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Capítulo 19.

Janelle Hale.

Me levantó bostezando, muevo mi cuerpo para luego estirarme, miró por encima de mi hombro a las otras dos lobas detrás de mí plácidamente dormidas. Salgo de la cueva bajando hasta tirarme y caer, miró al cielo que poco a poco la luz del sol lo besa.

Camino estando alerta, estoy lejos de la manada debo estar siempre alerta a cualquier cosa. Trotó hasta llegar a un río, dónde tomó agua, luego me lanzó sumergiéndome allí, nado zapoteando, sintiendo en mi interior la preocupación de mi mate, de mi manada, pero no les hago caso. Aun no debo volver, lo voy a hacer cuando pueda controlarme, para no lastimar a nadie más.

Salgo del agua sacudiéndome, lamo mi pata peluda cayendo en el suelo junto a las hojas secas debajo de un árbol.

Cierro mis ojos escuchando la débil voz de mi mate.

Sé que me escuchas, sé que estás ahí, por favor mi mestiza necesito verte, necesito escuchar tu voz, te necesito.—Su voz débil hace doler mi pecho —Me haces tanta falta, me estás lastimando Janelle, me estas haciendo sufrir ¿Crees que no me duele tenerte lejos? Me duele mucho, te amo ¿Tu me amas a mi? ¿Por lo menos sientes algo por mi? Ahora estoy dudando de tus sentimientos—Bajo mi rostro dejando ir mis lágrimas —Solo yo …. ¿Sabes? No te volveré hablar más, estoy cansado de esperar algo de ti, estoy cansado de querer escuchar tu voz, cuando lo único que tú haces es ignorarme, es ignorar que me estás lastimando, esto es lo que quieres, pues ahora tendrás que conformarte —

Mi corazón late de prisa, siento un inmenso dolor, mi mate sufre, sufre por mí, pero temo lastimarlo nuevamente, él no merece una compañera tan débil, no lo merezco, no merezco a Eros.

Me levantó siendo mi cuerpo pesado, me acerco al río, mirando algunos peces nadar, me concentro y me lanzo por el.

—Tengan .—En mi forma humana les lanzó los peces a las dos lobas, ambas se vuelven humanas y lo único que observo de ellas es su cabello blanco.

Dos semanas, dos largas y tortuosas semanas desde que huí de la manada como una maldita cobarde y lo soy, soy una cobarde, una débil, deje mi manada, deje a mi mate, mi alfa a la deriva, soy una basura, no merezco el título de beta.

Solo soy una débil, débil ser omega me hace débil.

Un gruñido me hace levantar la vista hacia la loba que aunque no mire sus ojos se que miran con enojo. Ella y la otra siempre mantienen sus cabellos tapando sus rostros, pocas veces hablan, sin embargo si no fuera por ellas ahora mismo estaría vuelta loca, cuidaron de mí los primeros días que llegué a esta parte del bosque de nadie.

—Ser ome…ga no te ha…ce dé…bil .—Su voz rasposa me hace hacer una mueca—Ser omega, ser tesoro, ser es…pecial, ser fue…rte, omega es fuerte, ma…nada sin omega, manada en desequilibrio, manada sin al…fa manada sin guía, manada sin luna manada sin luz, omega ser impor…tante—

Gruñó bajo, mirándola de reojo dejo el pescado en el suelo encima de una hoja y me alejo.

—Ser beta ser impor…tante, ser omega ser importa…nte

—No lo entienden, si fuera fuera una loba normal, una beta normal, nada de esto estuviera pasando —

—¿Tu ser normal ser que? —Miro a la loba que primero habló.

—Para mi sería, no ser debil, no estar peleando con las feromonas de otros con mayor rango que yo o incluso de mí mismo rango, no perder mi maldita conciencia y atacar a ni alfa cuando él solo me estaba ayudando, mi mate, ser normal sería ser una maldita beta normal, con problemas normales—

Miró a ambas y siento estallar cuando se empiezan a reír abiertamente de mí.

—Tu ser idi...ota.—dicen ambas.

—Tu last...imar mate .—Trago saliva mirando a la segunda loba que sigue comiendo plácidamente.

—¿Crees que no lo sé? ¿Creen que no lo sé? Me estoy quemando por dentro, me estoy partiendo en mil pedazos, sabiendo que a él lo estoy jodiendo, encontré el amor en quien menos pensé, amo a ese alfa con locura y saber que lo estoy jodiendo me quema la maldita alma, quiero estar con él, pero no lo merezco,no merezco a alguien como él, yo no—

Me cubro el rostro sollozando.

—Yo no soy digna de él.—Llevo mis piernas a mi pecho, llorando.

Me parte el alma estar lejos de él, lastimarlo, él no merece una mate débil, una mestiza. Si tan solo fuera normal, si tan solo no fuera una omega.

Siento unos brazos gentiles alrededor de mí, es tan extraño, se siente tan bien, pero tan irreal a la vez, ellas me abrazan, pero pareciera que estuvieran abrazando mi alma, mi ser.

Siento calma en medio de la tormenta, siento luz en medio de mi oscuridad, siento amor en medio de mi odio.

La sonrisa de Eros en mi mente tranquila, mi agitado y adolorido corazón y por primera vez en estas dos semanas largas, siento tranquilidad.

—Tu ser especial, nosotras ser importantes, ser estrellas, ser bendición.—Ambas susurran a la lejanía.

Eros D’Angelo.

Sostengo mi pecho con dolor, hago una mueca dejando caer mi cabeza en mis manos, llevo mis manos hacia mi cabello enterrándolas ahí.

La extraño.

Siento débilmente su dolor y lo único que puedo hacer yo es intentar brindarle consuelo por el débil lazo que ambos ahora poseemos y no porque así lo deseamos es porque mi hermosa mestiza bloqueo nuestro lazo, lo congeló.

—¿Funciono? —Diego se adentra a mí cuatro.

—No .—Levanto mi rostro apoyándolo en el mueble, llevo mi brazo hacia mis ojos cubriendo mis ojos —Decirle todo eso a ella me partió el alma, creo que la jodí más —

—Mejor desechemos esa idea.—Felix opina, levanto mi brazo viéndolos ambos.

Siento un poco de alegría en medio de mi dolor al ver a Diego mejor, el lazo que lo unía a esa maldita mujer desapareció, ahora está más vivo, antes parecía un zombie. Aunque algo en él cambió, sus emociones se congelaron, ya no es él mismo Diego expresivo.

—Puedes salir con alguna loba, así Janelle se vuelve loca .—Felix opina mirando un libro.

—¿Está loco o te haces? —Lo miró  serio.

—¿Qué dije? —Deja el libro mirándome con los brazos cruzados.

—Hermano ¿Deseas ver sangre? Porque Eros hace eso, Janelle mata a la pobre chica y lo mata a él o lo castra —

—¿Mala idea? —

—La peor de todas. —Carlo dice recostado en el marco de mi puerta.

—¿Qué haces aquí? —Aunque ya no tengan nada, no me agrada verlo.

—Vengo en son de paz.—Se adentra en mí cuarto silbando —Bonito, pero no vine a esto.—Suelto un largo suspiro —Tu no me quieres y lo comprendo, salí con la chica de la cual estuviste enamorado desde niño además de eso por mi la odiaste mucho más, aún así aquí estoy para decirte que le tengas paciencia.—Aprieto mis manos—Esto es nuevo para ella, ser una mestiza debe ser una bomba para Jan, toda su vida a siempre pensó que era una beta y ahora resulta que es una mestiza además de eso una omega, muchas cosas para ella, sumándole que te tiene a ti por…—Lo agarró por la camisa elevandolo en el aire y lanzándolo fuera de mi cuarto, me acerco soltandome de Félix tomando nuevamente su camisa estrellando mi puño en su rostro.

—¿Vienes a mi cuarto a decirme que le tenga paciencia a mi mate? Mi mate, mía, soy el que mejor conoce sus sentimientos pedazo de basura .—Vuelvo a estrellar mi puño, gruño sintiendo mis garras crecer.

—Eros suéltalo .—El rugido de Ares me hace temblar, más no me doblega, me toman por los hombros alejándome del maldito.

—Te dije que hablar con él era un error, mas tu Carlo .—Dimitri se acerca ayudándolo a levantar —Eros controlate, controla a tu parte animal —

—Sueltame Ares, aún me falta partirle la cara a ese otro bastardo de mi mierda .—Intento zafarme.

—¿Te controlas o te encierro en una celda? Decide —

—Suéltame .—Me safo de él bruscamente, alejándome.

—Eros no comprendo todo lo que en estos momentos está sintiendo Janelle, pero si entiendo muchas cosas, soy un híbrido y en estos momentos ella debe sentirse débil, debe sentir que no te merece, que no merece ser la beta de esta manada, solo necesita tiempo para que ella se acepte y cuando lo haga tu tienes que doblar su parte omega para que ella se amoldee completamente a su ser, Janelle y yo somos diferentes, desde que nací supe lo que era, soy un híbrido, ambas partes en mi están igualadas, pero aún así llegó un punto donde necesite tiempo a solas, para pensar con claridad, repito no soy igual a ella, Janelle es mestiza, un ser diferente a mí, pero si comprendo un poco lo que ella está sintiendo—

—¿Terminaste?—Lo miró apretando mi mandíbula.

—Si .—Se lleva su mano hacia el rostro.

Debí golpearlo más duro.

Paso por el lado de mi hermano golpeando su hombro con el mío, me adentro a la habitación cerrando con fuerza.

—Déjalo, está sensible, tener a Janelle lejos y ser un adolescente le está pegando duro —

Voy a matar a ese maldito.

Doy un paso pero Diego y Félix me detienen.

—Respira, necesitas estar de pie para poder hallar a la beta —

Me suelto de ellos, caminando hasta mi cama, me siento sacando del cajón una camisa de mi mate, cierro mis ojos imaginándome a ella, escuchando su risa en mi mente, tranquilizando mi corazón y calmando mi enojo.

—Eros la encontraremos, el alfa está movilizando a los guerreros —

—Chico agradezco que estén aquí, pero deseo estar solo —

—Claro hermano, te dejamos, iremos a buscarla, tu solo descansa —

Cierro mis ojos dejándome caer en la cama, los peores cinco días de mi existencia, siento mi cuerpo pesado por no dormir, limpio mis mejillas cuando las lágrimas ruedan por ellas, huelo la cama, aún está su olor impregnada en ella.

No debí seguir, debí parar, lo sabía, sabía que tenía que hacerlo, pero al ver los ojos de mi mestiza, ver su determinación no lo pude hacer, tenía que hacerlo.

Se supone que soy su mate, que debo cuidarla, pero lo único que yo he hecho es lastimarla, es joderla, no la he cuidado.

Me levantó de la cama, debo buscarla, debo pedirle perdón, que me dé otra oportunidad, que me acepte y me tenga paciencia, porqué juro que seré digno de mi mate, digno de mi mestiza. Ella merece lo mejor y lo mejor se lo daré yo, así me tocó mover cielo, mar y tierra, pero mi Janelle tendrá lo mejor, lo que ella pida se lo daré.

Lo que ella desee se lo daré en bandeja de oro, mi mate, mía, mi mestiza, mi reina.

La bendición que la diosa me dió, la razón de mi existir.

Haré lo que sea para que ella vuelva a mi, para que ella sea feliz, para que nadie la lastime, lastime su felicidad, cualquier que se meta con ella morirá.

El único que la puede joder soy yo y la forma en que lo deseo hacer es carnal, deseo apropiarme de su cuerpo. Cuando la encuentre lo haré, la jodere para que ella comprenda que es mía, para que entienda que me hizo sufrir, para que comprenda que ella es mi reina, mía...









¿Cómo están?

¿Les gustó el capítulo?

Espero y si, me esfuerce mucho por hacerlo, casi lloro...

¿Teorías?

¿Para ustedes quienes son las otras dos lobas?

¿Qué opinan de Carlo?

¿Se merecía esos golpes?

Dejen sus votos y comentarios...

Nos leemos pronto.

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