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Capítulo 29.

Cuando hay tiempo e inspiración hay que aprovechar 🐜🐜✨✨✨💫

(...)

"Puedes ir y hablar con tus padres todo el rato que quieras, hay un asunto con el canciller Aizawa que debo discutir, me llevará un rato".

Fue lo que había dicho Katsuki en cuanto llegaron al palacio principal, se fue desapareciendo en una esquina dejando al omega en medio del pasillo aun en un estado de shock. Izuku tenía metido en su nariz ese aroma asqueroso de carne y hueso quemado, su mente abrumada ni siquiera le dejó responder con un ademán lo que había dicho el emperador maniático.

—¡Izuku, cariño! —El dulce llamado de la peliverde lo sacó de su trance, en ese instante a Izuku le importó muy poco si llegaba ensuciar o no su ropa.

El pecoso corrió a los brazos de la mayor, casi tirándola al suelo por el impacto, Inko sintió y recibió toda la angustia que dejaba salir su cachorro, Hisashi los ayudó a entrar en una habitación que estaba por ahí cerca para que no hubiera ojos curiosos no chismosos en los pasillos. Por suerte encontraron una sala de té, la familia se pudo acomodar en cojines suaves en el suelo al lado de una pequeña mesita vacía.

—Me dio tanto miedo, mamá. —Izuku sollozó mojando el hombro de su madre con sus lágrimas caliente, el poco maquillaje que Eri le había ayudado a colocar se corrió todo y manchó el kimono de su progenitora—. No quiero presenciar algo así jamás otra vez.

—Mi niño… —La omega mayor también tenía sus ojos llenos de lágrimas, de igual forma para ella la ejecución fue traumante de ver, no era la primera vez, pero era diferente una ejecución por decapitaciones a ver y oír el sufrimiento completo de un humano muriendo.

El alfa mayor suspiró profundamente, no podía evitar sentirse mal, por algo que los omegas no se les permitiera tanto estar presentes en ese tipo de ejecuciones era bastante entendible, solo lo tenían que hacer cuando el acusado tenía relación con ello o les había hecho un daño, ya fuera colateral o directo. Pero, había una excepción en esta regla, el o la emperatriz siempre debía acompañar a su pareja en estos desagradables eventos.

Hisashi sabía que no iba a ser ni la primera vez ni la última que su pequeño viera algo tan horrible como eso, nunca haría falta un traidor o un enemigo que quiera perturbar la paz del imperio. Como el alfa que era, tuvo que ser la mente fría en ese momento, soltar su aroma relajante y mirar como sus omegas más preciados sacaban de sí la mala experiencia por medio de lágrimas ácidas.

—Izuku, vas a ser el emperatriz, tienes que ser el omega más fuerte e imponente de estas tierras. —murmuró con voz suave la mujer, pasando suavemente la mano por los sedosos cabellos del nombrado—. Va a ser difícil, pero sé que tienes más fuerza de voluntad y determinación que nadie que haya conocido jamás.

—Eso es mentira, lo que tienes se llama testarudez y lo has heredado de tu madre. —Hisashi dijo con media sonrisa haciendo que Izuku soltara una pequeña risa acuosa y que Inko le diera una mirada afilada.

—Y de tu padre heredaste lo terco como una mula, no lo olvides mi pequeña flor de loto. —Se vengó la omega haciendo reír más a su hijo y bufar a su esposo.

—Está bien, ya entendí. —dijo Izuku separándose del cuello de su madre, se limpió el rostro con las mangas de su kimono blanco—. Sé que tendré muchos roles que posiblemente no me van a gustar, pero haré todo lo que esté en voluntad para cumplirlos con perfección. Padres, me casaré con el emperador…

Dicho eso, Izuku volvió a llorar como si fuera un niño pequeño, la verdad ninguno de los tres sabía si era de felicidad, frustración, confusión, ira y/o tristeza. Mientras ambos padres estaban un poco desconcertados por la reacción de su hijo, Inko lo volvió abrazar y Hisashi siguió soltando más de su aroma, el pecoso continuó de esa manera por unos minutos hasta que no tuvo más lágrimas que sacar.

Una vez que Izuku se calmó por completo llamaron a un sirviente para que trajera té y algo dulce para mejorar los ánimos. El pecoso comenzó a murmurar sobre sus preocupaciones sobre su futuro, como aún se sentía un poco extraño sobre el amor del emperador hacia él y cómo fue su acercamiento con el mayor, obviamente omitiendo muchos detalles.

También les contó sobre el amor y aprecio que tenía por el pequeño príncipe que estaba al cuidado de su joven doncella en esos momentos. Sus padres le escuchaban atentos y daban su opinión de vez en cuando, la conversación tranquila pasaba entre tazas de té y algunas galletas de mantequilla.

—Me hubiera gustado que el emperador fuera un poco más joven, seguramente habrías llamado su atención desde antes y Katsuo fuera completamente tu hijo de sangre. —Hisashi dijo soñador, ya fuera la segunda familia más famosa desde hace un buen tiempo si las cosas hubieran sido como él quisiera.

—¿Qué dices? —preguntó una intrigada peliverde—. Su majestad no tuvo más contacto con nuestro hijo desde prácticamente su nacimiento, no podrías saber si eso iba a pasar en realidad.

—Nos habríamos encargado de alguna u otra forma. Pero, pienso que quizás haya sido lo mejor, así el destino que fue escrito para la primera emperatriz no fue llevado por Izuku. —El alfa mayor dejó su taza de té vacía sobre la mesa, Izuku tenía la boca llena de galletas, por eso no participaba mucho en la conversación. Sin embargo eso no le impedía oír y llenarse de curiosidad.

—¿Qué fue lo que pasó con la primera emperatriz? —El pecoso tuvo que tragar rápido para poder hablar, tuvo que beber más té para aliviar su garganta—. Siempre escuché que murió poco después de dar a luz al principio Katsuo, pero hay poca información y ustedes nunca hablaron abiertamente sobre eso.

—Bueno, es una historia algo triste. —Inko suspiró—. La madre de Katsuo venía de una familia de noble bastante reservada y era hija única, los Utsushimi, hubieran podido llegar a ser fácilmente una familia de los cinco sekke, pero el patriarca era un gran comerciante que vivía demasiado tiempo fuera del imperio y no podría ocupar ese cargo con su poca disponibilidad.

—Su hija tenía un acento extrajero, viaja a todas partes con sus padres por lo que esto no era extraño en ninguno de ellos, lo que sí fue raro es que el emperador decidiera casarse con ella. —continuó Hisashi con la historia por un momento—. No era muy lista, y en las pocas veces que la vi siempre, se estaba quejando de algo. Creo que la eligió más fue por la presión del consejo para que tomara una esposa y pudiera dar un heredero pronto.

Izuku apretó la boca sintiendo desagrado, no le gustaba para nada los matrimonios arreglados, pero deseaba que hubiera habido algo de cariño entre ellos, eso hacía que las cosas fueran más soportables, se preguntaba si podía modificar un poco esa ley una vez tuviera el poder. Lo iba averiguar después.

—Pero a pesar de eso tristemente el cuerpo de la emperatriz se debilitó con el embarazo y  luchó con todas sus fuerzas para traer sano y salvo al joven Katsuo a este mundo. Al emperador no le gusta hablar de ella, nunca la menciona, creo que le causa dolor y prefiere no abrir esa herida. —Inko llenó con más té la taza de su esposo, miró a su cachorro con ojos suaves sintiendo un poco de esperanza—. El que haya caído en tus encantos demuestra mucho, que sanó y ahora puede volver a sentir amor de nuevo, conozco a los Bakugou y nunca demuestran sus sentimientos de una forma abierta, Mitsuki, mi vieja amiga, era así.

Con un asentimiento, el pecoso quiso darle la razón a su madre, ojalá sea cierto, que Katsuki haya amado a su primera esposa, que no sea como los rumores giraban de un lado a otro y que no sea como lo decía su hermano de vez en cuando, cada vez que le preguntaba al pelinegro mayor sobre ese tema sus respuestas podrían variar.

—Por cierto, ¿que ha dicho Shindou sobre mi compromiso con el emperador? —dijo el peliverde cambiando de tema, ya no quería hablar sobre madre fallecidas ni pensar en conspiraciones, lo mejor era dejar el tema en ese punto.

(...)

Shindou miraba el cielo nublado sentado en el suelo de madera, las puertas que daban al jardín estaban abiertas y Tatami dormía un rato con la cabeza descansando sobre su muslo. La pobre seguía perturbada por los hechos ocurridos hace una hora, el cielo parecía estar de mal humor también, pero lo único que podía ver su mente era el blanco, a pesar de las nubes grises que llenaban su campo de visión.

"Oh Izuku, ¿Por qué de tantas almas, él tuvo que desear la tuya?" se lamentó el pelinegro, ese día miró a su adorado y joven hermano sellar su destino, al lado de un demonio disfrazado, había recuerdos en su mente tan frescos como la tarde de ese momento.

"¡mataste a mi hija, monstruo! ¡¿Cómo pudiste, siendo ella la madre de tu propio hijo?!"

Gritos de un padre enojado habían resonado con fuerza en el pasillo que daba a la enfermería, Shindou solo estaba allí de casualidad, solo estaba buscando al emperador para darle un mensaje de su padre, no creyó que iba a encontrarlo en esa situación.

"¿Ah, de qué acusas a tu señor? No es mi culpa que el cuerpo débil de su hija no haya podido aguantar un parto"

Katsuki había hablado tan fríamente de su omega que el pelinegro habría pensado que lo hacía de algún criminal cualquiera si no conociera bien el contexto de la discusión, escuchó un rugido furioso del señor Utsushimi, y el alfa más joven solo se mantuvo al margen escondido en una esquina sin ser visto.

"¡Mientes, mientes! ¡Ella no estaba enferma ni era para nada débil, era una muchacha completamente saludable! ¡Esto tuvo que ser obra suya, y yo lo voy a descubrir! ¡Haré qué todos vean el monstruo qué es usted y llevaré a mi nieto lejos de aquí!"

El hombre mayor se fue con su bastón golpeando el suelo como si tuviera ganas de romperlo, Shindou se asomó por mera curiosidad, era un amantes del chisme, como todo noble que vivía en la insípida alta sociedad, pero lo que vio lo dejó helado, nunca iba a olvidar aquella mirada del emperador, era tan sedienta de sangre que si el rubio llegaba a dirigirle esa mirada a él estaba más que seguro que ahí mismo iba a ser su tumba.

"Eso lo veremos"

Fue lo que dijo el enigma en un murmullo antes de entrar a la sala de enfermería, y el pelinegro solo se quedó allí de pie unos minutos tratando de calmar su miedoso pulso. Se dio media vuelta y decidió dar su recado al día siguiente, no era buen momento molestar a un hombre enojado, y menos al volátil de su majestad.

Lo extraño fue que no se supo nada del señor Utsushimi durante una semana, solo que su barco comerciante naufragó en su viaje al continente Europeo. Extraño, porque nadie había sabido que el hombre había salido del imperio hasta después de esa noticia, pero Shindou no dijo nada sobre la discusión que ellos tuvieron por última vez, ni investigó la razón por la cual aquel hombre tan viejo y descompuesto emocionalmente acusó al mismísimo emperador de matar a su propia esposa, sería algo que se llevaría consigo a la tumba, de todas formas ese podría ser sus destino si se le ocurría abrir la boca sobre ese tema.

(...)

La noche se volvió muy fría, había una lluvia torrencial afuera que helaba cada rincón del palacio, Izuku apegaba su cuerpo con el más pequeño que se pegaba a su pezon y lo utilizaba como un desestresante ante los sonidos de relámpagos que le daban miedo. El pecoso se estaba quedando dormido, su mente agotada de tanto pensar ya exigía un rato fuera de función.

Ese fue su plan principal, hasta que sintió la brisa fresca entrar a su nido por el movimiento de sus cortinas siendo abiertas. Un peso extra se acomodó a su espalda y un brazo le rodeó la cintura, sintió el tibio calor de la persona detrás suyo y el cálido aliento en su cuello. Sin embargo, eso ya a Izuku le importaba muy poco, es más, esa sensación extra le dio más sueño, no dijo nada y solo bostezó con cansancio, dejándose caer en brazos de morfeo.

—Buenas noches, mi querido Deku. —Un suave beso fue dejado en su nuca, e Izuku apenas respondió con un suave arrullo, Katsuo seguía alimentándose mientras que Katsuki le abrazaba, bueno, quizás cumplir con ese roll de emperatriz no sería malo, y menos en noches frías como esa.

(...)

Ah~, el amurr 🥺

Ahora, sugerencias de como podría llevarse a cabo la boda? No soy muy buena con el tema de bodas antiguas akdkaksks

En fin, espero que les haya gustado, muchos besitos en la cola, bye

Zaorycast. ✨✨

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