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Capítulo 23.

Tengo gripe, así que si no me dejan muchos comentarios los contagio a todos 😤🤧😷

Hormigón los quiere mucho, y no los quiere ver enfermos, así que hagan caso 🐜

(...)

-En mi reino nos guiamos por un estilo matriarca, es decir, en el poder es el omega quién gobierna más, por eso yo soy rey y mi pareja es el consorte. -Ciel le informó a Izuku, quién ahora veía al otro omega con un rostro lleno de sorpresa, estaba más que maravillado por esas tierras, tenían unas costumbres bastantes contradictorias a las suyas.

-Así es majestad, la sangre de mi pareja también hace que casi todo primogénito sea un omega, pero eso la línea familiar real nunca ha tenido problemas con sus herederos, -Aquel alfa de cabellos negro dijo sin dejar de sonreír-, es todo lo opuesto a ustedes, aquí son los alfas quienes elijen omegas y gobiernan, incluso sajestad enigma puede tener un harem de muchas concubinas.

-¡Sebastián! -susurró en regaño el omega bajo de cabellos azules, sino fuera porque estaban algo separados por la mesa enorme del comedor, Izuku estaba seguro que Ciel lo habría pateado.

-Usted se equivoca un poco, una emperatriz en este lugar tiene el mismo poder que el emperador, trabajan juntos a la par y el omega tiene tanta voz como su pareja enigma. -El emperador dijo, miró al pecoso y a su cachorro en sus brazos-. Y en cuanto a las concubinas, eso lo hacen los emperadores que son casados a quienes no aman, no obligan a su emperatriz a algo que no quieren, pero solo los hijos que llegan a tener con esta son considerados príncipes y herederos.

-¿Entonces los hijos que llegan a tener con sus concubinas son considerados bastardos o algo así? -Ciel lanzaba dagas hacia su pareja, para él no era agradable ese tipo de conversaciones, menos cuando tenía la emperatriz presente, en cuanto tuviera la oportunidad haría sufrir a Sebastián por su estupidez.

-Sí, se podría decir, pero los emperadores no dejan que ninguna persona de un harem tenga hijos, hay muchas forma para prevenir un embarazo, -Katsuki agitó su mano con indiferencia, la verdad no le importaba mucho lo que hicieran o no sus antepasados-, aunque estos no son temas para hablar a la hora del desayuno.

Ciel agradeció internamente que dejaran ese tema de lado, aunque la emperatriz no había dicho nada sobre el tema, pero la verdad las leyes de ese lugar no eran tan malas como en otras tierras. Su reino siempre era un lugar bastante igualitario, y aunque no se le permitía tener un harem por el tema de la herencia sanguínea, a su tonto esposo tampoco se lo aprueban.

Era un ganar-ganar, el imperio Bakugou podía ser un lugar en donde los alfas dominaban mucho más que los omegas, pero estos también tenían muchos derechos que eran respetados y algo de poder, no conocía mucho por lo que apenas había hecho un tratado con ellos desde hace un par de años, Inglaterra le tenía cierto odio y por ello nunca habían tratado de hacer las paces como se debía, Ciel cambió eso.

-¿Como su reino, majestad Ciel? -Izuku cambió de tema, aunque estaba curioso por cómo los omegas llevaban allí las leyes, sabía que el emperador ya no quería oír sobre eso. Además también quería saber más sobre el lugar.

Por suerte el desayuno pasó sin problema alguno, agradecía enormemente tener compañía ya que así mantenía las manos de Katsuki lejos de su cuerpo, sin embargo, no podía cantar victoria por completo. Como Izuku estaba sentado a la derecha del enigma en la mesa, éste aprovechaba su cercanía para deslizar uno de sus pies por las piernas del peliverde.

La acción del emperador lo puso nervioso, pero los toques no subían más allá de la pantorrilla y un poco la rodilla, aún así tuvo su rostro sonrojado más de la mitad de la comida mientras trataba de mantener una conversación con el rey Ciel.

...

Cuando la comida se acabó e Izuku estuvo satisfecho, tuvo que levantarse, pidiendo disculpas ya que sabía que después de comer a Katsuo le gustaba tomar una pequeña siesta, y como ese día fue levantado temprano tenía más sueño que antes.

Se despidió con una reverencia y se fue, llegó al jardín más fresco en donde esperaría hasta que fuera la hora de la fiesta para presentarse, aún tenía algo de tiempo antes de que eso ocurra así que dedicaría sus energías a prepararse mentalmente cuando tuviera que estar sentado al lado del enigma, bastante cerca, recibiendo los buenos deseos que los invitados le darían a su pequeño travieso.

-Mamma... -Katsuo llamó al pecoso, estirando su manita para tocarlo, tenía su rostro pegado al pecho de este por lo que una de sus mejillas era aplastada un poco.

-¿Ocurre algo mi príncipe? -El pecoso preguntó mientras se sentaba bajo el hermoso sauce blanco del jardín, todo era perfecto, había aves cantando y un pequeño riachuelo al frente de ellos, pero ese instante mágico se fue cuando un mal olor llegó a la nariz de Izuku.

-Ma... Poo. -Una sonrisa se plantó en el rostro del pequeño príncipe, eran esos los momentos en los que Izuku deseaba que el macabro bebé no fuera tan repelente con las sirvientas.

(...)

Había una enorme torre de regalos, como los que estaban sobre la mesa ya llegaban muy alto, las personas comenzaron a dejarlos a los lados, en conclusión, la mesa de regalo terminó siendo enterrada y ya no se podía saber dónde estaba a simple vista. Varían desde las más grandes cajas hasta pequeños obsequios de bolsas elegantes.

Izuku miraba con admiración aquella esquina, puede que sea una persona rica, pero nunca había tenido semejante cantidad de regalos ni en todos sus cumpleaños juntos, y las lista parecía que sólo iba a crecer más, pues los invitados todavía estaban haciendo fila para darles sus palabras al príncipe junto con más cajas envueltas. El pecoso no pudo evitar suspirar con cansancio.

-Sí, lo entiendo, es un completo fastidio tener que esperar a que toda esta gente hipócrita termine de besarle las pelotas a nuestro cachorro. -Katsuki murmuró por lo bajo sacándole a Izuku un chillido de sorpresa.

El pecoso miró a todas partes como un ratón asustado, todos estaban algo alejados y la persona que había estado dejando un regalo estaba tratando de buscar un lugar para poner el suyo. Por suerte nadie había oído eso, Izuku miró al rubio, tuvo que alzar el rostro a pesar de estar sentado, tonta genética, Katsuki parecía divertido con su reacción.

-Majestad, no puede decir esas cosas en público, -dijo Izuku en un susurro preocupado-, sus súbditos se pueden sentir ofendidos si lo oyen, además, ellos han sido amables en todo el evento, le tienen gran aprecio al príncipe Katsuo.

No hubo ningún cambio en la expresión de Katsuki, seguía sonriendo como si le hubieran contado un chiste, la verdad es que el rubio creía que el pecoso era alguien un poco ingenuo, no sabía que si las familias más poderosas de su imperio no tuvieran esas marcas de magia blanca, entonces el enigma tendría que estar atento a cualquier tipo de ataque o trampa puesta por sus mismo subordinados.

"La ambición al poder es algo que corrompe de la peor forma, ya que por ella es que hay traición".

Fue algo que Masaru le decía una y otra vez cuando era más joven, por eso tuvo que subir al trono como un ser inmutable, si se dejaba influenciar por sus consejeros entonces ellos iban a tener el control del poder. Si ellos lo vieran titubear en sus decisiones ellos sabrían que sería fácil de manipular, por eso sus decretos no cambian una vez los dice, regía a su pueblo con una mano honesta, algo fuerte, pero siempre justa.

Satisfacer al pueblo es una manera de controlar a sus consejeros, Mitsuki se lo enseñó, ya que ellos no tenían manera de quejarse con lo que hacía, no habían excusas, habían tradiciones que seguir, como la del casamiento después de que nace el primer niño Bakugou, y leyes que ataba a las familias sekkes y seigakes, que les hacían saber en qué posición estaban.

-Pero tengo razón, -El rubio volvió su mirada al frente-, nunca se baja la guardia en un nido lleno de víboras.

Izuku no pudo responder a lo que dijo el enigma, otro invitado llegó dándole bendiciones al príncipe, deseando que tenga una larga vida y salud fuerte. El pecoso detalló a todos dentro del gran salón, las personas hablaban y reían, había una música en el fondo que hacía el ambiente más tranquilo, era una buena reunión de cumpleaños.

Aunque el festejado se quiera quedar dormido en los brazos de Izuku, el pequeño príncipe se había rendido a la idea de escapar, no le gustaba toda esa gente extraña y de todas forma el pecoso lo mantenía enjaulado entre sus brazos, tampoco le agradaban esos que llegaban con cosas en las manos, Katsuo solo los veía casi sin pestañear.

La situación duró horas, o se sintió de esa manera, Izuku apenas podía moverse un poco y sus piernas estaban dormidas al estar tanto tiempo en la misma posición, lo peor era estar al lado del enigma, este le veía de reojo de vez en cuando o tocaba un poco a Katsuo, quien recibía las caricias de su padre gustoso. El aroma del emperador por suerte estaba bajo control, así que respirar a su lado no era tan imposible.

Cuando al fin el último regalo fue entregado, Izuku pudo levantarse, o al menos trató de hacerlo sin parecer un cervatillo recién nacido, fue ayudado por Katsuki, quien parecía inmune o acostumbrado a estar sentado por largos ratos. Una vez el entumecimiento de sus piernas se fue, el pecoso dio las gracias en voz baja.

-Como es el cumpleaños de Katsuo dejaré que puedas vagar y hablar con quién quieras, solo por hoy. -dijo el emperador de una forma tan casual que Izuku casi no se lo toma como si en realidad no fuera el desgraciado que lo mantuvo un buen tiempo aislado.

El rubio se aparta, yéndose a quien sabe donde, por su parte Izuku se quedó allí de pie con una extraña sensación en el pecho, ¿Katsuki le acaba de dar permiso de hablar hasta con alfas? Era completamente una locura, ¡¿él le dijo eso?! Posiblemente era porque lo habían reemplazado y ahora ese hombre era una copia barata de aquel emperador que le hacía la vida imposible.

"Debe ser una trampa..." Izuku pensó con temor, seguramente era alguna prueba, ¿qué pasaría si llegaba a hacerle caso y él lo veía hablando con algún alfa de la corte? ¿Se iba a enojar o no? ¿Sería "castigado"? La verdad era que el pecoso no quería averiguarlo. Así que lo mejor era ignorar tal "privilegio".

Pará sacarse de la cabeza lo anterior, Izuku fue hacia donde estaba Denki, quien al parecer le estaba esperando paciente a que dejara de hablar o que estuviera cerca del emperador, le daba miedo su presencia y no le gustaba estar cerca de él. Según Denki, Katsuki parecía ser del tipo que te apuñalaba por la espalda con una sonrisa en el rostro, el omega rubio sentía eso debido al aura que desprendía, y bueno, el tiene razón.


-¡Izuku, esta fiesta es increíble, como me alegra ser una dama de la corte ahora! -El burbujeante rubio dijo con una sonrisa llena de dientes, en una de sus manos cargaba un bocadillo y en la otra una copa con sidra.

-Estamos en el palacio, obviamente no se puede esperar menos de la familia real. -dijo el peliverde acomodando al pequeño príncipe en su pecho-, saluda a Denki, mira que ya no puede tomar más vino hasta que no nazca tu pariente lejano.

-¡Dan! -Katsuo agitó una de sus manos hacia el omega y al rubio casi le da un ataque de ternura, esperaba que su bebé fuera gran amigo del príncipe, tener el favor de la realeza era casi como tener la bendición de un dios.

-Majestad, lo saludé hace rato, pero de todas formas le vuelvo a desear un feliz día con todo mi corazón. -El omega rubio hizo una leve reverencia al pequeño y este se rió, le gustaba el amigo de su mamá.

-Sí, nunca creí que eso sería tan largo, estoy sediento y aún me duelen un poco las rodillas. -Izuku suspiró, el bebé que cargaba se acostó sobre su hombro y enterró el rostro en su cuello, bostezando-. Parece que no soy el único agotado, ¿ya te quieres dormir? La celebración sigue todavía, joven príncipe.

-Déjalo, ya sabes como son los cachorros, si quiere dormir se dormirá, -dijo el rubio despreocupado, ambos sabían de antemano que el pequeño no duraría mucho tiempo despierto-, mejor toma algo y espera a que se duerma bien para que lo lleves a su nido.

En eso llegó una sirvienta con una bandeja y dos bebidas, la joven tenía un paño en la cabeza, mantuvo su mirada baja mientras les ofrecía sidra de manzana, Izuku tomó una copa haciéndole caso a su amigo, lo mejor sería relajarse un poco.

(...)

Escribí todo hoy, me sentí inspirada :D

Lo hubiera subido antes, peor a la pendeja se le ocurre ver un resumen de tres parte (cada una de 30 mts) sobre un mangwa llamado "Maldita reencarnación", que por cierto está buenísimo, es prota está para darle un beso en la cola 10/10 🥰

Sin más, espero que le haya gustado el capitulo y pronto nos leemos.

Zaorycast. ✨✨

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