (Deja de gritar) Pero no, ni siquiera una llamada te hicieron. Es obvio que no les importas. Por eso ni siquiera te dijeron nada cuando les dijiste que te ibas a mudar conmigo.
Oliver: (Empieza a llorar) ¡No digas eso, Jezabel! ¡Por favor!
Jezabel: (Enojada, se levanta de su escritorio y se dirige a Oliver) ¿Ya vas a empezar a llorar, maldito? Ya sabía yo que no debería haberte sacado de tu maldita casa. ¡Ahora sí te voy a dar razones para llorar de verdad, pendejo!
Oliver: (Grita asustado) ¡No lo hagas, Jezabel! ¡Por favor!
Jezabel trata de golpear a Oliver, pero Ana Sofía entra a la oficina corriendo y detiene su mano derecha. Oliver se aleja de ellas.
Ana Sofía: (Le grita enojada a Jezabel) ¡No lo vas a hacer, Jezabel! ¡No le vas a poner un dedo encima a Oliver!
Oliver: (Grita asustado) ¡Ana Sofi!
Jezabel: (Enojada, voltea hacia Ana Sofía) ¡A ti te quería encontrar, Ana Sofía! (Le da una cachetada a Ana Sofía en la mejilla izquierda) ¿Cómo te atreviste a juntarte con Oliver en la escuela? ¿Sí sabes que es mi novio?
Ana Sofía se recupera de la cachetada que le dio Jezabel.
Ana Sofía: (Enojada, le regresa la cachetada a Jezabel, en la mejilla derecha) ¡A mí no me vuelves a poner una mano encima, Jezabel! ¡Si Oliver y yo estábamos juntos, es porque somos amigos desde la secundaria!
Jezabel: (Enojada, a Ana Sofía) ¡No puedo creer que te hayas convertido en una maldita ofrecida! ¡Me dijeron que te vieron cómo te le insinuabas a Oliver!
Ana Sofía: (Enojada) ¡Si Oliver me estaba abrazando, fue porque me estaba consolando! ¿Por qué no entiendes que él y yo sólo somos buenos amigos?
Jezabel: (Le grita enojada a Ana Sofía) ¡No lo entiendo, porque Oliver es mi maldito novio! ¿No te das cuenta? Pero de lo que sí te puedes dar cuenta, ¡es que eres una puta ofrecida!
Oliver: (Se acerca a Jezabel y le grita enojado) ¡Basta! ¡No voy a permitir que le hables así a tu propia hermana! ¡Sabes que ella y yo somos amigos!
Jezabel: (Enojada, a Oliver) ¿Te atreves a defender a Ana Sofía, y desafiarme a mí que soy tu novia, Oliver? ¿Sí sabes que soy tu novia?
Ana Sofía: (Enojada, a Jezabel) Sí, Jezabel. Pase lo que pase, no voy a dejar que lastimes a Oliver. ¿Oíste?
Oliver: (Asustado, a Jezabel) Puedes hacerme a mí lo que quieras. Pero no vas a lastimar a tu hermana. ¿Entendido?
Jezabel: (Grita enojada) ¡Me van a conocer cuando llegue a casa, malditos!
Ana Sofía: (Enojada, a Jezabel) Pues nos vamos, si quieres. (A Oliver) Vámonos, Oliver.
Jezabel: (Le grita enojada a Ana Sofía) ¡Te lo advierto, Ana Sofia! ¡Tengo mucho más poder que tú, y te puedo desaparecer si te atreves a retarme!
Ana Sofía: (Enojada, se acerca a Jezabel) Pues adivina qué, Jezabel. Hace tiempo que tus amenazas dejaron de asustarme. Te advierto que si vuelves a ponerle un dedo encima a Oliver, ¡no te la vas a acabar!
Ana Sofía y Oliver salen de la oficina de Jezabel, quien se sienta en su escritorio enojada.
Jezabel: (Grita enojada) ¡Maldito seas, Oliver Bastidas! ¡Mil veces maldito! (Golpea el escritorio) ¡Espero que te pudras en el infierno!
Jezabel respira profundamente para calmarse. Es obvio que no le gustó que Ana Sofía defendiera a Oliver y la pusiera en su lugar. Ramsés entra a la oficina de Jezabel para hablar con ella. Usa traje y zapatos negros.
Ramsés: (Preocupado) Déjame adivinar, te volviste a pelear con tu hermana. ¿No es así?
Jezabel: (Enojada) Sí, Ramsés. Y también con Oliver.
Ramsés: (Preocupado) ¿En serio?
Jezabel: (Grita enojada) ¡Sí, Ramsés! ¡Es que no soporto que mi hermana se ponga en mi contra! ¡No soporto que Oliver se la pase de cabrón con ella, sin importarle que yo sea su novia!
Ramsés: (Se sienta en el escritorio) Parece que vas a tener que poner orden.
Jezabel: (Enojada) Así es. Quiero quitarme de encima a mi hermana, que no se vuelva a acercar a Oliver.
Ramsés: ¿Y de qué se trata?
Jezabel: (Tranquila) Necesito que le hagas ver su suerte a mi hermana.
Ramsés: (Sorprendido) ¿A tu propia hermana? (Sonríe maliciosamente) Oh, claro que sí.
Jezabel: (Sonríe maliciosamente) Así es. Quiero demostrarle que conmigo no se juega. No me importa si es mi hermana. Ah, y tengo que hacer caer a otros amigos de Osmar. Quiero borrar sus nombres del libro de la vida.
Jezabel quiere alejar a Oliver de sus amigos. Y lastimar a su propia hermana es sólo el primer paso.
***
Mientras tanto...
Plaza Juárez.
Ana Sofía, Salomón y Oliver se alejaron de la alcaldía de San Pedro Garza García y ahora están en la Plaza Júarez. Los dos caminan tranquilamente.
Oliver: (Sonríe, a Ana Sofía) Muchas gracias por defenderme de Jezabel, Ana Sofía. De verdad.
Ana Sofía: (Sonriendo, a Oliver) No hay de qué, Oliver. Ya sabes, para eso están los amigos.
Oliver: (Sonriendo, a Ana Sofía) Así es. Tú me has defendido de los maltratos de Jezabel. Siempre lo has hecho. Y no sabes cuánto te lo agradezco.
Ana Sofía: (Sonriendo, a Oliver) Ya sabes, Oliver. Siempre estaré ahí para ti, así como tú lo hacías cuando estábamos en la secundaria.
Salomón: (Sonriendo, a Ana Sofía) Muchas gracias por proteger a Oliver de los malos tratos de Jezabel, Ana Sofía.
Ana Sofía: (Sonriendo, a Salomón) No hay de qué, Salomón. Al igual que tú, yo siempre estaré ahí para defender a Oliver. (Se entristece) Pero dime una cosa: ¿es cierto que hace meses, mi hermana te amenazó para que no ayudaras a Oliver?
Salomón: (Triste, a Ana Sofía) Sí, Ana Sofi. Es capaz de matarme si quiere. (Enojado) Pero que sepa que no me va a intimidar tan fácilmente.
Ana Sofía: (Triste, a Salomón) Mira, Salomón. Yo sé que harías todo para defender a Oliver. Pero, ¿sí sabes que mi hermana Jezabel es muy peligrosa?
Salomón: (Tranquilo, a Ana Sofía) Sí. Y para empezar, Oliver nunca debió haberse mudado a tu casa.
Oliver: (Triste) Cierto.
Ana Sofía: (Triste, a Salomón) Tú lo has dicho, Salomón. Oliver nunca debió haberse mudado a nuestra casa en primer lugar. (Sonríe) Pero no te preocupes, pronto haré un plan para que pueda escapar. Sé que esto podría ser muy arriesgado, pero de una forma u otra, Oliver tiene que regresar con su familia.
Oliver: (Sonríe a Ana Sofía) Lo sé, Ana Sofi. Sé que en algún momento, tendré que regresar con mi familia.
Ana Sofía: (Sonriendo, a Oliver) Mira, Oliver. Tal vez ahora mismo no tengo un plan para hacerte regresar con tu familia. Pero te aseguro que de un modo u otro, esta pesadilla terminará.
Salomón: (Sonriendo, a Ana Sofía) Tómate tu tiempo, Ana Sofía. Esto no va a ser de la noche a la mañana.
Ana Sofía: (A Salomón) Lo sé, Salomón. Esto no será nada fácil. Ayudar a un amigo no es tan fácil como parece. Pero Dios es mi fortaleza. Él no me abandonará.
Ana Sofía está decidida a hacer que Oliver regrese con su familia. Sabe que esto no será nada fácil, debido a la furia de Jezabel.
***
Más tarde...
Plaza Fiesta Anáhuac.
Mauro y Claudio están en Plaza Fiesta Anáhuac, en el área de restaurantes y sentados en una mesa y comiendo hamburguesas con papas y refresco.
Estos son sus atuendos:
Claudio: Playera guinda de mangas cortas, pantalón deportivo negro, zapatos tenis blancos.
Mauro: Playera blanca sin mangas, pantalón deportivo negro, zapatos tenis blancos.
Mauro: (Tranquilo) No sé cómo decírtelo. Pero Osmar me confesó que Jezabel y Mauro son amantes. (Toma su hamburguesa y le da un bocado)
Claudio: (Preocupado) ¿De qué hablas?
Mauro: (Preocupado) Me dijo que ella lo engañaba con Mauro, y parece que está haciendo lo mismo con Oliver.
Claudio: (Sorprendido) Así que se confirman mis sospechas, ¿no? Jezabel Salvatierra y Ramsés Alarcón son amantes. (Toma su hamburguesa y le da un bocado)
Mauro: (Preocupado) ¿No te das cuenta? Jezabel es una descarada. ¡Sabes que ella maltrata y humilla a Oliver sin piedad! ¡Y todavía se da el lujo de engañarlo! No, esto lo tiene que saber Oliver.
Claudio: (Preocupado) ¡No seas imprudente, Mauro! ¡Date cuenta de que Jezabel podría incluso matarte si intentas algo contra ella!
Mauro: (Enojado) ¡No, Claudio! Mira, yo sé que Jezabel podría haber mandado a matar a uno de sus amigos, pero eso no me va a detener.
Claudio: (Preocupado) ¿Estás seguro de que Jezabel mató a Marcial Izaguirre? (Toma su hamburguesa y le da un mordisco)
Mauro: (Preocupado) ¡Sí, completamente seguro! Sé que lo mató hace varias semanas. ¿Por qué crees que nadie sabe nada acerca de él desde entonces? ¡Sé que Jezabel tuvo algo que ver con su muerte!
Claudio: (Preocupado) ¡No te pongas así, Mauro! ¡Date cuenta de lo que estás haciendo!
Mauro: (Enojado) Sí, lo sé. Ya sé que vas a decir que estoy arriesgando mi vida. Pero, vamos. ¿Cómo pretendes que me quede callado, sabiendo de lo que Jezabel es capaz?
Claudio: (Preocupado) Mauro, por favor. Cálmate.
Mauro: (Grita enojado) ¡No, no me voy a calmar! ¡No puedo estar tranquilo, sabiendo que Jezabel maltrata a Oliver, tal y como lo hizo con Osmar! ¡Debe haber una forma para sacarlo de esa casa!
Claudio: (Preocupado) Creo que podría haber una forma. Tal vez Ana Sofía, la hermana de Jezabel, pueda hacer algo.
Mauro: (Enojado) Lo sé, Claudio. Lo sé (Respira profundamente) Pero es que no puedo hacer nada contra Ana Sofía Salvatierra. Ella es buena persona, a diferencia de la monstruosidad de ser humano que tiene por hermana.
Claudio: (Tranquilo) Sí, Mauro. Ella quizá podría ayudarlo.
Mauro: (Tranquilo) Yo sé que soy muy imprudente. Pero vamos, soy un adolescente. Y a mis 14 años, soy más imprudente de lo que crees. Pero estoy seguro de una cosa: Ayudar a un amigo no es tan fácil como parece.
Los dos chicos no pierden las esperanzas de que Oliver pueda salvarse del cautiverio en el que vive.
***
Más tarde...
Facultad de Medicina.
Gonzalo está en la Facultad de Medicina, en el campus Médico de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Usa una playera blanca de mangas cortas, pantalón de mezclilla negro y zapatos tenis blancos. Lleva su mochila gris en su espalda. Está caminando junto a otro chico, ambos están saliendo de la Facultad de Medicina.
Así luce ese chico:
Edad: 18 años.
Aspecto: Piel clara, ojos cafés, cabello corto castaño.
Atuendo: Playera gris de mangas cortas, pantalón de mezclilla negro, zapatos tenis blancos. Mochila negra en su espalda.
Gonzalo: (Tranquilo) Híjole, Daniel. No vas a creer lo que acabo de descubrir acerca de Jezabel.
Daniel, el chico de gris: (Sorprendido) ¿En serio?
Gonzalo: (Sonriendo) Tengo pruebas que demuestran la monstruosidad de ser humano que es Jezabel Salvatierra.
Daniel: (Sorprendido) ¿Es en serio? ¿Descubriste cosas que la comprometen?
Gonzalo: (Sonriendo) Sí, tengo varias pruebas que incriminan a esa perra. Te aseguro que cuando salgan a la luz, nada volverá a ser lo mismo.
Daniel: (Sonriendo) ¡Eso es genial, Gonzalo! Es bueno saber que ya tienes pruebas para hacer caer a esa mujer. (Deja de sonreír y se preocupa) Pero, no creo que debas sacarlas a la luz así como así. Creo que deberías buscar a Osmar para hablar con él.
Gonzalo: (Sonriendo) Tienes razón, Daniel. Tal vez debería hablar con Osmar para decirle lo que descubrí. Se va a caer de espaldas cuando sepa que Jezabel sí mató a Fátima Morán, su novia.
Daniel: (Preocupado) Lo sé. Pero de que Jezabel va a caer, va a caer.
Gonzalo: (Tranquilo) Se le va a caer la máscara de alcaldesa que ayuda al pueblo.
Daniel: (Sonriendo) Y cuando menos lo esperemos, todo Nuevo León nos va a recordar como los héroes que destruyeron a Jezabel Salvatierra.
De repente, una camioneta Chevrolet Suburban negra llega a toda velocidad a la entrada de la facultad. Varios hombres de negro asoman sus rifles de asalto, asustando a Gonzalo y a Daniel. Ellos miran la camioneta, asustados y sin poder moverse.
Gonzalo: (Asustado) ¿Qué pasa?
Daniel: (Asustado, mira la camioneta) ¡Son hombres armados!
Las ventanas de unas puertas bajan, y dos hombres de negro preparan sus rifles de asalto, para después apuntarles a los chicos.
Hombre de negro: (Les grita enojado a los chicos) ¡Jezabel Salvatierra les manda esto!
Los hombres de negro les apuntan a Gonzalo y a Daniel, y les disparan. Los dos chicos caen al suelo, ante los gritos de terror de todos los presentes, mientras que los hombres de negro les siguen disparando hasta vaciar sus cargadores.
Hombre de negro: (Grita) ¡Váyanse al lago que arde de fuego y azufre!
Después, la camioneta se va a toda velocidad.
Muchas personas corren y gritan después de escuchar los balazos, y presenciar la ejecución de Daniel y Gonzalo. Otros miran con horror cómo Gonzalo y Daniel yacen muertos en el suelo, y con muchos balazos. Jezabel había mandado a esos hombres encapuchados para ejecutar a los chicos.
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