Capítulo 13.
Hay somnophilia y algo de dubcon-nobcon (algo así akskdkdks) me dejan comentarios xfa 🐜✨
(...)
La cena estuvo bien, Izuku se aseguró de darle una buena olfateada una vez la omega se la trajo, buscó hasta el más mínimo olor extraño en las especias que sazonaban la rica sopa de pollo y arroz.
Solo por si acaso, no podía fiarse de la sirvienta, menos con esas miradas que le daba de reojo en su dirección.
El omega dejó que Eri se fuera a su habitación cuando la miró bostezar, después Izuku también se acomodó en su nido, con el pequeño Katsuo bebiendo de su pecho medio dormido, el aroma de Katsuki se filtraba a su habitación, bueno, básicamente esa ala era territorio del alfa y todo olía a él.
Quizás había algunos agujeros en las paredes que dejaban entrar más el aroma del emperador a las habitaciones cercanas, de cualquier modo, Izuku también se veía envuelto en ese aroma, el pequeño príncipe parecía encantado, pero era algo malo para el pecoso ya que no le dejaba despejar completamente la mente, seguía manteniendo esa ligera neblina que le hacía sentirse ligeramente mareado.
Cuando Katsuo al fin estuvo satisfecho, Izuku lo acomodó a su lado y lo cubrió con una abrigadora manta. No pasó mucho antes de que también sucumbiera al sueño, uno profundo inducido por el aroma que flotaba en el aire y relajaba bastante su cuerpo.
El joven niñero era ignorante a la compuerta secreta que se abría lentamente entre su habitación, dando directamente a la recámara del emperador al que tanto temía. El enigma entró tan silencioso como un felino y su figura se paró al frente de la cortina cerrada del nido en el que dormía su cachorro junto al omega que lo cuidaba como si fuera de su sangre también.
(...)
Izuku despertó al día siguiente sintiéndose extraño, no podía describir la sensación, pero estaba bien, raramente bien. Estiró los brazos por encima de la cabeza haciendo crujir algunos huesos, el bebé a su lado seguía durmiendo y no lo despertó en toda la noche.
Puede que sea por eso, después de tanto pudo tener una noche de sueño completa sin interrupciones, no fue despertado por lloriqueos que exigían comida. Eso significaba que el pequeño rubio estaba creciendo y se adaptó a dormir toda la noche, saber eso hizo que Izuku se sintiera feliz.
Tomó al bebé entre sus brazos y llevó sus manos a los botones de su bata para abrirlos, no sentía sus pechos a reventar como de costumbre cuando Katsuo dormía mucho y duraba rato sin comer. Es más, estaba algo seco, el peliverde se preocupó un poco cuando el menor comenzó a chupar sus pezones rosados.
—¿Tal vez deba mandar a decirle al chef que me dé más raciones de comida? —no podía quedarse sin la comida principal de Katsuo, el pecoso necesita mantener al bebé con una buena nutrición hasta que pueda ingerir comidas y purés.
—Buenos días Izu. —siendo una luz en su nublada mente, la pequeña albina entró a la habitación con una bandeja y el desayuno humeante sobre ella.
La menor colocó la comida sobre la baja mesa en el suelo, llenando la taza con té caliente y colocando algo de mantequilla sobre el pan caliente. Eri se sentó sobre sus talones al frente de Izuku, esperando con una suave sonrisa a que el omega mayor terminara de darle el desayuno a su pequeño amo.
—¿Ya has comido, Eri? —Izuku preguntó, olvidando sus pensamientos anteriores, tomando una pieza de pan con mantequilla derretida para llevárselo a la boca, estaba delicioso y con una corteza crujiente.
—Sí, sabes que Sato siempre tiene comida lista temprano para todos los sirvientes que trabajan temprano, tiene una magia increíble. —Eri señaló bastante agradecida con ello, a pesar de ser un alfa, el cocinero Sato tiene una magia extraña que solo funciona con la comida, eso lo llevó a servir bastante bien trabajando para la familia imperial.
—Imagino que sí, después de esta comida ¿Puedes traerme una ensalada de frutas con algo de crema? —no hay nada más delicioso y lleno de nutrientes que eso, además, no era tan pesado, así podría comer bastante y no sentirte muy lleno.
La omega menor ladeó la cabeza algo confundida, era bastante inusual que Izuku pudiera comida extra aparte de su desayuno, la dieta del peliverde había aumentado en cuanto sus pezones dieron el alimento del cachorro en sus brazos, siempre se comía todo y no pedía nada después.
Aún así Eri asintió con la cabeza, no preguntó porque no quería molestar ni ser entrometida, era algo mínimo que no requería de su curiosidad, puede que incluso sea solo un antojo. La albina solo se dedicó a esperar que Izuku terminase de darle de mamar al joven príncipe, ella lo entretuvo mientras el mayor comía tranquilo y los hizo reír con sus juguetes para bebés.
El día pasó sin incidentes, el omega no se encontró con aquella sirvienta ni con el enigma, por suerte. Izuku salió a los jardines, almorzó con su padres antes de que su madre tuviera que regresar a su hogar y leyó un libro antes de volver a su cuarto para dormir.
La tranquila rutina duró unos cuantos días, Izuku pocas veces veía al emperador por los pasillos, siempre ocupado, la omega no le volvió a servir y Eri siempre estaba al pendiente de lo que pudiera necesitar. Sin embargo, había algo que Izuku no dejaba pasar por alto, sus pechos siempre amanecían con poca o casi nada de leche materna.
No hallaba la razón, si Katsuo no lo volvía a despertar de noche en busca de comida , ¿Cómo era posible que eso ocurriera? Izuku estaba perdido, comenzó a comer un extra en sus raciones e incluso le pidió algunos té a la curandera Chiyo, pero siguió ocurriendo los mismo esos días.
También estaba esa sensación extraña que tenía cuando despertaba, un hormigueo en su piel, ligero y algo desorientado, como si estuviera bebiendo o tan… satisfecho. Descubrió, más bien comparó, a esa sensación con la que tenía después de sus celos, mayormente al terminarlo junto a otro omega.
No era mal visto en su sociedad que dos omegas pudieran pasar sus calores juntos para así aliviarse mutuamente, los doctores habían recomendado mucho eso, ya que el uso excesivo de medicinas para suprimir los instintos y los dolores podría traer complicaciones a la hora de querer un cachorro.
Así se sentía, como si despertara un día después de su celo, el último que tuvo se ayudó con Denki, un omega masculino también, el omega rubio tenía una personalidad bastante alegre y optimista, le daba algo de vergüenza decir que era con quién más pasaba sus ciclos y le agradaba bastante.
Izuku ya no sabía qué hacer o pensar, por un lado estaba su parte racional que le decía que quizás era un problema de estrés por lo que pasó que ahora su cuerpo se estaba atascando. Por otro lado, su parte más paranoica, le decía que algo más ocurría, que eso era obra de un 'alguien' y le daba miedo pensar en el responsable, más cuando se fijaba en la pared que lo separaba de la habitación del hombre más peligroso de todo el continente en el que vivía.
De verdad que esperaba equivocarse.
(...)
La noche cayó como de costumbre, Izuku tenía los ojos cerrados tratando con todas sus fuerzas no dormirse, una de sus manos estaba agarrando con suavidad una de Katsuo. Su respiración era suave y apenas notable, estaba así desde hace un par de horas y no creía aguantar más, pero cuando estuvo a punto de rendirse ante el cansancio, fue que lo sintió.
No hubo sonido, ninguno, ni siquiera un cambio de aroma en el aire, pero fue como si pudiera sentir la presencia de la entidad en su habitación sin mirarla siquiera. No se movió, ni un músculo, pero lo sintió, las cortinas de su nido fueron abiertas y una brisa fresca entró por ellas.
"No te muevas, no dejes que tu aroma se pinte de miedo".
Izuku le ordenó a su mente una y otra vez, solo esperando, ni siquiera los alfas de aquella noche pudieron ocultarse de la forma en la que lo hacía esa presencia. Hubo un peso extra en el colchón, el pecoso estaba acostado de su lado derecho y al frente del bebé que dormía plácidamente.
Las mantas que cubrían al pecoso fueron sacadas suavemente, eso tensó ligeramente el cuerpo del menor, pero aún así mantuvo su postura, fingiendo dormir profundamente, la razón era simple. De alguna forma sabía quién era el que interrumpió en medio de la noche su nido.
Una mano grande, algo callosa, tomó el hombro del pecoso para dejarlo boca arriba, otra mano acunó las mejillas de Izuku, trazando con el pulgar sus labios algo secos, acariciando tan delicadamente el párpado inferior de sus ojos.
El pecoso quería gritar, golpear y correr, pero mantuvo su fachada, aún sintiendo cómo el intruso abría la parte superior de su bata, liberando sus pezones, que por las horas goteaban leche al estar sus pechos bastante llenos.
"No soy yo…"
Fue un pensamiento fugaz, antes de que una boca cálida tomara uno de sus pezones, lo tomó por sorpresa y eso le sacó un pequeño jadeo, Izuku se retorció un poco, se dio cuenta de que la otra persona estaba sobre él, atrapando su pequeña figura entre las sábanas.
Mientras un pezón era succionado, el otro era apretado por ágiles dedos que no le dejaban un respiro, Izuku trataba de no jadear tanto, no podía creer que se estuviera excitando por algo que debería de asustarlo hasta los huesos. Debería de despertar, de verdad que debía de hacerlo, sin embargo; el emperador no estaría feliz.
Era él, si fuera otra persona habría un aroma diferente en la habitación, por más que lo contuviera, estaba tocando su cuerpo como quería y su cabello espinoso le daba cosquillas en el mentón, literalmente todo olía al enigma, solo con atenuar su aroma podría pasar desapercibido porque no tiene que hacer tanto el esfuerzo de ocultarse.
Izuku deseó que terminase rápido, al parecer Katsuki bebía hasta que quedaba satisfecho y lo suficiente para que el pequeño Katsuo pudiera comer en la mañana mientras reponía más. ¿Por qué hacía eso? Entendía que le pudiera gustar la leche materna como a cualquier alfa, pero era demasiado, entrar así a su habitación estaba muy mal visto, incluso para una persona de alto rango como él.
—¡Ngh! —los pensamientos de Izuku fueron interrumpidos por la firme mordida en su botón rosado, casi deja que su mano baje a agarrar la cabellera del enigma que abusaba de su cuerpo "dormido".
—Shh shh, no lo despiertes —él sabía, Izuku se creyó tan estúpido como para tratar engañarlo.
El omega apretó los labios en una dura línea tratando de no soltar más quejidos, dejó que el enigma fuera de un pecho vacío al otro, haciendo lo mismo que con el primero, succionando, saboreando la comida que es básicamente para su hijo y no era para él.
Izuku no pudo evitar tensarse cuando una mano del mayor se metió entre sus piernas y entre su ropa interior, cuando trató de cerrar con fuerza sus piernas el aroma de Katsuki lo adormeció de nuevo, dejó salir una ráfagas ligeramente amarga que le envió perfectamente el mensaje. Debía dejarse hacer lo que él quisiera, lo llenaba con tanta impotencia que lágrimas de frustración salían de sus párpados cerrados.
Al enigma no pareció importarle lo que sentía, él se dedicó a meter sus dedos entre su húmedad, lo sintió sonreír contra su piel, parecía engreído por lograr excitarlo, solo con estimular sus pezones, pero eso solo era una respuesta biológica de su cuerpo al enigma, además estaba sensible ya que el pequeño príncipe incluso lo mordía algunas veces.
Dos dedos gruesos se paseaba de arriba abajo, sobre su entrada húmeda que se apretaba alrededor de la nada, Katsuki masajeaba con suavidad sus pequeñas bolas lampiñas, parecían pequeños granos entre sus grandes dedos, pero bueno, esos genitales no estaban hechos para su reproducción.
El omega arqueó la espalda cuando los dedos llenos de resbaladizo del rubio rodearon su pequeña polla y la apretaron, subiendo y bajando con firmeza. Izuku se mordió con fuerza el labio inferior, el placer se acumuló en su vientre y el peliverde se odiaba por ello, pero no podía evitarlo, lo único que pudo hacer fue tensar las piernas y agarrar las sábanas antes de correrse en la mano del emperador.
—Bien bien —susurró el mayor—, ahora me toca mi otra comida.
No pudo detenerlo, Katsuki terminó de saciarse con su pezón y después se apartó un poco, solo para alzar su bata y sacarle la ropa interior, un camino de beso inició desde su ombligo y terminó sobre su media flácida polla. La lengua del enigma limpiaba todo el desastre que había provocado.
Las manos grandes del mayor abrieron las piernas del pecoso, dejándole espacio libre para que su cara pudiera caber entre ellas, Katsuki limpió todo. Cualquier rastro de semen infértil o lubricante natural del omega, se encargó de dejarlo como si nada hubiera pasado, una vez terminó se levantó. El enigma acomodó la bata en su lugar, fue lo único que hizo, el pecoso tenía sus piernas desnudas y apenas tapadas con la delgada tela de su camisón.
Sus cálidas palmas recorrieron la figura, ligeramente temblorosa del pecoso, una última vez, el aliento del mayor pegó en el cuello de Izuku, dejó algunos besos allí y uno cerca de sus labios, siguió hasta llegar a uno de los oídos del menor, acunó su rostro con suavidad antes de hablarle.
—Tus bragas están sucias y mojadas, no es bueno dejarlas puestas así —el enigma sonrió notando bajo sus dedos como el rostro del pecoso se arrugaba—, lo mejor será que no uses de ningún tipo mientras duermes.
Un último beso fue dejado en la mejilla de Izuku, el enigma se fue tan silencioso como llegó. Solo entonces el omega abrió los ojos, de todas formas estaba en completa oscuridad y no pudo ver nada de forma nítida, se encogió sobre sí mismo y se enrolló en una manta. Suspiró de forma temblorosa dejando sus lágrimas salir, tuvo miedo, y sentía algo de asco por sí mismo.
Ni siquiera estaba seguro en su propio nido, no había ningún lugar en donde estuviera a salvo en ese palacio.
(...)
Yo quiero ser feliz, pero no me dejan.
Ya salí de vacaciones escolares, pero con mis padres es como si tuviera tres trabajos f.
Pos ni modo, actualizaré cuando pueda, espero que les haya gustado el capítulo de hoy. ✨✨🕴🏻
Zaorycast.✨✨
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