Capitulo 34.
Hello, primero, wenas noches, debería de estar durmiendo, pero no, después de que mi paz mental fue destruida por Jujutsu Kaisen vengo acá para distraerme, pero eso salió en algo bueno no? 🐜✨
Segundo, muchos comentarios xfaaaaaa, y disfruten percas
(...)
-Que vergüenza... -Izuku se lamentó con las manos aún en la cara, no podría ver a sus padres de nuevo a los ojos, iba a ser su noche de "desfloramiento" y bueno, aunque ya había tenido "acercamientos íntimos" con el emperador, esto iba a ser completamente diferente, ya no existía nada que lo pudiera detener.
-No seas tímido, cariño. -El enigma sonrió, sus piernas largas hicieron que el camino desde el salón ceremonial a su habitación fuera casi en segundos.
Katsuki abrió la puerta de su cuarto y en un parpadeo Izuku ya estaba recostado sobre la enorme cama. El rubio no lo acató inmediatamente como supuso que lo haría, incluso se le había bajado un poco el alcohol del sistema por los nervios, pero el pecoso solo se sentó curioso sobre las sábanas mirando como su esposo se iba hacia su escritorio para agarrar una pequeña botella.
-Luces un poco decepcionado, ¿quieres empezar ya? -Katsuki murmuró con morbo, acercándose de nuevo al omega y sentarse a su lado, Izuku no sabía si negar o asentir, demasiado ansioso y lleno de confusión consigo mismo y su omega interno.
-¡No majestad, digo! ... ¡Es que...! -El omega balbuceó, el rubio solo sonrió, le quitó la tapa a la botella de un tirón y le acercó la orilla a la boca del pecoso-, ¿Qué es?
-Es un estimulante, mucho más leve y ligero que un afrodisíaco, pero ayudará a que tu cuerpo se vuelva sensible sin desencadenar un celo, quiero que estés en todos tus sentidos, que recuerdes y puedas memorizar cada toque que vas a recibir esta noche. -dicho eso, el enigma deslizó la pequeña botella por los labios del peliverde, sabía que podía beberlo para complacerlo, pero vio la duda en su mirada, eso no le agradaba-. Bien, hagamos esto de otra manera.
Katsuki apartó la botella antes de que Izuku pudiera darle un sorbo, confundido, el omega miró como el rubio dejaba el frasco en otro lado y después volteó hacia él. Por un segundo, el pecoso tuvo miedo de que su pareja se hubiera puesto molesto, pero solo se acercó a sacarle su kimono suavemente, ambos se habían cambiado a ropas más ligeras una vez llegaron al palacio.
Pues esos trajes debían usarse solo en la ceremonia de oración y guardados justamente después para preservarlos lo más intactos posibles, así era como seguían igual de perfectos por años, siendo usados una y otra vez por todos los emperadores. También era más cómodo tener un kimono elegante pero sencillo para la fiesta de casamiento, por eso Izuku no temía si algo llegaba a pasarle a sus prendas, es más, le era algo extraño que Katsuki no se las hubiera arrancado del cuerpo.
Aún así, su vergüenza sólo crecía más y más cuando solo estaba con la pequeña cinta de encaje amarrada a uno de sus muslos y su ropa interior, las telas de su kimono terminaron en el suelo a pie de la cama. Katsuki también se sacó su yukata, con menos delicadeza y lanzándola lejos una vez se la quitó por completo.
-Vamos juntos, disfrutemos de nuestra noche, será el inicio de muchas otras más, en la que tú irás en busca de mi calor. Estoy seguro. -Katsuki alcanzó de nuevo la botella, se acercó al pecoso pegando sus cuerpos y lo tomó del rostro-. Abre un poco la boca, Izuku.
El pecoso hizo lo que le dijeron, miró como Katsuki vertió todo el contenido de la botella en su boca y después lo atrajo a un beso demandante. Al tener la boca abierta, Izuku no pudo luchar contra el líquido dulce que se derramó hasta su garganta, casi se ahoga, así que tuvo que ser rápido y pasar todos los tragos que podía, por suerte no era mucho, pero la lengua del enigma se movía de un lado a otro, moviéndose alrededor de la suya.
Izuku fue cayendo a las almohadas, sus brazos se cerraron alrededor del cuello del rubio, gimiendo al sentir el calor subir desde su vientre al resto de su cuerpo. Se estaba derritiendo, era eso, el omega podía sentir como su piel empezaba a sudar, los toques en su cintura que le daba la mano libre del rubio le hacía temblar, espasmos qué cada vez se volvían más intensos.
-Majes... Taah~ -Izuku gimió, de forma instintiva movió sus caderas hacia arriba, presionando contra la pelvis del mayor, buscando fricción con el bulto duro que se formaba en la ropa interior de este.
-Impaciente. -dijo Katsuki al separarse levemente del beso-. Di mi nombre, no solo soy tu emperador, soy tu esposo, tu igual, así como yo te llamo Izuku, mi Deku, mi vida y mi luz, no temas en darme un nombre que solo sea de ti para mí.
Con adoración absoluta, Katsuki admiró la expresión rota de su amado, pero solo era el inicio, él se iba a encargar de desarmar pieza por pieza de su ser, lo dejaría sin aliento y que con hasta su aliento contra su piel pudiera sacarle un jadeo. Comenzó por el cuello pecoso, tan cálido, pulcro que solo le pertenecía a él, estuvo esperando ese momento por mucho tiempo, ahora se tomaría un ritmo lento para disfrutar de cada bocado.
-¡Kat... ugh! ~ -Un jadeo no dejó que Izuku pudiera terminar de hablar, los besos que el emperador le dejaba en el cuello le hacían temblar, sus labios cálidos dejaban un rastro húmedo que llegaron hasta la marca de enlace, aún fresca, sacándole otro gemidos lastimero cuando la lamió y chupó suavemente.
Katsuki hizo una pequeña succión sobre la nuez de adán de Izuku, lo que hizo que el nombrado lo tomase del cabello, con sus delgados dedos tirando un poco fuerte de las hebras rubias. Pero, al enigma eso no le impidió seguir bajando hasta llegar a los pechos llenos del peliverde, como no pudo darle a su hijo de comer en todo el día, toda esa leche materna estaba acumulada, para deleite del mayor.
Quién no perdió un segundo ni dudó en encajar sus dientes en el primer botón rosado que se cruzó por su boca. El pobre pecoso tembló con fuerza, sus pezones eran atacados duramente por el enigma, uno era succionado fuertemente y el otro era exprimido por esos dedos ágiles que tiraban de su pobre botón, haciéndolo derramar el líquido blanquecino por la palma del emperador.
-¡Kat...! -volvió a chillar el pecoso, una succión particularmente fuerte acompañada de un mordisco hizo que su espalda se arqueara y la mano que tenía sobre la cabellera rubia se apretó-, ¡Kacchan!~
Izuku casi gritó ese apodo que surgió de la nada, al mismo tiempo, podía sentir como se había corrido en sus bragas y ni siquiera le estaban masturbando. Ah, ese estimulante que le dio a beber era bastante bueno, incluso el roce con las mantas le hacían temblar. Esperaba al menos que Katsuki no se sintiera molesto por ese tonto nombre que se le ocurrió a su mente perdida en las neblinas del placer.
-No puedo creer que eso haya sido tan pronto, -Izuku pudo sentir a Katsuki sonriendo contra su pecho mientras murmuraba-, me gustó ese apodo, asegúrate de gritarlo bien, puede que te perdone por haberte corrido sin mi permiso.
Dicho eso, el enigma al fin dejó en paz sus magullados pezones y siguió bajando, Izuku tuvo que soltar el agarre en la cabellera rubia, pues temía tirar muy fuerte ante los movimientos que hacía Katsuki, se había alejado demasiado. Dejando un rastro de besos por el abdomen hasta llegar a la entrepierna del pecoso.
Katsuki se burló de la ansiosa anticipación del pecoso, pasó de su zona íntima hasta los muslos suaves y pecosos que tanto amaba, sus deliciosas piernas rodeaban la cabeza del rubio, quién se sentía en el cielo, ¿cómo no?, si estaba a centímetros de ese delicioso aroma, que para él era mil veces mejor que el afrodisíaco más fuerte del mundo, básicamente estaba al frente de las puertas del paraíso.
-No dejes que se te vea más la decepción, todo a su tiempo, mi Deku. -La burla en la voz del mayor era evidente, hizo que el omega volteara su rostro hacia otro lado, pues no podía creer que fuera descubierto, sí quería que Katsuki hiciera más que pasar a sus muslos.
Ante tal acción el rubio solo sonrió y besó ese muslo lechoso que estaba más cerca de su rostro, dejó que su boca actuara sola, lo que acabó en un mordisco a la tersa piel pálida y un sonido lascivo por parte del pecoso. Sus ojos carmesí no se perdían de la gran cantidad de lubricante qué se filtraba por la tela de encaje qué apenas cubría el paraíso, que ahora era suyo.
-Me gusta que estés así de sensible, ya lo eras antes, pero sigue siendo glorioso. Yo también estoy igual, mis manos anhelan sentir cada curva de tu cuerpo, mi boca quiere probar cada rincón de tu piel y mi polla desea ser apretada por ese calor húmedo que está ansioso por recibirla. -Katsuki dijo, sacó su lengua y la deslizó hasta llegar a la cinta que seguía amarrada a mitad del muslo de su amado.
Estaba sudada, las puntas del encaje se pegaban a la piel del omega por la misma humedad caliente que estaba saliendo a chorros de sus poros, demasiado excitado para su propio bien. El enigma utilizó sus colmillos para tomar una punta y jalarla, sintió que estaba abriendo su regalo más preciado, dejó que el fino trozo de tela cayera y miró las marcas de los patrones qué dejó en su pecoso, también las lamió.
Izuku por su parte, no sabía que hacer, deseaba qué el rubio dejara de jugar con él y saciara rápido el calor de su vientre, estaba ardiendo como si brasas encendidas estuvieran allí amontonadas. Katsuki solo hacía que se incendiara más con sus juegos previos, pero al parecer sus plegarias fueron escuchadas, sintió como la ropa interior qué traía puesta al fin fue deslizada por sus piernas hasta sacarla de ellas.
-Sí sigues respirando de esa manera te vas a desmayar y quiero que estés consciente de todo, al menos hoy. -Katsuki siguió entre las piernas del menor, amasando con sus dedos esa carne apetitosa que no dejaba de llamar sus dientes a ella.
Los jadeos del pecoso eran cada vez más rápidos, como si estuviera hiperventilando, su cuerpo estaba sudoroso y sonrosado dándole un aspecto aún más delicioso, era el manjar personal de Katsuki. Con una sonrisa, y habiendo votado ya las bragas del pecoso lejos para que no le sean de distracción, el enigma acercó su rostro hasta la entrepierna de Izuku, el pequeño pene del nombrado estaba visiblemente pegajoso por haberse corrido antes.
Sin embargo, seguía erecto y chorreando más presemen, no dudó en llevárselo a la boca, haciendo que Izuku al fin soltara un suspiro lado, pero bastante entrecortado por los gemidos que querían salir de su garganta. De forma instintiva enrolló sus piernas alrededor de la cabeza de Katsuki, apretándolo con algo de fuerza, podía sentir la lengua del mayor acariciar la parte inferior de su glande y base mientras una firme succión le hacía ver estrellas.
-¡K-Kacchan!~ -Izuku cruzó los ojos y echó su cabeza hacia atrás, ese placer era tan bueno, mejor incluso que en aquellas noches en la que el emperador se colaba en su habitación por las noches.
El menor no pudo evitar llevar una de sus manos nuevamente a la cabellera rubia, parecía no ser suficiente con la presión qué ejercían sus piernas, también tiraba más cerca con su mano derecha a Katsuki, como si eso fuera posible de hacer. Para el enigma, era estar en el paraíso carnal, sus manos se enterraban en los suaves muslos y estos a su vez lo enterraban a él.
Simplemente maravilloso, todos esos años de espera habían válido la pena, podía tener a su fruto prohibido solo para su deleite. Katsuki tuvo que soltar una de sus manos para llevarla por debajo del omega y llegar a su entrada mojada, no podía mover la cabeza para alcanzarla con la lengua, pero al menos sus dedos harían ese trabajo.
Aunque, su labor de darle a su pecoso el mejor oral de su vida se vio interrumpido cuando, al ingresar dos dedos en ese interior caliente, notó que estos pudieron adentrarse sin resistencia. Al moverlos se dio cuenta de que al parecer Izuku estaba dilatado. Katsuki se mantuvo quieto por un momento, haciendo que el omega lo mirara confundido, incluso le soltó el cabello pensando que quizás era eso lo que le molestaba.
-Izuku, -El rubio nombró después de haber sacado el pequeño miembro de su boca, aún seguía con sus dos dedos clavados en el interior del omega, pero ahora eso era lo de menos-, ¿te has tocado hoy?
-S-sí. -Izuku respondió lo más rápido en que su mente pudo procesar las palabras del enigma-. Yo quería que... Yo quería... Hoy...
Los tartamudeos, el sonrojo y los nervios incrementados del pecoso hicieron que el enigma sonriera. Su esposo era de lo más adorable, por ello necesitaba recompensarlo por pensar en él, así qué, agregó sus otros dos dedos al mismo tiempo, solo el pulgar el rubio quedó por fuera de esa caverna húmeda qué lo succionaba.
El pecoso gimió, los dedos de Katsuki eran más grandes, nudosos y largos que los de las suaves manos de Denki, la sensación de estiramiento era mayor, el estímulo más intensificado con ayuda de aquel líquido que el rubio le hizo beber. Se sentía tan bien que parecía irreal. Pero, al ver hacia abajo con sus ojos empañados, Izuku podía asegurar que aquella sonrisa depredadora del enigma era cien por ciento real.
-Eres tan perfecto, mi Deku. -Katsuki suspiró extasiado y complacido-. Te preparaste desde temprano para mí. El solo imaginarte hace que mi autocontrol se quiebre, quiero andarte toda la noche.
-¡Ka-Ah! ¡Chan! -Izuku gemía sin poder contenerse, sus piernas sufrían espasmos alrededor del mayor, sus muslos chorreaban sudor mientras se sacudían por los tic nerviosos que surcaban sus músculos, se acercó al borde muy rápido.
Hilos blancos salieron disparados y cayeron sobre el abdomen sonrosado del peliverde, la sustancia viscosa se resbaló hacia las mantas. Katsuki sacó los dedos del interior de Izuku, haciendo que pesadas cuerdas de lubricante transparente los conectarán por unos segundos antes de romperse. El menor estaba destruido, respiraba de forma entrecortada, temblaba y su rostro destruido por una mueca lasciva mostraba lo exhausto que se encontraba después de dos orgasmos intensos.
-Bien, es hora de ir al plato fuerte. -El enigma sentenció mientras se sacaba la ropa interior, dejando que su larga, gruesa y dura extensión se irguió orgullosa una vez libre.
Izuku dirigió sus mirada hacia la entrepierna de su esposo, sus ojos estaban empañados por lágrimas que le había producido el placer extremo de hace un momento, pero eso no evitaba que no admirara lo que iba a entrar en él esa noche. El menor tragó saliva dolorosamente, sabía que ese día iba a morir, era más que seguro.
-No, no puedo más... Moriré... -Izuku solo quería llorar y rogar, estaba demasiado sensible, si esa bestia llegaba a sus entrañas no iba a poder contar la historia.
-No exageres, solo te vas a desfallecer, nada grave. -Katsuki se rió, bajo y cruel como solo él sabía hacerlo.
El enigma pasó de nuevo sus palmas calientes por las piernas de su omega, sintiendo como los espasmos y jadeos aumentaban con el pasar de sus dedos, hasta que llegó a la estrecha cintura pecosa, no fue difícil levantarlo para atraerlo hacia su pelvis, una vez puso a Izuku en la posición perfecta, alineó su enorme glande contra el pequeño anillo que no dejaba de palpitar.
Cuando empujó, estirando la entrada rosa más allá de sus límites, Izuku apenas pudo soltar una negación sin aire mientras sentía cada centímetro de la polla de Katsuki adentrarse en él, abriéndose paso en el lugar como el dueño que era. Todo el aire qué tenía en los pulmones se escapó y por un segundo creyó que iba a desmayarse, miles de corrientes eléctricas recorrieron su cuerpo desde la cabeza hasta las puntas de sus pies, volvió a venirse sobre su abdomen.
-¿Ah? -Katsuki exhaló fuertemente por la boca, tomando aliento como un hombre sediento-, van dos veces que te corres sin mi permiso, lo vuelves hacer y no te perdono.
-L-lo.. Siento. -Izuku sollozó, la abrumadora sensación de llenura solo se multiplicaba por la sobre estimulación que había en su cuerpo, sí definitivamente iba a morir.
Cuando Katsuki apenas sintió que Izuku respiró levemente mientras se acostumbraba a su tamaño, no se pudo contener más, apretó el agarre que tenía sobre las caderas del menor y sacó casi completamente su polla para volverla a enterrar de nuevo hasta que sus bolas pegaban con las pecosas nalgas haciendo un sonido morboso de bofetada.
¿Cómo se iba a poder contener con semejante paraíso? Era mucho mejor de lo que jamás imaginó, Katsuki estaba en la gloria, ya podría hacer el amor con más suavidad otro día, esa era su noche, una por la cual soñó durante años.
Podía ver y oír al omega que más quería bajo su cuerpo, debajo de la piel de sus palmas, sobre sus muslos y alrededor de su polla. Los gritos de placer de Izuku, sus lágrimas interminables, su rostro destruido en una expresión tan lasciva que ponía a prueba sus resistencia y los incitaba a correrse. Ese omega era un pecado andante, desde sus gruesos muslos lechosos, qué ahora estaban llenos de marcas por sus bruscos dedos y un par de mordidas.
Subiendo a sus caderas anchas, pequeña cintura, pecho llenos que se estaban desbordando, hasta su rostro angelical ahora corrompido por el sexo desastroso y salvaje al cual eafaba sometido. Katsuki no podía dejar que Izuku nunca fuera de esa manera más que por él, sus caderas iban rápido, sin delicadeza y enterraba su polla tan profundamente como podía para dejar una marca permanente en él, solo sería suyo por el resto de la eternidad.
-¡K-! -Izuku no podía formular palabra alguna, de su boca solo salían gemidos, que más bien sonaban a gritos desgarrados, llenos de saliva, su lengua colgaba afuera de sus labios y sus ojos no enfocaban nada, ni siquiera sabía que miraba, todo estaba borroso.
¿Era él? Izuku no sabía, sólo podía sentir, la polla golpeando tantos lugares que le enviaban corrientes por todo el cuerpo, ni siquiera sabía que eso podría ser posible, se suponía que los omegas masculinos tenían solo un órgano erógeno llamado próstata. Sentía las manos grandes, tan calientes que quemaban la piel, agarrándose fuertemente de su cintura, y la embestidas contra su trasero.
-¡Ve-! -El omega se alarmó, sintió el calor familiar estallar en su vientre, se iba a correr y eso era malo, si lo hacía otra vez sin permiso, no sabía qué "castigo" le iba imponer el rubio, el pensamiento solo hacía apretar su interior.
-¡Hazlo, no importa! -Katsuki dijo antes de lamerse los labios con su larga lengua, soltó una mano de la cintura del pecoso y se inclinó hacia adelante utilizándose de apoyo para no aplastar al pecoso-, de todas formas pienso dejarte seco esta noche, así que, puedes correrte todo lo que quieras hasta que ya no pueda salir nada más, eso no me detendrá.
Era una amenaza, pero Izuku no le tomó importancia, no cuando el calor que trataba de retener estalló y su semen se derramó una vez más de su pequeña polla, cerró sus ojos y dejó que manos dejaran sus uñas marcadas en la espalda del emperador una vez estuvo cerca de ellas. Katsuki por su parte se dedicó a admirar la belleza bajo su cuerpo, le encantaba la forma en la que esos rizos sudorosos y verdes rebotaban con cada embestida.
Pudieron haber sido horas, Izuku no tenía idea de cuanto aguante tenía su esposo, pero había pasado bastante rato y se había corrido varias veces más, mientras que Katsuki aún no soltaba el primero. El omega sentía que no podía más, hasta que sintió las manos del rubio presionar sus caderas hacia arriba al mismo tiempo que él se enterraba con más profundidad y se quedó quieto.
Una enorme carga viscosa llenó el interior del peliverde, la sensación de ser llenado lo hizo correrse, por milésima vez, y lo dejó flácido, como un fideo cocido, hipaba cada que trataba de tomar aire y su cuerpo parecía que lo hubieran dejado caer en agua turbulentas por todo un día, Katsuki no dejaba de besarle el cuello suavemente e Izuku trató de suspirar, al menos eso sería todo por ese día.
-E-eso estuvo bien... Dormiré ahora... -Izuku se sentía sucio con todo esos fluidos que llenaban cada rincón de su piel, pero no tenía las energías para un baño en ese momento, solo quería que su cuerpo y mente pudiera descansar.
-"Estuvo", ¿dices? -Katsuki se irguió sobre sus rodillas en la cama-, solo me he corrido una vez y mi nudo todavía no ha aparecido, ¿crees que solo eso me bastaría?
-¿E-eh? -Izuku le dio una mirada destrozada al enigma, miles de lágrimas volvieron a caer de sus mejillas al ver como la polla de este salía completamente erguido de su interior, como si apenas hubiera tenido un pequeño aperitivo y pudiera con mucho más-, n-no, ¡e-espera! ¡¡No-ah!! ~
Los sirvientes y guardias que velaban en los pasillos por si algo ocurría solo pudieron dar su más sentido pésame al emperatriz. Tsuyu, la más valiente, se acercó sigilosamente y dejó una rosa blanca en las puertas cerradas que daban paso a la tortura que recibía el omega. Esperaban que el emperador tuviera un poquito de compasión, o definitivamente ese día pasaría a la historia del imperio, de cómo el pobre emperatriz Izuku Bakugou murió en su noche de pasión en víspera de su boda.
(...)
Juro que revise, pero si ven errores los señalan xfa para corregir uwu
Weno ya, el otro cap si es el último! Ojalá les haya gustado y pasen una cadena de oración para que Izuku no quede en la historia del imperio por culpa del Kacchanconda 😔
Zaorycast. ✨✨
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