Primero que nada, vean este hermoso arte que me regalaron, es de Izuku y Katsuo akskskska se tan divinos~ jpg fue hecho por Yesannie grax nene uwu

Me dejan muchos comentarios xfa.
Hormigón los quiere 🐜

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Izuku ni siquiera supo en qué momento terminó en el suelo, respiraba de forma superficial y su nariz estaba enterrada en la tela, la cual tenía el aroma del emperador impregnado, como si se hubiera corrido sobre ella. El omega no podía controlarse, babeaba sobre el paño y lo olfateaba como si su vida dependiera de ello.

Podía sentir el olor y casi el sabor del semen viril que el emperador dejaba salir de su enorme polla, el aroma del almizcle le parecía tan tentador en ese momento. Si Izuku antes estaba húmedo cuando estuvo en presencia del enigma, ahora estaba completamente empapado, pero no lo podía evitar, era como haber consumido afrodisíaco.

"Entonces por eso fue" el omega pensó, Katsuki le dijo que dejara a Katsuo en su nido porque ya tenía la idea de cómo iba a reaccionar. ¿cómo podía ser así de cruel con él? Había sido el mismo rubio quien lo acostumbró a sus toques desde un inicio, hizo que su omega interno lo quisiera, y de repente lo dejó en la intemperie.

La costumbre es algo muy difícil de cambiar, más cuando se trata del cuerpo y los instintos, por eso, tener el aroma sexual e íntimo del emperador de repente no fue bueno para sus emociones. Izuku se levantó del suelo como pudo y se dirigió al baño, se sacó la bata de tono rosado que tenía dejándola caer al suelo.

"¿Por qué me haces esto?" No lograba entenderlo por completo, era como una especie de cacería y juego mental. El enigma incluso llegaba a profesar palabras de amor, pero sus tratos no iban acorde de esa etiqueta, después de todo Katsuki era el emperador, ¿por qué se fijaría en un omega como él?

No lo conoce, apenas lo ha visto porque cuida de su hijo, ¿qué fue lo que hizo para llamarle la atención? Solo trató de hacer lo mejor que podía en su labor. El pecoso no debería de estar en esa situación, masturbándose en la tina de su baño, babeando y oliendo la tela llena de semen, que era lo que obviamente tenía, deseando que fueran los dedos gruesos de Katsuki los que abrieran su entrada empapada.

Estaba llegando a su límite, quería ir en ese instante con el emperador y que él hiciera lo que quisiera con su cuerpo para que pudiera saciar el hambre que tenía su omega interno por sus toques. Era como una tortura. Pero al menos ahora podía tener un poco más de consuelo y satisfacción por ese condenado trapo.

-Te o..anh~ -Izuku gimió arqueando la espalda, con una mano sosteniendo la tela contra su rostro y la otra teniendo dos dedos en su agujero sucio.

Se estiraba a sí mismo, trataba de llegar a su punto dulce para acabar con todo de una vez, sin embargo, no era del todo suficiente, llegaba a frotarse y rozarlo, pero el placer no era completamente gratificante para su ser.

"Si fuera el emperador" le susurró su traicionera mente, "si fuera Katsuki, él pudiera alcanzarlo fácilmente y se sentiría perfecto". Parecía ser que su mente estaba de acuerdo con su omega interno, quién inmediatamente apoyó la idea.

Sin embargo, Izuku usó toda su fuerza de voluntad para callarse a sí mismo. Se mordió el labio inferior con fuerza, cerró los ojos y se concentró en el placer, se regañó por haber abierto esa caja, debió haberla dejado en un rincón olvidada.

-Ka-... -Aunque, por más que quisiera sacar al rubio de su mente y de su piel, su cuerpo lo llamaba.

Podía sentir el fantasma de sus toques, como manos invisibles recorriendo sus piernas, deslizándose por sus muslos y llegando a sus partes íntimas, cuando lo hizo, Izuku se corrió, había sido de los orgasmos más fuertes que tuvo. No llegaba a ser suficiente, pero peor era nada.

"Odio esto". Se lamentó el peliverde, dejando la tela a un lado mientras abría el canal del agua dejando que la tina se llenara, estaba algo fría, pero agradeció esa temperatura para que su cuerpo dejará de estar excitado, Izuku se lavó como rapidez y salió del agua a buscar una toalla.

Se secó teniendo su mente nebulosa, antes de irse se detuvo y miró hacia atrás, el trozo de tela negro, babeado, con semen y muy sucio, que estaba en el suelo donde lo dejó hace un momento atrás. "Debe de ser una broma" se lamentó el pecosa antes de volver y recogerlo.

(...)

"La celebración del cumpleaños de Katsuo será el primero de Agosto, usa tu mejor kimono y el regalo que te di, es un evento importante así que debes estar ahí para nuestro cachorro".

Fue una semana después que Izuku encontró esa nota en la caja en donde venía el collar, lo llenó de cierto pavor, sabía cuándo era el cumpleaños del joven príncipe y asistirá a el, pero no pensó en que lo invitaría directamente el enigma, ni menos que lo haría usar aquel obsequio.

Izuku había estado evitando lo más que podía al emperador, no podía verlo al rostro sin acordarse de todo lo que hacía con aquel trapo negro. Le daba vergüenza consigo mismo, y sabía que si miraba directamente porque entonces él también lo iba a saber, se daría cuenta de que su plan funcionó.

Aunque, eso no lo salvaba del debut que iba a tener el único heredero del trono, el primer cumpleaños en un cachorro, y más en la alta sociedad, era celebrado a lo grande. Siglos atrás cuando el imperio aún no existía y las personas no tenían mucho, no era extraño que los bebés murieran sin ni siquiera llegar al año de edad.

En muchas ocasiones era por enfermedades, otras veces por la falta de alimentos, pero después cuando los Bakugou surgieron y le dieron calidad de vida a su pueblo, comenzaron a nacer cachorros fuertes, las personas al ver que llegaban a su primer año con mayor facilidad se inició la tradición de celebrar ese logro.

La fiesta más que nada era para desearle un futuro lleno de salud y próspero al pequeño, al mismo tiempo lo que sería un especie de debut en la sociedad, porque un niño que podía llegar a ese punto tenía muchas más probabilidades de crecer hasta ser un adulto.

Ahora con las grandes fuentes de magia, medicina y riquezas, la población no tenía tantas preocupaciones, pero esa celebración sigue vigente entre ellos, ahora era parte de su cultura y les gustaba así, pero también sólo podía ser una excusa para que las personas se reúnan, coman mucho y beban todo tipo de alcohol.

Mientras que el pequeño cachorro recibe regalos, buenos deseos y deliciosa comida, se duerme temprano mientras que los adultos siguen con la fiesta hasta altas horas de la noche. Y Katsuo siendo un príncipe, no era la excepción a esta tradición, desde hace unos días las tareas de los criados ha sido concentrada a hacer una remodelación al salón de banquetes.

Izuku había escuchado de Denki que su esposo Eijiro era uno de los encargados de repartir las invitaciones y ya estaba enviando algunas a los lugares más lejanos del imperio e incluso fuera de este para que cada rey, duque, marqués y conde pueda tener una. Llenaba de más nervios al omega pesos.

La fiesta sería enorme, como tiene que ser una de la realeza, y él estaría allí en todo momento siendo parte del centro de atención, más bien, solo iba a estar en medio de todo porque tendría que cargar del pequeño Katsuo durante todo el evento, lo peor era que también estará cerca del enigma, como es el padre del cachorro tiene que estar a su lado casi siempre.

-¿Izu, qué le preocupa? -Eri miró al omega que no dejaba de ver su taza de té, que ya estaba frío y apenas le había dado un sorbo.

-¿Uh? -El pecoso alzó la vista de su bebida y notó como la albina menor cargaba una expresión algo triste, preocupada por él.

-Actúas raro, desde la noche de tu cumpleaños tardas al salir de tu habitación y si lo haces solo es por los jardines, ¿ocurrió y no me dijiste? -La omega menor preguntó, a veces notaba como el peliverde se comportaba extraño por algunos días, pero su actitud volvía a ser la misma después de un tiempo.

Pero ahora era más que evidente, Izuku ocultaba bastante mal sus acciones y eso preocupaba bastante a Eri, algo debía de ponerlo bastante mal entonces. No obstante, sabía si le dejaría ayudar, y al ver como una sonrisa un poco temblorosa se formó en el rostro de Izuku, supo que alguna excusa le diría.

-Oh, es que he estado muy distraído, también muy nervioso, el cumpleaños de Katsuo es pronto y muchas personas importantes van a asistir. Tengo miedo de arruinar algo por culpa de mi torpeza. -Izuku hizo que su aroma fuera más dulce y relajante, notó como Eri rápidamente le dió una profunda inhalada.

-Ya veo, pero Izu es genial, seguramente muchos quedarán encantados contigo, no tengo dudas. -La albina bostezó con algo de sueño, las preguntas que le quería hacer al omega mayor fueron olvidadas a un rincón de su mente.

-Me alegra que pienses eso de mí, pero no deberías de- ¡Katsuo no te subas allí! -El peliverde casi sufre de un ataque al corazón al notar que el pequeño príncipe se estaba metiendo por los huecos que tenía la barandilla del puente que cruzaba un hermoso lago lleno de peces koi.

Era bastante peligroso que el niño fuera a caer allí, aparte de tragar agua también se podría golpear feo con las piedras que llenaban el estanque. Katsuo sacó el medio cuerpo que tenía ya afuera del puente, miró que Izuku se dirigía hacia él junto a Eri, no lo pensó dos veces antes de correr hacia el otro lado riéndose de la situación.

Al final Izuku terminó por atrapar al travieso de Katsuo y llevarlo a dentro para un baño, porque terminó cayéndose en un pequeño charco de agua y se mojó la ropa.

(...)

Uraraka iba a hacer algo de lo cuál nunca se iba a arrepentir, estaba enojada, humillada y traicionada, quería venganza y eso tendría. Ella preparó todo con anticipación, ayudó mucho en la cocina llevando la comida a los soldados que vigilaban el palacio y lavaba sus sucios uniformes todos los días. Era una vergüenza para ella hacer todo eso.

Pasó de ser una favorita a una desdichada, podía notar la mirada de superioridad en Tsuyu y Kendo, ellas seguían trabajando en el área del emperador y el trato de los demás era de respeto absoluto, bueno, al menos Asui había sido honesta desde la primera vez que intercambiaron de palabra, la beta dejó en claro que no le agradaba y nunca lo haría, Itsuka trató de mantener apariencias, al menos mientras sirvió en el ala juntas.

Ahora todos la veían con desdén, igual que a los demás que trabajaban en su mismo rango. Sin embargo todo eso se olvidaba por un evento importante, el primer cumpleaños del príncipe heredero, ochako no podía estar más feliz de fregar los pisos del salón de banquetes, sabía que al menos la dejarían servir las bebidas allí.

Eso era lo que le daba ánimos, ya que no pudo usar aquella sustancia con el enigma emperador para que la marcará, al menos podía hacer que unos de los centro de atención arruine todo el festejo. Por eso aguantó todos los gritos del chef Sato, quién estresado se podía volver alguien muy volátil, y cumplió todas sus órdenes al pie de la letra.

El día de la fiesta fue un caos, los sirvientes corrían de un lado a otro, las bandejas iban de allá pacá y nadie le prestaba atención, cuando Sato le pidió, gritó, que fuera útil y llevase algunas bebidas a los invitados, Ochako supo que su oportunidad de oro había llegado, llevaba sidra de manzana, lo ideal.

Al tener un mínimo de alcohol era algo que un omega amamantando podía tomar, un poco al menos. Como un líquido oscuro dejó caer sin miedo el polvo blanco que traía en una bolsa de papel de arroz, lo mezcló un poco y se dirigió hacia su objetivo, y lo encontró, hablaba alegremente con un omega de cabello amarillo, lady Kirishima si mal mo recuerda.

Bueno, no importaba con quién estuviera, al final no cambiaría su plan, era momento de llevarlo a cabo.

(...)

Espero que les haya gustado marranxs uwu
Lo escribí todo hoy y Ey! eso ya es un récord para mí akskskakask

Zaorycast. ✨✨