Janelle Hale.

No, no.

Caigo de rodillas atrayendo a mi el cuerpo inerte de Eros.

No.

Niego una y otra vez, él no me puede dejar, él no.

—Por favor .—Juntó nuestras frente, lloro a gritos sintiendo como mi alma se desgarra a pedazos—Despierta, por favor, deja de fingir te amo. —Aullo sintiendo como mi corazón se parte en pedazos.

—Jan .—Unos brazos me atraen, aprieto con fuerza la cobija debajo de mí, lloro con dolor—Estoy bien mi mestiza .—Se mueve lentamente hasta dejarme encima de él, levanta con cuidado mi rostro, a través de mis lágrimas diviso su rostro—Estoy bien .—Besa mi frente, cierro mis ojos llorando cuando delicadamente deja un beso en mis labios.

—Yo, tu…. Te vi…. Tu .—Aprieto su camisa escondiendo mi rostro allí, su manos sube y baja por mi espalda con ternura.

—No me pasó nada, estoy bien, estoy contigo .—Me abraza con fuerza.

Ahora lo único que quiero es estar así, más nada, lo ví, lo sentí, mi cordura se acercaba cuando sentí su dolor, cuando por un instante mi cordura se abrió paso en esa neblina.

—Te amo mucho, estoy aquí junto a ti para siempre .—Mi respiración poco a poco se controla, mis lágrimas cesan, me levantó mirándolo, levanto mis manos temblando tocando su rostro, mi alfa cierra sus ojos con una sonrisa.

Me acerco a él oliendo su olor llenándome de este, lamo mis labios al acercar mis labios a su pulsó, sintiendo su corazón latir en sincronía con el mío.

—Estás aquí .—Susurro levantando la mirada juntando nuestras frentes.

—Para siempre .—Respiro profundo cerrando mis ojos.

Me alejo de él bajándome de su cuerpo y de la cama caminando hacia el baño, observo mi reflejo en el baño. Cabello alborotado, mejillas rojas, labios hinchados, ojos llorosos.

Un reflejo horrible, abro el grifo juntando mis manos para luego lavarme la cara, tomó el jabón.

Al estar lista tomó una toalla secando mi rostro regresando a la habitación, encontrando a Eros con su cuerpo recostado en el espaldar de la cama, me muerdo mis labios al verlo, se ve tan sexy leyendo.

Dejó caer la camisa de Eros al piso, observo como su rostro se torna rojo y una sonrisa ladeada se asoma.

Me doy la vuelta tomando una toalla del closet para luego caminar nuevamente al baño.

Mi cuerpo está completamente lleno de chupones y mordiscos, mis senos están rojos y poco a poco se están recuperando.

—Parece que te divertiste mucho con mis senos .—Murmuró ladeando mi cuello observando su marca roja.

—No me culpes, son una delicia, además me lo colocabas en la cara, no podía dejar pasar esa oportunidad. —Muerdo mis labios —Ademas mi cuerpo está igual o peor que el él tuyo mi mestiza y no sabes mi como me encanta—

Me meto debajo del chorro cerrando mis ojos, mi cuerpo arde por unos segundos, al agua hacer contacto con mis partes lastimadas, tomó el shampoo y luego el acondicionador.

Muerdo Mis labios al sentir ganas de orinar, mierda.

Con mis mejillas calientes orino para luego pasarme el jabón por todo mi cuerpo, pero con más delicadeza en mi zona íntima, al sentir envuelvo mi cuerpo en la toalla y camino de nuevo al closet buscando otra toalla para secarme el cabello.

Tomó una bermuda larga de cuadros de Eros y una camisa negra, me acerco a mi mate dejando la ropa encima de él, deja el libró aún lado, se sienta en la cama, dejó caer la toalla al suelo.

Mis mejillas se tiñen al ver el nido que hice. Para ser el primero no quedo tan mal.

—Hermosa .—Besa mi barriga, mis caderas, cierro mis ojos ronroneando.

Levanto mi pierna y elydeja un beso allí la otra dejando otro beso, amarra la bermuda.

Nada lascivo, nada con ganas de más, solo mi alfa mimándome.

Eros se levanta con la camisa en sus manos, besa mi frente, mi mentón, mis mejillas,  mis ojos cerrados, mi nariz, brazos y la punta de mis senos provocando que ronronee por la exquisita sensación.

Pasa la camisa con delicadeza al estar lista saca el cabello y toma la toalla empezando a secarlo.

—Listo .—Me abraza a él, cayendo ambos a la cama, nos quedamos allí un rato, nos acomodamos y yo coloco mi cabeza en su pecho cerrando mis ojos.

—Leeme —

—¿Segura? —

—Totalmente, siempre me gustó verte leer, te espiaba a veces, no se cuando te miraba leer tranquilamente me daba una sensación de paz y cuando escuchaba tu voz sentía como mi mundo vibraba —

—En lo más profundo de mi corazón cuando te “odiaba” siempre me gustó que me espiaras cuando estaba leyendo, a veces leía en voz alta para hacer “que te fueras”, una vil mentira que me decía claro está, me gustaba saber que estabas escuchando —

Nos quedamos allí en silencio, yo escuchando atentamente dejándome embriagar por su voz, por la historia.

Por un momento llevo mi mirada hacia el reloj en la mesa de noche.

Dos y cincuenta y nueve minutos.

Cierro mis ojos riéndome al escuchar una parte graciosa.

Amo esto.

Tomados de las manos salimos de la cabaña.

—Beta, joven alfa .—Un Omega nos hace una reverencia abriendo la puerta del auto.

—Hola Tiver .—Lo saludo con una sonrisa.

Me monto cerrando mis ojos esperando mientras ellos guardan todo.

Tres semanas lejos de la manada no está tan mal.

Aunque mi celo inducido no duró mucho ambos decidimos quedarnos por algún tiempo, queríamos tiempo a solas.

El auto se pone en marcha, Eros me atrae a él, mi cuerpo se pega como un imán al suyo.

—Hemos evitado está conversación, pero deseo saber .—Lo miró, mi mate baja su mirada suspirando.

—Al parecer la hada que me atacó era compañera de uno de los lobos que estaba con Jhon, nadie lo sabía, pero la líder de ellas lo sospechaba, así que decidió colocar un tipo hechizo o algo así a la lanza de esa hada—

—Pero estoy seguro que sentí tu cuerpo sin fuerzas —

—Fue parte de ese hechizo, al parecer no iba a morir, pero si me quedaría sin energía por unos minutos—

—¿Qué fue de la hada? —Bajo la vista jugueteando con mis manos.

—La mataste .—dice con simpleza —Nadie logró acercarse a ti, no mientas yo estuviera fuera de juego, cuando terminaste con ella te acercaste a mí y ahí te quedaste hasta que desperté —

—Ah —

—Oye .—Toma mi mentón —Siendo sincera me gustó mucho que la matarás, mi cuerpo se llenó de felicidad, una extraña, no me importa nada ¿A ti? —Niego.

—Tal sea extraña, pero no siento remordimiento por haberla matado, además no recuerdo nada —

Por él resto del camino nos quedamos en silencio, mis ojos pesan y mi cuerpo también, las voces a los lejos se escuchan fastidiosas, siento como mi cuerpo es llevado en el aire, me acerco más buscando más de su calor.

—Janelle debe irse con nosotros, con ustedes está en peligro y ustedes también, una mestiza debe estar con los suyos. Si se queda será peligroso para ambas partes, de nosotros nadie sabe estará bien —

—Es mi mate, ella no se irá sin mí —

—De eso lo podemos hablar, podrías ir a visitarla, allá no puede entrar un lobo normal—

—¿Entonces como hacen con los que tiene por mate a un lobo o otro ser normal?—

—Eso nunca ha pasado, la mayoría ha encontrado a su compañero entre nosotros mismos —

—Exacto el líder y tú misma .—La voz de Ares se escucha con enojo.

¿De qué hablan?

¿Quién debe irse?

—Eso es otro tema, pueden visitarse, podemos arreglar algo, pero —

—Nada, no hay peros, yo no la dejaré irse ¿Saben que puedo morir y ella también si nos alejan? Además mi mestiza, mi mate entre ustedes tampoco es “normal” ustedes mismo lo dijeron el mestizaje de Janelle es el primero que ha existido—

—Por eso mismo, debe irse con nosotros, su mestizaje es raro, mire cómo está aún contiene mucho afrodisíaco dentro de ella, así no podrá quedar en cinta, temo decirle que no será pronto, solo hasta que todo eso dentro de ella salga, por eso con nosotros estará bien, podremos buscar curas y también.—Reconozco esa voz es Amber.

—Amber por favor controlate —

—Pero es que ella aquí está en peligro, mira lo que sucedió, no solo ella también la manada entera—

Tragó saliva al entender lo que esta pasando. Mi alfa se mueve pegándome más a él.

—Eros .—Ella lo llama.

—Se terminó la conversación —

—Puedes venir con nosotros, hablaremos con la manada, ellos entenderán —

—He dicho se terminó la conversación, no me interesa nada, lo único que me esta volviendo loco es el hecho de que me quieres seperar de mi mate, así que aquí lo dejamos si no quieres que te mate —

Los pasos de Eros son rápidos, precisos y cuidadosos.

—Ya puedes abrir los ojos, estamos a solas.—Se adentra a su cuarto, abro lentamente mis ojos él me deja en la cama con cuidado mientras empieza a dar vueltas por la habitación.

—Eros —

—No si te alejan de mi me muero —

—Si me quedo aquí la manada estará en peligro —

—¿Me quieres dejar? —Su mirada llena de dolor, su voz quebrada me parte.

—No yo no, sin tí moriría, pero la manada —

—La manada nada, si alguien se atreve a alejarte de mí lo mató, eres mía, yo soy tuyo. Solo tuyo. —Me levanto de la cama acercándome a él —Soy tuyo —

Se aleja de mí, me da una última mirada y sale de la habitación dejando la puerta abierta, caigo de rodillas sin saber qué hacer.

Mierda estábamos tan bien.

—Mientras que todo el afrodisíaco no salga de mis cuerpo no podrá tener hijos—

¿No podré? ¿Por cuánto tiempo? ¿Un año, cinco, seis? No es que ahora quiera hijos, él deseo está, pero debemos estar listos, pero eso no implica que no quiero en algún momento, quiero un mine Eros o una mine yo corriendo por todos lados.

Un olor a miel combinado con el de bebé me hace ronronear, levantó la cabeza limpiando mis mejillas mirando a un bebé sentado en la puerta.

—Hola pequeño .—Sonríe, él bebé me mira y se ríe acercandose a mí gateando o haciendo el intento —¿Dónde están tus papis? —Lo tomó con cuidado, acariciando con ternura su mejilla. Su olor me tranquiliza.

¿Puede ser uno de los hijos de Atenea? Niego, imposible, está muy grande.

Toma mi dedo entre sus pequeñas manitas calentando mi corazón.

Sus enormes ojos azules me miran.

—Eres hermoso .—Beso sus mejillas regordetas y rosadas.

Sorbo mi nariz y limpio mis mejillas con el tendido de la cama.

¿Por qué estoy llorando?

El bebé me mira acercándose más a mí, buscando mi calor, con cuidado lo acercó a mí escuchando su corazón acelerado que poco a poco empieza a latir sincronizandose con el mío.

No sé cuánto tiempo pasa, solo me quedo allí con él en mis brazos que duerme plácidamente.

—Mi mestiza .—Levantó la cabeza observando a Eros recostado en la puerta con una sonrisa en su rostro.

Él pequeño entre mis brazos se remueve, lo mezo vuelve a quedarse dormido.

—Con que aquí estaba .—dice bajito, se acerca deja un beso en mi frente y ronronea acariciándolo.

Tragó saliva al verlo.

—Eros —

—Lo sé —

—Yo también.—Él me regala una sonrisa.

—Era de la manada de ese imbécil, al parecer lo tuvieron que traer, no paraba de llorar, no dejó que nadie más lo cargara cuando pisó nuestra manada y lo trajeron a mi cuarto dejó de llorar .—Lo mira suspirando.

—Al parecer nos quiere —

—Si .—Me mira—Vamos .—Con cuidado me levanto, él pequeño se remueve nuevamente, beso su mejilla ronroneando, él bebé dormido ríe y vuelve a quedarse dormido.

—¿Para donde? —Ambos bajamos con cuidado las escaleras, me dejó guíar por Eros, muerdo mis labios al sentir los nervios de mi alfa.

¿Qué está tramando?

¿Cómo están?

Disculpen la tardanza pero tuve algunos problemas de salud, gracias a Dios ya estoy mejor.

Deseo terminar esta historia así que haré todo lo posible por actualizar seguido.

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Nos leemos pronto..