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Capítulo 6.

Llegueeeeeeeeeeee 🕴🏻✨🎶

Me dejan comentarios xfaaaaaaaaaaa ✨🐜

(...)

El pecoso suspiró profundamente, trató de calmar sus pensamientos, sumergido en la deliciosa agua tibia de la bañera llena de aceites suavizantes para la piel. Se sentía triste, humillado y avergonzado, no podía creer todavía que el heredero de los Todoroki le haya ignorado de esa forma.

Se miró como estúpido esperando un saludo de vuelta por parte del alfa, quedó en completa vergüenza, ¡A él de todas las personas! Ese estupido alfa mal educado, jamás le volvería a dedicar una mirada, sin importar lo guapo o lo poderoso que era, si él quería hacerlo sentir como un insecto en sus zapatos, pues bien, dos podía jugar a ese juego.

Izuku decidió internamente mientras salía del agua, fue por una toalla para secarse y arreglarse un poco el cabello antes de ponerse su ropa para dormir. Ya qué tenía una habitación solo para él y su doncella que se quedaba hasta que le diera el permiso de irse, el omega podía usar solo una bata ligera y ropa interior.

La bata era de color verde pastel, llegaba hasta el suelo y era de mangas largas, perfecta para andar con el frío que hacía por las noches. Pero si quería podría dormir incluso desnudo en su nido que nadie podría verlo, aunque, eso era algo que solo se hacía una vez fuera casado y sobre todo si su alfa se lo permitía.

Como omega Izuku tenía que ser "decoroso" pero atrevido en ciertas cosas de la intimidad para que su alfa siempre se sintiera "interesado" en él y su cuerpo. Sobre todo, siempre tenía que estar a disposición de su alfa, sobre todo en la cama, dejarle el paso libre una vez él quisiera tocar y "comer".

Si su futuro alfa quería que durmiera solo en ropa interior o completamente sin nada en su nido tendría que hacerlo, Inko ya le había contado que algunos eran "madrugadores", siempre queriendo reponer energías antes de salir al trabajo. No era por nada, pero en realidad Izuku estaba ansioso por aquello, toda su vida ha tenido que pasar sus dolorosos celos solo.

Quería sentir pronto ese alivio del que tanto le contaban sus maestros y su propia madre, que su pareja de por vida le hiciera el "amor" durante la mañana, silenciosos por los posibles cachorros que estuvieran en cunas durmiendo en la misma habitación.

Pueden llamarlo arcaico y tradicionalista pero eso era lo que quería, ya había trabajado duro toda su vida, siendo perfecto y sobresaliendo en todo las espectativas que tuvieron sobre él, ahora Izuku solo quería descansar, vivir rodeado de lujos, bellos cachorros y un buen alfa bien dotado. ¿Era demasiado pedir?

—Ya regresé. —el pecoso anunció entrando a su habitación, soltando otro suspiro y haciendo crecer flores olorosas en su ropa para camuflar el ligero malestar de su aroma.

—Izu, —la omega menor sentada al frente del pequeño príncipe le sonrió—, espero que haya disfrutado de su baño, Katsuo sigue dormido desde que usted se fue.

Eri le informó alegre, el cachorro seguía en donde lo vio la última vez, acurrucado en un nido de telas y cojines en el suelo, todo lleno del aroma de Izuku, dulce, lechoso y floral, el paraíso de cualquier infante que apenas se puede amamantar, también era la única forma en la que Katsuo pasaba más de una hora sin arrugar el entrecejo, dormido profundamente.

—Ya lo noté, se hace tarde Eri, —Izuku se acercó, se sentó cerca de la menor y miró hacia afuera, el sol casi estaba oculto por completo—, deberías de ir a darte un baño antes de que haga más frío, además el agua del palacio siempre es más tibia a esta hora.

—Pero, Izuku, aún tengo que quedarme con usted hasta que esté segura que solo dormirá. —el pequeño ceño de Eri se frunció, ella se tomaba si trabajo muy en serio y eso le daba ternura al pecoso.

—Está bien, es lo que haré ahora mismo, estoy algo agotado, necesito un rato de soldedad y tranquilidad, ti te puedes ir. —ya no había punto de retorno, pero al menos lo intentó.

A Eri no le quedó más que asentir con la cabeza antes de irse dándole una reverencia al omega mayor. Izuku le miró hasta que se fue y de ahí pasó su atención al pequeño Katsuo, quien dormía plácidamente como un koala abrazado a un peluche de tela relleno de algodón.

—Ah, mi pequeño príncipe, yo deseo que todos mis cachorros sean tan hermosos como tú. —Izuku tomó con cuidado al bebé entre sus brazos, se levantó despacio para caminar a su nido y entrar en él, soltó las cuerdas que sostenían las telas de la puerta dejando que se cerraran.

Era algo temprano para irse a dormir, pero la tristeza y molestia que le hizo pasar Todoroki le hacía sentirse fatigado. Más con su tendencias de sobrepensar las cosas, pero era algo de él que no se podía evitar, por eso quería dormir temprano, estando con el bebé le daba paz y descansaría sin interrupciones.

Así trató de hacerlo el omega, acomodándose y dejando una mano sobre la pequeña espalda del rubio durmiente. Pero no muchas horas después se despertó por un leve movimiento, manitas pequeñas tiraban de su bata y suaves quejidos salían de Katsuo que daba pataditas al aire con enojo.

—¡Ugauh! —él chilló sin dejar de tirar, el pecoso abrió los ojos soñolientos y trató de mirar al alrededor, todo estaba bastante oscuro por lo que dedujo que era media noche o más, no era de extrañar que el cachorro le despertara a esa hora por comida.

Lo que sí era de extrañarse es la humedad que sintió en el pecho, sus pezones oe dolían más de lo usual y el aroma a leche se hizo más intenso. Izuku comprendió rápidamente lo que estaba pasando, desató a tientas el pequeño lazo que había en la parte superior de su bata para dejar camino libre al príncipe.

—Ven acá pequeño gruñón, es hora de que tomes leche de verdad. —Izuku dijo en un bostezo, acercó al rubio a su pezón más bajo, guiando la pequeña boca al botón sensible y mojado—. C-con suavidad, joven príncipe.

Parecía ser que el menor era una bestia hambrienta, chupando su pezón duro con fuerza y absorbiendo con rapidez toda la leche materna que salía de allí. Katsuo nunca había prodado otra leche que no fuera de cabra, así que esta sería como comer el propio manjar de bebés, leche de su propia madre.

Izuku no pudo hacer más que suspirar/bostezar con sueño, tendría que acostumbrarse a esa sensación de cosquillas en sus pechos, pero no era tan malo, le hacía sentirse bien sabiendo que ahora Katsuki tendría a su hijo cien por ciento saludable a futuro. Su primogénito sería tan fuerte como él y podría estar seguro que su imperio estaría en buenas manos. Con esos pensamientos positivos y el bebé pegado a su pecho, el omega se volvió a dormir.

(...)

—¡Oh, Izuku ya está lactando! —temprano por la mañana, Eri ya había aparecido con el desayuno de Izuku y el de Katsuo—, eso significa que el joven príncipe dejará estos biberones.

La omega estaba feliz, pero el pecoso sonrojado y algo avergonzado, sabía que no era nada extraño que una madre le diera pecho a su hijo hasta que esté pudiera aprender a comer alimentos más sólidos, pero que le viera hacerlo por primera vez le daba algo de pena.

—El cuerpo se adapta de forma maravillosa ¿No? —Izuku también estaba maravillado con lo que podía hacer su omega interno por su cuenta, era admirable—, tomar un cachorro como propio y podricir su alimentación como si se hubiera engendrado en mi vientre, por algo somos tan codiciados y de cierta forma valorados ¿Verdad?

Katsuo miraba a Izuku con sus bellos ojos color rubí, una de sus manos agarraba el cuello de la bata que tenía el pecoso, mientras que su pequeña boca no desperdiciaba ni una gota de leche. Estaba pasando factura a todos esos días y meses que pasó solo con leche de un cuadrúpedo.

—¡Claro que sí, por más que sea, los omegas siempre son los más necesitados en cualquier caso! —Eri de rió, dejando la bandeja del desayuno frente al peliverde y tomando las cosas que eran para el pequeño rubio—, llevaré esto a la cocina de nuevo, alguien se lo podrá beber o Sato lo usará en algún postre.

Poco después Izuku quedó solo otra vez con Katsuo, quién dejó de comer y tosió estando bastante lleno. El omega le sacó los gases al pequeño, sobre su hombro dándole palmaditas en la espalda hasta que eructó, después lo dejó sobre un nido de mantas y cojines en el suelo mientras tomaba su propia, y deliciosa, comida mañanera.

—El día está bello hoy, ¿Quieres ir a dar un paseo más tarde? —el pecoso miró hacia afuera mientras tomaba una rodaja de pan con mermelada untada.

Eri apareció no mucho después sonriendo, le avisó que Sato usaría la leche para un postre al final de todo, el desayuno pasó sin problemas y con suaves balbuceos del bebé que jugaba con sus pies. Después de la comida la doncella ayudó al peliverde con su vestimenta, esta vez dejándole un acceso en la parte superior para que pudiera darle de amamantar a Katsuo cada vez que esté tuviera hambre.

Al salir de la habitación ambos omegas se dispusieron a ir hacia el jardín principal para pasar la mañana, era bueno caminar para mantener al príncipe entretenido y que no llore. Sin embargo, al estar unos metros alejado de la puerta, de la habitación del pecoso, una sirvienta apareció, tenía el cabello verde oliva parecido al de Izuku, amarrado de una curiosa forma.

—Mi lady Midoriya, el emperador Katsuki solicita su presencia en el comedor. —la joven dijo con voz firme, llegando a pedir sin aceptar un no por respuesta.

—¿A mí? —preguntó el ega incrédulo y la beta asintió confirmando su pregunta, sabía que si preguntaba la razón no obtendría una respuesta, ya que solo le habían dado órdenes a la muchacha sin más.

Izuku miró a Eri un momento, ella se encogió de hombros sin tener idea de por qué le habían llamado, al final les tocó seguir a la beta por los pasillos del palacio. Supieron que habían llegado al área de Katsuki cuando las decoraciones se habían hecho cada vez más raras y lujosas, desde artefactos antiguos hasta tapices en adornando las paredes.

Al llegar a unas elegantes puertas dobles Izuku se preparó mentalmente para entrar, hace más de una semana que no había vuelto a ver al enigma desde aquella vez en el jardín. El omega miró a Eri, pidiéndole que le esperase afuera un momento, cuando estuvo por entrar la misma beta que le guió el camino le detuvo.

—Mi lady, por favor déjeme cuidar del príncipe un momento mientras usted está con el emperador. —la beta se acercó al pecoso con intensiones de tomar a Katsuo, pero Izuku se alejó levemente—. Mi lady, él dijo que quería hablar a solas con usted, nada más.

Izuku la miró fijamente, buscando algo en ella, pero los ojos de la beta ni mentían, incluso pudo detectar algo de miedo en ellos, pero sabía quién lo provocaba, así qué, con algo de desconfianza todavía, el pecoso le entregó un Katsuo medio dormido a la sirvienta, dejó sobre el bebé un poco de flores pequeñas y relajantes para que no fuera a llorar.

—Bien, no se muevan de aquí. —advirtió el pecoso antes de pararse recto y empujar con suavidad la puerta para abrirla.

La sala del comedor era enorme, como cada sala del palacio, la mesa que adornaba el sitio tenía un sin fin de puestos para todos los miembros que se invitaban a los famosos banquetes de celebraciones o tradiciones. Un gran candelabro iluminaba desde el centro de la mesa y en la cabeza estaba él.

Izuku tragó saliva caminando despacio hacía el enigma de disfrutaba de una taza de café mañanero. Todos los diferentes platillos servidos parecían intactos y la presencia intimidante del mayor ni siquiera se dignó a verlo.

—Días como estos provocan solo descansar ¿Cierto? —el rubio murmuró sin mirarlo directamente, pero le hablaba a él—, provoca ir al jardín y recostarse en una banca para admirar el cielo, ¿Qué tal si hacemos eso para ponernos al día, te parece, Deku?

Katsuki dejó la taza sobre la mesa y al fin giro la cabeza en su dirección, Izuku sintió como una enorme roca caía sobre sus hombros manteniéndolo quieto en un solo lugar por su peso, las piernas le temblaban levemente y el enigma solo sonrió.

—¿Por qué no te sientas junto a mi y me acompañas a comer? Estoy seguro que habrás puesto a 'nuestro' cachorro como prioridad y ya le habrás dado alimento, puedo oler desde aquí ese aroma típico de un omega lactando. —el rubio sonrió ladino, notando perfectamente como el omega juntaba sus manos, las cuales temblaban, para ocultarlas entre sus mangas.

Bueno, ya era hora de que Katsuki hiciera sus movimientos.

(...)

Kacchan yarende es mi pasión, deseo que ese enigma me pegue, me embarase y me abandone grrr 😈✨

Espero que les haya gustado el capítulo. ✨

Zaorycast.✨✨

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