Capítulo 12.
Comentarios xfis 🐜✨
(...)
"Pronto las cosas serán mucho mejor que antes"
Las palabras de su madre volvieron a su mente cuando Izuku se detuvo al frente de la puerta que conducía a la habitación del enigma rubio. No, definitivamente su madre estaba equivocada, estar allí en ese momento no le daba un buen augurio para su futuro.
Ni siquiera pudo replicar o detener a la omega que lo había traído hasta ahí cuando ella tocó la puerta suavemente anunciando su llegada, solo un "adelante" se oyó y la sirvienta le abrió dejando el espacio para que el peliverde pudiera entrar. Izuku tragó saliva, miró a Eri pidiéndole que lo esperara y entró.
—Majestad, perdone la interrupción a su dormitorio, —Izuku dijo con voz calmada, pero teniendo un ataque interno—, tengo entendido que me ha llamado para hablar conmigo.
Sabiendo que el cojín al frente de Katsuki era para él, Izuku caminó despacio con Katsuo en brazos, se sentó sobre sus rodillas en el colchón y esperó a que el enigma dijera algo. Había una mesa baja que se interponía entre ellos y Katsuki estaba sentado de la misma forma sobre un enorme cojín rojo en el suelo, estaba de forma despreocupada con una pierna flexionada y su codo sirviendo de apoyo a su mentón.
—Así es, lady Midoriya, me siento decepcionado conmigo mismo por el incidente que ocurrió, no creí que mis guardias fueran tan incompetentes como para dejar que los asesinos entrarán de forma tan fácil. —el mayor tenía el ceño fruncido y parecía molesto por el tono de su voz, lo bueno era que tenía su aroma bajo control—. Pido disculpas, usted salió herido y casi cuesta la vida de mi hijo. De ahora en adelante en el ejército habrá un entrenamiento más estricto para capacitar más a los hombres.
Más que un juramento, sonaba a un castigo para los pobres soldados, pero Izuku no sabía mucho si te guardias así que no podía opinar al respecto. Qué aquellos alfas se pudieran infiltrar en el palacio demostraba la ineptitud de quienes lo cuidaban, posiblemente el enigma tenga razón y por los años de paz que ha habido en el imperio puede que la guardia real no esté al cien por ciento alerta y capacitada.
—Si su majestad cree que eso es lo mejor, entonces que así sea. —el pecoso asintió estando de acuerdo, miró al pequeño en sus brazos que parecía anestesiado con el aroma de Izuku y su padre mezclándose poco a poco en el aire.
En su rostro regordete y sonrojado solo se reflejaba la paz absoluta. Toda la habitación de Katsuki olía a él, y su propio aroma de omega criando hacía que el joven príncipe se sintiera dichoso. Bueno, de todas formas ya era hora de la siesta para ese pequeño ser, le acarició la pancita con suavidad antes de volver a mirar al emperador, quién no dejó de ver lo que estaba haciendo ni un segundo.
—También te quería avisar, tu habitación será la que está al lado de la mía, la izquierda, mi área es la más cuidada de todo el palacio y no permitiré que otro error ocurra. —Katsuki dijo de una forma tan desinteresada mientras seguía mirando a su cachorro que Izuku creyó que solo era una broma de mal gusto.
Pero no, sabía bastante bien, por rumores e historia de testigos como su propio hermano, que la única vez en la que el enigma bromeaba era cuando iba un sarcasmo de por medio antes de una humillación pública, como las veces en las que se burlaba de quienes cuestionaban sus acciones. Esto solo era un aviso, como había dicho él, no había una opción de elegir, literalmente solo tenía que salir de la habitación del emperador y dar un par de pasos para entrar a la suya.
—P-pero majestad… —la boca del pecoso se secó—, no podría aceptar eso, las habitaciones de ésta área es solo para la familia familia directa de usted y yo…
—Exactamente, estás cuidado de Katsuo, mi primogénito y heredero al imperio, ¿Qué más es importante que él y su seguridad? Y la tuya, eres el único omega que ha podido hacer que tenga un desarrollo saludable. —fue entonces cuando el enigma volvió a mirarlo a los ojos, había nada de ruego en ellos, solo una mirada de "tienes qué, porque yo lo digo".
Por más que Izuku quería negar e incluso decir que muchos otros omegas de casas omegas también estaban altamente calificados para ese trabajo, no pudo hacerlo. No sería escuchado y negarse solo lo haría enojar, eso era lo último que quería hacer. El omega cerró la boca agachando ligeramente la cabeza.
Se supone que Katsuo al cumplir con su determinada edad pasaría a esa área, a menos claro que tuviera a su madre y fuera criado allí desde su nacimiento, en donde el sesshõ se encargaría de su educación, Izuku ya no sería requerido y podría irse, pero eso había cambiado, ¿Qué más lo haría?
Temía bastante estar tan cerca del emperador, ¡A un solo cuarto de distancia! Se lo encontraría todo el tiempo y todo los días, sobre todo… se lo encontraría a solas. En ese momento estaba a salvo por Katsuo, el omega no creía que fuera a hacer algo raro con su pequeño bebé presente.
—Sí majestad, me sentiré honrado. —Izuku casi se muerde la lengua, realmente de sentirá con miedo cada hora del día, pero de tragó las palabras y mantuvo su expresión lo más neutral que pudo.
—Bien… —la voz baja del mayor sonó justo a su lado e Izuku se volvió de piedra—, me alegra que al menos aparentes estar satisfecho con ello, aunque pronto lo estarás, por lo que no estoy preocupado por el ahora.
La firme y grande mano de Katsuki rodeó la cintura del pecoso, quién seguía tenso en su posición ya que ni siquiera había visto al enigma moverse tan rápido, literalmente fue como si simplemente se moviera con el viento. El aliento del rubio pegó contra su cuello mientras éste se apegó un poco más a su lado y se encorvaba un poco.
Estaban en una posición parecida a la que su padre hacía a veces con su madre cuando estaban sentados y él quería ver los hermosos bordados que Inko hacía, en ese escenario, Katsuki veía a su bebé mientras lo sostenía de una forma tan íntima. El rubio acarició con delicadeza el rostro de Katsuo, sus mejillas y su mentón.
El aroma del enigma se volvía más intenso cada vez, llenando tanto la nariz de Izuku como su espacio personal, Katsuo se inclinó instintivamente hacia la mano de su padres y dejó escapar un pequeño ronroneo, como un gatito. Izuku habría muerto de ternura sino fuera por la mano que le acariciaba la cintura por encima de la ropa.
—Cuando estabas en la enfermería fui a verlo, se miraba bastante lamentable con el poco tiempo que estuvo separado de ti, pero ahora parece que ese momento ni siquiera existió, —sonaba tan cálido, Katsuki nunca dejaba de sorprenderlo—, nuestro cachorro solo necesita de ambos para ser feliz y crecer bien.
—Majestad… —estaba pasando lo mismo que aquella vez, Izuku podía sentir su mente ligera y nebulosa, su cuerpo parecían adormecidas, por suerte el príncipe dormía en su regazo, pies no creía tener la estabilidad en sus brazos para sostenerlo.
—No te preocupes, jamás les faltará nada a ustedes dos, ningún desgraciado le tocará un cabello de nuevo, —Katsuki dejó de acariciar el rostro del bebé y tomó la mano vendada del pecoso—, primero los desollaré vivos antes de que eso pase, Deku.
Como si fuera un noble que lo saludara, Katsuki besó los nudillos de la mano de Izuku, también el dorso y la muñeca, por último besó el cuello del peliverde cuando la dejó de nuevo sobre la pancita de Katsuo. La garganta del pecoso estaba reseca, tragar saliva le era imposible por el nudo que tenía en la boca del estómago.
¿Era que le gustaba torturarlo de forma psicológica? ¿Qué eran todas esas palabras que le juraba de repente? Sobre todo, ¿De dónde sacó ese apodo tan denigrante para él? El emperador era una persona cruel, lo sabía de antemano, pero vivirlo era diferente, no creyó que sufriría ese destino desquiciado.
—Majestad… —el pecoso llamó reuniendo todo el coraje que pudo—, necesito llevar a Katsuo a la habitación para que duerma con más comodidad, además de hace tarde, y-yo..
Izuku se detuvo cuando la nariz del enigma se deslizó peligrosamente sobre su glándula aromática, podía oír como Katsuki tomaba grandes bocanadas de aire y suspirar satisfecho. No hacía más que eso, pero le ponía la piel de gallina, esperaba por todos los dioses que su cuerpo no fuera a corresponder a esas "caricias" que no había solicitado y no podía apartarse, desgraciadamente.
—Tienes razón, debes ir a cenar, Katsuo debe cenar y tengo trabajo, pero no quiero dejarte ir, —Izuku solo pudo quedarse quieto mientras Katsuki le abrazaba y lo olía—, espero que no hayas olvidado lo que te dije la otra vez, nada de alfas. Nos vemos más tarde, mi lady.
Con un último beso en su cuello cerca de su mentón, Katsuki se separó de él, dejando a Izuku con el corazón latiendo mil veces por segundo, o así lo sentía él, un sin fin de escalofríos por todo el cuerpo y algo mareado por causa de su aroma.
Como pudo el omega se levantó del cojín en el que estaba sentado, aseguró a Katsuo en sus brazos e hizo una pequeña reverencia al enigma.
—Si hay algo que quieras cambiar de tu nueva habitación solo dilo, haré que lo remodelen enseguida. —Katsuki agitó su mano de forma tranquila e Izuku asintió.
El peliverde caminó de forma temblorosa a la puerta, pudo sentir sobre su cuerpo la mirada del rubio todo el tiempo hasta que salió y deslizó la puerta detrás de sí para cerrarla. Cuando estuvo afuera al fin pudo respirar con normalidad, la omega de cabellos castaños y Eri le esperaban de forma paciente.
—Su majestad ya le dijo sobre su nueva habitación, ¿Verdad? —ella dijo como una afirmación y sonrió, el pecoso notó como ese gesto amable no llegaba a sus ojos, pues sus cejas estaban ligeramente fruncidas.
Los omegas que llegaban a servir en el área del emperador eran tratados de forma especial, ya que de alguna forma llegaban a tener cierto grado de confianza. Puede que a ella no le guste compartir ese privilegio, pero Izuku era un omega hijo de un canciller cercano a la familia imperial. Así que si de alguna manera era de sentía amenazada por su presencia, era su problema y no tenía porqué importarle.
—Así es. —Izuku alzó ligeramente la cabeza y colocó su espalda recta—, es esa ¿No?
Izuku señaló una puerta que estaba a no muy lejos de la que acababa de salir. Olvidando levemente lo que pasó hace un momento con el emperador, si algo le enseñó su madre, fue darse su lugar, era amable con los plebeyos hasta cierto punto, no podía dejar que ellos quisieran tomarle mucha confianza para hacerle daño después.
—Sí, mi lady, puede entrar y familiarizarse con el lugar, yo iré por la comida y volveré en un momento. —la omega sonrió de nuevo de forma forzosa, lo miró fijamente y sus ojos se posaron un momento sobre el cachorro en los brazos de Izuku antes de darse la vuelta.
La pequeña albina que observó todo en silencio esperó a que la sirvienta se fuera lejos antes de acercarse al pecoso, murmuró un "ella no me agrada" bajo en un susurro. Izuku suspiró, había lidiado con un par de omega territoriales antes y no era bonito cuando estos se dejaban llevar por sus instintos de posesividad.
Esos casos era bastante normal en omegas sin escrúpulos y educación.
—Vamos a dentro, pequeñs Eri, veamos nuestros nuevos nidos. —Izuku aligeró el ambiente con una sonrisa tranquila, la menor asintió de inmediato feliz de poder dormir en un lugar sola otra vez.
Las habitaciones de ambos eran enormes, la de Izuku estaba llena de muebles, un enorme cama-nido que casi lo hace salta de alegría cuando lo vio, también tenía una hermosa vista y entrada al jardín principal lleno de rosales. El de Eri era un poco más pequeño que el de Izuku, no tenía tantos muebles, pero si una cama-nido perfecto para ella y no podía estar más feliz de tenerlo.
(...)
Quiero agregar algo de drama, no soy buena con triángulos amorosos pero ya veremos akdkdkdk
Espero que les haya gustado el capítulo de hoy uwu
Zaorycast.✨✨
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro