Capítulo 33.
Bostezó mirando para luego sonreír mirando a Eros jugando con nuestro pequeño Bastián. Luego de tanto hablar, discutir el tema algunos días ambos tomamos la decisión de adoptarlo legalmente como nuestro hijo, ya estamos unidos a él, pero dentro de mí aún tenía miedo, pensaba que en algún momento sus verdaderos aparecerían, no fue así luego de dos años buscandolos en esa manada supimos que ambos realmente habían muerto.
Tal vez sea una mala persona por alegrarme en que realmente ambos murieran.
También pensé que mi hermoso mate no estaba listo para ser padre, pero mirándolo jugar y atender todas y cada una de las necesidades de Bastian, Eros me cayó la boca.
—¿Estás bien? —Carlo se sienta a mi lado.
Estamos en la plaza nuestro hijo quería jugar y como hoy teníamos libre decidimos traerlo, la enorme sorpresa para mí fue ver a Sasha con una enorme barriga y una hermosa sonrisa en su rostro llena de felicidad.
—Estoy bien, los médicos y curanderos han dicho que dentro de mí queda poco afrodisíaco—
—Me alegra escucharlo, Jan .—Deja un beso en mi mejilla.
—¿Deseas que nos maten? —Lo miró mal cuando me regala una sonrisa maliciosa.
—Puede ser .—Ruedo mis ojos.
—¿Cuánto tiene Sasha? Vaya sorpresa —
—¡Verdad que si! Pronto nuestra familia se agrandará aún más, mi hermano y yo compramos todo lo que vemos, verla con su panza hinchada cargando nuestros cachorros es una dicha —
—¿Cachorros? ¿Cuántos son? —
—Tres .—Sus ojos brillan —Cuando apenas nazcan y ella pase el dolor haremos está lo imposible por embarazarla nuevamente, se vuelve muy activa en el sexo, no está satisfeca nunca —
—Pobre —
—Oye .—Lo volteo a mirar —Se que pronto ambos tendrán a su cachorro—
—No me mal entiendas, soy feliz con Bastian, él es mío, mi hijo y de Eros, pero no sé, tener esto dentro de mí no es algo satisfactorio, me siento como un objeto estropeado —
Carlo junta sus cejas intentó alejarlo cuando aprieta mi nariz con fuerza.
—Deja duele .—Intentó zafarme.
—Entonces deja de decir estupideces por el amor a la diosa, no estás estropeado, no eres un objeto ¿Entendido? —Asiento —Dilo—
—Entendido .—Me suelta y lo miró mal sobándome la nariz —Imbecil—
—Lo sé querida, lo sé.—Hago una mueca.
—¿No sé cansa de estar dándole vueltas a Eros? Creí que para estás fechas ya estaría muerta —
—Me estoy conteniendo con ella, estoy esperando que haga algo mal y pam, le cortó la cabeza.—Él asiente.
—Esa si es la Jan que conozco —
Mujerzuela.
Gruño mirándola por el rabillo de mi ojo, no me gusta como observa a mi alfa, se sienta en un banco, Sasha se acerca con una mueca y se sienta.
—¿No te cansas? —Valentina la voltea a mirar.
—¿Perdón?
—¿Que sí no te cansas?—
—No se de que hablas—Sasha rueda los ojos.
—¿No te cansas de tanto mirar a un lobo con dueña?—
—Mirar no está mal —
—No tienes toda la razón, pero está mal lo que esa mente tuya está pensando y más sabiendo que ese alfa ya tiene dueña además es la segunda al mando de la manada en la que estás de arrimada .—Valentina la voltea a mirar mal—¿Perdón te ofendí? Solo digo la verdad, si no quieres terminar muerta es mejor que lo dejes de mirar con tanto deseo, te lo digo de nueva manera, en esta manada hay dos reglas no sé si ya te las dijeron, primera regla: Si miras y deseas al compañero o compañera de otro lobo o loba serás castigado, la segunda es simple: si tocas, besas o algo así morirás a manos del compañero o compañera de este —
—¿Quien inventó esas reglas? Está bien jodido—
—Fue el mismo alfa, digamos que para mantener a todo lobo o loba lujurioso en raya así como tú, ya sabes lo que está prohibido gusta más. Además ya hubo un caso donde alguien cometió un error con un lobo que tenía compañero así que mi alfa decidió poner esas reglas .—Sasha la mira —¿Así que tú decides? Por ese alfa tiene dueña, una loba que te matara y que en estos momentos se está conteniendo, déjame dar otro consejo no le pelos al lobo, aquí todas las hembras somos bien territoriales con lo nuestro —
Valentía me voltea a mirar y yo solo le sonríe, poco a poco se coloca blanca.
—Veo que entiendes .—digo lentamente.
—Mamá .—Bastian corre hacia mí con sus mejillas regordetas rosadas.
—Mi amor .—Lo cargo besándole la mejilla—Te amo tanto —
—¿Para tu amado no hay beso? —Eros se acerca cargando los juguetes de Bastian.
—Ven campeón vamos por un helado.—Carlo lo carga.
—Hola .—Murmuró bajando la vista, mis mejillas se calientan.
—Mi mestiza tímida me encanta.—Me atrae su cuerpo besando mis labios.
Suspiro entre sus brazos, me sumerjo en su boca explorando y deleitándome con su sabor.
Me encanta.
Me fascina.
Me enloquece.
—Tu me vuelve loco .—Eros me aprieta a él.
—Deja de meterte en mi mente.—Picaramente sonríe.
—Jamás .—Muerde sus labios hinchados.
Pasa sus brazos por encima de mis hombros y empezamos a caminar, Carlo se acerca con Sasha a su lado y nuestro pequeño ángel de su mano y una barquilla de chocolate puede más con mi hijo que él mismo.
—Abuelo .—Bastian se suelta de Carlo y corre a los brazos de mi padre que lo recibe con gusto.
—¿Dónde estabas? —
—Gando .—Estira su mano llena de chocolate, papá toma la barquilla ayudándole a comer.
Muerdo mis labios con fuerza al sentir las manos de Eros bajar por todo mi cuerpo.
—Oye .—Me quejo al sentir como el mundo me da vueltas.
Camina conmigo en sus brazos y antes de dar un paso dentro de nuestra habitación Diego nos intercepta.
—¿Ahora que?—Eros gruñe volteandose.
—Hola Diego .—Apoyo mis manos en la espada de Eros.
—Hola Jan, hermano ¿Podrías deshacerte de la perra? —
—¿Por qué yo? —
—¿No querías su cabeza? —Asiento lentamente.
—Por esa razón, ya la tuve por dos años, es tu turno.—Su mirada fría me deja por un momento en shock.
Se que sus emociones se congelaron por el rechazo, pero aún me sigue sorprendido el Diego que tengo frente a mí. Su personalidad tranquila y bromista se esfumó, ahora solo queda un Diego callado, tímido y frío. Sus sentimientos se encuentran congelados.
Se alejo de todo contacto con el sexo femenino, solo tiene contacto y afecto es hacia nosotras: Atenea, mi madre, mi suegra, Sasha, Alana y yo.
La madre de Diego murió cuando aún él era un pequeño y su padre pronto le siguió, es afuera una de las razones por la cual lo cuidaba yo.
Él creció aquí junto a Eros y Félix.
—¿No te importa? —
—Ni un poco, creo que ya es hora que muera, aún me sorprende lo mucho que a durado con vida—
Esto es tan irreal.
—Bueno, aquí tienes, está es la llave de su celda, los dejo.—Se aleja —Diviertanse.—Murmura sus ojos por un momento brilla de diversión para luego apagarsen.
Ambos nos adentramos al cuarto, mi alfa me deja en la cama.
—¿Qué pasa?—
—Es raro, aún luego de dos años, ver a este Diego me impresiona tanto no se cómo explicarlo es tan—
—Extraño .—Eros termina de decir por mi—Lo se, para Felix y para mí aún no es un poco raro, pero aún está el antiguo Diego dentro de él, no ha desaparecido por completo—
—¿Crees que volverá? —
—No como antes, pero se que sus emociones volverán y volverá un poco él, solo debemos tener paciencia —
Suspiro y paso mis brazos por sus hombros juntando nuestros labios.
Abro mis ojos mirando con una sonrisa las fotos que nos hemos tomado.
Su cumpleaños número dieciocho y diecinueve, la foto de su graduación, nuestra primera salida lejos de la manada.
Estos dos años han sido maravillosos.
Gimo cerrando mis ojos al sentir los caninos de Eros raspar mi cuello, mi respiración se descontrola al sentir sus manos en mi cuerpo, en mi piel.
Lentamente me despoja de la ropa, nos levantamos besándonos con pasión.
Nuestro cuerpos se entrelazan sintiéndonos plenos en armonía.
Mi cuerpo se calienta, se llena de fuego, un fuego que arrasa con todo a su paso.
Mis lágrimas empañan mi ojos, mi cuerpo empieza a doler de agonía y lujuria, el deseo nos abraza.
Él olor a dulce del celo nos consume lentamente.
Gimo al sentir cómo me invade sin prisa, lentamente volviéndolo doloroso y excitante al mismo tiempo.
Nuestros cuerpos se unen en uno solo, el sonido morboso llena nuestra habitación bañando nuestro oídos.
Curveo mi espalda al sentir como se adentra con más profundidad dentro de mí, sin dejar de besarnos, de juntar nuestras lenguas en un baile lleno de pasión.
Gimo escuchando los gruñidos de mi alfa que me enloquecen con cada embestida, mi cuerpo estalla, mi vista se nubla y al aire se aleja de mí cuerpo, encajo mis caninos en el marcandolo nuevamente con mío y solo mío, grito de placer al sentirlo correrse dentro de mí enterrando sus caninos en su marca.
Lamo su marca deleitándome con su sangre.
—Deliciosa .—Susurra lamiendo mi sangre.
Nos quedamos así, abrazados, el mudo se hincha con más fuerza provocando otro orgasmo en mí.
Eros besa mis lágrimas murmurando palabras de amor mientras que él nudo que nos une se deshaga.
Abro lentamente mis ojos mirando hacia todos lados, bostezó bajando la vista mirando a mi mate abrazado a mi con su cabeza apoyada en mí barriga.
Sonrió con ternura, miró hacia ambos lados percatandome que Bastian no está con nosotros, papá seguro que lo intuyó y se dio cuenta que estaríamos fuera de servicio por algunas horas.
Con cuidado de no despertarlo, lo aparto de mi dejando un beso en sus labios.
—Te amo .—Murmuró volviendo a besarlo.
Camino hasta el closet buscando un suéter.
Sonrió como boba, me encanta cuando Eros me mima, cuando él se encarga de mi cuerpo y mis necesidades.
—Por favor diosa que este sea el último celo que tenga involuntario —
Aunque desde que él afrodisíaco ha dejado mi cuerpo he logrado estar más presente y no solo yo Eros también, ambos hemos logrado estar un noventa por ciento presentes.
Tomó mi teléfono observando la hora, tres y media de la madrugada, prendo la linterna y salgo de la habitación.
La casa se encuentra en completo silencio, me abrigo mejor, me asomo por una ventana observando como la nieve cubre la manada.
Suspiro y corro nuevamente hacia la habitación, me pongo rápidamente las botas y vuelvo a bajar en total silencio. Camino escuchando las pisadas en el nieve hasta llegar a los calabozos, bajo las escaleras hasta adentrarme y lo primero que mis oídos escuchan son sus gritos de piedad.
—Por favor basta, él dijo que ya no me iban a tocar más, basta .—Me acerco hasta su celda, mirando como un lobo que mató a uno de los nuestros se mete en medio de las piernas de ella.
La miró sin lástima o remordimiento.
No sé qué tanto ella le hizo a Diego o porque tanto pasó, así que está en su venganza.
—Basta .—Gruño.
El lobo me voltea a mirar y se aleja con sus manos llenas de sangre, Dolores se levanta como puede con su cuerpo lleno de sangre y mordidas.
—Bastardo .—Se pasa sus manos por el cabello llamándolo de sangre —Veo que por fin te decidiste a venir a verme ¿Tanto me extrañaste?—
La miró sin decir ni una palabra, por un momento pensé que estaba mal no sentir nada, pero al verla me recriminó. La sigo odiando con todo mi corazón.
Ella se sube los pantalones todos rotos mientras que el otro lobo se mete el pene y se da la vuelta para no verme.
—¿Eros me sigue extrañando? —La volteó a ver—Creo que si, ya sabes, yo era su amiga y su ya sabes.—Se ríe, yo solo ruedo los ojos con fastidio, está mujer no aprende.
—¿No te cansas de lo mismo?—
—¿Cansarme de que? —
—No se cómo Diego no te mato en estos años—
—Él me ama .—Niego con una mueca.
—Eso está lejos, no después de todo lo que le hiciste y a nuestra manada —
—No le hice nada, solo jugué con él un poco¿Ya sabes? Me divertí con él y observe cómo lo torturaban a golpes mientras me follabam frente a él, para luego ir por él, y sobre esta manada, les estaba ahorrando un favor —
—¿No te arrepientas? —
—¿Yo? Por favor no me hagas reír —
Suspiro y abro la celda, gruño hacia él hombro que se encoge en el sitio.
—¿Le tienes miedo a esta basura? —
Ella se acerca hasta él golpeándolo.
—No sabes nada .—Murmura con la voz ronca llena de miedo.
Sonrió al ver cómo tiembla, él levanta la cabeza un poco mostrándome su rostro y mi obra.
—Sal .—La miró.
—¿Me van a dejar ir?—
—Claro, solo corre y no dejes que te alcance—
Me alejo dejando que ella salga.
No la volteo a mirar solo cierro la celda tranquilamente dejando al hombre allí temblando de miedo.
Tranquilamente camino riéndome por todo el lugar y lo único que se escucha son nuestras pisadas y su acelerado corazón.
—Te voy a contar un secreto.—Hablo mirando a mi alrededor —Por más que corras y corras no lograrás salir ¿Y sabe por qué? —
Empiezo a correr en círculos dejándola a ella en el centro del bosque, la nieve cae lentamente bañándonos con su blanca pureza.
—Vamos adivina —
Ella gruñe, escucho como cae de rodillas para luego escuchar un tenue aullido.
—Ay que mala ¿Por qué no deseas adivinar? No están difícil¿Sabes? Pero bueno te lo diré aún así .—Me detengo detrás de ella al ver cómo su cuerpo cae, vuelve a ser humano agarrándose la cabeza murmurando incoherencias—Nadie puede salir o entrar en nuestra manada ¿Sabes por qué? —Ella niega—Nosotros solo somos leyenda entre el bosque, solo somos un susurro que el viento se lleva, un mito que existe entre las demás manadas, por esa razón nadie puede entrar o salir, porque todo aquel que se adentra en el bosque y no es de nuestra manada el bosque lo consume —
Ella levanta la mirada aturdida, él sonrió lentamente acercándome a ella.
La presencia de Ares se sienta detrás de mí, sus pasos se detienen justo a tres pasos a la derecha de dónde estoy.
Eros sale detrás de ella mirándome.
—Te dije que te la daría en una bandeja de plata .—La golpea hasta que ella cae frente a mí.
¿Cómo están?
¿Que les pareció el capítulo?
¿Que piensan?
¿Teorías?
¿Opiniones?
¿Que piensan del nombre del pequeño D'Angelo?
¿Que opinan de los nombres de Alan y Alana los pequeños de Ares?
¿Alguna opinión sobre el capítulo?
Ya estamos llegando al final.
¿Les ha gustado la historia?
Dejen muchos comentarios.
Dejen sus votos ❤️
Nos leemos pronto...
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